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Respuesta ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, a la pregunta de los medios sobre la declaración del ministro ucraniano de Asuntos Exteriores

495-18-03-2023

Pregunta: Tras su conversación telefónica con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, el 16 de marzo, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmitri Kuleba, escribió en Twitter que durante la conversación "destacó la importancia de la 'fórmula de la paz' de Zelenski para detener la agresión y restablecer una paz justa en Ucrania". ¿Qué opina de esta tesis?

Respuesta: Lamentablemente, estamos ante otro intento de la parte ucraniana de desinformar a la comunidad internacional y a sus propios ciudadanos.

La llamada "fórmula de paz" de Zelenski no tiene nada que ver con la paz. No es más que un conjunto de ultimátums para nuestro país desconectados de la realidad. Entre ellos, la retirada de las tropas de las regiones rusas -la RPD, la RPL, las provincias de Zaporiyia y Jersón e incluso Crimea-, el pago de indemnizaciones y la comparecencia ante tribunales internacionales. El objetivo de la "fórmula" ucraniana es lograr, con la ayuda de Occidente, la capitulación de Rusia.

Cabe señalar que ni en este tuit ni en ningún otro post suyo Kuleba propone sentarse a la mesa de negociaciones. Permítanme recordarles que celebrarlas en Ucrania está prohibido por el decreto legislativo de Zelenski del 30 de septiembre de 2022.

En una de sus recientes entrevistas, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Alexéi Danílov, afirmó que el creciente número de ucranianos que abogan por mantener conversaciones de paz con Rusia es una "tendencia peligrosa". Por cierto, en tales máximas de los funcionarios ucranianos hay tanto un reconocimiento real del fracaso de la política de Kiev, de la que se apartan cada vez más sus propios ciudadanos, como una actitud arrogante e inhumana hacia su pueblo, que se ve obligado a morir por las delirantes intenciones nazis de los gobernantes.

En general, la opinión de las autoridades ucranianas sobre cualquier cuestión internacional solo importaría si Ucrania mantuviera su soberanía e independencia de Washington. Sin embargo, no es así. El régimen de Kiev ha sido durante mucho tiempo un instrumento de Estados Unidos y otros países de la OTAN en la lucha contra Rusia. Y no les interesa en absoluto una solución pacífica en Ucrania.

Por lo tanto, comentando la "Postura china sobre la solución política de la crisis ucraniana" publicada por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino el 24 de febrero, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, declaró que "una tregua ahora supondría una nueva violación de la Carta de la ONU por parte de Rusia". Afirmó que la aplicación de las propuestas chinas permitiría a Moscú "utilizar el alto el fuego para reforzar aún más su posición, reagruparse y fortalecer sus fuerzas para reanudar los ataques". Washington no cree que esto conduzca a una paz justa y duradera, que debería abordar los intereses de Ucrania. Al mismo tiempo, Kirby añadió que Estados Unidos tiene intención de asignar "aún más ayuda militar" a Kiev en los próximos días.

El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, fue inequívoco sobre la postura destructiva de Estados Unidos y, en consecuencia, de Ucrania, al declarar que Estados Unidos estaba decidido a seguir suministrando armas y equipo militar a Kiev, en lugar de una interacción diplomática con Rusia para resolver la crisis.

Por nuestra parte, hemos declarado en repetidas ocasiones que estamos abiertos a propuestas realmente serias de Occidente y Ucrania sobre una solución política y diplomática a la crisis, pero el lenguaje de los ultimátums nos resulta inaceptable.

Para lograr una paz sostenible, es necesario conseguir el cese de las entregas de armas y mercenarios a Ucrania, el fin de las hostilidades, el retorno de Ucrania al estatus de país neutral no alineado y el reconocimiento internacional de las nuevas realidades territoriales surgidas como consecuencia de la aplicación del derecho de los pueblos a la autodeterminación. Ucrania debe ser desmilitarizada y desnacionalizada, deben eliminarse todas las amenazas que emanan de su territorio, debe garantizarse su estatus de país desnuclearizado y deben garantizarse los derechos de la población rusoparlante y de las minorías nacionales. Para restaurar el orden, el levantamiento de todas las sanciones ilegales y demandas contra Rusia en tribunales internacionales debería ser parte integrante del proceso.

Tendría sentido que todos los países que quieran contribuir a la normalización de la situación dirigieran sus llamamientos a la paz a Kiev y a sus titiriteros occidentales, que arrastran cada vez más a Ucrania a un peligroso vórtice de confrontación mundial.


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