Discurso y respuestas a las preguntas del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, durante el encuentro con los estudiantes y el colectivo docente del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú y la Academia Diplomática, Moscú, 1 de septiembre de 2017
Estimado Sr. Torkunov,
Estimado Sr. Bazhánov,
Queridos amigos,
Me gustaría saludar una vez más en este encuentro tradicional a los alumnos del primer año, a los profesores, a la dirección del Instituto de Relaciones Internacionales (IERIM) y de la Academia Diplomática. Especialmente, a los alumnos del primer año quienes hoy empiezan una nueva etapa de su vida, ya independiente, y engrosan las filas de los que han elegido dedicarse a la profesión del especialista en asuntos internacionales, no importa de qué ámbito internacional – diplomacia, negocios, periodismo o relaciones internacionales. Ahora abundan las profesiones que no pueden dejar de lado el factor internacional.
Acabo de asistir en la solemne ceremonia del inicio del año académico en el Liceo Yevgueni Primakov de la provincia de Moscú, donde se habló de la importancia que se da en nuestro país a la generación joven. Creo que aquí este tema también es oportuno ya que dentro de un tiempo bastante corte serán Ustedes los que tendrán que asumir la responsabilidad por garantizar el desarrollo de nuestra Patria, la defensa de sus intereses en el escenario internacional. Una condición imprescindible para que un país se desarrolle de forma eficaz es garantizar la coyuntura externa cuanto más favorable posible, gracias a aplicar una política exterior responsable, independiente y orientada a los intereses nacionales. Es un rumbo que seguimos consecuentemente.
El Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, destacó en reiteradas ocasiones que lo que estamos registrando como confrontación, intentos de aislamiento o autoaislamiento no es, en absoluto, nuestra elección. Estamos abiertos a la cooperación con todos los que están dispuestos a ello, eso sí a base del respeto recíproco, equidad, consideración de intereses de cada uno, observación del derecho internacional en su totalidad, no solo en la parte que se adapta a las ambiciones coyunturales de uno u otros socios nuestros.
Rusia posee una situación geoestratégica única, un potencial político, militar y económico importante, el estatus de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, y, gracias a todos estos factores, es uno de los centros clave de la civilización humana. Más de una vez en nuestra historia demostramos que somos capaces de alcanzar con éxito los objetivos del desarrollo interno, defender con eficacia nuestra soberanía y, en caso de necesidad, los derechos de nuestros compatriotas en el exterior, respaldar a nuestros aliados. Más de una vez la historia puso de manifiesto que es inútil intentar someternos a las influencias ajenas o solucionar problemas por nuestra cuenta, y estoy seguro que así será en adelante. Repito que estas lecciones, por lo visto, no las extraen todos.
No es ningún secreto que a ciertos círculos de lo que se suele llamar en Occidente la élite política no les gusta nuestra política independiente. Les gustaría tratar con una Rusia obediente, dispuesta a ceder en perjuicio propio. De ahí, el deseo de castigarnos por defender nuestro legítimo lugar en los asuntos internacionales y en el mundo. Ustedes sabrán, desde luego, en qué se traducen los intentos de castigarnos. Se emplean diferentes herramientas de contención, sanciones, guerras de la información destinadas a tergiversar nuestras posturas con respecto a diferentes problemas internacionales y denigrar nuestras actitudes en el escenario internacional.
Es bien sabido quién fue el que estos últimos años en realidad violaba los principios fundamentales del derecho internacional como la equidad soberana de los Estados, el compromiso de intervenir en sus asuntos internos y arreglar los conflictos de forma pacífica. Estas son las disposiciones de la Carta de la ONU. Sabemos quién pisoteó los compromisos en la OSCE, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, bombardeó Yugoslavia, Irak y Libia, sembró caos en Oriente Próximo y África del Norte y quién dio la oportunidad al terrorismo internacional de levantar la cabeza al emprender aventuras que condujeron a la creación de Al Qaeda, el EI y Jabhat al-Nusra, que son ahora los principales enemigos de toda la humanidad.
Rusia siempre ha luchado y luchará contra la ilegalidad en el escenario internacional. Recientemente, firmamos con la República Popular de China la declaración para incrementar el peso del derecho internacional en las relaciones interestatales y la divulgamos como un documento oficial de la ONU. Invitamos a nuestros socios a organizar una discusión sobre el tema pero no vemos muestras de entusiasmo por parte de los colegas occidentales. No obstante, continuaremos trabajando con ahínco en aras de estabilizar el orden mundial.
Al mismo tiempo, es muy importante comprender que no aspiramos a restaurar el imperio ni a la expansión geopolítica u otra. Lo único que pretendemos es construir nuestra vida por nuestra propia cuenta, sin sugerencias ajenas ni recomendaciones no pedidas, sin los intentos de azuzar contra nosotros a los pueblos amigos y afines, con los que nos unen siglos de la historia común, cultura, tradiciones y vínculos de parentesco. Nosotros no imponemos nuestros puntos de vista ni recetas a nadie. Pero, como ya he dicho, tampoco admitimos la lógica de excepcionalidad de alguien, el principio de “lo que es lícito para Júpiter no es lícito para todos”.
Vemos que a muchos en Occidente les cuesta reconocer algo obvio, que la etapa “post-bipolar” se acabó. Los cálculos de sustituirla por el advenimiento de una hegemonía terminaron frustrándose. Ahora está en marcha el proceso de la consolidación de un orden mundial policéntrico, más justo y democrático. Su esencia está en la formación y fortalecimiento de nuevos centros del potencial económico y el consecuente peso político. Guiándose por su propio interés nacional los países y los renacientes centros de fuerza pretenden participar activamente en la elaboración de la agenda internacional para que refleje sus intereses, asumen sin vacilar su parte de la responsabilidad de garantizar la seguridad y la estabilidad a diferentes niveles. De hecho, multipolaridad es la cristalización de la diversidad cultural y civilizatoria del mundo actual, de la voluntad de los pueblos de determinar por ellos mismos su propio futuro, de la natural aspiración a la justicia de una manera coincidente con cómo lo veían los autores de la Carta de la ONU. Releyéndola comprendemos que los que quieren más justicia en los asuntos internacionales no están pidiendo nada del otro mundo.
La ambición del reducido grupo de los Estados occidentales de frustrar las aspiraciones de los pueblos por todos los medios sin desdeñar el dictado y el uso de la fuerza saltando la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, por supuesto, frena la consolidación de la orden mundial multipolar, pero nadie es capaz de detener entre proceso objetivo e implacable.
Estamos convencidos de que no existe alternativa a la restauración de la cultura del diálogo, búsqueda de compromisos, retorno a la diplomacia creativa para acordar las decisiones admisibles para todos – en la política, finanza, ecología. Sólo uniendo los esfuerzos y respetando los intereses de todos podremos conseguir soluciones eficaces: algo que urge hacer.
La tensión de los últimos años está costando caro a la estabilidad internacional. Provocan una especial preocupación los insistentes esfuerzos de la OTAN de alterar la situación político-militar en la zona Euro-Atlántica, incluida la ampliación de la presencia e infraestructura militar en las zonas fronterizas con Rusia y, desde luego, la creación del segmento europeo del escudo antimisiles estadounidense. Confiamos en que los que promueven tales acciones poco constructivas tengan claro que en cualquier caso podremos proteger la soberanía y la seguridad del país. Pero como un Estado responsable mantenemos el firme apego a las declaraciones aprobadas en los últimos 20 años en la OSCE y el Consejo Rusia-OTAN. Todos queremos crear un espacio de la seguridad igual en el área Euro-Atlántica y Eurasia, ninguno de nosotros reforzará su seguridad menoscabando al de otros. Lamentablemente, estas declaraciones se quedaron en papel como promesas políticas. Nuestros esfuerzos por hacerlas vinculantes fueron rechazados por los países occidentales. Estoy convencido de que si no hubiera sucedido y si la seguridad igual e indivisible hubiera obtenido carácter vinculante, se habría arreglado hace tiempo muchos de los conflictos que persisten en Europa. En concreto, los de Transnistria, Alto Karabaj y Kosovo. De haber normas vinculantes de la seguridad igual para todos se podría haber acordado la prohibición del uso de fuerza en Transcaucasia, lo que estamos intentando conseguir hace mucho. La más reciente crisis ucraniana tal vez no hubiera estallado si todos respetáramos los compromisos asumidos en la OSCE y relativos a la seguridad igual e indivisible.
No obstante, seguiremos luchando por la unión de los esfuerzos de todos los países de la zona Euro-Atlántica y de todo el mundo para combatir las mayores amenazas comunes, sobre todo, la amenaza del terrorismo internacional. Estamos ayudando al gobierno legítimo de Siria a eliminar a los terrorista y contribuimos al proceso político en este país cooperando con todas las parte sin promover las inherencias desde fuera, ya que consideramos que son los propios sirios los que deberán determinar el futuro de su Estado. Nos guiamos por los mismos principios trabajando con los participantes de las crisis en Libia, Irak, Yemen para solucionar los problemas que enfrentan estos países. Ofrecemos ayuda para reanudar las negociaciones palestino-israelíes, promovemos las iniciativas de la reconciliación nacional en Afganistán y del arreglo pacífico del problema nuclear en la Península de Corea.
