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Discurso y respuestas a las preguntas ofrecidas por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, en el Foro Nacional Juvenil Educativo Terra Scientia, provincia de Moscu, Solnechnogorsk, 23 de agosto de 2020

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Gracias por la invitación. Siempre procuro participar en los eventos de la Agencia Federal para los Asuntos de la Juventud (Rosmolodezh), esperando que sea útil para ustedes, pero también es útil para mí, porque las preguntas, valoraciones o simplemente comentarios que se expresan aquí ayudan mucho a diseñar nuestra política exterior. Ustedes pertenecen a la generación que mejorará nuestra Rusia, haciéndola más segura y desarrollada. Debemos darnos cuenta de la herencia que les dejaremos, para lo cual es sumamente útil escuchas sus preguntas. Estas preguntas muestran qué están pensando.

Al decirlo, quisiera enfatizar que valoramos en alto nuestra cooperación con las ONGs, incluidas las que representan el movimiento juvenil. Quiero destacar nuestra interacción con el Frente Popular de Rusia (FPR), con los jóvenes del FPR. Cooperamos bien estrechamente con ellos cuando debido al coronavirus tuvimos que organizar el retorno de nuestros ciudadanos desde otros países que se vieron en el extranjero por diversas razones y se enfrentaron con situaciones complicadas. Esta interacción fue muy útil. Desde luego, hubo problemas pero cumplimos la misión. Todavía hay cierto número de personas que hace muy poco decidieron regresar a Rusia. Estamos trabajando en este asunto.

La agencia Rosmolodezh adelantó la iniciativa “Lideres de la cooperación internacional”. Caso de que en los proyectos que promuevan los ganadores del concurso aparezcan componentes para los que el MAE de Rusia pueda resultar útil, a través de nuestro Departamento de Información y Prensa procuraremos prestarles toda clase de asistencia. Así que no duden en formular sus propuestas. Nosotros, por nuestra parte, gestionaremos con Rosmolodezh los trámites organizativos.

El tema del foro actual es “Servir a la Patria”. He visto el reportaje de la sesión de ayer. Creo que es un tema importante, abarcador, porque la política exterior, igual que nuestro quehacer interior, busca el objetivo de crear unas condiciones favorables al máximo para el desarrollo del país, de su economía y esfera social, para mejorar el bienestar de nuestros ciudadanos, así como de los ciudadanos y negocios rusos en el extranjero.

Son lineamientos clave de la Concepción de la Política Exterior que en versión actualizada fue aprobada en 2016 por el Presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin. Es el invariable componente principal de nuestra labor.

Para crear condiciones favorables al máximo para el desarrollo interior, desde luego, es preciso ir fomentando las relaciones con todos los países en pie de igualdad, respeto recíproco, la no intromisión en los asuntos internos, el arreglo pacífico de cualesquiera discrepancias. He enumerado los principios clave de la Carta de la ONU, por los que Rusia se rige siempre en sus tratos con los socios extranjeros. Tenemos una enorme cantidad de correligionarios en Eurasia, América Latina y África. Las mismas posturas de un diálogo equitativo y mutuamente respetuoso a la hora de resolver cualesquiera problemas mantienen nuestros aliados y socios en la OTSC, la CEI, la CEEA, la OCS y BRICS.

Lamentablemente, en la época contemporánea no todos se muestran dispuestos a guiarse por los principios de la Carta de la ONU, aunque la misma calza la firmas de todos los países sin excepción. Dichos principios son el meollo del Derecho Internacional. Nuestros interlocutores occidentales, ante todo, EEUU y sus aliados más cercanos, son cada vez menos escrupulosos  y no desean verse atados a las normas del Derecho Internacional cuando sus objetivos no cuadran con los principios nobles, equitativos y universalmente aprobados. En sus alocuciones públicas alegan cada vez menos al Derecho Internacional, a las convenciones internacionales. En vez de esta terminología, se introduce un léxico nuevo cuyo exponente palmario es “orden basado en reglas”.

Estas reglas se inventan para la ocasión,  en función del objetivo concreto que nuestros colegas occidentales se plantean en uno u otro ámbito de la vida internacional. Esto se hace en un ambiente de cónclave cerrado. Se inventa una determinada fórmula (de ello podríamos hablar en detalle más tarde, a la hora de responder a las preguntas) dentro de un estrecho círculo de personas de criterios similares. Se introduce en el espacio mediático y se proclama una línea universal y multilateral que todos están obligados a secundar. Quienes no lo hagan, serán castigados, contra ellos se decretarán sanciones. Siguiendo los pasos de EEUU, que fue el primero en aplicar las unilaterales medidas restrictivas para castigar a los denominados regímenes indeseables, también se puso a hacerlo la UE. En los últimos  años, estos países idearon su propio paquete de sanciones genéricas que se proponen aplicar contra aquellos que, en su opinión, “se comportan mal” en el ciberespacio, violan los derechos humanos. La lista de estos infractores la van a redactar dentro de su cónclave cerrado. Es decir, intervienen como legisladores que aprobaron estas sanciones y también como jueces que emiten los veredictos sobre la culpabilidad de los infractores y ejecutores de la condena que decretaran estas sanciones contra los respectivos países. Es una lástima.

Hablamos pormenorizadamente con nuestros socios en la Unión Europea y EEUU sobre la necesidad de retornar a los cimientos que las potencias victoriosas habían echado tras la II Guerra Mundial instituyendo la ONU, una organización única con legitimidad universal. Pero, de momento, lamentablemente, no podemos conseguir que todos los Estados observen sus compromisos. En los países que denominamos  “Occidente histórico”, predomina el empeño en impedir la afirmación de un nuevo ordenamiento mundial multipolar, policéntrico, las reformas en el sistema internacional  que supongan el reconocimiento de los cambios tectónicos operados tras la II Guerra Mundial, ante todo, desde la óptica de la aparición de nuevos y pujantes centros de fuerza caracterizados por un sostenible crecimiento económico y poder financiero. Por supuesto, la economía y las finanzas garantizan la influencia política. Durante casi medio milenio, el Occidente llevó la voz cantante en el quehacer internacional. Tengo en cuenta las épocas del colonialismo y las revoluciones industriales que habían comenzado en Occidente. Ahora la situación ha cambiado. El centro del desarrollo mundial se ha desplazado a la zona Asia-Pacífico. Registran un dinámico desarrollo China e India. Otros países en vías de desarrollo también demandan un lugar digno en la división internacional del trabajo, en la cooperación internacional. Pero al propio tiempo desean preservar sus tradiciones, cultura, su código civilizatorio. El principal objetivo de nuestros socios occidentales es frenar la marcha objetiva de la historia, impedir que se haga realidad el mundo multipolar en proceso de objetiva formación. A tales efectos, recurren a herramientas y métodos más diversos, incluidos los muy indecorosos, desde invasiones militares directas con tal de derrocar los regímenes indeseables, pasando las sanciones económicas que ya se han convertido en algo habitual. Por lo menos, EEUU ya ha dejado de sostener las negociaciones en su acepción clásica. Washington presenta sus demandas. A quienes se oponen, se les presentan ultimatums. En caso de ser desestimados los ultimatums, se aplican las sanciones. Lo más grave estriba en la aplicación extraterritorial de las sanciones contra los que osan plantar cara a EEUU. Es decir, Washington exige que los demás Estados no comercien con determinado país porque no le es de agrado e impuso sanciones contra el mismo. Pero si usted sigue comerciando, EEUU impondrá restricciones a sus compañías haciéndolas perder su cuota del mercado estadounidense. Aparte de esto, procurarán poner toda clase de escollos a estas compañías a través del sistema mundial de pagos en que predomina el dólar.

