Discurso y respuestas a las preguntas de los medios ofrecidos por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, al término de su visita a Francia, París, 12 de noviembre de 2021
Permítanme decir algunas palabras sobre la reunión de los Ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la Federación de Rusia y de República Francesa celebrada en formato "2+2”. No es la primera vez que nos reunimos en este formato y en un determinado momento hubo en nuestra interacción una pausa bastante larga. Sin embargo, en 2019 en la localidad francesa de Bregancon los Presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Francia, Emmanuel Macron, acordaron reanudar las reuniones en cuestión. Primero nos reunimos en Moscú y hoy se acaba de celebrar en París una nueva reunión. Catalogamos este formato como muy prometedor y apreciamos el deseo del Presidente Macron de buscar puntos de coincidencia en los temas de importancia estratégica para la región euroatlántica, así como su disposición de vertebrar con Rusia unas relaciones constructivas y de mutuo beneficio. Dada esta circunstancia, hemos intercambiado opiniones sobre la seguridad global, la situación en la región euroatlántica, en África, en el Oriente Próximo, en Asia-Pacífico. Tradicionalmente hemos abordado también los asuntos más espinosos, en los que nuestras actitudes no solo discrepan, sino que a veces son opuestas.
Por nuestra parte, hemos llamado la atención a que la situación en el mundo sigue siendo bastante tensa. Lo vemos como fruto del deseo de ciertos Estados del Occidente encabezados por EEUU de mantener y de reforzar de manera artificial su dominio, de destruir la arquitectura basada en la ONU y creada al término de la Segunda Guerra Mundial, así como de imponer a la opinión pública y a la comunidad internacional un tal “orden basado en las normas” que se contrapone evidentemente al Derecho Internacional.
Forman parte de esta línea los intentos de contener el desarrollo de Rusia. Estos son anunciados abiertamente por la Alianza del Tratado del Atlántico de Norte y por EEUU e incluyen una actuación bastante agresiva por parte de la OTAN con respecto a nuestro país. Los ejemplos abundan, me refiero al despliegue de fuerzas adicionales en torno al espacio acuático en el mar Negro, un despliegue “inusual” de buques de guerra en dicha zona y otros pasos nada amistosos.
Hemos percibido la intención de nuestros interlocutores de reforzar y confirmar la línea aplicada por la Unión Europea con respecto a Rusia que lleva muchos años sin cambiar. Su postulado clave reza que la UE estaría dispuesta a normalizar las relaciones bilaterales, en cuanto Moscú proceda a cumplir los Acuerdos de Minsk. Hemos demostrado con ejemplos todo lo absurdo de este postulado. Hemos vuelto a leer las pertinentes cláusulas de los Acuerdos de Minsk, donde se pone de manera inequívoca que una serie de asuntos debe ser acordada entre Kiev, Donetsk y Lugansk, incluidos el estatus especial de los territorios en cuestión, los procedimientos de la celebración de elecciones en dichas zonas, la amnistía, etc.
Hemos propuesto abordar las vías de salida de este atolladero en el que se encuentran las relaciones entre Rusia y la UE. Hemos hecho recordar a nuestros interlocutores que en su momento aplaudimos la idea del Presidente de Francia, Emmanuel Macron, que consistió en formar una arquitectura de seguridad europea junto con Rusia y no contra nuestro país. A nuestro modo de ver, lo más importante es que estas palabras tan acertadas se plasmen en pasos prácticos. Es lógico que en la UE y en la OTAN haya disciplina interna, la llamada solidaridad. El problema sigue pendiente.
