Entrevista concedida por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a Mijaíl Gusman, Subdirector Primero de la Agencia ITAR–TASS, para la Agencia ITAR–TASS, el diario “Rossíyskaya gazeta” y el canal televisivo “Rusia 24”
Pregunta: Dmitri Medvédev y Barack Obama instituyeron la Comisión Presidencial Ruso-Estadounidense para la cooperación bilateral. Usted y Hillary Clinton, Secretaria de Estado, son sus coordinadores. La Comisión trabaja en diversos campos. Cómo aprecia usted su actividad? Tiene un potencial? A su juicio, en qué trabajo sería correcto centrarse?
Serguéi Lavrov: Este mecanismo singular –a diferencia de semejantes intentos anteriores, por ejemplo, la Comisión Chernomyrdin–Gore que se ocupaba, sobre todo, en la economía– está dedicado al conjunto de las relaciones ruso-estadounidenses. En el marco de los veinte grupos de trabajo instituidos, lo cual habla de por sí de la escala de las tareas, se examinan los problemas de las relaciones bilaterales. Se trata de los temas militares y estratégicos, la economía, las altas tecnologías, las innovaciones, la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, los intercambios culturales y educacionales. Dentro de uno de los grupos de trabajo funciona asimismo el subgrupo para los mass media encabezada por usted.
Fue creada una infraestructura seria y útil para fomentar el diálogo y llegar a un entendimiento mejor en cada uno de los campos mencionados. Pero el trabajo no se limita al diálogo. En muchos grupos de trabajo han sido arrancados proyectos concretos, en particular, en materia de eficacia energética, las altas tecnologías, las inversiones y la cultura. Sin duda, el resultado es positivo. Ayuda a formar una agenda constructiva de las relaciones ruso-estadounidenses.
Por lo que respecta a las reservas, sí que las hay. Siempre hay que esforzarse por alcanzar más de lo ya alcanzado. La Secretaria de Estado Hillary Clinton y yo, en calidad de los coordinadores, vamos a disponer a nuestros colegas para un trabajo activo y para resultados concretos.
Pregunta: Hablando de las relaciones ruso-estadounidenses en general. Tuve la ocasión de hablar con todos los copresidentes de los grupos de trabajo de temas, al parecer, complicados, tales como la cooperación militar. Hemos hablado con el almirante Michael Mallen, Jefe de Estados Mayores Unidos, quien ha dimitido hace poco, y con Nikolái Márov, copresidente de parte de Rusia y Jefe del Estado Mayor General ruso. E incluso en cuanto a la cooperación militar: aparte del problema "doloroso" de la DAM, que actualmente intentan resolver, dejemos el problema de la DAM a los militares, en su opinión, ¿hay otros temas "dolorosos" en la cooperación ruso-estadounidense que nos preocupan hoy día sobre todo? Cómo aprecia usted el estado actual de las relaciones ruso-estadounidenses?
Serguéi Lavrov: Yo las apreciaría como relaciones de una colaboración constructiva y pragmática. Constructiva porque nos esforzamos por resolver en común los problemas en que nuestros intereses coinciden y donde se los puede llevar a una posición coincidente. Planteamos por principio los temas en que divergimos, pero no los convertimos en obstáculos para lo demás.
Yo colocaría entre los logros varias soluciones y acuerdos conocidas. Se trata del Tratado de la Reducción de los Armamentos Estratégicos Ofensivos, la ratificación del Acuerdo de la Cooperación en el Aprovechamiento de la Energía Nuclear con Fines Pacíficos (el llamado Acuerdo 1-2-3) que despeja el camino para Rusia, EE.UU. y los empresarios de otros países, así como abre posibilidades para la colaboración estrecha y prometedora de Moscú y Washington en los mercados de terceros Estados. Entre lo positivo mencionaré asimismo el acuerdo bilateral sobre la adhesión de Rusia a la Organización Mundial de Comercio y las negociaciones multilaterales sobre el particular en Ginebra que entraron en su fase final. Espero que con el apoyo sustancial prometido por Barack Obama esta epopeya finalice con éxito próximamente.
Entre lo positivo figura asimismo el nuevo campo de altas tecnologías e innovaciones, que en los años precedentes se detenía un poco debido a las dudas mutuas. Actualmente está instituido el grupo de trabajo dedicado a este temario. Varias compañías estadounidenses han venido a Skólkovo y se dedican a la búsqueda de proyectos concretos junto con los socios rusos. Antes no semejantes cosas se registraban.