Estamos implementando la ambiciosa iniciativa del presidente ruso, Vladímir Putin, de crear la Gran Asociación Euroasiática que comprende la consolidación de la cooperación comercial y económica abierta y multilateral entre los países miembros de la UEEA, la OCS, la ASEAN, y otros Estado de Asia y Europa en el futuro, en aras de crear un espacio económico único desde el Atlántico hasta el Pacífico. Es una idea antigua pero ahora, cuando despierta un vivo interés en las organizaciones regionales integracionistas, podrá traducirse en los pasos concretos.
Esperamos que el sentido común y la sabiduría política permitan restablecer nuestras relaciones con la UE y sus miembros a base de la auténtica buena vecindad, predictibilidad y transparencia.
En cuanto a otro vecino nuestro, EEUU, como bien dijo el presidente Vladimir Putin, no buscamos confrontación con este país y siempre hemos sentido simpatía hacia su pueblo. Estamos abiertos para una cooperación constructiva donde se corresponderá con los intereses rusos. Deseamos francamente que el ambiente político bilateral se normalice. Pero, como se sabe, hacen falta dos para bailar el tango. Por ahora, según veo, nuestros socios estadounidenses prefieren los solos de Break Dance.
Por nuestra parte, continuaremos promoviendo una agenda positiva, actitud de respeto recíproco, buscando y encontrando los compromisos. Es así como construimos nuestra interacción en la UEEA, OTSC, CEI, OCS, BRICS y las relaciones bilaterales con los países de todos los continentes.
Gracias. Estoy dispuesto a contestar sus preguntas.
Pregunta: En julio pasado, Rusia, EEUU y Jordania acordaron crear una zona de distensión en el sudoeste de Siria, pero se toparon con unas intensas críticas por parte de Israel. ¿A qué se debe, en su opinión, semejante reacción del país hebreo?
Respuesta: No diría que la decisión tomada por los tres países pretendiera pasar por alto la seguridad de Israel. Al ser elaborada, a la par con las negociaciones tripartitas, ruso-jordano-estadounidenses, se iba informando a la parte israelí de como avanzaba el proceso. Acabada la elaboración de la parte principal, porque el modo de funcionamiento de aquella zona concreta, el control de su observancia y el control de la no violación del cese de las hostilidades, junto con las forma de suministro de la ayuda humanitaria están todavía por acordar, a pesar de estar funcionando ya la zona, nos enteramos durante la visita a Sochi del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que había de reunirse con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que Tel Aviv seguía preocupado por su seguridad. Entendemos perfectamente sus temores. Siempre, en todos nuestros debates sobre Oriente Próximo, sea sobre el arreglo sirio, libanés o palestino-israelí, partimos de que en todo acuerdo, que por desgracia no son muchos de momento, la seguridad del Estado hebreo, junto con la seguridad de otros Estados, ha de ser garantizada. Les aseguramos a nuestros interlocutores israelíes que, en caso de tener ellos alguna sensación de ver menospreciada su seguridad, habrían de saber que sus miedos eran infundados, dado que velaremos por que no ocurra. Esta postura la confirmó el propio Benjamín Netanyahu, al reaccionar de la siguiente forma a los inventos de uno de los periódicos nacionales que insinuó que la reunión del líder israelí con Vladimir Putin había acabado mal. Señaló que en absoluto era verdad. Con toda seguridad, ha sido la mejor respuesta a su pregunta.
Pregunta: Al conversar con el embajador de Francia, el Emperador ruso Nicolás I en una conversación señaló que su hermano le había dejado en herencia unos asuntos muy importantes, el principal del cual era el asunto oriental. Henry Kissinger también indica que los acontecimientos en Oriente, en Siria en concreto, demuestran la horrible tendencia de la corrosión del sistema estatal, de constantes disputas y guerras. En la mencionada región el papel principal lo desempeñan los países de Oriente Próximo, Qatar entre ellos. ¿En qué forma influye el problema sirio en las relaciones ruso-qataríes?
Respuesta: No es nada sorprendente que tales regiones “explosivas” como Oriente Próximo y los Balcanes que además atraen a diversos agentes externos, llevan siglos llamando la atención para la política mundial. De allí ha tendido un puente hacia las relaciones entre Rusia y Qatar. Tenemos unas relaciones muy buenas con los Estados de la región, incluidos los países del Golfo, tanto árabes como Irán, con los cuales estamos vertebrando unas relaciones de confianza, siempre intentando entender los intereses concretos que persiguen nuestros interlocutores en una determinada situación. No estamos de acuerdo con el método de “encajonar un país”, es decir, no dejarle traspasar sus propias fronteras, para que no pueda ejercer influencia alguna en ninguna parte. Es imposible, dado que todo país, sea grande o pequeño, tiene en el mundo actual sus propios intereses que no siempre se limitan al territorio nacional. Siempre será interesante cooperar con compatriotas o correligionarios.
Recientemente hemos celebrado un viaje a Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Qatar y en varios días partiremos rumbo a Arabia Saudí y Jordania. Con todos estos países mantenemos buenas relaciones.
Si hablamos de la crisis siria y de la influencia que ejerce en nuestras relaciones con Qatar, le puedo decir que desde que la Administración de Barack Obama demostró su completa incapacidad de cumplir el acuerdo que habíamos alcanzado con el Secretario Kerry en septiembre de 2016, es decir, desde que fallaron en su promesa de delimitar a los terroristas del Frente al-Nusra y a la oposición normal, nos dimos cuenta de que había que buscar unos socios más eficaces, por así decirlo, y lo fueron Turquía e Irán. Acordamos iniciar el proceso de Astaná, al que se unieron en calidad de observadores Jordania y EEUU, ya bajo el liderazgo de Donald Trump. Dicho proceso sigue avanzando y fue aprobada en su marco la Estrategia de la creación de zonas de distensión. Acabamos de comentar el funcionamiento de uno, el de la zona sudoeste. Existen otras en la zona de Guta Oriental y Homs que también funcionan de una manera bastante exitosa: los problemas de patrullaje, control y suministros de ayuda humanitaria han encontrado su solución. El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Defensa de Rusia solicitan con insistencia a las organizaciones humanitarias que no demoren en el envío de la ayuda bajo el pretexto de tener problemas imaginarios con el Gobierno de Bashar al-Assad. No hay ningún problema y la seguridad está garantizada. Habría que enviar a esta zona la ayuda por rutas más eficaces, sin embargo, nuestros interlocutores intentan mantener las rutas transfronterizas que se usaban desde el territorio de Turquía y Jordania sin que hubiera control de ningún tipo por parte de la ONU. Es que era físicamente casi imposible hacerlo, pero es importante saber el contenido de las cargas humanitarias. Estoy convencido de que son realmente cargas humanitarias, pero teniendo en cuenta que en el territorio del país operan grupos que no rinden cuentas a nadie, puede haber abusos de distinto tipo. Lo queremos evitar.
Al empezar Moscú a interaccionar con Irán y Turquía en el marco del proceso de Astaná, les preguntamos a nuestros interlocutores árabes en la región, si les parecía bien el formato. Qatar y Arabia Saudí nos indicaron que su postura estaba representada por Turquía, sin embargo, de forma paralela mantuvimos el diálogo con Ryad y Doha. Mi reciente visita a Qatar confirmó que en términos generales se perciben algunas diferencias sutiles en las posturas: nos son más cercanas las fuerzas gubernamentales, mientras que a ellos, la oposición. Al mismo tiempo, coincidimos plenamente en nuestro deseo de poner fin a la guerra, así como en el entendimiento de la importancia de las zonas de distensión y del establecimiento de contacto directo entre todos los grupos armados no terroristas y el Gobierno. Nuestros interlocutores cataríes nos confirmaron la necesidad de garantizar el carácter laico del estado sirio, en el cual todos los grupos étnicos y confesionales gocen de derechos y protección igual.
Insisto en que seguramente ningún socio podría calificarse como fácil de tratar, pero si uno escucha a su interlocutor y hace el intento de entenderlo, suele mostrar la misma actitud, lo que permite encontrar soluciones y avanzar. Es mucho más difícil que exigir que todo el mundo se someta a la voluntad de uno y a los que no estén de acuerdo castigar enseguida con sanciones, sin que haya cabida a ninguna negociación diplomática. Es más difícil, pero bastante más eficaz.
Pregunta: ¿Cuáles han sido sus impresiones de su primer viaje al extranjero?
