Discurso y respuestas a las preguntas de los medios de comunicación del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, sobre los resultados del almuerzo de trabajo con los ministros de asuntos exteriores de los Estados miembros de la UE y la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Vicepresidenta de la Comisión Política de Seguridad Europea, Catherine Ashton, Bruselas, 16 de diciembre de 2013
Serguéi Lavrov: Hemos celebrado un encuentro en formato amplio entre la Federación de Rusia y la UE a escala de ministros. En total, han estado presentes 28 ministros y la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton. El objetivo de este evento era la revisión de todo el conjunto de nuestras relaciones. Lo hemos abordado, ante todo, desde el plano de los preparativos de la cumbre de Rusia-UE, que se celebrará a finales de enero de 2014, en Bruselas. Hemos constatado que contamos con una serie de documentos que pueden ser firmados o anunciados en el curso del encuentro de la cumbre. Se ha acordado consolidar la preparación de la cumbre y llenarla al máximo de contenido concreto.
En primer lugar, se trata de sacar del punto muerto en el que están ciertas cuestiones que llevan bastante tiempo ya en nuestra agenda. Nuestra prioridad es entablar un diálogo sobre los visados. El tema se prolonga ya más de 8 años, aunque en los dos últimos años se ha ido perfilando. Se ha acordado una lista de medidas conjuntas que debemos abordar, tanto nosotros como nuestros socios europeos, para garantizar la seguridad de los documentos de viaje y un control claro en las fronteras, además de hacer todo lo posible para que nuestros ciudadanos puedan desplazarse de forma tranquila y segura de un país a otro. La pelota está ahora en el lado de la UE. A lo largo de estos dos años, se han realizado unas cuantas visitas: la comisión rusa ha viajado a la UE y la comisión de la UE ha visitado Rusia. En virtud de los resultados de nuestros viajes, se ha preparado un informe sobre la aplicación de medidas conjuntas que ha sido entregado a la comisión Europea. Nuestros homólogos han prometido entregarnos su informe en un breve plazo. Estamos convencidos de que una vez confrontados estos dos documentos, se podrá recomendar a nuestros mandatarios que anuncien que ha llegado el momento de pasar a la elaboración de un acuerdo sobre exención de visados para viajes a corto plazo para los ciudadanos de Rusia y los países de la UE que pertenecen a la zona Schengen. Paralelamente, esperamos adoptar un nuevo acuerdo que se convierta en el precursor de un régimen exento de visados y que liberalice más el Acuerdo de 2006 sobre la simplificación del régimen de visados para los ciudadanos de Rusia y de la UE, complementando la categoría de ciudadanos que disfrutan de la agilización del régimen de visados, incluyendo periodistas, representantes de ONGs, entre otros. Este trabajo se completó ya en el mes de mayo. En gran medida, el acuerdo está preparado. Apelamos a nuestros socios europeos a finalizar cuanto antes los procedimientos burocráticos internos para que en la cumbre se pueda poner el punto final: lo ideal sería firmar el acuerdo sobre la futura simplificación del régimen de visados o anunciar que será firmado en una fecha próxima.
Otro tema más que ocupa nuestra atención es el nuevo acuerdo básico. Está preparado desde hace tiempo. La delegación ha trabajado de forma intensiva y prácticamente ha completado los acuerdos de todas las secciones fundamentales, excepto la económica y comercial. Ha habido una pausa en lo que a esta materia se refiere debido a que acabábamos de ingresar en la Organización Mundial del Comercio y era necesario comprender en qué condiciones tenía lugar el ingreso. En este momento las condiciones se entienden y queremos que se fijen en el nuevo acuerdo base. Las consultas que han tenido lugar últimamente en la práctica han corroborado que hemos entendido mejor la posición de unos y otros. La Unión europea querría tener un seguimiento de los acuerdos que se han acordado en el marco del ingreso de Rusia en la Organización Mundial del Comercio, e ir de forma rápida y amplia por la senda de la futura liberalización del comercio mutuo y el régimen mutuo de inversiones. Conviene contemplarnos como un nuevo miembro de la OMC y comprender las consecuencias que supone nuestra participación en esta organización para nuestra industria, nuestra agricultura y el sector de nuestros servicios. Nos ha parecido que nuestros socios están de acuerdo con este razonamiento, al igual que con el hecho de que, en lo que se refiere a las cuestiones que tengan que ver con la competencia de la Unión Aduanera, en la que participan Rusia, Kazajstán y Bielorrusia, estarán presentes en las conversaciones y participarán los representantes de la Comisión Económica Euroasiática. Será realmente un gran avance en nuestras relaciones si conseguimos llegar a un entendimiento sobre el contenido que haya de tener el nuevo acuerdo base.