Hoy, “en los márgenes” de la Conferencia sobre Libia he mantenido una conversación con el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Mi interlocutor ha subrayado su interés en encontrar formas de sacar las relaciones bilaterales del atolladero en el que se encuentran después de que en 2014 los países occidentales bien apoyaron bien aceptaron el golpe de Estado perpetrado en Ucrania por las fuerzas de extrema derecha y tomaran determinadas medidas. Los resultados de aquella decisión los seguimos viendo hasta hoy. Lo que ocurre es que cuesta mucho persuadir a nuestros interlocutores de la UE, no hablo de Francia en este momento, de que las relaciones bilaterales deben basarse exclusivamente en los principios de paridad y equilibrio de intereses. Estamos abiertos a tal interacción y lo hemos confirmado durante la reunión con nuestros colegas franceses y mis contactos con el señor Michel.
La estabilidad estratégica se ha abordado en detalle, también en contexto de los nuevos retos que surgieron tras la retirada de EEUU del Tratado INF y del Tratado de Cielos Abiertos. Hemos confirmado nuestra intención de continuar mostrándonos exclusivamente comedidos y no crear problemas de manera artificial. Reaccionaremos a los pasos inamistosos que den los países occidentales y actuaremos de manera idéntica y, llegado el caso, asimétrica.
Hemos llamado la atención a la iniciativa formulada por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien anunció una moratoria unilateral para el despliegue de los misiles de alcance medio y corto con base en tierra y prohibidos por el Tratado hasta que en las pertinentes regiones del mundo aparezcan sistemas de fabricación estadounidense del mismo tipo. Al mismo tiempo nos hemos mostrado muy preocupados por las perspectivas de que la carrera armamentista se desplace al espacio. Planes en cuestión fueron anunciados abiertamente por Washington y hace poco la República Francesa formuló una iniciativa muy similar.
Al igual que nuestros colegas franceses, confirmamos que el Paquete de medidas de los Acuerdos de Minsk no tiene alternativa. Sin embargo, la interpretación de las mismas varía y bastante. Nuestros interlocutores se afianzan cada vez más en la creencia de que Rusia debe cumplir las medidas en cuestión. Quien haya leído, aunque sea una vez y de forma rápida, los Acuerdos de Minsk aprobados por la pertinente Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, vería lo absurda e infundada que es tal postura. En función del documento en cuestión, Kiev, Donetsk y Lugansk han de acordar una serie de asuntos clave de los que depende el arreglo de la crisis interna en Ucrania. Hemos vuelto a exhortar a París no solo abordar el problema junto con Berlín, sino a obligar a las autoridades ucranianas a cumplir con los compromisos internacionales asumidos. Hemos llamado la atención a que Kiev está aplicando una línea política completamente inadmisible que consiste en la segregación de los habitantes del país. Hemos hecho recordar que la llamativa frase lanzada por el Presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, de que si alguien en Ucrania se sentía ruso, que se fuera a la Federación de Rusia, no obtuvo reacción alguna por parte de los países occidentales.
No se nos ha ofrecido ninguna respuesta, al ser citados estos y muchos otros datos, incluida la preparación en Ucrania de una nueva Ley que minará los Acuerdos de Minsk, al igual que los hacen las Leyes de educación y el uso de la lengua. Me refiero al proyecto de Ley Fundamentos de la política estatal del período de transición presentado por el Gobierno ucraniano. Es una enorme vergüenza que la Comisión de Venecia lo considerara más o menos apropiado. Dicho organismo ni siquiera se dignó contrastar los postulados expuestos en el documento con los requisitos formulados por los Acuerdos de Minsk ni con la pertinente Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. De ser aprobado el proyecto de Ley en cuestión, Kiev proclamará de esta forma su abandono del Paquete de medidas de los Acuerdos de Minsk. Recordemos que representantes de Francia y Alemania a un nivel muy alto nos aseguraron de que harían cuanto estuviera a su alcance, para que dicho documento no fuera aprobado. Sin embargo, no se ha tomado ninguna medida al respecto. Como podemos ver por lo que está ocurriendo en el Parlamento ucraniano, la Rada Suprema, la aprobación del proyecto de Ley está en plena marcha.