Por supuesto, ello se plasma también en el deseo de no permitir que ganen fuerza y peso político los países que son las principales potencias del mundo actual. Me estoy refiriendo a China que fue proclamada amenaza número 1 para EEUU. Me estoy refiriendo también a la Federación de Rusia que hasta hace poco figuró entre los principales adversarios de Washington. La legislación estadounidense nos califica oficialmente como “adversarios”. Uno de los métodos usados es provocar discordia entre la Federación de Rusia y sus vecinos. Nos estamos dando cuenta de todo. Nos estamos dando cuenta de cómo se nos acusa de poco menos que de intentar reconstruir la URSS. Y eso que nosotros únicamente deseamos aprovechar las ventajas históricas que se mantienen en nuestro espacio, dado el sistema económico común, unos colosales vínculos económicos existentes, la situación política y geopolítica de los países del espacio postsoviético, así como un enorme número de vínculos culturales, familiares, civilizatorios e históricos.

Los programas que promueve la UE bajo el nombre de Asociación Oriental para los países de la parte europea de la ex Unión Soviética y del Cáucaso del sur, los planes existentes para el Asia Central y los eventos de carácter individual que son celebrados en el espacio postsoviético por representantes de EEUU persiguen el objetivo de alejar a estos países de la Federación de Rusia. Se crean obstáculos artificiales para que la Unión Económica Euroasiática no llegue a adquirir capacidad legal como entidad internacional, en concreto, se intenta obstaculizar la interacción de la UEEA y la ONU, además de muchas otras cosas.

La apoteosis de esta política fueron, sin lugar a dudas, los acontecimientos en Ucrania que empezaron en 2004 y forzaron la celebración de la tercera ronda de votación, una ronda anticonstitucional, para que pudiera llegar al poder el candidato que necesitaban los países occidentales. Ya saben lo que ocurrió en 2014, aquellos acontecimientos están muy vivos en nuestra memoria: hubo un acuerdo cuyo objetivo era superar la crisis. Los representantes de los países occidentales estamparon sus firmas al pie de aquel documento, tras haber desempeñado activamente el papel de mediador. A la mañana siguiente las fuerzas de la oposición pisotearon el acuerdo en cuestión y los países occidentales no pudieron hacer nada, por considerar, a nuestro modo de ver, que este desarrollo de los acontecimientos les beneficiaba más. Es decir, hemos de tener presente que nuestros interlocutores occidentales no son capaces de cumplir con sus compromisos. Y no solo nosotros nos vemos obligados a hacerlo. En estos momentos, al intentar aplicar los mismos moldes para Bielorrusia, se ofrecen como mediadores. Por supuesto, no estaremos en contra de cualquier decisión que aprueban las autoridades bielorrusas con respecto al diálogo con la población. Al insistir los países occidentales en que únicamente su mediación será eficiente, todos se acuerdan, como no puede ser de otra forma, del resultado que tuvo aquella mediación occidental y de cómo no pudieron cumplir con su palabra. Es por ello porque el pueblo bielorruso debe decidir por su cuenta sobre las forma de salir de la situación actual. Creo que las señales manifiestas de la normalización de la situación son muy importantes. Sé al mismo tiempo que no todos están contentos con ello. Hay quienes desean volver violento este curso pacífico de los acontecimientos en Bielorrusia, provocar el derramamiento de la sangre, para poder aplicar el guion ucraniano.

El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, siempre contesta las llamadas telefónicas de sus homólogos de la Unión Europea preocupados por el asunto de Bielorrusia. Se pusieron en contacto conmigo mis colegas y el Jefe del servicio de política exterior de la Unión Europea. Partimos de que no hace falta imponer ningunas soluciones. Últimamente el Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, en más de una ocasión se ha pronunciado durante sus reuniones con los trabajadores por el diálogo, también, y es algo importantísimo, por el diálogo sobre la reforma de la Constitución. Nos parece que es precisamente el camino más prometedor.

A pesar de todas nuestras discrepancias con nuestros interlocutores occidentales, nunca decimos “oh, puesto que os portáis de esta manera, dejaremos de hablaros”. La vida es más severa que cualquier esquema artificial. En general, se suele decir que los ofendidos, con su pan que se lo coman. Ofenderse es algo completamente inadmisible en la política exterior. Un diplomático debe tener aguante e intentamos hacer uso de esa cualidad. El Presidente de Rusia nos sirve de ejemplo en eso. Incluso en las relaciones con EEUU que buscan culparnos de todos los males habidos y por haber, acusándonos de haber injerido en sus elecciones, de haber violado todos los acuerdos sobre el desarme que Washington se dedica a abandonar, pero para lo que necesita poner de pretexto a Rusia. A pesar de todo eso, cuando vemos en algún campo, si es que lo vemos, que la interacción entre Rusia y EEUU, Rusia y la Unión Europea, Rusia y otros países que se atienen a posturas nada amistosas con respecto a Rusia puede resultar útil para relajar las tensiones en una u otra situación, para arreglar alguna crisis o algún conflicto, nunca “nos escaqueamos”, aceptando siempre mantener una conversación sobre el particular. Lo confirman las visitas que efectúan con regularidad a nuestro país  los representantes de los países occidentales y las visitas que realizamos nosotros a los respectivos países. Hay demasiados conflictos en este mundo y pueden resolverse únicamente con el esfuerzo conjunto, porque todos los problemas se han vuelto globales, transfronterizos. Son la amenaza de proliferación  de las armas de destrucción masiva, el terrorismo, el tráfico de drogas y todas las demás variedades del crimen organizado, el calentamiento global, el cambio climático, la seguridad alimenticia, la falta de agua dulce.  Por esta razón alargamos la mano, pero no para pedir que nos pongan algo en ella, sino para demostrar que de todo corazón estamos dispuestos a cooperar exclusivamente en pie de paridad, respeto de los intereses de las partes y la búsqueda de fórmulas de compromiso a través del equilibrio de estos intereses. Ello siempre es posible, si uno se deja guiar por objetivos nobles que forman parte de la Carta de la ONU.