Respuesta: Enseguida después de graduarme, me dirigí como secretario a la Embajada de Rusia en Colombo, en Sri Lanka. Al aterrizar el avión en el que viajaba junto con otros colaboradores de la misión diplomática, nos vinieron a buscar un representante de la Embajada y el conductor del minibús. Íbamos avanzando, croaban las ranas y cantaban las cigarras. Como veinte minutos más tarde preguntamos si quedaba mucho y nos contestaron que estábamos ya en la ciudad.
Pasé cuatro años en aquel precioso país que acababa de superar una guerra civil. La naturaleza le obsequió a Sri Lanka con magníficas playas y zonas montañosas, de modo que es posible viajar en unas horas de una zona a la otra, cambiando el frescor del aire de la montaña por una caliente playa. Hay allí, por supuesto, lugares de mucho interés, el caso antiguo de Kandi, Nuwara Eliya, la cima Pico de Adán. Dice la leyenda que fue allí donde acabaron Adán y Eva después de que se les expulsara del Edén. El país llevaba la marca de una reciente guerra civil y muchas cosas distaban de estar en orden.
Por segunda vez visité Sri Lanka hace cuatro años y enseguida me dejé llevar por la nostalgia. Me gustó que el país se desarrollara de forma sostenible y se hiciera más bello. Fue importante para nosotros que se hubiera acabado de construir el nuevo edificio de la Embajada que estaba en proyectos cuando estuve en el país en 1973. Se tardó bastante, cosa que nos solo ocurre en nuestro país, sino también en el extranjero. En caso de Sri Lanka fue por razones burocráticas. Quedó muy bien la nueva Embajada y esa circunstancia me alegra mucho.
El primer viaje parece ser un mundo por descubrir, unos amigos por conocer. Si alguien ha visitado un país como turista antes de ser destinado allí, es otra cosa. Una comisión de servicio supone al mismo tiempo contactos distendidos con los interlocutores locales, pero también fórmulas muy precisas en lo tocante a las obligaciones laborales.
Pregunta: Como bien sabemos, desde la formación de la UE Francia ha asumido un papel muy importante en la vida de dicho organismo. ¿Cambiará la trayectoria del desarrollo de la UE con la llegada del nuevo líder francés?
Respuesta: El presidente de Francia Emmanuel Macron promete eso precisamente, anticipando ideas concretas que ayudarán a conseguir que Europa se sacuda la modorra y renazca. Promete que se recupere el interés por solucionar sus problemas y superar las dificultades relacionados con el brexit y, seremos sinceros, con la hegemonía de la burocracia en Bruselas, algo que provoca el descontento no sólo de los países que critican abiertamente a la Comisión Europea. Me refiero a Polonia, Hungría y otros países, pero también Alemania y Francia dejan notar su actitud crítica. Es lógico, dado que Alemania es el país más potente y seguramente esta circunstancia debería reflejarse en la forma en la que funciona la UE y en la que toma las decisiones. Quien más peso económico, político y financiero tiene, está en su derecho de exigir que su voz se tome más en consideración. Sin embargo, los eurocomisarios consideran que son ellos las personas más importantes, de modo que pueden pasar por alto a los Gobiernos nacionales, tal como está ocurriendo ahora con el proyecto Nord Stream-2. Existe el informe oficial del servicio jurídico de la Comisión Europea indicando que el proyecto en cuestión no altera en la menor medida la normativa comunitaria vigente y no necesita ser acordado. Al mismo tiempo, algunos comisarios se empeñan en su derecho de pensar de otra forma. Es un ejemplo de cómo Bruselas se percibe como un factor que frena la puesta en práctica de proyectos de mutuo beneficio.
En los últimos varios años Francia realmente ha estado más absorta en las iniciativas en la política exterior y ha prestado menos atención a la UE, cediendo de cierta forma el liderazgo a Berlín. El presidente Macron acaba de manifestar que considera importante no sólo mantener el vínculo franco-alemán, sino hacerlo más equilibrado. Es su decisión. Veamos y saquemos nuestras conclusiones, porque no nos es indiferente el desarrollo de la UE. La queremos unida y fuerte, basada en los principios de la comunicación interestatal que siempre se han usado en situaciones de normalidad, es decir, la igualdad, el respeto mutuo y la búsqueda del equilibrio de intereses.
Pregunta: Washington parece aprovecharse de la propiedad diplomática rusa en EEUU como de una “moneda de cambio”. ¿Es así de verdad? Y, de ser así, ¿qué quieren a cambio?
Respuesta: La verdad sea dicha, ni siquiera tengo ganas de comentarlo.
Estamos observando algunos paroxismos provenientes de aquella excepcionalidad que siempre resaltó el presidente de EEUU Barack Obama, indicando, de manera arrogante, el lugar que debían ocupar, a su ver, todos los demás países.
Las sanciones contra Rusia habían empezado aun en 2013, mucho antes de los eventos en Ucrania. Se inventaban varios pretextos. Inflaron una historia en torno a la tragedia con el jurista Serguéi Magnitski. Ahora llegamos a enterarnos de muchos hechos interesantes que intentan rehusar los que se empeñaron en desorbitar este escándalo y están detrás de las sanciones adoptadas a raíz de éste. Por ejemplo, ellos intentan ejercer influencia sobre los tribunales que siguen los pleitos contra William Browder relacionado directamente, según nuestros investigadores, con las estafas que fueron causa de la muerte de Serguéi Magnistki. Luego hubo nuevas sanciones. Se enfadaron con nosotros porque Edward Snowden hubiera decidido no volver allá donde le amenazaba la pena de muerte, pidiéndonos asilo por razones humanitarias. Barack Obama hasta canceló en 2013 la visita a Moscú acordada la víspera de la cumbre del G20 en San Petersburgo.
La incapacidad de tomar propiamente la realidad es un rasgo muy característico para la Administración de Barack Obama. Edward Snowden pidió asilo político en Rusia mientras que millones de personas piden asilo político en EEUU, que, más aun, secuestra a algunos ciudadanos y les acusa de lo que se le antoje. Edward Snowden habrá cometido, según las leyes estadounidenses, algún acto ilícito, pero a nosotros EEUU nunca nos ha entregado a nadie, ni siquiera a los que habían cometido crímenes en Rusia. Snowden no ha infringido nada en Rusia y pidió protección contra la Temis estadounidense que podía condenarle a la silla eléctrica.
Hay otro detalle importante: mientras Edward Snowden iba en avión de Hong Kong a Moscú para hacer allá el transborde a otro avión para América Latina, su pasaporte fue anulado. Según todas las leyes, incluida la legislación internacional, no teníamos derecho de dejarle abandonar el aeropuerto, y fue allí, donde se decidía sobre la posibilidad de darle el asilo político.
Probablemente, el presidente Barack Obama tuvo algunos complejos, que resultaron en la incapacidad de cumplir con el acuerdo de arreglo del conflicto de Siria. Los estadounidenses no pudieron cumplir con lo acordado y con lo que respondía, sin duda ninguna, a sus intereses. Quizá no quisieron, o, quizá, no pudieron separar la mencionada ya Jabhad al-Nusra y dejar de cooperar con esta organización. Siempre hemos sospechado que querían utilizarla en adelante para derrocar el régimen de Bashar Asad, pero nuestras sospechas se basan sólo en el hecho de que no luchan contra Jabhad al-Nusra y no han cumplido con su promesa de separarla .
Probablemente afligido por la situación en la política externa y la derrota del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales, Barack Obama emprendió, en mi opinión, un paso absolutamente impropio, expulsando la víspera de la Nochevieja a 35 diplomáticos rusos con sus familias, más de 100 personas en total, con exigencia de abandonar el país en tan solo dos días. Eso significaba, que no podían esperar el vuelo directo de Moscú a Washington, que llegaba en tres días, y tenían que ir con sus hijos a Nueva York, más de 500 kilómetros en unas condiciones bastante complicadas, con su equipaje y cosas personales. No fue nada noble, sobre todo para alguien quien ostentara un permio Nobel de paz. Crearon intencionadamente las condiciones para que nuestros ciudadanos sufrieran problemas, interrumpiendo su vida normal y corriente y dándoles sólo dos días para hacer sus maletas e irse. El gobierno ruso, claro está, organizó un vuelo especial para sacarles de allí en condiciones normales, humanas.
Además, Washington arrestó y, en esencia, nacionalizó la propiedad rusa. Pensábamos que el Gabinete de ahora podría mostrar el sentido común, pero, por desgracia, los congresistas rusofóbicos no lo permitieron, al tomar la ley, según la cual sería imposible devolver la propiedad rusa decomisada sin el visto bueno del propio Congreso. La presente composición del Congreso y la histeria antirrusa lo hace imposible. Lo ocurrido infringe también las leyes de EEUU, puesto que se trata de nuestra propiedad, y en EEUU puede ser confiscada solo por resolución judicial. Pero ello no les hace parar: tienen una noción muy especial del Estado de derecho.