Hemos abordado el programa nuclear y en este campo se vislumbran posibilidades de una interacción más constructiva. Para el próximo 29 de noviembre está previsto que reanuden sus negociaciones los participantes del Plan de Acción Integral Conjunto para el arreglo de la situación en torno al programa nuclear iraní. Nos pronunciaremos por que los acuerdos logrados en el marco de dicho documento en 2015 y aprobados vía Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sean reanudados en su totalidad. Ello supondría que EEUU debería volver al cumplimiento de sus compromisos, incluido el levantamiento de todas las sanciones introducidas como parte del PAIC.
Hemos prestado mucha atención al problema del arreglo en Oriente Próximo. Existe un formato conjunto compuesto por el cuarteto de mediadores internacionales, es decir, Rusia, la Unión Europea, la ONU y EEUU. Por desgracia, de momento se falla en reanudar sus labores, puesto que Washington no acepta la propuesta de hacerlo cuanto antes. Mientras tanto, la situación en los territorios palestinos y la crisis humanitaria en la Franja de Gaza se están agravando. Estaríamos dispuestos a tomar medidas adicionales, junto con nuestros interlocutores franceses. Veamos lo que podemos hacer. Por lo menos, lo hemos acordado.
Hemos abordado la situación en Siria: existen Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que deben ser cumplidas. Existen también la Resolución base que definió las ideas clave del arreglo y la Resolución aprobada en pasado verano que exige una ayuda humanitaria más abarcadora y, es algo de suma importancia, establece que debe erradicarse cualquier factor que obstaculice la ayuda prestada a Siria en materia de “recuperación temprana”, es decir, reconstrucción de sistema de abastecimiento de energía eléctrica, agua, la educación, la sanidad, la construcción de viviendas.
Hemos abordado la situación Libia: se ha celebrado la Conferencia Internacional sobre Libia convocada por el Presidente de Francia, Emmanuel Macron y concluida con la aprobación de un extenso documento. Ya se ha hecho público, de modo que puede ser estudiado. Dicho documento no desentona con otras Conferencias dedicadas al asunto, incluida la Conferencia de Berlín celebrada el pasado junio. Lo más importante de estas decisiones es el llamamiento lanzado a las partes enfrentadas en el conflicto sirio de atenerse al plan trazado por ellas mismas hace un año, sobre todo, en lo tocante a la celebración de elecciones universales, las presidenciales y las parlamentarias. Sería necesario, además, garantizar el carácter inclusivo del proceso electoral, para que los representantes de todos los grupos políticos y sociales pudieran participar en las mismas.
Hemos abordado la situación en la región del Sáhara y el Sahel, dada también la retirada de las tropas francesas, en concreto de Mali. Las autoridades malienses, por lo tanto, demostraron su preocupación por la decisión de Francia, puesto que en el sur del país se están registrando intensas actividades de grupos terroristas. Hemos ofrecido explicaciones con respecto a las acusaciones que son formuladas con regularidad contra Rusia por estar alentando supuestamente los contactos entre las autoridades malienses y una tal empresa militar privada rusa. Hemos puesto de manifiesto que tales acusaciones carecen de fundamento y hemos subrayado que estamos prestando a Mali ayuda interestatal técnica y militar, asistiendo con la organización de las labores de los servicios de seguridad y del Ejército nacional. En cuanto a empresas privadas del sector militar, hemos citado datos que confirman que tal fenómeno no apareció en Rusia, sino en los países occidentales, como por ejemplo, EEUU, el Reino Unido y Francia. Son muy numerosas y bastante más potentes que las respectivas empresas rusas. Nos hemos pronunciado por la unificación de los esfuerzos en la lucha contra los grupos terroristas en la región del Sáhara y el Sahel que “están campando por sus respetos” desde que los países occidentales bombardearan Libia despojándola de su condición de Estado. Es algo que intentamos ayudarle a recuperar, pero la causa requiere de esfuerzo constante.