Espero que nuestra conversación de hoy propicie la aparición de nuevas ideas que vayan en la mencionada dirección.

Gracias. Pasemos a las preguntas.

Pregunta: ¿Qué es para Usted el servicio a la Patria?

Respuesta: Cuando uno lleva ya mucho tiempo trabajando, no se suele hacer estas preguntas. Simplemente intenta hacer bien su trabajo, el trabajo que te fue encargado, sobre todo, el trabajo que me encargó hacer en los últimos años el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin. Voy a responderle de la siguiente manera: alguien famoso dijo en cierta ocasión “Ama el arte en ti mismo, más que a ti en el arte”. Será ésta la clave. Uno no debe amar a sí mismo en la profesión que elija, sino disfrutar de los objetivos que se plantean en esta esfera de la vida humana. Es decir, no amar a sí mismo en su Patria, sino a la Patria en uno mismo. Seguramente, los filósofos neoliberales se negarán en rotundo a aceptar esta fórmula. Como saben, el neoliberalismo prioriza al hombre por encima de todas las cosas. Ello es de entender, sin embargo, como es de entender que esta prioridad sea defendida independientemente de todo lo demás, de cómo ve esta persona a otra gente. La libertad de uno acaba allí donde empieza la libertad de otro. Por esta razón el extremo individualismo que promueven los neoliberales no llevará a nada bueno. Aquellos países que se guiaron durante la pandemia del coronavirus por las prioridades del neoliberalismo y no por posturas colectivas al fin y al cabo quedaron más afectados. Es porque en la profesión que elijáis os recomiendo que veáis la posibilidad de demostrar vuestras mejores calidades a la hora de alcanzar los objetivos que se marcan los científicos, los diplomáticos, los empresarios, los estadistas. Resumiendo, no améis a vosotros en la Patria, sino a la Patria en vosotros.

Pregunta: ¿Puede compartir con nosotros el mejor consejo que le hayan dado nunca y revelarnos su credo?

Respuesta: En un principio soy una persona creyente, aunque no haya entrado en el confesionario ni una vez. Y la pregunta que acabo de recibir es una invitación a la confesión. Diría que no recuerdo ningún consejo que me haya dado alguno de mis maestros: “Serguéi, recuerda este consejo que te dará a lo largo de toda tu vida”. He tenido unos maestros muy dignos. Por supuesto, Yevgueni Primakov, y antes de él, Evgueni Makeev que dirigía el Departamento del Ministerio en el que trabajé al volver de Sri Lanka. Anteriormente me crucé con otro gran diplomático, Alexéi Nesterenko. En Sri Lanka mi jefe fue el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la URSS, Ráfik Nishánov que está vivo y que viva muchos años más. De modo que no recuerdo que alguien me dijera “Éste es el consejo que te voy a dar”. Dicho sea de paso, yo tampoco doy consejos a nadie. De todo lo que me ayuda en la vida algo lo heredé de mis padres, pero el resto es fruto de la experiencia, de casos prácticos de negociaciones, de conversaciones con mis grandes maestros y con otros destacados diplomáticos.

En cuanto a mi credo, diría que lo más importante para mí es la honestidad de la gente. Espero que ni yo mismo, ni mis familiares, ni mis amigos sufran de traición. Perdón, no he dado una respuesta muy florida, pero así es.

Pregunta: En EEUU, China y en muchos otros países fue lanzado el sistema 5G y las posibilidades que ofrece se aprovechan al máximo. ¿Por qué el lanzamiento de esta red en Rusia acabó en una postura negativa al respecto?

Respuesta: No creo que sea la persona apropiada para responder a esta pregunta, pero, por supuesto, estamos pendientes de la situación. El sistema 5G es tema de debate en la comunidad internacional, pero no desde el punto de vista tecnológico, sino desde el punto de vista geopolítico. Que yo sepa, no sería correcto decir que en Rusia el proyecto no acabara en nada. El Ministerio del Desarrollo Digital, Comunicaciones y Medios de Comunicación se ocupa enérgicamente del tema en cuestión. Hace falta solucionar el problema de frecuencia que ha de concederse a 5G y la cosa es que los militares que llevan mucho tiempo trabajando en la mencionada frecuencia necesitan encontrar una salida para poder compartir este espacio o pasarse a otro tramo de la misma frecuencia. Es un tema muy importante tanto para nosotros como para el resto del mundo. El Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, dijo en más de una ocasión que, si nos quedamos atrás en el desarrollo de las tecnologías más avanzadas, sea 5G, sea intelecto artificial, será muy malo para el país. Insisto en que no me ocupo personalmente del tema, pero sé que mis colegas en el Gobierno ponen en práctica de una manera activa estas indicaciones del Presidente. Estoy convencido de que pronto se sabrá la decisión que se ha tomado. Con toda seguridad, no seguiremos el ejemplo de EEUU que simplemente exigen a otros que no cooperen con China en la esfera de 5G, en concreto, con la empresa Huawei. No solemos comportarnos de este modo. Todo lo contrario, estamos interesados en interaccionar con otros países para crear e introducir de manera conjunta las tecnologías modernas.

Pregunta: Ha dicho que numerosos problemas tienen hoy carácter global y que Rusia intenta ayudar de muchas formas a otros países, no solo en situaciones graves, sino también de nivel local, condona deudas, ayuda en la reforma de algunas instalaciones, sin embargo, cuando se nos ayuda o se ofrece ayuda, la solemos rechazar. ¿No le parece que en este tema el orgullo debería ser menos importante? ¿O es la postura del Estado ruso? Es que tenemos en Rusia bastantes problemas que necesitan solución.

Respuesta: Me gustaría pedirle un ejemplo de cuando se nos haya ofrecido ayuda y la hayamos rechazado.

Respuesta: La situación con Norilsk. Si no me equivoco, EEUU propuso sus tecnologías para recoger las fracciones ligeras del petróleo que se asientan en el agua. He leído que tienen desarrolladas tales tecnologías. Nos ofrecieron su ayuda, pero Rusia con mucho tacto la rechazó.