Como saben ustedes, respondimos de manera totalmente adecuada. No dimos pasos exagerados, pedimos a la parte estadounidense que cortara el número de los diplomáticos estadounidenses hasta el de los rusos. Hasta hicimos una propuesta generosa de incluir entre los diplomáticos rusos no solo nuestras misiones diplomáticas bilaterales en EEUU, sino que también la Representación de Rusia ante la ONU (aunque no tiene nada que ver con las relaciones ruso-estadounidenses y está acreditada no ante la Casa Blanca sino que ante el secretario general de la ONU). Son 150 empleados. Es decir, les permitimos a los estadounidenses que el número de sus diplomáticos que se ocupan de cuestiones bilaterales en Rusia superara en 150 personas el de los diplomáticos rusos que se ocupan de cuestiones análogas en EEUU. Nos parecía justo. Además les pedimos que dejaran de utilizar la propiedad que ni puede compararse con los complejos en las afueras de Washington y Nueva York. Lo que tenemos allí son instalaciones serias, donde se puede descansar, recibir a los invitados extranjeros, hacer deporte, mientras que aquí se trataba de un territorio relativamente pequeño en el recinto de Serebriany Bor, y de un almacén no grande donde ellos almacenaban algo.
En cuanto a lo que me comunicó ayer el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, y lo que nos escribieron luego en una nota, tengo una sensación ambigua. Es evidente que ellos querían aprovecharse de alguna manera de nuestra lógica de la paridad diplomática que es de 455 empleados, y, siguiendo esta lógica redujeron el número de los consulados generales en EEUU, cerrando uno. Tuvimos consulados generales en Nueva York, San Francisco, Seattle y Houston. Así fue desde hace mucho, porque en los tiempos de la URSS EEUU también tuvo cuatro consulados generales aquí: San Petersburgo, Ekaterinburgo, Vladivostok y Kiev. Cuando dejó de existir la URSS y Kiev dejó de ser lugar para el consulado general de EEUU en Rusia, les ofrecimos que abrieran el cuarto consulado general en nuestro territorio. Se negaron diciendo que les bastaba con tres. En este sentido se podría hablar de la paridad, pero es una paridad específica, puesto que, como ya he dicho, en el número de nuestros diplomáticos incluimos a los empleados de la representación permanente ante la ONU. Ahora hablando de ello me doy cuenta de que no quiero adentrarme más en los detalles de este tema.
Quiero especificar que notificando de la intención de cerrar el consulado general en San Francisco nos exigieron que lo dejáramos en dos días. Nosotros habíamos ofrecido a los estadounidenses un mes para que pudieran igualar el número de sus diplomáticos al de los nuestros en EEUU, y a nuestros 35 representantes, con sus familias, les echaron a la calle en término de dos días y ahora nos hacen cerrar en este mismo periodo el consulado general. Añadieron, eso sí, que todos los que hubieran trabajado en el consulado general y dos instalaciones más, ocupándose, sobre todo, de cuestiones económicas en Washington y Nueva York, no están obligados a dejar el país, si no quieren, y pueden ser trasladados a otras nuestras dependencias: embajada en Washington y consulados generales en Seattle y Nueva York.
Recibimos esta nota anoche. Estamos estudiándolo y reaccionaremos en cuanto terminemos el análisis. Quiero resaltar que Rusia no fue el promotor de este intercambio de sanciones, lo inició el Gabinete de Barack Obama, con tal de socavar las relaciones ruso-estadounidenses y no permitir que Donald Trump implementara en el curso de su presidencia las propuestas constructivas, para dificultarle al máximo la realización de sus declaraciones preelectorales sobre la necesidad de normalizar las relaciones con Rusia. El presidente de EEUU, Donald Trump, tampoco deja de declararlo ahora. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha comentado en muchas ocasiones que estamos interesados en ello también, pero el impulso de respeto debe ser mutuo y recíproco. Estamos listos para ello. Seguiremos discutiéndolo, sin que lo afecte nuestra reacción, sea cuando y como sea.
Pregunta: Pasados más de cuatro años de la membresía de Rusia en la OMC, se presentó un proyecto de ley en la Duma de Estado de la Asamblea Federal de Rusia para denunciar el protocolo de adhesión de Rusia al respectivo acuerdo. ¿Qué influencia ejerce la actual situación política en el aspecto económico de la membresía de Rusia en la OMC?
Respuesta: Es evidente que esta influencia no es positiva. Hemos dicho en reiteradas ocasiones que las sanciones económicas sectoriales impuestas contra nosotros socavan los principios y el espíritu de la OMC y los acuerdos concertados en el marco de esta organización. Hemos dicho en reiteradas ocasiones también que los planes de crear bloques económicos y comerciales a nivel regional de carácter cerrado que acariciaba ya la administración de Barack Obama asimismo implican riesgos para el sistema abierto de comercio global plasmado en la OMC.
Ahora, cuando tuvimos que aplicar medidas de respuesta a las sanciones absolutamente ilegítimas de la UE y EEUU, surgen muchas disputas comerciales que no es fácil resolver. Siempre nos pronunciamos por arreglar cualesquiera disputas mediante acuerdos mutuamente aceptables, de modo extrajudicial. Mientras, esto no siempre es realizable. La respuesta corta es “sí”. Esto no ayuda a aprovechar de modo eficaz las ventajas para Rusia que hay en caso de que todos los mecanismos de la OMC funcionen normalmente.
Pregunta: Soy ciudadano de la República de Bielorrusia. Hace poco, se promulgó una ley en Polonia que prevé demoler los monumentos de la época soviética, incluidas varias centenas de monumentos a los soldados del Ejército Rojo quienes liberaron a Polonia y toda la Europa del nazismo pagando por esto con sus propias vidas. Esta decisión sin precedente parece ofensiva para Rusia y otros países que participaron en la lucha contra el nazismo. ¿Qué es la causa de tal conducta por parte de Polonia? ¿Cómo se podría prevenir las consecuencias negativas de tales acciones?
Respuesta: Me parece que esto se debe a los que instigan los ánimos nacionalistas en la sociedad polaca, los que tratan de tergiversar la historia, los que intentan renovar el nacionalismo polaco desde las posiciones de exclusividad promovida, los que tratan echar la culpa por todos los problemas de Polonia a nuestro país. Todo esto supone las acciones que se llevan a cabo ahora con el fin de hacer pensar que el Pacto de no agresión entre Alemania y la URSS puso inicio a la Segunda Guerra Mundial y fue su causa real olvidando que cuando se concertaron los Acuerdos de Múnich y Checoslovaquia resultó dividida Polonia se hizo con un “buen bocado” sin decir nada en contra. En Polonia prefieren callar de lo que esto dio un impulso importante al aumento de la tensión en Europa. No dicen tampoco que mucho antes de la suscripción del Pacto de no agresión Gran Bretaña y Francia concertaron acuerdos similares con la Alemania hitleriana. No voy a recordar la historia más antigua, la época cuando Polonia promovía las ideas de Trimarium — 'tres mares' en latín (ideas de crear una federación de Estados ubicada entre los mares Báltico, Adriático y Negro), para fortalecer su influencia a lo largo de nuestras fronteras, sin hablar del período cuando Polonia dentro de Rusia trataba de reforzar sus posiciones a cuenta de nuestros territorios.
Tenemos un grupo conjunto ruso-polaco para resolver cuestiones complicadas. Cada país tiene derecho a tener su opinión sobre su propia historia, la historia de sus vecinos y la historia de sus relaciones con otros países. Esta Comisión trabajó de modo muy eficaz. En varias etapas se publicaron artículos conjuntos y hasta hubo la idea de publicar un manual conjunto dedicado a un período importante de las relaciones entre Rusia/URSS y Polonia. Polonia hoy congeló todos los formatos de nuestra comunicación: las comisiones que actuaban bajo los auspicios de los ministros de Asuntos Exteriores y con la participación de otros departamentos y varios otros canales. Polonia trata de usar documentos sobre este grupo que se guardan formalmente para imponer su opinión de lo que pasa. En la situación cuando pasa lo con que ha comenzado usted su pregunta es absolutamente inaceptable.
Sabe que los polacos tienen muchos problemas con la interpretación de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y no sólo con nosotros. Hace poco, tuvieron problemas con los ucranianos donde los vándalos dañaron tumbas en un cementerio de Lvov. La parte ucraniana no encontró nada mejor que acusar de nuevo a nosotros de que los enterramientos polacos supuestamente los profanaron los bandidos rusos en Lvov.
Creo que es muy peligroso aportar estas fantasías históricas en la política real de hoy. En Polonia se siente un evidente “lavado de cerebros” en espíritu antirruso. Las declaraciones que se hacen al mismo tiempo de que están dispuestos a comunicarse, las propuestas de celebrar reuniones sólo ponen de relieve que es imposible en esta coyuntura.