Tenemos otras muchas cuestiones comunes pendientes. Cooperamos en el ámbito de la política exterior. Ante todo, en materia de resolución de las crisis. Queremos construir nuestras relaciones sobre una sólida base jurídica. Hasta ahora la cooperación de Rusia y la UE para superar los conflictos y las situaciones de crisis en diferentes regiones del mundo se construían ad hoc. Llevamos mucho tiempo proponiendo a nuestros colegas concluir un acuerdo marco en el que se inscriban los principios fundamentales y las formas de dicha interacción. Avanzamos muy lentamente. La UE prefiere acogerse a los criterios de sus propias reglas. Pero nosotros queremos, y creo que es lo correcto en el mundo moderno, confeccionar un acuerdo marco en el que quede fijada la participación equitativa de Rusia y la UE en este tipo de misiones de paz.
En la práctica, la cooperación se remonta en el tiempo, empezando por la crisis de los Balcanes, cuando las tropas pacificadoras de Rusia y de la UE actuaron conjuntamente en Bosnia y en Croacia. También en el terreno práctico seguimos colaborando en la lucha contra la piratería en la región del Cuerno de África: Rusia tiene su propia operación y la UE tiene la operación "Atalanta". Cooperamos para proporcionar fuerzas de pacificación en El Chad y en la República Centroafricana. Ahora, la UE tiene interés en que interactuemos en relación con Libia. Sin embargo, otra vez más, nuestros colegas consideran que debemos unirnos a la operación que ha organizado la Unión Europea para consolidar el control en las fronteras exteriores de Libia, sin consentir en dejarnos dirigir esta operación, incluyendo la decisión de cuestiones relativas a la garantía de la seguridad en las fronteras y la seguridad de la propia misión. Seguimos teniendo la convicción de que únicamente una cooperación equitativa será efectiva, aunque estamos dispuestos paralelamente, sin incorporarnos a la operación de la UE, a contribuir en el esfuerzo común, lo que incluye a través de la preparación de personal para los cuerpos de seguridad fronterizos de Libia. Creo que será una cooperación útil en paralelo. No obstante, insisto, para que existiera una relación madura entre Rusia y la UE, se podría situar también este ámbito de nuestra interacción en un sólido marco jurídico internacional.
En nuestra agenda es tradicional el tema de la coordinación en política exterior. Esto engloba Siria, Irán y la regularización de Oriente Próximo. Participamos en los más diversos formatos con nuestros socios de la UE en el esfuerzo internacional para solucionar estas crisis. Se ha puesto de relieve nuestra buena interacción en cuanto a Siria, sobre todo en lo que se refiere a la resolución de la misión para la eliminación de las armas químicas de la República Árabe de Siria sobre la base de la iniciativa ruso-estadounidense, aprobada en virtud de la resolución en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas según las decisiones del Consejo Ejecutivo de la OPAQ. En este momento, se están debatiendo las medidas prácticas para concentrar todas las sustancias tóxicas que hay en Siria en un mismo punto. La Federación de Rusia facilitará los medios de transporte necesarios para resolver esta misión. A continuación, se cargarán estas sustancias tóxicas, correctamente empaquetadas, en barcos. Hay una serie de países de la UE que están dispuestos a facilitarlos. Nosotros vamos a proporcionar barcos de la Armada para escoltar las embarcaciones que llevarán las sustancias tóxicas a fin de garantizar la seguridad de esta operación. Después de esto, se volverán a transferir las sustancias tóxicas en un barco que está acondicionando Estados Unidos en este momento. En él se llevarán a cabo las operaciones básicas para destruir las sustancias químicas venenosas. Todo ello se realizará respetando absolutamente y de forma rigurosa las normas sobre medioambiente. Haremos todo lo posible para que esta operación no entrañe ningún riesgo para el medio ambiente. Tenemos motivos para suponer que será así y que podremos resolver este problema.