Hemos abordado la situación en la República Centroafricana. Contamos de experiencias positivas de cooperación con Francia en el Consejo de Seguridad de la ONU. Recientemente hemos aprobado, tras haberlo abordado en detalle con París, una Resolución que amplía la lista de armamentos, de cuyos suministros al país en cuestión se debe informar. Es una medida muy demandada para la lucha del mencionado país africano contra la amenaza terrorista.
Hemos discutido la situación en los Balcanes, llamando la atención de los colegas franceses a que en Bosnia y Herzegovina donde funciona el Comité Rector para el cumplimiento de los Acuerdos de Paz de Dayton (forman parte del mismo Rusia y Francia) Occidente últimamente intenta promover unas decisiones absolutamente ilegítimas, en particular, las relativas al “nombramiento” del nuevo Alto Representante. Esto ocurrió hace varios meses en violación de los procedimientos establecidos por los propios Acuerdos de Dayton que implican el consenso de los tres pueblos que conforman el Estado, así como del procedimiento que supone la aprobación de esta decisión no sólo por los tres pueblos bosnios sino también por el Consejo de Seguridad de la ONU. Hemos llamado la atención a que la vía por la que optaron los socios occidentales socavando los propios cimientos de coexistencias de los serbios, los bosniacos y los croatas dentro de un Estado único es bastante arriesgada.
Hemos recalcado que en otro “frente” balcánico (me refiero a Kosovo) la Unión Europea investida de funciones de mediador de la Asamblea General de la ONU, es incapaz de cumplir las resoluciones adoptadas con su ayuda por Belgrado y Pristina todavía en 2013. Me refiero a la resolución sobre la constitución de la Comunidad de Ayuntamientos Serbios en Kosovo. Es una cuestión de suma importancia que les permite a los serbios mantener su identidad en esta región.
Encomiamos a la Unión Europea por haber sabido garantizar en su tiempo la suscripción de este acuerdo. Pero es muy sintomático que ahora la UE no pueda conseguir que Pristina cumpla sus compromisos.
Hemos discutido la situación en Afganistán. Mantenemos posturas comunes sobre la necesidad de que los talibán cumplan todas las declaraciones hechas al llegar al poder.
Hemos abordado el arreglo en Alto Karabaj en el contexto de la labor realizada por los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE: Rusia, Francia y EEUU. Hace varios días, en París los tres copresidentes se reunieron los ministros de Exteriores de Armenia y Azerbaiyán. Todos secundaron el acuerdo que el 9 de noviembre de 2020 llegaron el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, el Presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, y el Primer Ministro de Armenia, Nikol Pashinián. Hemos destacado progresos en la actividad del contingente de paz ruso, en la solución de varios problemas humanitarios.
Hemos trazado varios derroteros en los que se debe intensificar la labor. Correspondientemente, en un futuro inmediato, los copresidentes se centrarán en la solución de los problemas humanitarios, procurando que las comunidades armenia y azerbaiyana en esta zona generen un ambiente de confianza, resuelvan los problemas cotidianos en el espíritu de avenencia constructiva.
Hemos analizado el cronograma de nuestros contactos políticos y expresado el interés en continuar cooperando según la fórmula 2+2.
Los colegas franceses han abordado la crisis con los migrantes en la frontera de Bielorrusia con Polonia, Letonia y Lituania. Hemos esclarecido la situación en que debe haber cabida al doble rasero en comparación con el trato que les dan a los migrantes en otros países de la Unión Europea y no en la frontera con Bielorrusia. Hemos de guiarnos por unas mismas normas, respetando los principios fundamentales del derecho humanitario internacional. No creo que hayamos persuadido a nuestros colegas. Por lo menos, hemos expuesto argumentos que no han intentado objetar. Tan sólo han exhortado a nosotros a ayudar a persuadir a Minsk a resolver este problema. Pero la solución no depende únicamente de Minsk. También la Unión Europea debe dar muestra de una actitud constructiva. De esto hemos hablado hoy con el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Pregunta: ¿Por qué razones se guían los polacos y algunos otros miembros de la UE al acusar a Rusia poco menos de provocar la crisis migratoria en la frontera bielorruso-polaca? ¿Cómo respondería Rusia a estas acusaciones y unas probables sanciones contra las líneas aéreas Aeroflot? ¿Ha discutido hoy estas acusaciones?