Respuesta: Tampoco en este tema soy experto, no conozco las tecnologías de las que habla. ¿Será lo mismo que tratar a una persona, en Omsk o en el extranjero? El accidente que ocurrió allí fue muy grave, por supuesto. Ya saben que el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, se ocupó de ello en persona, al igual que el Presidente del Gobierno. El Presidente hace poco pidió informes a los encargados de liquidar las consecuencias de aquella avería. Si se tomó tal decisión, es que los expertos rusos fueron considerados idóneos para hacerlo. Cuando en este tipo de casos se nos ofrece algo sería mejor, y no sospecho de las intenciones nobles de nadie, que nos fiáramos de nuestras propias fuerzas, si la situación no es crítica. Hablando de la propuesta estadounidense en caso de Norilsk, también hicimos este tipo de propuestas a Washington, por ejemplo en la situación con incendios forestales en California. Propusimos enviar a la zona nuestros aviones BE-200 que resultan de gran eficacia en estos casos. Y ello lo rechazaron, también con mucho tacto. No me gustaría poner ahora en duda el nivel profesional de nuestros técnicos ni tampoco el nivel profesional de los técnicos estadounidenses ni asegurar que no tuvieron razón, rechazando nuestra ayuda. Ni tampoco que no hicimos lo correcto, rechazando su propuesta. Debe haber una actitud meramente profesional hacia la situación. No tengo motivos para dudar de los especialistas rusos ni tampoco de los estadounidenses.

Pregunta: La situación en la República de Bielorrusia afectó de una manera muy negativa las relaciones entre nuestros países. ¿Cuáles son las perspectivas del desarrollo de la situación política y militar y qué medidas podrían tomar las autoridades de la Federación de Rusia para estabilizar esta situación?

Respuesta: Las autoridades rusas en más de una ocasión se pronunciaron ya sobre el tema en cuestión. El Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, lo abordó en sus contactos con la Canciller de Alemania, Ángela Merkel,  con el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, con el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Más tarde, el Kremlin ofreció unos comentarios detallados de las negociaciones mantenidas, el MAE también comentó mis negociaciones con el Presidente de la OSCE, con el Ministro de Asuntos Exteriores de Suecia, con el Jefe del servicio diplomático europeo, Josep Borrell. Nuestra postura es muy sencilla: es un asunto interno de la República de Bielorrusia. Siendo los bielorrusos un pueblo sabio, son capaces de arreglar la situación por su cuenta. Lo importante, es que no haya disturbios provocados desde fuera. En estos momentos las pasiones se están calmando, pero sabemos a ciencia cierta que no todos están contentos con eso. Los representantes de la oposición formaron un tal Consejo Coordinador, mientras que ciertos países occidentales, EEUU en primer lugar, intentan presentar dicho Consejo como parte legítima en las negociaciones con el Gobierno de la República de Bielorrusia. Están descontentos por ir cayendo poco a poco las actividades de protesta, por lo menos por no volverse las protestas más masivas e intensas. Están descontentos por el hecho de ser pacíficas las protestas. Después del brote de violencia de los primeros par de días ahora no hay testimonios de que sea usada la fuerza en las protestas. Sin embargo, a algunos políticos en la oposición que no viven en Bielorrusia, sino en los países occidentales e intentan influir desde allí en cuanto ocurre en el país les gustaría que corriera la sangre, para provocar la reacción por parte de los representantes de los organismos de mantenimiento de orden público que ahora no tocan a nadie ni intervienen en las manifestaciones pacíficas. Como ya he dicho en mi palabra introductoria, buscan un nuevo guion ucraniano. Consideramos criminal dicha postura y, si ofreciéramos una evaluación independiente del mencionado Consejo Coordinador, les diré que tenemos nuestras dudas en cuanto a su formación. Además hay allí algunas figuras incluidas en el Consejo que se enteraron de ello de los medios o de las redes sociales. Algunos manifestaron que no deseaban formar parte del mismo. Hemos estudiado la composición del Consejo en cuestión: hay allí no pocas personas conocidas por su actitud negativa hacia la creación del Estado de la Unión de la Federación de Rusia y la República de Bielorrusia. Svetlana Tijanovskaya se encuentra en Lituania, adonde se fue, señalando que quería dedicarse a su familia y a sus hijos. Todo parece indicar que no le permitieron marcharse sin más, por eso empezó a hacer declaraciones políticas y bastante subidas de tono, exigiendo que se continuara con los enfrentamientos, las huelgas y las protestas. Es curioso que con mayor frecuencia haga sus declaraciones en inglés, en vez de en ruso o en bielorruso. Es decir, el destinatario principal podría estar en algún país occidental. El objetivo sería entonces, aunque, por supuesto, no lo pudiéramos asegurar, no permitir que los países occidentales se relajen y convencerles de que sigan espoleando la situación.  Sé también que no todos los países occidentales están de acuerdo con ello. Vemos y oímos las declaraciones públicas de Lituania y Polonia que exigen directamente el cambio del régimen en Bielorrusia y ayudan a recolectar fondos para pagar a los operarios que sucumbieron ante la presión y se declararon en huelga. Es de lamentar esta actitud. Por supuesto, estamos pendientes de la situación, porque Bielorrusia es para nosotros un país hermano y queremos ser útiles en esta situación. Mientras Svetlana Tijanovskaya era candidata, decía que su único programa era ganar y convocar nuevas elecciones para que el pueblo pudiera decidir. Ahora sí que tiene ya un programa, estaba disponible en su página web. Luego lo quitaron, pero se puede encontrar todavía en el archivo. Contiene muchas cosas interesantes: abandono de la CEEA, la OTSC, el Estado de la Unión. El objetivo anunciado a largo plazo es la integración no solo en la Unión Europea, sino en la OTAN, “bielorusificación” de todas las esferas de la vida mediante la implantación artificial de la lengua bielorrusa y desplazamiento de las mismas de la lengua rusa. Contiene además una serie de lemas que no son constructivos y apenas promueven la concordia nacional en la sociedad bielorrusa, donde nunca hubo ningunos significativos ánimos antirrusos ni tendencias hacia el desplazamiento de todo lo ruso de la vida cultural, social y pública del país.

Insisto en que el documento en cuestión estuvo disponible en la página web durante poco tiempo y la parte donde se llamaba a renunciar a la cooperación con Rusia y a abandonar las organizaciones de las que Rusia forma parte se publicó solo en bielorruso. En la versión rusa dicha parte fue omitida. Ello quiere decir que los autores del documento se daban cuenta de que serían medidas inadmisibles para los habitantes rusoparlantes del país.