En cuanto a Irán hemos entregado el liderazgo a la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, que junto con el grupo de "tres más tres" (Rusia, Estados Unidos, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania) y sus homólogos iraníes han elaborado el famoso acuerdo de Ginebra, que se está poniendo ya en práctica. Lo principal (y convienen plenamente en ello nuestros colegas europeos) es no intentar tocar lo que se ha conseguido, ni intentar interpretarlo de forma holgada o estrecha, sino cumplir exactamente lo que está escrito en el documento de Ginebra: Irán congelará una parte significativa de su programa nuclear, sobre todo los componentes que despertaban mayor inquietud desde el punto de vista del riesgo que implicaba para la proliferación de la tecnología de producción de armas de destrucción masiva; y se congelarán asimismo las sanciones unilaterales de la UE y EE.UU. contra Irán, que se irán retirando gradualmente. Pero lo principal es que, en el transcurso de 6 meses, sobre los que está calculado el programa de la primera etapa, se deben reanudar las negociaciones para definir todos los elementos de una solución definitiva de la situación en torno al programa nuclear de Irán. Serán problemas bastante más complicados de resolver que los de la primera etapa. Pero tenemos la sensación de que, junto con nuestros socios europeos, estamos encaminados a resolverlos. Y ello pese a que, como usted sabe, haya determinados puntos de vista que profesan una actitud pesimista hacia la perspectiva de una solución definitiva, pesimismo que nosotros y la UE no compartimos. Espero que al lado de los socios estadounidenses e iraníes, logremos zanjar definitivamente este problema antiguo que intoxica gravemente la situación global de la región del Golfo Pérsico y en general el Norte de África y Oriente Medio.
Hemos hablado de la "Asociación Oriental". Nuestra conclusión global se resume en que cualquier proyecto que exista que implique a países que no pertenecen a la UE y que son los principales grupos de integración del espacio de la antigua Unión Soviética, como la Unión Aduanera y el Espacio Económico Único, con la creación futura de la Comunidad Económica Euroasiática, no debe utilizarse para imponer a estos países ésta u otra decisión. Cualquier decisión sobre cómo desarrollar la economía y construir las relaciones con los principales socios debe adoptarse de forma soberana, sin injerencias del exterior, partiendo de los intereses propios de cada país. Colocar a un país ante cualquier tipo de elección artificial no es justo.
Hemos escuchado por parte de nuestros socios europeos que se comprende nuestra postura. Sobre todo se han escuchado voces a favor de que por fin se empiece a discutir sobre estas cuestiones de forma conjunta, con el fin de acabar con los recelos y reproches mutuos, ya sean verdaderos o imaginarios, y negociar el formato de la futura cooperación de forma colectiva, equitativa y consciente. Creo que este enfoque es el único fiable.
Hoy se ha puesto de manifiesto de una forma aún más llamativa la presencia en la UE de un gran número de países que consideran que la situación con Ucrania debe debatirse necesariamente en un formato trilateral. Ucrania es un importante socio económico de Rusia y de la UE. Una gran parte del intercambio comercial con este país proviene de Europa, la Federación de Rusia y los países de la Unión Aduanera. Simplemente es lógico que antes de proponer, a veces de manera impertinente, cualquier tipo de plan sobre una cooperación futura de Ucrania con la UE, haya que sentarse y examinar qué consecuencias económicas tendrá esa clase de esquema para todos los que participan en el proceso, teniendo en cuenta, insisto, el enorme volumen de lazos económico-comerciales, por no hablar de los humanitarios, entre todos estos países. Esta interacción trilateral está más que justificada. En contra de lo que hemos oído de parte de ciertos funcionarios de la Comisión Europea, hoy me ha parecido que los países miembros de la UE son sensibles a la necesidad hablar de ello con honestidad, en lugar de tratar de resolver estas cuestiones a espaldas de nadie.