Respuesta: Rusia debe responder muy sencillamente: simplemente hacer caso omiso de estas invectivas arrogantes, de esta fraseología huera inspirada en los instintos rusófobos.
El tema de Aeroflot no se ha planteado. Todos se dan cuenta de que es una tontería. No cuesta mucho confrontar las acusaciones con la información disponible sobre los destinos de los vuelos de Aeroflot. Pero para hacerlo es preciso aunque sea intentar aclarar la situación.
Hemos recordado cómo la Unión Europea aclara una u otra situación crítica. Cuando en junio pasado se produjo el incidente con un avión de Ryanair, el Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, nada más escuchar las invectivas acusatorias, propuso convocar consultas con la participación de expertos.
La Unión Europea se negó a hacerlo, decretó sanciones contra Bielorrusia y luego propuso que la ICAO realizara una investigación objetiva del caso. Esta investigación no se ha concluido hasta ahora. Las fechas anunciadas de su terminación fueron aplazadas por segunda vez. Difícilmente se concluya en lo que resta de año.
Hoy le he dicho al Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que si ellos no están interesados en resolver los problemas que surgen entre la UE y Bielorrusia, debe elegir: ora sostener consultas, tal como le propone la Canciller de Alemania, Ángela Merkel, al Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ora hacer alarde de su prepotencia y agresividad e imponer sanciones ilegítimas contra este país. A mi modo de ver, la conversación sobre estos temas ha de ser franca y honesta. Espero que las personas sensatas en la Unión Europea lo entiendan y presten oído a estos argumentos. Pero, lamentablemente, como ya ha ocurrido reiteradamente, la que lleva la voz cantante en la UE es una minoría agresiva.
Pregunta: ¿Se ha discutido hoy con la parte francesa el reconocimiento de la vacuna rusa Sputnik V?
Respuesta: No se ha discutido, pero mantenemos este tema bajo control. Francia no figura entre aquellos países comunitarios que esperan la resolución de la OMS. Esta resolución se dilata por algunas razones objetivas y varias subjetivas. Nuestras entidades pertinentes cooperan con la Agencia Europea de Medicamentos y la OMS.
Varios países comunitarios, empezando por Hungría, decidieron reconocer nuestra vacuna. En esta relación, afrontamos un problema concreto. Nuestros diplomáticos en Francia no pueden ejercer libremente sus funciones. Se les exige presentar los PCR tests cada dos días, lo que no exigimos a los diplomáticos franceses acreditados en Moscú. Ellos pueden administrarse cualquier vacuna, cumplir tranquilamente sus funciones, desplazarse por Moscú y otras ciudades. Creo que resolveremos este problema.
A título de colofón, quiero destacar que estamos interesados en cooperar con la Unión Europea. La situación con COVID-19 confirma que hay razones sobradas para ello, razones bien reales, palpitantes y no inventadas. Hemos de aunar nuestros esfuerzos, dejando aparte los intereses comerciales. Todavía en abril pasado, el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, propuso renunciar a la protección mediante patente de todas las vacunas para el periodo de lucha contra la pandemia. Pero no hubo reacción alguna. Da lástima que en medio de este desastre global muchos se empeñan en sacar provecho a costa de otros. Pero siguen siendo invariables nuestra voluntad y disposición a restablecer las relaciones constructivas con la Unión Europea vulneradas por ella misma.
Hoy, hemos abordado el clima, la sanidad, la economía “verde”, la digitalización, etc. Hablamos sobre estos temas todavía en febrero, cuando visitó Moscú el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell. En aquella ocasión creí que conciliamos estos temas para iniciar una labor concreta no solo haciendo declaraciones sino para que los profesionales se ocupen de proyectos concretos, pero, de momento, no funciona nada. A mi modo de ver, se deja sentir la inercia de la minoría rusófoba que impone sus criterios a los miembros sensatos, razonables de la Unión Europea.