Se propagan continuamente mentiras en relación con la tragedia que tuvo lugar en abril de 2010, cuando el avión del presidente de Polonia, Lech Kaczynski, con muchos representantes del Gobierno se estrelló cerca de la ciudad de Smolensk al chocar con un abedul en las condiciones de mala visibilidad cuando todos aconsejaron que no aterrizase. Todo se estableció hace mucho. Ahora tratan de hacer unas declaraciones absurdas de que se descubrió las huellas de algunas sustancias explosivas en las alas del avión. Todo fue acordado y firmado hace mucho por nuestros colegas polacos.
Me es difícil agregar algo. Veo una obsesión con crear en la sociedad polaca un ambiente del pleno rechazo de todo lo que está vinculado con Rusia. Es mal y no corresponde a los principios bajo los que puso su firma Polonia al adherirse a la ONU y cuando se fundó la OSCE. En la propia OSCE prestan la atención en esto empezando a criticar a Polonia. Espero que si esto continua la critiquen de modo más serio por tales ánimos ultranacionalistas.
Pregunta: En lo que se refiere al futuro de la diplomacia rusa, ¿podría decir usted cómo debería ser su fundamento para hacer realidad nuestro rumbo en el ámbito de política exterior? ¿Hay algunos métodos ineficaces que sería necesario exlcuir, es decir, que ya son caducados?
Respuesta: Si hablamos en este tono político, en lo que se refiere a los métodos políticos, ya he dicho que los métodos de dictado, ultimátums y sanciones ya caen en desuso. Me parece que deberían de hecho considerarse caducados. ¿Por qué he mencionado las sanciones como parte de la diplomacia? Cuando se aborda hoy el tema de Corea del Norte y qué hacer con este país, nosotros y los chinos decimos que se han agotado ya todas las sanciones posibles dirigidas a impedir que Corea del Norte aproveche sus lazos externos para desarrollar los programas nucleares y de misiles prohibidos por el Consejo de Seguridad de la ONU. El Consejo de Seguridad de la ONU ya aprobó todas las sanciones posibles e imposibles que no están directamente vinculados con estas áreas de vida de Corea del Norte. En adición, se impusieron sanciones unilaterales que consideramos absolutamente ilegítimas. Si hay sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU en relación con un asunto acordado, el participante de este acuerdo, creo yo, no tiene derecho moral ni jurídico de emprender algo más. Las sanciones colectivas que decide imponer el Consejo de Seguridad de la ONU son obligatorias para todos. Me parece que no se puede sustraer algo de tales decisiones (incumplir algo de lo acordado) ni se puede añadir algo tampoco. Cuando decimos junto con China que los métodos de presión se han agotado y exhortamos a inventar las condiciones para sentarse a la mesa de las negociaciones nos responden que nadie está interesado en la solución militar (Rusia y China naturalmente no aceptan la solución militar). Para evitarlo hay que “continuar la diplomacia”. A nuestra pregunta sobre el método responden con la propuesta de imponer sanciones adicionales. Nuestros socios occidentales describen en su mentalidad las sanciones como un método de herramientas políticas. Se debería renunciar a estas y a los ultimátums.
Los estadounidenses recurren a esto desde hace mucho y ahora los europeos han empezado a acostumbrarse a esto. Cuando hacen su propuesta que seguramente fue formulada unilateralmente y no refleja los intereses de los a quienes está dirigida y nosotros junto con los demás proponemos sentarse a la mesa de las negociaciones y discutir lo rechazan atribuyéndolo a la falta de tiempo e indicando que las sanciones son una herramienta de “aceleración”. Intentan proceder de este modo en relación con Sudán del Sur, criatura de la Administración Obama que lo escindió de Sudán. Ahora a EEUU no le gusta algo en Sudán del Sur y quiere imponer nuevas sanciones contra esta república siguiendo el principio: “hago lo que quiero”. Es formalmente una postura diplomática, pero no hay lugar en la diplomacia para esto.
En la diplomacia hay lugar para la cultura del consenso, la búsqueda del diálogo. Como en cualquier familia, cuando uno está en mal humor y quiere conseguir algo de su amigo o relativo, puede gritar (esto depende si le temen o no, pueden aceptarlo o no), pero siempre es mejor empezar a buscar fórmulas de compromiso al reprimir todas las emociones. Subrayo de nuevo que esto exige mucho más tiempo que el grito con la esperanza de asustar a uno. Mientras, en la mayoría de los casos es el único camino.
En caso de considerar lo que ha preguntado usted desde el punto de vista de las tecnologías modernas, está claro, es necesario dominarlas: redes sociales, el correo electrónico como medio de envío de la información, etc. A medida del desarrollo de nuevas tecnologías, estas posibilidades se ampliarán, pero esto nunca sustituirá la diplomacia personal, directa a través de la comunicación por dos causas. Primero, hoy hay muchos hackers y filtraciones. Tales casos son más frecuentes en los medios de comunicación electrónicos que en las fuentes de la información tradicionales. Muchos temerán confiar demasiado en las nuevas tecnologías, al menos en lo que se refiere a los asuntos más delicados. Además, no se puede sustituir la situación cuando se puede mirar en los ojos de uno y entender si sus respuestas son sinceras (en vez de pensar cómo formular la reacción a un comentario en Twitter). Parece que es así.
En lo que se refiere a los errores, hay que considerarlos de modo individual en cada caso. Cuando alguien cometió un error en el Consejo de Seguridad de la ONU, a principios de los 50, en la península de Corea aparecieron las tropas estadounidenses bajo el nombre “Tropas de la ONU”. Es un error concreto. Es necesario tomar en consideración la historia de la diplomacia en cada caso concreto.
Pregunta: Durante el año en curso, recibimos las noticias preocupantes sobre los planes de la nueva administración estadounidense de abandonar el Acuerdo de París. A juzgar por todo, esto pasa porque estos acuerdos no responden a los intereses de la élite estadounidense. Como usted ha hablado de esto en su discurso y observamos durante más de una década que para EEUU las normas internacionales o la Carta de la ONU no sirven para restringir su poder, ¿qué medios de presión habría que crear? ¿Con qué métodos se podría ejercer la influencia, en particular, en EEUU para resolver problemas globales e importantes que representan interés para toda la humanidad?
Respuesta: Estoy convencido de que sólo es el diálogo y la disposición a dialogar sobre la base de la igualdad, la disposición a oír las preocupaciones reales que estimularon a EEUU a abandonar el Acuerdo de París, así como la disposición y la necesidad de oír las preocupaciones reales de cualquier país que cambia su opinión sobre uno u otro documento internacional. Esto pasa no por primera vez.
Barack Obama entró en la campaña presidencial prometiendo hacer varias cosas concretas: cerrar la base ilegal de Guantánamo (no lo hizo) y ratificar, entre otros documentos, el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Pasados unos dos años, hasta dejó de mencionarlo y no lo realizó tampoco. Son cosas muy importantes, posiblemente no menos importantes que los acuerdos sobre el clima. En general, es un asunto voluntario. Así es la fuerza de los tratados y convenios internacionales. Se adhieren a estos voluntariamente. El país que ve un texto que no toma en consideración sus intereses tiene derecho a no adherirse. Así las cosas, muchos no se adhieren al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Al suscribirlo, Rusia observaba su funcionamiento durante mucho tiempo. Al final, revocamos nuestra firma, porque la Fiscalía de la Corte Penal Internacional actuó de modo absolutamente inadecuado al renunciar a estudiar las denuncias de los habitantes de Osetia del Sur en relación con la ofensiva lanzada por el Ejército de Georgia. En vez de esto, declaró que estudiaría la conducta de los habitantes surosetas en relación con los georgianos que les atacaron.
Regresemos al Acuerdo de París. No es un documento de acción directa sino un acuerdo marco. Al firmarlo dijimos claramente que estudiaríamos la posibilidad de ratificarlo según el mecanismo de su cumplimiento. Está previsto que, después de que este acuerdo marco sea aprobado, los países firmantes empezarán a negociar de qué se trata concretamente, incluidas las cuotas de reducción de las emisiones, quien y como las controlará. Es lo más importante, porque, en general, se trata de un lema concretizado. No está previsto un mecanismo de su implementación. Esperaremos que sea acordado y veremos cuánto comprensible sea, en qué medida responda a nuestros intereses y los intereses de otros Estados, si será viable. Cada país está en el derecho a suspender su adhesión a un u otro convenio internacional. Mientras, en todas las circunstancias hay que hablar y convencer. Al llegar al poder, el presidente de EEUU, Donald Trump, permitió revisar muchas áreas de la política exterior en el ámbito militar, económico, comercial y ecológico. La postura de la administración sólo está formándose, no le dan trabajar normalmente, quieren hacerlo todo para que quede incapaz de trabajar. Varias centenas de funcionarios de segundo nivel (jefes adjuntos y sus subordinados) no están designados todavía y sus candidaturas ni siquiera están propuestas al Congreso. Se emprenden intentos para atar las manos, inventar unas injerencias rusas, unos lazos de Donald Trump y su familia con Rusia. Pronto ya cumplirán diez meses del inicio de la propagación de este tema en EEUU. Surgió en la antesala de la votación, pero nadie presentó alguna prueba. Creo que es una conducta vergonzosa de los adultos que ocupan cargos demasiado altos en los organismos del poder ejecutivo, judicial y legislativo de EEUU.