Claro que hay problemas. Usted ha mencionada la DAM. Es una manifestación particular de las divergencias filosóficas que se mantienen.
Pregunta: De las fobias?
Serguéi Lavrov: Yo las llamaría divergencias filosóficas. Las fobias, de cierto, se manifiestan en algunas mentes, pero no son ellas las que dominan en las relaciones entre las Administraciones de Dmitri Medvédev y Barack Obama.
Las divergencias están relacionadas con cómo proceder en el mundo textual. La idea del sistema de seguridad único e indivisible presentada por el Presidente ruso al proponer el Tratado pertinente suponía la necesidad de tal sistema para todos. Puesto que ambos países anunciaron al nivel político que no somos enemigos y no reforzaremos la seguridad de cada uno a costa de la seguridad de cualquier otro Estado, Dmitri Medvédev propuso convertirlo en principio jurídicamente obligatorio fijándolo en el Tratado. Nos preguntaban qué situaciones pueden surgir. La DAM es justamente tal situación, pues cerca de las fronteras rusas se organizan las bases de interceptores y se emplazan radares. Tal y como evaluamos, esto se hace no en la configuración que se requiere para rechazar la amenaza desde el Sur, tal y como nos dicen, desde fuera de la Región Euroatlántica.
En este sentido se requiere sobre todo la indivisibilidad de la seguridad en forma jurídicamente obligatoria. Los socios estadounidenses nos persuaden que no lo necesitamos, ya que Rusia y EE.UU. no son rivales, y el sistema que se crea no está apuntado contra Rusia. Tal como decían personalidades político-militares del siglo XIX, las "intenciones cambian, los potenciales son lo que tiene importancia".
Esas divergencias en la filosofía y en la percepción del mundo actual se manifiestan en varios problemas. En particular, coincidimos con los estadounidenses en cuanto a los valores y los objetivos: apoyamos la supremacía del Derecho y los valores de la democracia, consideramos inadmisible la proliferación de las armas nucleares, cualquier topo de armas de exterminio masivo, luchamos activamente contra el terrorismo y el narcotráfico y trabajamos para arreglar los conflictos. Los estadounidenses promueven activamente al nivel nacional en otros países el principio de la supremacía del Derecho y la democratización. Estamos de acuerdo con que este principio debe ser angular para cada nación del planeta. Estamos convencidos de que de conformidad con la Carta de la ONU el mismo principio debe aplicarse también en los asuntos internacionales. Y en este sentido EE.UU. no está de acuerdo con nosotros. No está de acuerdo con lo que firmaron al ingresar en la ONU. En las situaciones de crisis y conflictos nuestros socios en Washington consideran que es correcto actuar con los métodos de sanciones y con el aislamiento de los países que no le gustan.
Estamos convencidos de que este no es el camino correcto. Hay que resolver los conflictos, litigios y crisis involucrando a todas las partes, sea la situación en el arreglo palestino-israelí el programa nuclear iraní, el problema nuclear de la península de Corea, las crisis en los países en el Norte de África o en cualquier otra región. Este problema filosófico en nuestras relaciones sí que existe. Discutimos regularmente sobre esos temas en las categorías en que ahora los mencionamos. Nos esforzamos, a través del entendimiento común y el entendimiento de los enfoques de principio en cada cuestión concreta, por avanzar más de que hoy es posible.
Pregunta: A su juicio, por lo que yo he entendido, la palabra clave que caracteriza las relaciones de Rusia y EE.UU. es colaboración. En los últimos años su socio es Hillary Clinton. Político con gran biografía insólita para un Secretario de Estado. Su actividad está bajo vigilancia. Es confortable para usted trabajar con ella como con un socio e interlocutor en las negociaciones? De la otra parte, en nuestra conversación con ella se quejaba: a Serguéi y a mí siempre nos falta el tiempo. Una frase simpática en la boca de una dama. Cómo aprecia usted la colaboración con la colega estadounidense? Y por qué les falta el tiempo?
Serguéi Lavrov: Primero, me es confortable e interesante con ella. Hillary Clinton es un político experimentadísimo, persona de amplios conocimientos que aspira a conseguir el resultado. No caben dudas de que defiende firmemente los intereses de su país. Pero está orientada a alcanzar el objetivo entendiendo que este resultado no provendrá de las concesiones unilaterales sino de los compromisos mutuamente beneficiosos.