El documento desapareció con rapidez de la página web, lo que también es prueba del carácter abiertamente provocador de este tipo de posturas. Ahora se está hablando de que las autoridades iniciaron la apertura de una causa contra el Consejo Coordinador bajo cargos de intento de golpe de Estado. Sus miembros señalan abiertamente que quieren llegar al poder y convocar más tarde unas elecciones. El único objetivo de las negociaciones que proponen lanzar es abordar las condiciones del abandono por el Presidente de Bielorrusia Alexander Lukashenko de su puesto y acordar las maneras de seguir promoviendo su programa. Es la misma situación que en Venezuela, cuando el Presidente legalmente electo fue proclamado paria y es nombrado Presidente otra persona no demasiado reconocida por el pueblo. El proceso lleva en marcha más de un año y el pueblo venezolano está sufriendo unas pérdidas colosales, por haberse introducido contra él sanciones económicas y casi introducido el bloqueo marítimo.

Se difundió la noticia de que el Consejo Coordinador de la oposición bielorrusa llamaba a los representantes de los organismos de mantenimiento de orden público a “pasarse al lado del pueblo”, por lo cual fueron prometidas remuneraciones adicionales y pisos en propiedad. No soy jurista, pero tengo entendido que aquí hay bastantes expertos en Derecho. Para mí la actuación del Consejo Coordinador carece de legitimidad y no es sino un llamamiento a cometer alta traición.

Me gustaría volver a repetir que la gente que realiza estas manipulaciones parece haberse dado cuenta de que se trata de unas cosas muy serias, por lo cual retiraron rápidamente el programa de la página web. Pero, como quien dice, lo dicho, dicho está. Con eso quiero volver a subrayar que la OSCE nos ofrece su mediación. Es una organización que actúa en base al consenso que fue creada todavía en la época soviética. Hasta hoy día seguimos pensando que fue un paso adelante en nuestra Historia común con los países europeos, con EEUU y Canadá que hizo una aportación muy importante en la “política de la distensión”, a la normalización de la situación y a la creación de condiciones que propiciaran la cooperación. En 2020, se cumplen 30 años desde la firma del documento titulada Carta de París para una nueva Europa. El año pasado se cumplieron 20 años desde la toma de decisiones en la Cumbre de la OSCE de Estambul (1999). Fue proclamada en aquella reunión el principio de la indivisibilidad de la seguridad e indicado que ninguno de los miembros de la OSCE garantizaría su seguridad a costa de la seguridad de otros, que todos estaban en condiciones iguales y que el consenso era la única manera de promover la postura en el marco de la OSCE.

Al empezar nosotros a llamar la atención de nuestros interlocutores occidentales a que el principio de la indivisibilidad de la seguridad se veía vulnerado por la actuación de la OTAN que había prometido no avanzar hacia el este y no mover su infraestructura militar hacia las fronteras de Rusia, se nos hizo caso omiso. De la misma forma se pasaron por alto los principios recogidos en la Carta de París para nueva Europa y en las decisiones de otras Cumbres. En este espacio existen numerosas organizaciones subregionales: la OTAN, la Unión Europea, pero están también la CEI, la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC) y ahora la Unión Económica Euroasiática (UEEA). En las mencionadas decisiones se indicaba que la abundancia de este tipo de estructuras debía facilitar su cooperación y eso también cayó en el olvido. Estos lemas tan bonitos fueron aprobados en 1990 y poco después, cuando nuestros interlocutores occidentales creían que lo tenían todo bajo control. Se proclamó el fin de aquella historia, puesto que todos los sistemas, a excepción del capitalismo liberal parecían haber pasado a formar parte del pasado. Ahora, al intentar nosotros apelar a la conciencia de nuestros interlocutores y llamarlos a respetar los principios de la igualdad soberana, de la no intervención en los asuntos internos, del no refuerzo de su seguridad a costa de otros (son los principios promovidos de manera activa por los países occidentales en los últimos años de la existencia de la URSS y fueron aprobados por consenso) evitan hablar del tema y no quieren poner los mencionados principios en práctica ni plasmarlos en documentos jurídicamente vinculantes.

En cuanto a la mediación de la OSCE tan comentada ahora por muchos líderes extranjeros en Europa y en EEUU que nos llaman a influir en el Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, para que acepte esta iniciativa, diré que antes que nada vimos cómo acabó en 2014 en Ucrania la mediación de la UE. El acuerdo fue alcanzado, firmado y garantizado por las firmas de los Ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Polonia y Francia, pero a la mañana siguiente la oposición manifestó haber tomado otra decisión y estar ocupando el edificio administrativo. Al allegar nosotros que representantes de Europa habían firmado el acuerdo del día anterior y que deberían imponer orden entre sus protegidos de la oposición, no hubo reacción alguna. Se lavaron las manos, como si fuera la cosa más normal del mundo. Los bielorrusos lo tienen todavía muy presente, porque lo vieron con sus propios ojos.

Segundo, en la OSCE existe la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos que envía observadores a las elecciones. La parte bielorrusa propuso que dicho organismo enviara observadores a las elecciones presidenciales. El día de recibirse la invitación se respondió que era demasiado tarde, por lo cual los observadores no serían enviados. Ya he dicho ante los medios que ninguno de los países miembros de la OSCE, Bielorrusia incluida, tenía la obligación de invitar a observadores en plazos concretos. El compromiso que todos los países asumen consiste en que cada miembro debe invitar a los observadores a sus elecciones nacionales, algo que Minsk hizo. En cuanto a los plazos y los criterios de la llegada, del número de observadores que han de enviarse al principio y más tarde, para la votación, estos aspectos no están regulados. Junto con nuestros socios de la CEI, desde 2007 deseamos reformar dicho organismo. Hemos formulado propuestas concretas sobre el inicio de las negociaciones para que no hubiera ambigüedad de procedimiento de recepción de los observadores y para que hubiera reglas comunes para todos. Nuestros interlocutores occidentales se resisten. Insistimos en que el organismo carece de perfil concreto, pero ello indica que es su punto fuerte, es el patrón oro. Cuantas menos cosas concretas, más fácil manipular. Y además es organismo es liderado tradicionalmente por países occidentales. En la OSCE ningún representante de la CEI ha ocupado un puesto más o menos relevante. He ofrecido una respuesta muy extensa a su pregunta, pero es que es muy importante y preocupa a muchos. Los bielorrusos son realmente un pueblo hermano. Quiero mucho a este país y tengo muchísimos colegas y amigos personales allí.

Me parece que es un gran error pasar por alto la propuesta formulada por el Presidente de Bielorrusia sobre el inicio de una reforma constitucional y su invitación hecha a todas las fuerzas sanas e interesadas en el desarrollo del país de participar en la reforma constitucional.