La conversación ha sido franca, productiva y ha confirmado que somos socios estratégicos de la UE, y que la magnitud de nuestra empresa común es tal que no nos podemos permitir el lujo de que, por cuestión de pequeñeces, se creen obstáculos para que nuestras relaciones avancen de forma estable y potente. La búsqueda de motivos falsos para frenar estas relaciones va en contra de los intereses tanto de la Federación de Rusia como de la Unión Europea, y también de los países que no entran ni en nuestros procesos de integración ni participan en los procesos de integración en el marco de la UE.
Creo que nos han escuchado. Yo, a mi vez, tampoco he cerrado los ojos ante las preocupaciones que tienen los europeos. En parte, he tratado de responder a ellas y, creo que lo he conseguido. Naturalmente, no se han aclarado todos los interrogantes ni se han disipado todas las preocupaciones. Pero la continuación de este diálogo (por el que abogan de forma permanente y con insistencia Rusia, su Presidente, Vladímir Putin y el gobierno ruso) no cabe duda que nos interesa tanto a nuestro país como a los europeos. Espero que los encuentros que están previstos durante el período que queda hasta que se celebre la cumbre ayuden a eliminar la falta de entendimiento y los desencuentros en nuestras relaciones. Esto se refiere tanto al nuevo acuerdo base como al diálogo sobre energía. Está prevista una serie de contactos para debatir la situación desplegada en relación con del Tercer paquete energético adoptado por la UE, que influye directamente en el desarrollo de la cooperación energética entre Rusia y los países de la Unión Europea. Estamos a favor de definir, sin atentar contra las prerrogativas de la Unión Europea, las normas de la cooperación en el ámbito de la energía en territorios que no son el nuestro, no dar pasos que puedan perjudicar retrospectivamente las condiciones del sector empresarial y socavar los acuerdos en virtud de los cuales se han hecho inversiones mutuamente beneficiosas y a largo plazo, y garantizar la seguridad energética para Europa.
Pregunta: ¿Cómo han afectado los acontecimientos en Ucrania en el diálogo de Rusia con la UE? ¿Ha explicado a sus colegas de la Unión Europea su postura sobre Ucrania? y, en particular, ¿que constantemente viajan a Kiev políticos de Europa en activo y retirados para apoyar a la oposición?
Serguéi Lavrov: Hemos tocado este tema y, naturalmente, hemos sacado a colación este ejemplo porque, con demasiada frecuencia en los últimos días, se oyen declaraciones que afirman que, si Rusia no interfiriera en los asuntos ucranianos, todo iría mejor. Con ejemplos concretos, hemos demostrado cómo nos comportamos nosotros y cómo lo hacen nuestros socios, que viajan a Kiev, inmediatamente se van a Maidan, reparten galletas y dicen que el pueblo ucraniano debe celebrar una elección libre a favor de Europa. Ya solo la frase plantea todo tipo de preguntas. En primer lugar, si se trata de elegir libremente, entonces el pueblo ucraniano debe decidir la opción que quiera. En segundo lugar, hacer un llamamiento por la elección a favor de Europa es una contradicción y un signo equívoco de que Rusia no quiere cooperar con Europa y que tira de Ucrania y de otros países de la "Asociación Oriental" hacia algún lado. En absoluto es así.
Con ejemplos concretos hemos explicado que todos los procesos que se han puesto en marcha para la integración de Euroasia, tienen únicamente el objetivo de lograr un cometido: incrementar la competitividad de la economía de los países de la Unión Aduanera –Rusia, Kazajstán y Bielorrusia (espero que se unan a estos países también aquellos que han declarado su deseo de hacerlo) –a un nivel en que puedan participar en una futura liberalización del comercio con Europa, pero no en unas condiciones en las que tengan las de perder y que no sean beneficiosas, sino ventajosas y equitativas.
En el Concepto de Política Exterior que aprobó el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, se inscribe la misión de extender un espacio económico y humanitario único desde Lisboa hasta Vladivostok. Queremos esta liberalización, entendemos que en el mundo globalizado de hoy, la autarquía no conduce a nada. Es necesario buscar ventajas económicas a través de una amplia integración y liberalización, las inversiones y otros sistemas. Pero hacerlo con una mentalidad de perdedor, simplemente "abrir las puertas de par en par y retirar de ellas a los guardametas" es irresponsable para cualquier gobierno que piense en su economía. Por eso cuando se realicen todos los planes acordados en el marco de la Unión Aduanera y la futura Comunidad Económica Euroasiática, estoy seguro de que nos pondremos en marcha hacia el objetivo de formar un espacio económico único entre Euroasia y la UE en unas condiciones beneficiosas para todos. Cualquier tipo de política actual sólo puede tener posibilidades de éxito teniendo en cuenta los intereses de sus socios. Es lo que tratamos de hacer.