Pregunta: La reunión de los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de EEUU, Donald Trump, fue una de las principales intrigas de la cumbre del G20. Anteriormente, usted declaró que esta reunión daría claridad respecto a las relaciones futuras de estos dos países. ¿Se han justificado estas esperanzas? ¿Qué cambiará en las relaciones ruso-estadounidenses?
Respuesta: Creo que nadie puede aclararlo todo nunca, hasta si se celebra millones de encuentros. Mientras, se hizo más claro que Donald Trump, como declaró él mismo en reiteradas ocasiones tras la reunión (incluso hace poco), está interesado en normalizar las relaciones con Rusia. Es un deseo recíproco. Nuestra postura es la misma. Estamos dispuestos a avanzar con la velocidad y hasta la profundidad que sea confortable para la administración de Donald Trump. Entendemos que hoy intentan “freírla” por cualquier motivo, disculpen la jerga. No consideramos necesario actuar enérgicamente en la dirección estadounidense, pero entendemos que quieren dar un hachazo a la administración. En este contexto, consideramos las sanciones que el Congreso de EEUU impone al presidente estadounidense, Donald Trump (ahora nadie duda de esto), la aprobación de la ley que no tanto está dirigido contra Rusia como al mismo objetivo: atar las manos a Donald Trump, impedirle usar en plena medida sus poderes constitucionales en el ámbito de política exterior.
La vida no puede ser monocroma, es mucho más rica. La dialéctica nos enseña: al observar lo inaceptable y al tomar en consideración todas las hostilidades dirigidas contra nosotros, tenemos que sacar las conclusiones cómo puede ser nuestra reacción, pero esta reacción no debe causar un mayor daño en adición al daño ya causado. Está claro que vamos a reaccionar de modo duro a lo que nos causa daño sin razón y sólo está dictado con el deseo de estropear nuestras relaciones con EEUU.
Pregunta: ¿Cómo es hoy la postura y el papel de Rusia en el ámbito de cooperación ecológica internacional?
Respuesta: Acabo de mencionarlo. Formamos parte del Acuerdo de París sobre el clima, queremos que adquiera una forma que permitirá juzgar sobre la eficacia de su cumplimiento. Por las veleidades de la suerte, tras el colapso de la URSS, cuando nuestra industria experimentó una grave crisis (y posteriormente se restablecía de modo complicado, pero con el uso de las tecnologías avanzadas en materia de ecología), tenemos tal cantidad de emisiones de CO2 a la atmósfera que sin emprender muchos esfuerzos podremos no sólo conseguir hacia 2030 el nivel previsto, sino nuestros indicadores serán mucho más bajos que esta cuota. En lo que se refiere al problema de cambio climático, nuestra postura es firme y honesta. Repito que nos ayudó la situación cuando vivíamos una grave crisis tras la disolución de la URSS. En general, nos pronunciamos por el desarrollo y la profundización de la cooperación económica, pero preferiríamos que esto no se haga de conformidad con algunas unívocas declaraciones y exigencias pánicas, sino en base al análisis científico. Últimamente, se publicaron muchos artículos científicos sobre el cambio climático que analizan el estado del clima de nuestro planeta durante varios milenios. No soy experto en esto, pero creo que los que aprueban la decisión hoy deben estar al tanto de estas investigaciones. He oído decir que hay escuelas científicas de escépticos que creen que todas estas exigencias de introducir nuevas tecnologías caras (en caso contrario, el planeta puede “recalentarse” y habrá un colapso) recuerdan el Problema del año 2000. Quizás no recuerden ustedes, hubo tal Problema del año 2000, cuando en la antesala del nuevo milenio muchos destacaron la necesidad de comprar urgentemente nuevos ordenadores, porque los que existían podrían cesar de funcionar tras la aparición de tres ceros. Unos vendieron una gran partida de tales ordenadores en todo el mundo. Posteriormente, cuando se puso de relieve que los antiguos ordenadores sobrevivieron muy bien la Nochevieja, lo olvidamos. Mientras, hubo tal problema.
No quiero decir que ahora pasa lo mismo con el cambio climático, no. Ahora aparecen muchos artículos de análisis científico sobre las observaciones hechas durante miles de años. Cuando encontraron el agua congelada de un lago subterráneo en la Antártida esto permitió también sacar las conclusiones sobre los cambios climáticos durante varios milenios. Por eso respaldamos el enfoque científico. El presidente ruso, Vladímir Putin, hoy muestra el ejemplo de la lucha contra los basureros, es la ecología también. Es más importante para nosotros ahora que entender la importancia de reducir nuestra cuota de emisiones de CO2. Por eso nuestro enfoque hacia la ecología es combinado. Les aseguro que en las conferencias internacionales sobre el medio ambiente nuestra postura goza de respeto, tenemos muchas ideas y propuestas que al final se convierten en objetos de los acuerdos internacionales.
Pregunta: Usted es ídolo para muchos estudiantes de hoy, le toman por ejemplo. ¿Quién fue su ídolo en sus tiempos de universitario?
Respuesta: Quizás no sea muy habitual pero tuve muchos ídolos. Entonces no usábamos esta palabra por demasiado rebuscada pero sí había personas a las que queríamos parecer y les tomábamos por ejemplo. Una de ellas, indudablemente, fue Yevgueni Primakov. No quiero ofender a nadie. Un ídolo es una figura que raya a gran altura, mientras los apellidos de las personas que nos servían de ejemplo no les dirán nada, así que no las enumeraré para no dejar a alguien. Eran personas que me enseñaron a trabajar cuando ingresé, al graduarme del IRIM, primero en el MAE por un par de meses, luego fui a Sri-Lanka. Les estoy muy agradecido a todos, hasta ahora estoy en contacto con muchos de ellos, nos vemos, hablamos. Aquí Ustedes también tienen a profesores a los que recordarán durante muchos años después de graduarse de este exclusivo centro de estudios.
Pregunta: Hace poco, llegaron noticias de que el Parlamento de la República de Moldavia había solicitado a ONU la retirada del contingente de paz ruso de Transnistria, a lo que el presidente de Transnistria, Vadim Krasnoselski había respondido que en ese caso los más probable que estallara la guerra. ¿Cómo evalúa esta situación? ¿Hay riesgo de agravación del conflicto?
Respuesta: No creo que sea necesario vaticinar una guerra. Nadie la quiere menos los que dictaron a los representantes del gobierno moldavo la nota sobre la necesidad de retirar a nuestros militares de Transnistria. Los que los sugirieron al gobierne moldavo sí quieren guerra entre Rusia y Ucrania, entre Rusia y Moldavia. Es parte de la política de contención de Rusia. Como quien dice, nada es de más. Las sanciones y lo demás tienen las mismas raíces. Nuestros militares se encuentran en Transnistria conforme a los acuerdos conseguidos una vez suprimida la fase caliente del conflicto a principios de los 90 gracias al Ejército ruso. Después de ello la subdivisión correspondiente del Ejército ruso fue transformada a la agrupación de las tropas rusas en Transnistria con el único objetivo de vigilar los colosales arsenales de municiones en los almacenes de Cobasna. Al mismo tiempo se crearon las fuerzas de paz integradas, entre otros, por los militares rusos que se dedican a mantener la estabilidad en las orillas de Dniéster.
Desde que estas decisiones fueron aprobadas no ha habido ningún episodio de uso de fuerza en Transnistra. Sí hubo incidentes tensos pero nunca nadie ha disparado contra nadie. Todos comprendían que la retirada de nuestra agrupación de tropas que vigila los almacenes militares dependía de lo exitoso del proceso de arreglo político. La propia población de Transnistria, al conocer los inicios de una guerra caliente con Moldavia, que fue suprimida, declaró que no dejarían marcharse a los militares rusos y evacuar las armas hasta que les concedieran los derechos acordados. Los ciudadanos pacíficos literalmente se echaban en las vías ferroviarias para impedirlo.
Cuando en 2003 empezó el proceso del arreglo planeado, cuyo objetivo era conseguir un estatus especial de Transnistria dentro de Moldavia, que conservaba su integridad territorial, durante el período de preparación de aquel acuerdo se evacuó la mitad de las existencias de los almacenes y todo iba según lo previsto. Ya se habría evacuado el resto si el entonces presidente de Moldavia, Vladimir Voronin, no se hubiera negado a firmar el texto rubricado del acuerdo porque le habían llamado de Bruselas. Todos lo saben.
