Versión taquigráfica de la intervención del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en la sesión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembros de la OCI, Damasco, 23 de mayo de 2009
Estimado señor Presidente,
Estimados colegas y amigos,
Ante todo quiero expresar mi reconocimiento al Ministro de Asuntos Exteriores de la República Árabe Siria, señor Walid Muallem, y al Secretario General de la Organización de la Conferencia Islámica, señor Ekmeleddin Ihsanoglu, por la invitación a participar en las labores de la sesión en calidad de observador.
Durante el último año en el mundo se han verificado sucesos grandes, a veces dramáticos. En general, han confirmado la falta de alternativa a las acciones colectivas basadas en el Derecho Internacional. La crisis en el Cáucaso y los acontecimientos trágicos en la franja de Gaza volvieron a demostrar el carácter nefasto de poner miras en la fuerza bruta al solucionar cualquier conflicto. La actual situación en torno a la crisis financiera y económica global también sirve de ejemplo brillante de la necesidad de la diplomacia multilateral y la conciliación de las normas universales aceptables para todos y las reglas de su observancia por todos los Estados.
Rusia siempre mantiene el rumbo hacia fomentar la interacción equitativa y mutuamente beneficiosa con el mundo islámico. Nos unen asimismo principios fundamentales, tales como la necesidad de formar un orden mundial justo y democrático con el apoyo en el papel central de la ONU y el reconocimiento de la diversidad cultural y civilizacional del mundo actual.
Nuestras relaciones con los países islámicos siguen siendo muy dinámicas. Los numerosos contactos habidos, incluso al nivel más alto, atestiguan la consolidación de la cooperación madura y dirigida al futuro.
Rusia y los países islámicos son aliados en la lucha contra el terrorismo y el extremismo. Nos atenemos a enfoques similares en la solución de otros muchos problemas globales y regionales. Los esfuerzos comunes para disminuir el potencial conflictivo en las diversas regiones forman un campo importante de nuestra colaboración.
Un lugar especial entre esas regiones lo ocupa el Cercano Oriente que atraviesa otra vez una etapa compleja responsable. Es preciso superar la pausa prolongada peligrosa en el proceso de negociaciones. A ello están encaminados los esfuerzos de Rusia en el marco del "cuarteto" de mediadores para el Cercano Oriente que se hacen en contacto estrecho con las partes, la Liga de Estados Árabes y la Organización de la Conferencia Islámica.
En el marco de esos esfuerzos Rusia organizó el 11 de mayo del año en curso la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU basándose en cuyos resultados los miembros del Consejo reafirmaron unánimemente la base legal internacional del arreglo, incluidas las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y la Hoja de Ruta, como también la necesidad de crear el estado palestino independiente y viable. El Consejo de Seguridad destacó especialmente el significado de la Iniciativa Árabe de Paz apoyada también por la OCI. El Consejo de Seguridad se pronunció claramente por que las partes observaran estrictamente los compromisos asumidos en materia de seguridad y por que renunciaran a cualquier acción unilateral que predeterminase el status definitivo. Ello se refiere, ante todo, a la necesidad de cesar las actividades de asentamiento. Es objetivo prioritario garantizar la libertad del desplazamiento de la población palestina en Cisjordania y el desbloqueo de la franja de Gaza. El Consejo de Seguridad subrayó la importancia de alcanzar la unidad de las filas palestinas y apoyó los esfuerzos que Egipto hace en este derrotero. Hay que empezar por aunar a todos los grupos palestinos sobre la plataforma de la OLP.
La Conferencia de Moscú para el Cercano Oriente deberá ser otro paso en el camino hacia la reanudación del proceso político en la Región. La Conferencia es apoyada unánimemente, lo cual está fijado en las resoluciones del CS de la ONU. Nuestro enfoque de principio consiste en garantizar el carácter universal del arreglo en todos los tramos: el palestino, el sirio y el libanés.