Pregunta: ¿Les preocupa a sus socios el despliegue del misil "Iskander" junto a la frontera de la UE? y ¿Tienen razones para ello?
Serguéi Lavrov: No sé por qué este tema no ha tenido resonancia en absoluto. En cuanto al supuesto artículo sensacionalista de cierto diario alemán, el Ministerio de Defensa de Rusia hizo ya unas aclaraciones. Hoy no se ha hablado de este tema.
Pregunta: Represento a la agencia de noticias de Kazajstán. Todos sabemos que, a principios de 2015, está prevista la creación de la Comunidad Económica Euroasiática en la que participará Kazajstán. Hoy es el Día de la Independencia de Kazajstán. Me gustaría saber en qué estado están las relaciones ruso-kazajas.
Serguéi Lavrov: Muchas felicidades, para usted, para nuestros amigos kazajos y para el gobierno del país por esta fiesta. Se celebra por todo lo alto, tanto en Kazajstán como en Rusia. La embajada de la República de Kazajstán en la Federación de Rusia ha publicado algunos artículos y entrevistas en nuestros medios de comunicación. Este es un ejemplo en el que se han tenido en cuenta los intereses mutuos, se ha procurado aprovechar todo lo positivo que se ha ido acumulando tras muchas décadas de convivencia (y además durante mucho tiempo en un solo Estado), y al mismo tiempo se han rechazado los elementos que impiden el libre desarrollo de las naciones, lógicamente. Esta política ha sido avalada por los presidentes de nuestros países que se reúnen anualmente un número de veces récord y que se comunican a menudo por teléfono, organizan visitas oficiales y mantienen contactos informales.
Entendemos perfectamente cómo hemos de construir nuestras relaciones, que abarcan también la resolución de problemas complicados que han quedado como herencia de la URSS. Había un Estado común, un sistema económico único. Ahora el país es independiente, soberano, pero ni nosotros ni nuestros amigos kazajos quieren perder las ventajas creadas por nuestra economía en común, especialmente en el mundo tan competitivo de hoy en día. Tenemos que sacar el máximo provecho de estas ventajas. Apreciamos que el Presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev fuera uno de los principales promotores de la integración euroasiática (me parece que en el mes de abril de este año se celebrará el 20º aniversario de su famoso discurso en la Universidad Estatal de Moscú, Lomonosova). Así pues, como respetuosos creadores, los participantes de la Unión Aduanera, que incluye también a la República de Bielorrusia, van configurando los pasos prácticos encaminados en esta dirección, y nos dan la confianza de que este proyecto se hará realidad sin falta.
Pregunta: Hoy por la mañana, el Ministro de Asuntos Exteriores de Suecia, Carl Bildt declaraba que Rusia se dedica a desinformar sobre lo que está sucediendo en Ucrania. Ha propuesto redactar una lista de ejemplos de la presión política que está ejerciendo con la ayuda de palancas económicas.
Serguéi Lavrov: En la reunión de hoy, el ministro de asuntos exteriores, Carl Bildt no ha mencionado nada de esto. Abogó por que todos tuviéramos en cuenta y respetáramos los intereses de los países que todavía no pertenecen ni a la Unión Europea ni a las estructuras de integración euroasiáticas.
A Carl Bildt, un buen compañero, le gusta expresarse con contundencia y llamar la atención cuando hace alguna valoración. No tendría ningún inconveniente en examinar esa relación que quiere componer. Si tiene la idea de elaborar una lista de ejemplos en los que alguien ha ejercido presión sobre alguien, probablemente, será algo útil desde el punto de vista de que nos toca convivir en el espacio común del continente europeo. Es un planteamiento que se guía por la lógica que existía y prevalecía durante la "guerra fría": "si eres el enemigo de mi amigo, entonces eres mi enemigo" o "quien no está conmigo, está contra mí". Aunque, si lo que queremos es seguir con las declaraciones rimbombantes que se pronunciaban al final de la "guerra fría" (aunque, insisto, los estereotipos de aquella época se siguen percibiendo en la vida actual), a continuación tenemos que reconocer que la seguridad es indivisible, que nadie debe reforzar su seguridad a costa de los demás, que todos los países deben tener los mismos derechos, y que hay que respetar la soberanía de cada uno de los Estados. Entonces no surgirá ningún problema.