Es por eso que se encuentran allí nuestros militares que se marcharán en cuanto se crean las condiciones para la evacuación de esas reservas mortíferas. Las personas que sugieren a Moldavia emprender acciones agresivas son los que frenan el trabajo del grupo «5+2» creado bajo la égida de la OSCE y se encarga del arreglo. No necesitan el arreglo, necesitan hacer algo desagradable para la Federación de Rusia involucrándonos en una nueva situación de crisis.
Pregunta: En 2018, se celebrarán las elecciones presidenciales en Rusia. Para el día de hoy no hay muchas figuras tan fuertes y carismáticas como Usted para asumir la responsabilidad por el país y arrastrar a la nación hacia adelante. ¿Usted baraja la posibilidad de postularse como candidato?
Respuesta: No, no la barajo. Les diré con toda la franqueza, sin ningún atisbo de hipocresía, que me resulta muy confortable y agradable trabajar con el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin. Veo que tenemos aún toda una serie de tareas a resolver en el ámbito de la política exterior, y el hecho de que el ministerio ruso de Asuntos Exteriores lo esté haciendo enérgicamente me parece lo más importante en mi vida.
Pregunta: Sabemos que en octubre próximo se celebrará en Sochi el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes siendo el IRIM involucrado en los preparativos del mismo. ¿Tiene previsto visitar el Festival?
Respuesta: Sí, tengo previsto hacerlo. Ahora se está estudiando la logística del tema porque al mismo tiempo se celebrarán allí las reuniones del Club internacional de discusiones Valdái que contarán con la asistencia de los invitados extranjeros con los que tendré que reunirme también. Intentaremos planificarlo de modo que dé tiempo a conocer el Festival y encontrarme con sus participantes.
Pregunta: Respondiendo a una de las preguntas se refirió a Irán como a un socio de Rusia. Hace algún tiempo el boletín del grupo mediático ruso RBK publicó la información referente al proyecto iraní de crear un canal navegable del mar Caspio al golfo Pérsico. ¿Cómo avanza el proyecto? ¿Qué beneficios podrá obtener Rusia de llevarse a cabo este proyecto? ¿Qué oposición podrá encontrar el mismo por parte de la comunidad internacional?
Respuesta: Bastaría con la primera parte de la pregunta si lo puedo confirmar o no. No sé nada de esto. Las demás preguntas ya se descartan obviamente. Aunque semejantes ideas pueden estar concibiéndose por alguien. Los canales ahora están de moda. Nuestros amigos nicaragüenses quieren hacer un canal paralelo al de Panamá en su territorio, lo están discutiendo en serio.
No he oído nada sobre el canal que Usted menciona. Sí, me suena que en algún momento se pensaba construir un canal entre los mares Negro y Caspio pero la investigación científica puso de manifiesto los riesgos de tal construcción. Pero justo hoy he leído que en Ucrania se ha puesto en marcha la votación en Internet sobre la construcción del canal que separe físicamente Crimea de Ucrania. De vez en cuando surgen este tipo de ideas.
Pregunta: ¿Qué pasos en la política exterior deberá dar Rusia para fortalecer la moneda nacional?
Respuesta: No es en absoluto mi especialización. No quiero dar recomendaciones profanas. Me parece que la moneda nacional, tras conocidos desplomes, se ha estabilizado. Y esto es un hecho reconocido también en Occidente. No les puedo decir cómo seguirá desarrollándose la situación. Siga los comentarios de los especialistas.
Pregunta: Usted tiene fama no sólo como canciller de Rusia sino también como una persona multifacética, autor de poesías, sus discursos se convierten en una fuente de citas porque posee un estilo individual que se caracteriza por un dominio virtuoso de la palabra y el sentido de humor. Como estudiante, no puedo dejar de hacerme la pregunta: ¿cómo no permitir que la profesión elegida y querida, que apasiona pero requiere una entrega absoluta, te absorba por completo, sino conservar la diversidad del mundo interior y la individualidad? ¿Cómo, persiguiendo la perfección, no traspasar la frontera entre el profesionalismo y la falta de individualidad? ¿Podría darnos un consejo a mí y mis compañeros desde la altura de su experiencia?
Respuesta: Cuesta mucho hacer una sesión de psicoanálisis a sí mismo. Para mí el trabajo siempre ha sido lo primero, pero no es algo que recomiende buscar. Nunca me dedicaba a las actividades de ocio antes de terminar todo el trabajo. Lo hacía con exasperación, deseando terminar cuanto antes, a veces, quizás, en detrimento de la calidad.
Pregunta: En los últimos seis meses la situación en la península de Corea se ha caldeado bruscamente a raíz de los cada vez más frecuentes lanzamiento de misiles que realiza Corea del Norte y la dura reacción de EEUU. Rusia, por su parte, se esfuerza en mantener la paz. ¿Cree que Rusia podrá impedir la intervención militar de EEUU en los asuntos de los países de la península de Corea?
Respuesta: Rusia sola, desde luego, no podrá. Es esta cuestión hay que buscar apoyo en el sentido común de muchos Estados. Antes que nada, existe la iniciativa conjunta ruso-china cuyas propuestas fueron afianzadas por la declaración de los cancilleres de Rusia y China el pasado 4 de julio, durante la visita a Rusia del presidente de China, Xi Jinping. El documento fue divulgado en los organismos de la ONU, como el Consejo de Seguridad y la Asamblea General, y sus disposiciones forman parte de todas las resoluciones. Recordamos que todas las resoluciones que imponen las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contienen cláusulas sobre la necesidad de conseguir la solución pacífica, la reanudación de las negociaciones, etc.
Ahora nos encontramos en la situación que vaticinábamos - la espiral de la confrontación empieza a evolucionar de una forma muy peligrosa. Se multiplica sin cesar las secuencias idénticas. Se realiza donde sea el lanzamiento de misiles o ensayos nucleares, como respuesta se imponen sanciones. Luego se organizan nuevas maniobras de EEUU, como respuesta de realizan nuevos lanzamientos y nuevas sanciones. Propusimos respaldar una línea consecuente hacia la distensión. En este contexto apoyamos la iniciativa china del denominado “doble congelamiento” que consiste en que Corea del Norte congela todos los lanzamientos y ensayos mientras EEUU y Corea del Sur reducen al mínimo sus simulacros militares. Lo propusimos primero a John Kerry. Los estadounidenses nos contestaron lo mismo que repiten ahora en la administración de Donald Trump, que no es una propuesta desigual ya que los lanzamientos y los ensayos nucleares norcoreanos están prohibidos por el Consejo de Seguridad de la ONU mientras los ejercicios militares son absolutamente legítimas. Respondemos a esto que no merece la pena empeñarse en esta lógica legalista. Por supuesto, nadie acusa a los estadounidenses de infringir el derecho internacional pero si se trata de la amenaza de guerra – los propios estadounidenses reconocen que siguen teniendo en cuenta la opción militar – entonces, a lo mejor, si queremos evitar la guerra deberá dar el primer paso el que es más inteligente y más fuerte. No cabe duda cuál de los dos países posee tales cualidades. Aunque nunca se sabe.
El secretario de Defensa de EEUU, James Mattis dijo en varias ocasiones que la solución militar de esta situación conduciría a colosales pérdidas humanas. Los estadounidenses nos lo confirman también a nosotros. A la pregunta si estas pérdidas las sufrirán también sus aliados como Japón o Corea del Sur insinúan que puede darse la situación en que no habrá otra alternativa. Es un vaticinio absolutamente aterrador. Seguiremos intentando conseguir que se reanuden las negociaciones. Nos consta que los estadounidenses están hablando con los representantes de Pyongyang por un canal medio secreto y extraoficial. No tenemos nada en contra, todo lo contrario, aplaudiremos si llegan a acordar medidas para desescalar el conflicto, sentarse a la mesa de las negociaciones y empezar a hablar.
Tenemos un objetivo común que es la desnuclearización de la península de Corea, que el Norte no posea armas nucleares ni el Sur cuente con ellas, sean propias o estadounidenses. Pero al mismo tiempo debemos reconocer que cualquier país, incluida Corea del Norte, tiene derecho a garantizar su seguridad. Y es que hubo muchas amenazas de cambiar el régimen norcoreano y unir el país forzosamente con Corea del Sur. En este sentido me resultó muy grato conocer la reciente iniciativa de “los cuatro no” del secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson: no al uso de fuerzo, no al cambio del régimen, no a la unión forzada de las Coreas del Norte y del Sur y no al traspaso del paralelo 38 por las tropas estadounidenses. Es una propuesta muy sensata. Lamentablemente, de momento no se transforma en los pasos concretos que se podrían utilizar para impulsar las negociaciones. Empleamos nuestros canales de comunicación con todos los participantes de las negociaciones a seis bandas para palpar las coincidencias que nos permitan elaborar algún mecanismo funcional y llevar la situación lejos de las recíprocas amenazas bélicas. Desde luego esto supondrá la renuncia rotunda de Corea del Norte a llevar a cabo cualesquiera ensayos nucleares y lanzamientos de misiles.