Pregunta: ¿Cuáles son, en su opinión, las razones de lo que sucedió en Bielorrusia?

Respuesta: Sólo los que no hacen nada no se equivocan. Esto es cierto para cualquier sociedad, cualquier Estado. La sabiduría de los líderes es corregir los errores, aprender lecciones para el futuro y tratar de reducir estos errores al mínimo posible.

En una sociedad democrática, es imposible (digan lo que digan sobre una fuerte vertical de poder) controlar a todos y todo. Hay que vivir con esto y esforzarse siempre por aprender de la experiencia, que puede ser no solo positiva, sino también negativa. Que las elecciones en Bielorrusia estuvieran en el centro de atención de una oposición bastante radical, incluida la oposición directamente relacionada con nuestros socios occidentales, también es un hecho. Fue evidente. La OSCE adoptó una pose y declaró con arrogancia que no había sido invitada en los plazos deseados, aunque nadie había tomado ninguna decisión sobre los plazos de invitación. Fueron invitados, y tenían que ir. No hubo restricciones en cuanto al número de observadores. Podrían enviar a uno o dos inspectores a cada sitio de votación. Se negaron. Y ahora están tratando de imponer sus condiciones. Si hubieran seguido el principio universalmente aceptado de que cada país debe invitar observadores (lo que hizo Bielorrusia), si hubieran ido y registrado las violaciones como observadores independientes, ahora sí que tendrían más derechos para ofrecer sus evaluaciones. Rechazaron arrogantemente la invitación de un Estado soberano, miembro de la OSCE. Tenemos evaluaciones realizadas por observadores de la CEI: de la Asamblea Interparlamentaria y de algunos países miembros de la CEI. Según las mismas, no hubo irregularidades graves que afectaron el resultado general de las elecciones. Hay evaluaciones de la oposición que afirman todo lo contrario: que la puntuación no era de 80:10, sino 10:80 a favor de Svetlana Tijanóvskaya.

En ausencia de los observadores que Occidente considera independientes, es muy difícil convencer a nadie de que el resultado de las elecciones presidenciales fue diametralmente opuesto al anunciado. Ni siquiera hablo del número, sino del candidato concreto. Podría haber un número diferente de porcentajes, pero es imposible demostrar que el presidente de Bielorrusia Alexandr Lukashenko no ganó estas elecciones sin haber aceptado su invitación. Esta oportunidad fue ignorada. Creo que en vano. Fue un gran error. Ahora bien, quizás lo más importante sea no concentrar todos nuestros pensamientos, esfuerzos, habilidades mentales en comprender las razones de lo ocurrido. Primeramente hay que calmar la situación, iniciar un diálogo nacional allí. La propuesta de una reforma constitucional es una gran oportunidad para hacerlo.

Pregunta: ¿Qué tendencias de la política exterior de Rusia han surgido en los últimos tiempos?

Respuesta: Si hablamos de tendencias, dirección, filosofía, visión a largo plazo, nuestras posiciones se consolidaron ya en el año 2000, cuando, ya durante la presidencia de Vladímir Putin, se adoptó el Concepto de Política Exterior de la Federación de Rusia. Luego fue corregido dos veces, y ahora está vigente la edición de 2016. Los componentes claves de este Concepto consisten en que el principal objetivo de la política exterior es la creación de las condiciones externas más favorables para el desarrollo interno del país, garantizando su seguridad en el exterior y asegurando las condiciones más favorables para la cooperación económica en interés del desarrollo de la Federación de Rusia. Esto también implica garantizar condiciones iguales y no discriminatorias para nuestros ciudadanos en el extranjero que viajan, trabajan allí y para los empresarios rusos. Para lograr este objetivo, proclamamos un curso para el desarrollo de la cooperación con todos los países, sin excepción, de todos los continentes sin excepción, que estén dispuestos a interactuar con nosotros en pie de igualdad y respeto mutuo, teniendo en cuenta los intereses de los demás y construyendo un equilibrio de intereses. Los que están preparados para esto (y son una abrumadora mayoría) ya demuestran en términos prácticos que el Concepto funciona y es muy eficaz. Es una tendencia que vemos, y creemos que está proyectada al futuro.

Todos los intentos de violar el Derecho Internacional, romper la estructura de las organizaciones internacionales, abandonar o cerrarlas, intentar privatizar los secretariados de las organizaciones internacionales (esto también sucede a veces),  todo esto es temporal. Hasta cierto punto, es la agonía de quienes durante más de cinco siglos llevaban la batuta en los asuntos mundiales, y ahora comprenden que el mundo ha cambiado drásticamente, han aparecido nuevos importantes centros de poder, y que también hay que tener en cuenta sus intereses. Esto no significa que la Carta de la ONU necesite una revisión radical. Pero sí, hay que tener en cuenta los intereses de los países emergentes, que no están debidamente presentados (especialmente dado su peso actual) en el Consejo de Seguridad de la ONU, que se formó todavía en la era colonial, cuando la India no era un Estado independiente, etc.

Abogamos firmemente por admitir al Consejo de Seguridad de la ONU un Estado asiático, latinoamericano y, por supuesto, africano. Los intentos de algunos de nuestros colegas de proponer la admisión de más países occidentales a este organismo no son muy justos, porque 6 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU representan al mundo occidental. Esto es claramente desproporcionado en términos de PIB, población y geografía. Pero tener en cuenta el papel cada vez mayor de los países emergentes, en particular, a través de la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, no cancela de ninguna manera los principios clave de la Carta de la ONU: igualdad, no intervención, renuncia a usar la fuerza y amenazar con ella, solución de cualquier controversia por métodos pacíficos. Por lo tanto, los principios fundamentales de nuestra política exterior son más duraderos que los intentos de algunos países occidentales de destruir la estructura que se creó después de la Segunda Guerra Mundial.

Pregunta: En febrero de este año, me dirigí al Vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, Dmitri Medvédev con la iniciativa de realizar proyectos juveniles dedicados a la preservación de la memoria histórica en el área de responsabilidad de la OTSC. Es decir, trabajar con jóvenes en el marco de esta organización. Hoy en día no se realiza tal trabajo. He preparado las iniciativas y propuestas necesarias, las he acordado con la Secretaría de la OTSC, que admitió que este trabajo es necesario. He coordinado estos planes con el departamento internacional de la Agencia Federal para los Asuntos de la Juventud. Ahora como el último eslabón de este trabajo se necesita la aprobación del Primer Departamento de los países miembros de la CEI. Me gustaría reunirme con usted para contar con su apoyo para la implementación de este proyecto. Al final, este proyecto creará la Unión Juvenil de la OTSC.