Pregunta: La declaración aprobada hoy al término de la Conferencia Internacional sobre Libia contiene una cláusula sobre la retirada de Libia a mercenarios y unidades militares de terceros países. ¿Se entiende cómo se realizará esto, en vista de que Turquía insiste en que su presencia en el país es legítima? ¿No piensa usted que las elecciones en Libia que deben celebrarse el próximo 24 de diciembre pueden fracasar debido a la postura rígida de Trípoli?
Respuesta: No voy a hacer conjeturas respecto a las elecciones. Hay "indicios" de que varios políticos libios quisieran modificar un poco las decisiones tomadas hace un año en el marco de la Hoja de Ruta para alcanzar un arreglo pacífico. En particular, modificar el principio de formación de la lista de candidatos, etc. Pero no centraría la atención en la celebración de las elecciones en una fecha concreta, además que se determinó de forma artificial, sino en una buena preparación del proceso electoral para que estas elecciones no dejen a nadie una posibilidad de ponerlas en duda. En este sentido, considero importante (hoy hemos hablado de esto) que todas las fuerzas políticas tengan la posibilidad de proponer a su candidato para participar en estas elecciones, incluidos los partidarios del régimen de Muamar Gadafi.
En cuanto a la retirada de los grupos militares extranjeros, las Fuerzas Armadas, etc., la decisión tomada hoy ha confirmado la fórmula que se contiene en el documento final de la Conferencia de Berlín celebrada en junio pasado y la fórmula que el Comité Militar de Libia (el llamado "5 + 5") anotó en sus decisiones. La retirada debe ser completa y debe realizarse por etapas, paulatinamente y de forma coordinada. Esto se refiere a la retirada de quienes apoyan al Oeste y Este de Libia. Es importante no violar el equilibrio que se estableció en el país. Este equilibrio permite mantener el armisticio, durante más de un año. Si resulta violado (espero que esto no suceda), se agravará el riesgo de reanudación de combates. Así es nuestra postura.
Pregunta (traducción del inglés): Francia declara con cada vez más frecuencia que es necesario incrementar las fuerzas en el espacio de la información. Por ejemplo, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Francia, Thierry Burkhard, habló en una reciente entrevista con Le Point sobre una "guerra híbrida" y que la guerra de la información es parte de la lucha por la influencia (en el contexto de Rusia, citó como ejemplo la reunificación de Crimea con Rusia). Polonia ya ha calificado la situación en la frontera polaco-bielorrusa como un ejemplo de tal guerra. Comente tales declaraciones. ¿Ha discutido usted con la parte francesa cuestiones relacionadas con el funcionamiento de RT en Francia?
Respuesta: Entiendo por qué me lo pregunta a mí. Usted probablemente no puede preguntarlo a las autoridades francesas porque no está acreditado en el Palacio del Elíseo, ¿verdad?
Hoy hemos centrado la atención de nuestros interlocutores, entre otras cosas, en que este hecho, así como muchas otras acciones de nuestros colegas occidentales, incluidos los franceses, contradicen directamente a las obligaciones acordadas a principios de los años noventa por iniciativa de Occidente en el marco de la OSCE. Exigen levantar cualesquiera obstáculos para el acceso a cualquier fuente de información dentro de los respectivos países y en el exterior. Hemos hablado de eso. Es un tema frecuente de nuestras negociaciones. Creemos que la retórica que suena, en particular, el anuncio de los planes de militarizar el espacio ultraterrestre o la proclamación del concepto de guerras de la información son peligrosas. Estas palabras se plasmarán posteriormente en proyectos concretos. Unos ganarán dinero con esto, su reputación política, pero como resultado, se crearán más y más amenazas nuevas.