Pregunta: El célebre estadista británico William Gladstone decía que el principio fundamental de la política exterior es el exitoso gobierno dentro del país. ¿Está Usted de acuerdo?
Respuesta: Cuanto más fuerte es un país en materia de economía, seguridad social y defensa, tanto más eficaz será su política exterior. No cabe ninguna duda de ello. El hecho de que nuestra política exterior haya logrado una buena marcha, haya alcanzado unas alturas en las que nadie ya puede dejar de tomar en cuenta a Rusia, nos aleja de la situación de los años noventa, cuando nuestra economía y seguridad social estaban en ruinas. Sin duda, tenemos dificultades económicas debido a ciertas circunstancias pero, al fin y al cabo, nuestra economía es eficiente. Lo reconocen todos, Lo sentimos también en el ámbito de política exterior, nos resulta más fácil trabajar contando con esta economía que con la de los años noventa.
Pregunta: Su biografía es muy intensa e interesante. Visitó numerosos países, conoce a muchas personalidades, jefes de Estado. ¿Qué episodio de su vida diplomático fue el más intenso, supuso la lección más memorable, que tal vez no sirva de lección también?
Respuesta: Los episodios más intensos en mi vida no se limitan al servicio diplomático. No me gustaría quedar mal al olvidar mencionar alguno de ellos. Hubo muchos momentos de gran satisfacción por el trabajo hecho. Entre ellos, toda una serie de los acuerdos bilaterales con los países vecinos, en particular, para arreglar definitivamente las cuestiones de fronteras. Fue muy importante tras la desintegración de la URSS. También el acurdo sobre el programa nuclear de Irán. Confío en que seamos capaces de protegerlo aunque muchos en Washington desean lo contrario. Es una mala idea que no cabe en la lógica del régimen de no proliferación de armas nucleares sino en la lógica del caos dirigido. En cuanto se vislumbra alguna solución constructiva, los aficionados a “pescar en río revuelto” intentan ponerle alguna pega. Recuerdo también el acurdo con el ex secretario de Estado de EEUU, John Kerry, sobre Siria. Fue el año pasado, justo después del encuentro de los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y EEUU, Barack Obama, en China, donde acordaron definitivamente y a base de compromiso el enfoque general sobre el problema de Siria. Nos encomendaron elaborar el documento correspondiente. Un tiempo después el documento estaba listo. Representó un verdadero avance. Creo que si entonces los estadounidenses no se hubieran visto incapaces de aplastar a Jabata al-Nuera, la crisis siria estaría ahora en la fase del arreglo político, sin ninguna reincidencia. Hubo muchas cosas. Nunca me he parado a pensar en ello. No pienso escribir las memorias por eso no he sistematizado los buenos momentos de la vida.
Pregunta: Como ya han señalado muchos expertos, y Usted entre ellos, en los últimos decenios algunos países occidentales elaboraron un sistema de desestabilización y violación de soberanía de los Estados más débiles e indefensos. En los últimos veinte o treinta años fue empleado con éxito en Europa Oriental y en Oriente Próximo. Irak, Libia y otros países cayeron víctimas de estas políticas. Pero en caso de Siria, cuando su presidente, Basar Asad, junto con Rusia, empezó a luchar por la soberanía de su nación, muchos vieron la posibilidad de que este sistema injusto se derrumba. ¿Cree en que la victoria en Siria representará un factor decisivo para cambiar el sistema consolidad en Oriente Próximo? De ser así ¿cómo cambiará?
Respuesta: No cabe duda de que el arreglo en Siria representará un factor positivo no sólo para Oriente Próximo sino para la totalidad de las relaciones internacionales. Al menos pondrá fin a la sucesión de burdas invasiones - en Irak, sin haberlo discutido en el Consejo de Seguridad de la ONU, en Libia, donde se infringió el mandato limitado expedido por el mismo Consejo. Precisamente el hecho de que Siria haya elegido otro camino, también gracias a nuestro apoyo, da rabia a nuestros socios occidentales. Deseando conservar la hegemonía, de la que han disfrutado durante siglos, emprenden acciones bruscas y dan pasos irreflexivos.
Por cierto, son ellos los que no paran de deliberar cuándo levantarán las sanciones contra Rusia. Nosotros dijimos al principio que ese tema no nos preocupaba: Ustedes las impusieron, Ustedes las tendrán que levantar. Pero ellos, en sus intervenciones ante las propias naciones, la comunidad internacional, los medios exigen que Rusia cumpla los Acuerdos de Minsk, aunque éstos mencionan diez veces al régimen de Kíev y ninguna vez a Rusia. Ahora muchos empiezan a darse cuenta de lo absurdo de esta exigencia, Por ejemplo, los políticos alemanes ya lo dicen públicamente, aunque con la misma reserva de que están deseando levantar las sanciones, cooperar con Rusia sin la que es difícil solucionar muchos problemas pero que cumpla primero los Acuerdos de Minsk. Después se le añadió de repente el tema sirio: si Rusia colaborar con nosotros en la cuestión ucraniana y dejara de apoyar a Bashar Asad en Siria entonces le levantaríamos las sanciones. Sigmund Freud diría que inconscientemente revelan que detestan cualquier faceta del papel positivo de Rusia. Por desgracia, estas personas existen, pero menos mal que son cada vez menos. Pero estos pocos por ahora están en el poder y persistirán en él. Tenemos que trabajar con las personas que piensan así.
Pero en un sentido más amplio, desde luego, será una señal de que ya no se puede dictar decisiones unilaterales sin tener en cuenta la opinión del país en cuestión ni de los países también interesados en este u otro asunto. No será punto de inflexión de la tendencia. Las tendencias generales, como ya he dicho al principio, van orientadas a un mundo multipolar, pero le precederá una etapa de transición, si evaluamos correctamente lo que vemos en las relaciones internacionales. Pero en esta etapa aún nos queda por superar el pico de la resistencia a esta tendencia. El pico está ya cerca. Cada vez son más los socios occidentales que comprenden que no es que haga falta resignarse ante los procesos objetivos sino captar las tendencias reales de la actualidad, que es mucho más fácil y eficaz proteger los intereses nacionales de sus propios países siguiendo esta tendencia que luchando contra ella.
Pregunta: Se dice que la Historia se desarrolla en espiral. ¿Cree que en la historia del Estado ruso y su diplomacia hubo momentos similares a este?
Respuesta: Nunca sucede nada de manera idéntica, pero sí la historia se repite. Hubo muchos períodos cuando nos intentaron contener, no hace falta ni siquiera enumerarlos. Si Usted estudia la historia, los conoce todos: los llamados Tiempos Turbios, las invasiones. Pero nunca nuestro pueblo pudo ser sometido. Tarde o temprano encontraba recursos interiores. Durante la guerra contra Napoleón en 1812 y la Segunda Guerra Mundial se trataba de una decidida y encarnizada lucha por la liberación. E otras situaciones hacía falta más tiempo, quizás, otro tipo de valentía, más paciencia y preparación sigilosa de la futura victoria. Creo que ahora tampoco nos faltará la paciencia. Nadie quiera una guerra caliente, no vamos a participar en ella pero en vista de lo que está sucediendo alrededor tenemos que contar con unas armas, un ejército, una armada y unas fuerzas aeroespaciales que se correspondan con las realidad actual.
Leo muchos materiales occidentales. Ahora publican abiertamente notas analíticas en diferentes revistas militares reconociendo que Rusia tiene un Ejército y una Fuerza Aérea supermodernos. A los expertos extranjeros les sorprende, sobre todo, que contemos también con una Marina de Guerra muy fuerte. No lo decimos para provocar una nueva carrera armamentística o probar la resistencia de alguien. Simplemente sucede bastante a menudo cuando un país mal armado se convierte en el objetivo de absorción no desde el punto de vista legal, sino en cuanto a la autonomía.
Repito que hubo muchos períodos cuando nos intentaron contener con diferentes medidas, incluido el empleo de la fuerza. También con las sanciones. No es la primera vez que se imponen contra nosotros las sanciones de tal alcance. Recuerden los tiempos soviéticos, entonces también había muchas sanciones. Lo más importante es que, además de poseer un enorme y riquísimo territorio, un gran ejército, marina y fuerzas aeroespaciales, está el propio pueblo ruso, portador, a nivel genético, de nuestra cultura civilizatoria, nuestra actitud abierta con todo el mundo pero con la restricción de que estamos dispuestos a ser amigos de los que quieren respondernos a base de paridad, en lugar de intentar imponer sus normas en casa ajena. Estoy convencido de que estas cualidades son bien conocidas por los que se relacionan con los rusos dentro y fuera de nuestro país. Confío en que sus colegas de los Estados extranjeros, que cursarán estudios junto a nuestros ciudadanos, sientan esta gran cualidad del pueblo ruso en toda su plenitud.