Rusia se pronuncia por consolidar la soberanía e independencia de Irak cuyo pueblo debe disponer él mismo de su suerte. Respaldamos los pasos que da con este fin el Gobierno iraquí para alcanzar la reconciliación nacional sobre la base de un diálogo universal con la participación de todas las fuerzas políticas y comunidades etnoconfesionales del país.
Compartimos la postura de la LEA y la OCI a favor del arreglo política de los problemas de Sudán respetando su soberanía e integridad territorial. Partimos de que el conflicto en Darfur sólo puede ser resuelto a la mesa de negociaciones con la colaboración constructiva de Jartum con la ONU, la Unión Africana y otros intermediarios internacionales. En el contexto de las interrelaciones del Norte y el Sur de Sudán nos pronunciamos por la realización sucesiva y sin obstáculos del convenio universal de paz.
Rusia procura consecuentemente arreglar la situación en torno al programa nuclear iraní exclusivamente con métodos político-diplomбticos teniendo en cuenta todos los aspectos, incluidos los intereses legítimos de Irán y de todos los países de la Región en materia de seguridad y desarrollo económico. Son bien sabidas nuestras propuestas para formar el sistema de seguridad en la zona del golfo Pérsico.
Afganistán sigue siendo objeto de una seria preocupación de la comunidad internacional. Saludamos la aspiración manifestada últimamente a atraer más el factor regional en la regularización afgana. Los participantes en la Conferencia Especial con auspicios de la OCS celebrada el 27 de marzo en Moscú se pronunciaron por un papel más activo de los países vecinos de Afganistán. Los documentos aprobados en la Conferencia contienen acuerdos concretos sobre reforzar la resistencia al terrorismo, narcotráfico y delincuencia organizada. Invitamos a participar en la realización de los proyectos correspondientes a los países y organismos internacionales interesados.
En Rusia siguen con atención la evolución de la situación en Pakistán y respaldan la cooperación de Islamabad y Kabul en la elaboración y realización de la estrategia eficaz para eliminar la amenaza terrorista. Paralelamente es necesario efectuar las medidas del desarrollo social y económico de las demás regiones en la frontera de Afganistán y Pakistán.
Rusia saluda la consolidación del papel constructiva de la OCI en los asuntos mundiales, lo cual se manifestó en muchas decisiones tomadas en la Cumbre de la OCI en Dakar sobre los problemas internacionales candentes. La madurez y la consolidación de la OCI se manifestaron asimismo en la aprobación de los Estatutos de la Organización. Ello se debe, sin duda, a Senegal, presidente de Organización y al Secretario General Ekmeleddin Ihsanoglu. Su reunión con el Presidente de la Federación de Rusia, Dmitri Medvédev, el 27 de marzo del año en curso en Moscú y la apertura en la sede la Organización en Jeddah de la delegación permanente de Rusia reflejan la creciente importancia de la colaboración de Rusia con la OCI.
En octubre de 2008 en Jeddah se celebró la cuarta sesión del Grupo de Visión Estratégica "Rusia–Mundo Islámico" en que se discutió el objetivo actual de incrementar los esfuerzos en beneficio de conseguir de un convenio entre las civilizaciones. En este cauce se encuentra asimismo la proposición rusa de instituir con auspicios de la ONU del Consejo Consultivo de Religiones y la iniciativa del Rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdulaziz, sobre la activación del diálogo entre las civilizaciones.
En Moscú se celebraron dos conferencias internacionales: "Rusia–Mundo Islámico" e "Islam vencerá el terrorismo". En Kazán se celebró la Conferencia Internacional de Inversiones con auspicios del Banco Islámico del Desarrollo. Se consolidaban nuestros vínculos con la Organización Islámica para la Educación, la Ciencia y la Cultura. La visita a Rusia de su Director General Abdelaziz Al-Tuviyri confirió un nuevo impulso a esos vínculos.
Rusia se propone firmemente continuar con el rumbo hacia ampliar la colaboración con el mundo islámico en los diversos campos, lo que ha pasado a ser n factor importante de la formación del sistema internacional policéntrico basado en la solidaridad frente a los nuevos retos.