Tal y como me parece por nuestra comunicación, Hillary Clinton comprende perfectamente la importancia de la colaboración con Rusia para garantizar los intereses nacionales de EE.UU. en el mundo actual. No todos lo pueden hacer en la actualidad. Hay políticos que respaldan la idea de la unión con China y la solución conjunta de los problemas ya que la RPCh es la potencia principal. Hay India y Brasil. Rusia de todos los países de BRICS tiene el ritmo de crecimiento económico más bajo. Sin embargo semejantes personas ven la coyuntura actual y evalúan la situación basándose en la estadística seca que realmente habla de algo y hay que tomarla en consideración. Pero no tienen capacidad suficiente para mirar más allá del horizonte. Hillary Clinton sí que tiene esta capacidad. Repito: me es interesante y confortable trabajar con ella y recibo satisfacción de la comunicación.
En lo que respecta al factor tiempo de nuestras relaciones, la agenda mencionada, a saber: la Comisión Presidencial con 20 grupos de trabajo y con los informes es lo que discutimos regularmente y debemos aprobar para presentarlo a los Presidentes. Ello concierne al número creciente de crisis y conflictos y al trabajo conjunto en el G-8, el "cuarteto" para el Cercano Oriente, la participación en el Consejo Rusia–OTAN y en otros actos numerosos que se celebran con la participación de Rusia y EE.UU., por ejemplo en APEC, ASEAN y las Cumbres del Sudeste Asiático, mecanismo al que se han adherido en este año Rusia y EE.UU. Una enumeración sencilla de la agenda explica por qué nos falta el tiempo. "Al margen" de las Cumbres del Sudeste Asiático y durante las reuniones en Moscú y Washington, así como en los numerosos foros multilaterales que he mencionado siempre encontramos la posibilidad de sentarnos, aunque sea por una hora, y ver qué temas más candentes de nuestro diálogo requieren la atención urgente.
Existen temas de las relaciones bilaterales a que se dedican 20 grupos de trabajo de la Comisión mencionada. Pero también existen temas específicos para los Servicios Diplomáticos. Por ejemplo Hillary Clinton era y sigue siendo entusiasta del acuerdo sobre la facilitación del régimen de viajes para los rusos y los estadounidenses, sobre todo para los turistas y hombres de negocios. Este acuerdo ya está fijado en el papel. Se están concluyendo los procedimientos internos en Moscú y Washington. Confío en que próximamente podremos anunciar su entrada en vigor. Será útil y agradable para la gente de nuestros países.
Pregunta: No sé si debo compadecer de usted o envidiar, pues durante los ocho años de su actividad en el cargo del Ministro de Asuntos Exteriores sus socios eran damas. Actualmente es Hillary Clinton, antes, Condoleezza Rice.
Si evaluamos, en general, los cincuenta años pasados, en su opinión, quién de los Secretarios de Estado dejó la huella más notable en la política mundial y en el mundo diplomático? En sus tiempos Mijaíl Svetlov dijo: "En el mundo hay muchos poetas buenos, pero quisiera almorzar con Alejandro Pushkin". Y con quién de los Secretarios de Estado usted almorzaría con gusto?
Serguéi Lavrov: Además de Hillary Clinton y Condoleezza Rice trabajaba asimismo con Madeleine Albright quien en aquel entonces era representante de EE.UU. en las Naciones Unidas. Habiéndose convertido en Secretaria de Estado visitaba con frecuencia Nueva York sin olvidar proponerme reunirnos. Hace un año y medio nos comunicamos cuando encabezó el Grupo de Sabios de la OTAN para redactar el nuevo concepto estratégico de la Alianza. No hablaré de mis preferencias, máxime porque me es difícil comparar a los secretarios de Estado con los que tenía el honor de trabajar. Vale la pena agregar a los diplomáticos citados también a Colin Powell. No pienso que es correcto evaluar. Creo que es agradable almorzar con cualquiera de ellos.
Pregunta: Nuestro programa está dedicado no tanto al Secretario de Estado de EE.UU. como a una institución que es el Departamento de Estado cuyo nombre de por sí difiere de los ministerios tradicionales de exteriores. Cómo aprecia usted el significado del Departamento de Estado en el mecanismo político estadounidense? Hay diferencia entre esa institución y las "foreign offices" tradicionales cuya variante es nuestro MAE?