Lo que ha tratado de decir hoy Carl Bildt es que las medidas prácticas de Rusia en el área de las relaciones económicas y comerciales con nuestros vecinos pueden interpretarse como un mecanismo de presión política. Es un hombre con mucha experiencia, ocupó el cargo de Primer Ministro y ahora es el Ministro de Asuntos Exteriores de Suecia. Pero no son más que unos comentarios informales que van dirigidos a la gente de la calle. Se trata de consignas "simples" que van impregnando sin explicar nada. Uno va escuchando en la televisión la misma frase de forma machacona y termina por asumirla.
Todas las relaciones comerciales actuales están vinculadas ante todo, no a consideraciones geopolíticas o ideológicas de ningún tipo, sino a los intereses de la economía rusa. Hemos firmado un Tratado de Libre Comercio con los países de la Comunidad de Estados Independientes, llevamos ya cerca de 18 años acordando las condiciones de nuestro ingreso en la OMC, hemos creado mecanismos de protección para un período determinado con el objetivo de que nuestra industria, nuestra agricultura y nuestros servicios, gracias a estas tarifas arancelarias y otros mecanismos de protección, sean más competitivos de manera que más adelante, en otras condiciones, con otra posición reforzada, entablemos conversaciones sobre una posterior liberalización del comercio. Y si ahora rechazamos todo esto, es por nuestro escaso liderazgo y poder de decisión como miembros de la OMC. La firma de un acuerdo sobre una zona de libre comercio con Ucrania significaría sólo una cosa. Si mantuviéramos al mismo tiempo nuestra propia zona de libre comercio y no hiciéramos uso del derecho contenido en los Acuerdos de la Comunidad de Estados Independientes sobre una Zona de Libre comercio y protegeríamos las ramas de nuestra industria y nuestra economía por lo que pudiera pasar, tal como han descrito en repetidas ocasiones los presidentes y nuestros expertos: de pronto Ucrania se abriría al 85% de los productos europeos que inundarían el mercado ucraniano, pero no soportando la competencia con los europeos, se desangraría en el extranjero. Y Rusia con Bielorrusia serían unos candidatos evidentes para recibir estos bienes. Entonces les pasaría exactamente igual a nuestros productos.
Así que, sin chantajear a nadie, advertimos con toda honestidad que el Tratado sobre la Zona de libre comercio de los países de la Comunidad Independiente, en el que se incluye a Ucrania, que además lo promovió (el Presidente Víktor Yushchenko fue el principal promotor de este Tratado), hay una restricción según la cual, si en cualquier rama de la economía de los países participantes de la zona de comercio libre se produce una situación que supone riesgos para ese sector de la economía, este Estado tiene el derecho a interrumpir las prebendas. No se trata de ninguna sanción, sino de advertir que en caso de que el comercio con Ucrania o con cualquier otro país fuera por este camino, simplemente volveríamos a un sistema de nación más favorecida. Simplemente se le quitarían los privilegios y se adoptaría el sistema de nación más favorecida en ausencia de otro acuerdo de liberalización en el comercio con todos los países del mundo entre los miembros de la OMC.
Por eso la lista se puede hacer, pero lo principal es comprender que la economía debe apoyarse en consideraciones económicas y no en consideraciones de apropiación del espacio geopolítico, y además gratis.
