Comentario del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexander Lukashevich en relación con las declaraciones anti-rusas del líder de Rumania, Traian Băsescu
En Moscú hemos tomado nota una vez más de la serie de declaraciones anti-rusas emitidas por el Presidente de Rumania, Traian Băsescu en relación con los acontecimientos que han tenido lugar en torno a Ucrania y Crimea. En particular, durante los actos que se celebraron hace unos días en Bucarest con motivo del 10ª aniversario de Rumania en la OTAN, el líder rumano volvió a incriminar a Rusia por cometer "agresiones contra los ucranianos", violar el Memorándum de Budapest de 1994, etc. Tampoco se quedó atrás con respecto a las declaraciones de Traian Băsescu, el jefe de la cancillería rumana, Titus Corlățean, que se ensañó en su condena a Rusia.
Con semejantes ataques, se puede deducir la clara intención de los altos cargos de Bucarest de ignorar la causa primigenia de la crisis de Ucrania y su falta de voluntad para reconocer honestamente qué fuerzas fueron el detonante de su estallido, pues se siguen empeñando en rechazar las formas razonables para superarla. En lo que se refiere al Memorándum de Budapest, los principios fundamentales que en él se exponen fueron violados burdamente con las acciones de otros garantes mucho antes de que el pueblo de Crimea ejerciera su legítimo derecho de autodeterminación consolidado por la Carta de Naciones Unidas y una serie de instrumentos jurídicos internacionales fundamentales.
En suma, la nueva ráfaga de retórica anti-rusa en las altas esferas de Bucarest, en una etapa en la que el diálogo entre Moscú y Bucarest apenas había empezado cobrar un dinamismo positivo, no responde a los intereses ni de una ni de otra parte y no puede sino suscitar decepción.
4 de abril de 2014