Serguéi Lavrov: Pienso que hay no pocas diferencias. Por ejemplo, según la tradición estadounidense el Secretario de Estado es la cuarta figura en el país. Y en el caso cuando pasa algo con el Presidente de los EE.UU., el Vicepresidente y el Presidente de la Cámara de Representantes, el Secretario de Estado hace las funciones del Jefe de Estado. Segundo, bajo la dirección del Departamento de Estado funciona una máquina propagandística poderosa: la Agencia de Desarrollo Internacional (USAID), mecanismo para prestar asistencia a los otros países, que no sólo se dedica a la prestación de subvenciones para el desarrollo económico sino también a la incentivación de los procesos sociales. En Rusia se está organizando en la actualidad la Agencia para la Asistencia al Desarrollo Mundial. Creo que los Estados que tienen agencias similares y las hace parte del instrumental de la política exterior hacen bien ya que se trata de las subvenciones, de la prestación facilitada de los recursos que están llamados a reforzar las posiciones del Estado en el país en que se realizan semejantes proyectos. Es política exterior pura. En Rusia, al igual que en muchos países europeos, esas funciones están repartidas.
En lo demás el Departamento de Estado es una dependencia de la política exterior. Es el ministerio de exteriores más grande en el mundo. De una parte, es algo positivo ya que tanta cantidad de funcionarios permite estudiar minuciosamente tal o cual tema. De la otra, hubo no pocos casos cuando los estadounidenses resultaban ser últimos en recibir indicaciones de Washington. Yo tropezaba más de una vez con esto al trabajar en la ONU. Esto se debe a gran cantidad de instancias coordinadoras y analizadoras. En cada sistema hay ventajas y desventajas. En este caso se ha formado esa tradición. El Departamento de estado, sin duda, es una institución.
Pregunta: Nos reunimos con usted en la víspera de la Cumbre de APEC en las islas Hawái, donde tendrá lugar el relevo simbólico pasará de EE.UU. a Rusia. Allí usted se reunirá con Hillary Clinton. Qué piensa usted discutir con ella?
Serguéi Lavrov: Tratamos de no presentarnos informes del trabajo hecho. Nos ocupamos en los informes de nuestros supeditados con respecto a los problemas que encomendábamos estudiar y resolver desde nuestra reunión precedente. Si todo está hecho, no volvemos a esos problemas y dirigimos nuestros esfuerzos para buscar soluciones a los problemas que restan.
Entre los temas que planteamos regularmente ente nuestros socios figuran, sin duda, los que están relacionados con los naturales rusos que en varios casos habían sido detenidos por los organismos de la legalidad estadounidenses en las situaciones y circunstancias dudosas. Se trata de las situaciones, cuando, según evaluamos, las detenciones se producían violando los compromisos estadounidenses relativos a las diversas convenciones internacionales y las leyes de otros países (Tailandia, Liberia, etc.). No nos prevenían de ello.
Comparando con los problemas globales el tema parece ser particular, pero para nosotros tiene la importancia de principio ya que todo ciudadano posee el derecho a una actitud no discriminatoria y equitativa de acuerdo con las leyes de su país y el Derecho Internacional. Tocamos regularmente este tema. Durante la reunión en julio en Washington con Hillary Clinton pasamos a nuestros socios estadounidenses toda una lista de preguntas a las que quisiéramos obtener respuestas. En la reunión en septiembre en Nueva York la Secretaria de Estado aseguró que las respuestas se prepararán. Es nuestra preocupación permanente, y plantearemos regularmente el tema, al igual que los estadounidenses se preocupan por sus naturales, cuando se ven en situaciones complicadas.
Segundo, intercambiaremos las opiniones sobre la DAM. Nuestros suplentes se reúnen regularmente y tratan de continuar con el diálogo. Pero no hay progreso. La renuncia categórica a discutir algo que pueda limitar los planes estadounidenses en este ámbito (no sólo las cuatro fases del enfoque adaptivo hasta el año 2020 sino también otras fases) nos obliga a pensar que no conseguiremos ponernos de acuerdo. Intentaremos de continuar negociando. Nuestra condición sine qua non consiste en las garantías jurídicas de que este sistema no está dirigido contra nuestro potencial de disuasión y en los criterios que permitan verificar en todo momento que está así.
