Comentario del Departamento de Información y Prensa del MAE de Rusia en relación con las declaraciones de varios políticos europeos sobre la “ocupación” de los países bálticos por la Unión Soviética y la necesidad de condenarlo de parte de Rusia
Traducción no oficial del ruso
Pregunta: En los últimos tiempos se han hecho más frecuentes las exigencias presentadas a Rusia de reconocer y condenar la "ocupación" de los países bálticos en 1940 y asumir la responsabilidad de ello. їCuál es la postura de Rusia a este respecto?
Respuesta: La postura rusa sobre el particular ha sido expuesta reiteradamente y sigue siendo inmutable. Tanto la entrada de unidades adicionales del Ejército Rojo como la adhesión de los Estados bálticos a la Unión Soviética no contradecían las normas del Derecho Internacional de aquel entonces.
Por ejemplo, conforme a la doctrina legal internacional de mediados del siglo XX, se entendía bajo "ocupación" la adquisición por un Estado del territorio no poblado por nadie que antes no pertenecía a ningún Estado, mediante el establecimiento del control eficaz con la intención de extender a este territorio su soberanía. Además, este término significaba la ocupación temporal en el transcurso de un conflicto armado por el ejército de un Estado beligerante del territorio (o parte del territorio) de otro Estado.
Para la evaluación legal de la situación que se formó en los países bálticos a fines de los años 30 del siglo pasado no se puede emplear el término "ocupación" puesto que la URSS y los Estados bálticos no se encontraban en estado de guerra, y, en general, no se libraban hostilidades, mientras que la entrada de las tropas se efectuaba sobre la base contractual y con el consentimiento patente de las autoridades que existían entonces en aquellas repúblicas, indistintamente de la actitud hacia ellas. Además, en Letonia, Lituania y Estonia, durante el período de su estancia dentro de la Unión Soviética, salvo el período de la ocupación por Alemania de esta parte del territorio de la URSS en los años de la Gran Guerra Patria, funcionaban las instituciones públicas nacionales. Se sabe que justamente estas autoridades, indistintamente de cómo las evaluamos hoy, representadas por los Soviers Supremos de las repúblicas correspondientes, aprobaron en 1990 las resoluciones que implicaron su salida de la URSS. Así que si ponemos en tela de dudas la legitimidad de las autoridades del período soviético, surge el tema de la legitimidad de la proclamación por las repúblicas bálticas de su independencia.
Por consiguiente, toda reclamación, incluida la exigencia de la compensación material por el supuesto daño habido, el cual, tal como consideran algunos, es resultado de lo pasado en 1940, está privada de razones.
En cambio, las tentativas de igualar la política de la Unión Soviética de aquel entonces y las acciones de Alemania hitleriana que libraba en Europa una guerra agresiva con fines de esclavizar o exterminar pueblos enteros son absurdas en virtud de un solo hecho evidente de que gracias, en primer lugar, a los esfuerzos de la URSS fueron garantizadas la derrota de Alemania hitleriana y la liberación de Europa del nazismo. Semejantes insinuaciones son especialmente profanas en vísperas del 60є aniversario de la gran Victoria.
En lo que respecta a la evaluación de las represalias dl régimen que existía en la URSS en los años 30-50 del siglo pasado, se la daban a conocer reiteradamente tanto en la Unión Soviética como en Rusia. En Moscú no creen que tenga sentido otra vez volver a este tema. Si alguien intenta convertirlo hoy en política real, es una tentativa de especular con la memoria para complacer la coyuntura.