Hoy en el encuentro con nuestros colegas europeos, he preguntado si en total se habían firmado muchos acuerdos sobre libre comercio. Resulta que son pocos. Después de los Acuerdos de Lisboa, si mal no recuerdo se firmó un documento de este género. La pregunta de "por qué" hizo pensar mucho a mis colegas. Pero dada su reacción, y por otras fuentes, sabemos que la contestación es muy sencilla: la UE en estos acuerdos quiere conseguir acceso, sin ninguna traba prácticamente, al mercado de los países a los que se les propone un acuerdo semejante. También se han hecho tentativas en Latinoamérica y en otras partes del mundo, que no se han visto coronados por el éxito, únicamente porque están pensando en proteger sus economías y quieren hacerlas más competitivas antes de empezar a hablar de libre comercio. La UE lo quiere todo y enseguida. Da la impresión de que la UE quiere adoptar medidas de abrirse a los mercados de los socios, justo en el momento en el que está a la cabeza y domina la competencia. No es casualidad que los acuerdos con los países de la "Asociación Oriental" se prepararan en secreto. Nadie se los ha enseñado a nadie. Cuando he preguntado hoy por qué ha sido así, mis colegas me han contestado: "porque se trataba de negociaciones, pero una vez que se redactaron, se publicaron enseguida en la página web oficial de la Comisión Europea". La siguiente pregunta también obtuvo una respuesta interesante. Dije que, estando publicados los acuerdos, nosotros, como país con un gran grado de cooperación con Ucrania, Moldavia y otros países de la "Asociación Oriental", teníamos interés en comprender cómo podían afectar en nuestras relaciones y en qué medida, en estos acuerdos, se podía tener en cuenta los intereses de la Federación de Rusia como un socio importante de Kiev y Chisnáu. La respuesta es muy sencilla –después de la rúbrica no se puede cambiar nada. Es decir, hasta su rúbrica todo es secreto y después de su rúbrica, no se puede modificar ni un ápice. Encontramos aquí un punto vulnerable en nuestras relaciones con los europeos que ha de ser aclarado. Quizá tengamos que dejar de ocultarnos las cosas que se van urdiendo en las relaciones de países que son unos fuertes socios comerciales como Rusia y la UE.
Pregunta: En Adra, a 40 km de Damasco, supuestamente, los rebeldes del "Frente al-Nusra" han ejecutado, según distintas valoraciones, entre 50 y 90 personas de la población civil. ¿Cómo pueden afectar estas acciones inhumanas a la celebración de Ginebra II? ¿Y qué actitud tienen nuestros socios occidentales que, en principio, apoyaban y siguen apoyando a la oposición siria?
Serguéi Lavrov: Nuestros socios europeos y estadounidenses no apoyan al "Frente al-Nusra". La masacre perpetrada en la ciudad de Adra es sencillamente indignante y no es un hecho aislado. Han ejecutado a cristianos, drusos, alauitas e incluso sunitas, que no están de acuerdo con el credo islámico que quiere imponer esta gente en la región. Insisto, no es un hecho aislado. No hace mucho, "Human Rights Watch" denunció hechos no menos crueles a manos de otras asociaciones que han pasado a formar parte de las filas del llamado "Frente Islámico". Se trata de una nueva estructura, creada como si compitiera con el "Ejército Libre de Siria", que siempre ha sido presentado por nuestros socios occidentales como una fuerza laica, cuyo objetivo es mantener Siria como un Estado multiconfesional, poliétnico y democrático, que lucha contra el terrorismo, y que golpea al régimen, para conseguir lo mejor para su pueblo sobre la base de la igualdad y la democracia. Muchos afirman que han sido engullidos por los que componen el "Frente Islámico".
En este momento, se observa un acusado debilitamiento del "Ejército Libre de Siria". Muchos de los comandos de esta estructura han desertado. Hay quien dice que han pasado a nutrir las filas del "Frente Islámico"
A su vez, el "Frente Islámico" ha proclamado unos objetivos bastante radicales, aunque nuestros socios occidentales tratan de tenderles un puente y los posicionan como una "fuerza aceptable" que tiene influencia "sobre el terreno". No obstante, según ciertos datos que son bastante fiables, sabemos que cuando se creó este frente, se barajó la posibilidad de incluir en él al "Frente al-Nusra", aunque no llegó a hacerse por la sencilla razón de que no se quería deteriorar su reputación dado que el "Frente al Nusra" aparece en las listas de grupos terroristas tanto de EE.UU. como de Europa.