Pregunta: Bueno, qué se entiende bajo garantías jurídicas"? Se trata de la aprobación por EE.UU. de un acta legislativo especial, una disposición del Presidente o de algo más?
Serguéi Lavrov: Ante todo, deben ser acuerdos bilaterales o acuerdos dentro del Consejo Rusia–OTAN, puesto que los estadounidenses convierten el sistema en el de la OTAN. El acuerdo debe estar firmado, ratificado y debe contener garantías jurídicas de que no esto no está dirigido contra Rusia. De lo contrario se repetirá la situación, cuando nos proponen creer en las intenciones, mientras que los potenciales que se crean son totalmente distintos.
Pregunta: Con la bendición de ambos Presidentes usted y Hillary Clinton apretaron el "botón de reinicio". De nuestra conversación se deduce que el "reinicio" funciona, y el "botón" se encuentra apretado. Qué escribiría usted en el "botón" siguiente que debe sustituir el actual?
Serguéi Lavrov: En la cultura política estadounidense se suele llamar las etapas y los procesos con una palabra clara. He dicho más de una vez que no consideramos nuestras relaciones con la Administración de Barack Obama "nuestro reinicio". Experimentamos una decepción de cómo se estructuraba la cooperación con la Administración de George Bush. Con las bellas relaciones personales de los Presidentes y los jefes de los Servicios Diplomáticos, en la práctica se trabajaba contra los intereses rusos. Quiero que me entiendan correctamente: toda Administración de EE.UU. emprenderá acciones que no nos gustarán ya que somos dos países grandes. Pero cuando George Bush, todo adquirió formas que suscitaban una profunda decepción, máxime porque las acciones estadounidenses seguían la aspiración sincera de Rusia a convertirse en socio de EE.UU. en la lucha contra el terrorismo y otros retos y amenazas y, lo fundamental, en la edificación de un mundo seguro, incluso desarrollando la defensa antimisil conjunta. En 2007 Vladímir Putin decía directamente que si lo conseguimos hacer en común, sabremos avanzar incluso hacia ser aliados en algunas cuestiones.
Tras George Bush Barack Obama se hizo Jefe de Estado. Persona con otra filosofía, hábitos y puntos de vista y con el deseo no sólo escuchar sino que oír a los demás. Sin duda, no todo resulta bien. Pero el deseo de entender a los demás y hallar las formas de la realización de sus intereses a través de los mecanismos multilaterales, incluida la ONU y la formación de la coalición por intereses, es preferible que las acciones unilaterales.
La aspiración de la Administración actual de EE.UU. a la multilateralidad, a pesar de lo positivo que contiene esta tendencia, no se realiza fácilmente. Muchos estadounidenses tienen que renunciar a los ideales del período cuando América ordenaba, y todos se ponían firmes. Pero somos realistas y comprendemos que esta línea se acompaña del deseo de dominar en la posición común. Creo que este proceso, muy doloroso para EE.UU., ocupará decenios.
Hace poco me reunía con Dmitri Simes, ex ciudadano nuestro, quien encabeza actualmente el Centro "Richard Nixon" en Washington y se dedica activamente a la politología. Acaba de presentar el informe de dos partidos sobre cómo tratar con Rusia en el contexto de los intereses nacionales de EE.UU. Se trata de la idea de formar el consenso de dos partidos con respecto a nuestro país. También trajo la revista "Interés nacional" en cuya cubierta está anunciado el tema principal del número: "Fin de la influencia estadounidense".´
No es por primera vez que este tema se toca por los estadounidenses. A medida que se desarrollaban otros centros de crecimiento económico y ayuda financiera con los que viene la influencia política, el peso específico de EE.UU. en la economía mundial se hace distinto objetivamente. Para resolver algunos problemas ya no bastan las fuerzas propias, y se tiene que formar grupos de apoyo. En el mundo tales grupos se crean únicamente en el marco legítimo, sobre todo en la ONU. El caso de Libia demostró que la legitimación de semejantes acciones requerirá a partir de hoy día una escrupulosidad elevada. Ya no admitiremos la ambigüedad que penetró en las Resoluciones dedicadas a Libia. Los estadounidenses lo entienden.
Corresponde a los intereses de Rusia y de otros Estados involucrar EE.UU. en la cooperación multilateral sobre la base equitativa, sobre la base del respeto y supremacía del Derecho no sólo en casa sino también en los asuntos internacionales.