Respuesta: Puede considerar que ya cuenta con este apoyo. Probablemente, sus papeles todavía están a nivel de Departamento. Pero, si me envía el expediente personalmente, acelerará las gestiones.

Pregunta: ¿Cuál es el caso más interesante de su actividad profesional que puede contarnos?

Respuesta: Me lo preguntan a menudo y nunca sé qué responder. Estoy hecho de tal forma que cuando las negociaciones terminan, solo recuerdo el resultado. No hago notas para las futuras memorias. Tiro todos los papeles en seguida.

Quizás uno de los episodios más memorable fuera el acuerdo sobre la eliminación de las armas químicas en Siria que se llevó a cabo en un tiempo récord, en dos semanas. El Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, y el entonces Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunieron y, acto seguido, dieron las instrucciones al entonces secretario de Estado, John Kerry, y a mí. Era necesario, en primer lugar, obtener el consentimiento del Gobierno sirio y, en segundo lugar, asegurar la adhesión de Siria a la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas. Era indispensable, además, adoptar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que detallaría las obligaciones de Siria y la comunidad internacional con respecto a cómo se organizaría la eliminación y la evacuación de armas químicas. Todo este proceso tomó dos semanas. Fue una verdadera satisfacción profesional para mí.

Otro más fue cuando preparábamos (esto, sin embargo, ya tomó mucho más tiempo) el Plan de Acción Integral Conjunto para resolver el programa nuclear iraní (PAIC). También lo hicimos con el secretario de Estado de UUEE, John Kerry, y con los ministros de Asuntos Exteriores de los países europeos y China. Desafortunadamente, los estadounidenses simplemente abandonaron este acuerdo dando un portazo. Ahora esto está generando una crisis en el Consejo de Seguridad de la ONU. Superaremos esta crisis. Los intentos de usar ilegalmente la resolución, que los propios estadounidenses violaron, no funcionarán.

Pregunta: Los voluntarios del Cuerpo Estudiantil de Rescate de Rusia reciben una capacitación especial en los marcos del programa de voluntariado en situaciones de emergencia. En repetidas ocasiones y ya durante varios años ellos participaron en la eliminación de las consecuencias de situaciones de emergencia en Rusia. ¿Qué le parece si nuestros voluntarios participarán en situaciones de emergencia en otros países, a los que Rusia está apoyando? ¿Respaldaría usted tal iniciativa?

Respuesta: La respuesta es muy sencilla. El apoyo político está garantizado. En términos prácticos, debe negociarse con la organización competente, el Ministerio de Situaciones de Emergencia. Desde que fue creado "desde cero" por mi buen amigo Serguéi Shoigú y sus colegas, este Ministerio no tardó en ganarse una excelente reputación en el mundo. “EMERCOM” es conocido en todos los países. Un ejemplo reciente es su ayuda a Líbano después del terrible incidente. Salvaron y asistieron a los afectados, limpiaron los escombros. Si los profesionales del Ministerio de Situaciones de Emergencia en la planificación de sus operaciones en el exterior consideran posible atraerles (me consta que no es tan fácil, el personal debe tener calificación), por nuestra cuenta, apoyaremos activamente el cuerpo de rescate de los jóvenes. Esto nos sumará puntos en el ámbito internacional porque involucraremos a la sociedad civil en la solución de problemas interestatales muy importantes.

Pregunta:  ¿Cómo afectará la pandemia del COVID-19 y las fronteras cerradas las relaciones con los países asiáticos, principalmente con China? El año pasado, el intercambio comercial entre Rusia y China superó los 100.000.000 de dólares. ¿Cómo ve el futuro de estas relaciones?

Respuesta: Nosotros, de común acuerdo con la República Popular China, mantenemos tráfico de pasajeros y cargas, limitado por razones obvias. Afortunadamente, lo suspendimos a tiempo. En mi opinión, ésta fue la primera decisión a escala global cuando se cerró la frontera entre nuestros dos Estados. Y tuvo un efecto positivo: detuvo rápidamente la ola de la pandemia en China y no permitió mayor propagación de la infección por coronavirus en Rusia. Pero el tráfico de mercancías no se interrumpió. Usted ha mencionado el intercambio comercial, el año pasado superó los 107.000.000 de dólares. Y me consta que el comercio sigue desarrollándose a buen ritmo.

Pregunta: Soy residente de la ciudad fronteriza (Blagovéschensk), y me preocupa el tema de fortalecimiento de las fronteras de la Federación de Rusia. En los últimos años se ha producido una gran reducción del personal de varios departamentos.

Respuesta: No estoy seguro de que haya planes para reducir el número de efectivos o de puestos fronterizos. Estamos en camino de liberalizar el régimen de visados ​​y el régimen de viajes con los países vecinos. Pero todo esto va acompañado con las medidas necesarias para mantener el nivel adecuado de seguridad. No he oído hablar de reducciones en esta área.

Pregunta: Usted dice que no hubo reducción de actividades de las tropas fronterizas. Le puedo aducir un ejemplo claro: la inundación de 2013 en el Oriente Lejano. Su consecuencia fue el cierre de los puestos fronterizos que se encontraban en el territorio de la región. Existe cierta vigilancia de los mismos, pero el servicio no se realiza.

Respuesta: Entonces no se planteó la cuestión de que la decisión del Servicio de Vigilancia de Fronteras, que generalmente se coordina con sus colegas del otro lado de la frontera, tiene dimensión de política exterior. No conozco los detalles, pero estoy seguro de que los profesionales competentes están en contacto constante con sus colegas chinos. Pronto se abrirá el puente sobre el Amur en su región, lo que también debería mejorar de alguna manera el apoyo fronterizo. Estoy seguro de que no afectará a las personas que simplemente quieren hacer negocios e intercambios transfronterizos con los chinos.

Pregunta: ¿Cuáles son las perspectivas para el desarrollo de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos en vísperas de las próximas elecciones y el vencimiento del START-III?

Respuesta: De este tema se puede hablar muy brevemente y muy largo, sin cesar. La nuestras son unas relaciones singulares entre  las mayores potencias nucleares. Somos los únicos dos países (en términos todavía de la época soviética, cuando comenzaba la distensión y empezaron las negociaciones) que pueden destruirse mutuamente. Es una lógica terrible pero así es como comenzó el proceso de limitación de armas, incluso en un momento se utilizó el término de "destrucción mutua asegurada", que sirvió como una justificación lógica de que era necesario hacer algo para alejarse del borde de este abismo.