Asimismo, contamos con información de que nuestros socios estadounidenses se han reunido con el "Frente Islámico" y tratan de alguna forma agruparlo bajo "el paraguas" del "Ejército Libre de Siria". Dentro de unos días, cuando el Viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia se reúna con mi homólogo estadounidense –el Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y con el enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Lajdar Brahimi, y hablen de los preparativos para la conferencia de Ginebra II, plantearemos sin falta esta pregunta. Si el "Frente Islámico" está próximo ideológicamente al "Frente al-Nusra", pero por consideraciones de imagen se distancian de ellos, es necesario saber con quién vamos a hablar al final, y quién va a representar a la oposición de Siria en el encuentro de Ginebra.
La propia Coalición de fuerzas de la revolución de Siria se ha quebrado y sus dirigentes hacen declaraciones que son contradictorias. Queremos ponernos en contacto con ellos. Hemos mantenido encuentros en el extranjero. Hemos invitado a su presidente Ahmad Jarba, que ha prometido venir. Queremos saber de "primera mano" como contemplan su papel y cuál es su visión del futuro de Siria.
Paralelamente a esto, nos enteramos de que algunos miembros de la Coalición Nacional, como por ejemplo los "Hermanos Musulmanes" de Siria, se han desgajado de ella y han creado su propio partido que, aunque se mantiene "bajo el paraguas" de la Coalición Nacional, ahora va a exigir sus derechos particulares o si no se sale de la Coalición.
Uno de los líderes del "Ejército Libre de Siria", después de que desapareciera su jefe, el general Salim Idriss, (en este momento se encuentra en Turquía o en Qatar), anunció que iba a crear la "Unión de Revolucionarios de Siria". Se multiplican como hongos multitud de estructuras. Para que la conferencia de Ginebra II se celebre, y queremos que se inaugure en la fecha acordada, el 22 de enero, tal como fue anunciado por el Secretario General de la ONU, hay que entender quién se va a sentar enfrente del gobierno de Siria. Si se trata de gente que representan al ala de la oposición en el exilio y no tienen ninguna influencia sobre los que se oponen al régimen y que están dentro de Siria, entonces es muy probable que no haya mucho de lo que hablar en la conferencia. De todas formas vamos a conseguir que se convoque.
Ahora nuestra principal tarea consiste en que los socios estadounidenses y los que se suelen relacionar con la oposición y con todas sus "facciones", los que tienen mayor influencia en la oposición que nosotros, nos aclaren quién la representa. ¿Quién puede hablar de forma responsable y con autoridad en nombre de la oposición y quién puede negociar y resolver los problemas que hemos planteado, entre ellos la resolución 2118 del Consejo de Seguridad de la ONU, que avala el Comunicado de Ginebra, y que proclama que Siria ha de ser un Estado laico, soberano y conservar su integridad territorial, y en él han de estar garantizados los derechos de todos los grupos étnicos, religiosos y políticos, y que deben participar en el diálogo representantes de todo el espectro político y social de Siria?
Es la tarea principal en este momento porque lo que no queremos es que las negociaciones se conviertan en una proclamación y tampoco queremos que la gente que se siente enfrente del gobierno no pueda responder de sus palabras. Entramos en una etapa crítica. Nuestros colegas occidentales, que acogen bajo su protección a la Coalición Nacional y que la promueven como la principal portavoz de las aspiraciones de la oposición y la bautizan como "la única representante del pueblo sirio" (una tesis que no se sostiene ya que si fuera así, entonces el ejército de Bachar al Asad hace tiempo que se hubiera dispersado y la guerra en Siria hace tiempo que habría concluido), deben contestar con qué planteamientos acudirá este grupo a Ginebra, y a quién va a representar realmente.
No nos limitamos a observar todo esto de forma pasiva. A diferencia de Occidente que trabaja solamente con la oposición, nosotros mantenemos contactos con el gobierno y con la oposición, nos estamos reuniendo con todos los grupos de la oposición. Queremos escuchar cuál es su visión –qué es lo que quieren para su gobierno y para su patria. Es un problema que únicamente pueden resolver los sirios, pero nosotros vamos a ayudarles para que arreglen el tema de su representación o, tal como hay que decir ahora de manera más correcta, entablen un diálogo inclusivo y lleguen a lo que espera de ellos la comunidad internacional: el alcance de un acuerdo entre ellos sobre el futuro de su país.