Ha habido varios tratados estratégicos sobre las armas ofensivas. Ahora queda solo START-III que vence el 5 de febrero del próximo año. Hubo además el Tratado muy importante Sobre la Eliminación de los Misiles de Alcance Medio y Más Corto (Tratado INF) que calmó la situación en Europa y fue recibido con entusiasmo por los países europeos. Teníamos, por supuesto, el Tratado Sobre Misiles Antibalísticos. Su lógica consistía en que si un país (Rusia o Estados Unidos) creara una defensa antimisiles para todo su territorio, y los analistas, los estrategas militares de este país decidieran que este sistema antimisiles era suficiente para evitar que los misiles enemigos ingresaran en su territorio, tal decisión estimularía el deseo de asestar el primer golpe al enemigo, confiando en que su respuesta sería rechazada por la defensa antimisiles propia. Los negociadores soviéticos y estadounidenses en ese momento llegaron a la conclusión de que ésta era la lógica más peligrosa, y en ningún caso se debía seguir este camino.

Finalmente, decidieron que cada uno de los países tendría derecho a crear solo una zona de defensa antimisiles. Nosotros elegimos la región de Moscú, los estadounidenses, parte de su territorio que les pareció óptima para emplazar el sistema antimisiles «zonal». En 2002, el ex Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, decidió retirarse de este tratado. Entonces le dijo a Vladímir Putin que este paso no era «contra Rusia», sino para protegerse de Irán y Corea del Norte. Vladímir Putin contestó que si no era «contra Rusia», tomaríamos medidas de respuesta que tampoco serían «contra Estados Unidos». Cuando hace unos años el presidente ruso presentó nuestros nuevos aparatos hipersónicos y otras armas, explicó que la orden para comenzar a diseñarlos se dio justo cuando Estados Unidos anunció su retiro del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (Tratado ABM), porque estaba claro que si querían cerrarse completamente con un «escudo antimisiles», tendrían en cuenta los tipos de armas ya conocidos. Y para superar este «escudo» era necesario utilizar otros sistemas para los que no existía «antídoto», o, al menos, no se esperaba en un futuro próximo.

Todo comenzó con la retirada del Tratado ABM, luego del Tratado sobre la Eliminación de Misiles de Alcance Medio y Más Corto (Tratado INF). Ahora los estadounidenses están llevando a cabo las negociaciones agotadoras con nosotros para mantener en vigor el Tratado de Reducción de Armas Estratégica (START-III). Propusimos prorrogarlo por cinco años, según lo dispuesto en el propio documento, sin condiciones previas. En las conversaciones entre el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov y el enviado especial del presidente de EEUU para el control de armas, Marshall Billingsley, celebradas los pasados días de 17 y 18 de agosto en Viena, los estadounidenses insistieron en las condiciones que, francamente, son poco realistas, incluido el requisito de que China se adhiera al futuro documento. Mientras que Pekín ha declarado repetidamente que no lo hará, porque su arsenal nuclear es incomparable con el de Rusia y Estados Unidos.

Los estadounidenses están obsesionados con sus evaluaciones de que START-III es defectuoso, y también lo está el programa nuclear iraní. Según ellos, todo lo que se firmó durante la presidencia de Barack Obama es «imperfecto». Por lo tanto, no sé cuál será el resultado final, pero confesamos a los estadounidenses que nosotros necesitamos el START-III, que vence en febrero de 2021, y estamos dispuestos a prorrogarlo sin condiciones previas. Pero no lo necesitamos más que los estadounidenses. Si presentan demandas preliminares irrealizables, por ejemplo, de que debemos «persuadir» a China, no lo haremos, respetamos la postura china. Es decir, que dejaremos que venza el Tratado, aunque perderemos el último instrumento que de alguna manera regula la situación en materia de armas nucleares.

Esto no significa que todo se derrumbe. Tenemos plena confianza en que podemos protegernos. Por lo tanto, no debería haber ninguna preocupación. Estaremos listos para reanudar la conversación  "desde cero", pero será un gran error si nuestros colegas estadounidenses deciden destruir el último documento. A esto se suma el Tratado de Cielos Abiertos (TOS), del que también los estadounidenses se están retirando alegando que Rusia lo está violando. No es cierto. Hay reclamos entre los participantes de TOS a los países occidentales. El Tratado ha establecido un mecanismo que estudia las reclamaciones. Justo cuando se esbozaron soluciones mutuamente aceptables para resolver los problemas relacionados con los vuelos sobre Kaliningrado, en ese mismo momento los estadounidenses anunciaron que se retiraban del Tratado. Esto demostró una vez más que sus motivos no tenían que ver con las acciones de Rusia, y su objetivo era deshacerse de cualquier herramienta que de alguna manera restringiera su libertad de "maniobra". Lo mismo sucedió con el Tratado INF. Cuando sugerimos al menos introducir una moratoria bilateral, nos dijeron que no. Nuestra propuesta de discutir la posibilidad de formalizar la moratoria, para simplemente monitorear si se está cumpliendo o no, fue escuchada únicamente por el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Ahora estamos iniciando consultas globales con los franceses sobre un gran número de cuestiones, incluidos varios aspectos de la seguridad europea, en particular los misiles de alcance medio y más corto.

Concluyendo este tema, diré que la retirada de Estados Unidos del Tratado INF evidencia que todas sus explicaciones de que necesitan defensa antimisiles exclusivamente para reprimir las amenazas que emanan de Irán y Corea del Norte, fueron un intento de engañar al público. Estados Unidos dijo que para defenderse de las amenazas de Corea del Norte e Irán, debía desplegar armas antimisiles en países europeos (Rumania, Polonia). Pero estas herramientas son excelentes no sólo para combatir misiles, sino también para lanzarlos. Ahora están emplazadas no sólo en Europa. La presión sobre Japón y Corea del Sur seguramente aumentará. Si aparecen tales misiles, entonces su alcance puede llegar casi a los Urales (hasta 5.500.000 kilómetros), y esto es más de la mitad del territorio de Rusia. Por supuesto, tendremos que tomar contramedidas. Todas estas acciones están agravando las tensiones en nuestras fronteras.

Me atrevo a asegurarles que estas nuevas armas, que ya han sido anunciadas, en las que están trabajando nuestras respectivas oficinas de diseño, garantizarán la invulnerabilidad del territorio de nuestro país ante cualquier amenaza. Desafortunadamente, hay muchos planes para crear tales amenazas. Nuestra seguridad estará garantizada de forma fiable. Al mismo tiempo, estamos dispuestos a sentarnos en cualquier momento y discutir la nueva situación en el ámbito de la estabilidad estratégica, las nuevas armas que hemos presentado; estamos dispuestos a discutir de forma recíproca las armas en las que están trabajando los estadounidenses. Pero ahora la situación no inspira optimismo en cuanto al logro de algún acuerdo.


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