He oído que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, firmó un decreto sobre la creación de una agencia para luchar contra la desinformación que proviene del exterior. He pedido hoy a nuestros interlocutores, el Ministro de Asuntos Exteriores y el Ministro de Defensa, que nos informen de cómo funcionará esta agencia. En respuesta, estaremos dispuestos a informar cómo funcionan los respectivos organismos gubernamentales en nuestro país. Mientras, este problema sí que existe. Se hace cada vez más agudo.
Pregunta: Usted ha dicho hoy sobre la reanudación del diálogo con los europeos, pero, por ejemplo, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, se opone categóricamente a Rusia y hace declaraciones muy categóricas. Otro ejemplo es España donde nos acusan a menudo de injerirnos en los asuntos internos en el contexto del referéndum. En Francia se celebrará próximamente un referéndum sobre una posible secesión de Nueva Caledonia y las elecciones presidenciales. Ya suenan las declaraciones de que Rusia apoya a uno u otro candidato. ¿Cómo influyen estas acusaciones en la reanudación del diálogo?
Respuesta: Cualquier respuesta mía se utilizará en contra de mí, se interpretará como la injerencia en los asuntos internos de Francia, España y otros países.
En cuanto a Josep Borrell, parecía que cooperamos bien cuando ocupaba el puesto de Ministro de Asuntos Exteriores de España, pero algo pasa con las personas cuando se designan para el cargo de Alto Representante. Parece que es inevitable, porque, cuando uno trabaja en Bruselas, debe observar el consenso de la "disciplina de bloque" solidaria, como hizo Federica Mogherini (su predecesora). El consenso se forma por los países que aplican todos los esfuerzos para agudizar las relaciones entre la UE y Rusia por motivos internos y subjetivos, unos tienen fobias históricas, otros desean tomarse la revancha histórica, etc.
Hubo un momento impresionante. Los estadounidenses y sus aliados abandonaron Afganistán y, dentro de varios días, Josep Borrell dijo en uno de sus discursos que la UE no debería dejar que Rusia y China "tomasen el control de la situación" en Afganistán. ¿Es normal calificar de tal manera la situación en la región que está demasiado lejos de la UE? ¿O cuando nos´dicen que la cooperación con la República Centroafricana, Malí será una línea roja? “Es un área donde la UE tiene las relaciones históricamente establecidas”. Los europeos no dicen que es la historia colonial, pero... Se desarrollan sus estrategias en relación con Asia Central, el mar Negro sin consultar con nadie. Y esto pasa a pesar de que estas regiones cuentan con organismos de cooperación regional, que tienen sus propios documentos estatutarios, planes y proyectos. Creo que en el mundo global no se debe decir: “Es mi territorio, nadie debería venir aquí, lo “he marcado” (de una forma u otra)”. Será un retorno a la filosofía, la lógica que se denominaba "zonas de influencia". Queremos renunciar a ésta. Las relaciones de los países alejados con nuestros vecinos más cercanos deben fomentarse de tal manera que no causen daño a nuestros intereses y los compromisos que asumimos con nuestros vecinos como aliados y socios estratégicos, tanto a nivel bilateral como en el contexto de tales organizaciones como la OTSC, la UEEA, la OCS y la CEI.
Pregunta: La Conferencia Internacional sobre Libia celebrada hoy ha contado con la participación de un gran número de invitados de alto rango, inclusive Angela Merkel y Kamala Harris. ¿Ha logrado usted intercambiar opiniones con ellos sobre los asuntos de la agenda bilateral?
Respuesta: No hubo mucho tiempo. Hubo una discusión general. He logrado hablar literalmente "de pie" durante mucho tiempo con Charles Michel sobre la necesidad de normalizar de alguna manera las relaciones entre Moscú y la UE.
He sostenido una larga conversación con el Presidente de la República del Congo, Denis Sassou-Nguesso. Hace poco estuvo en Moscú donde alcanzó algunos acuerdos con el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin. Hemos discutido el cumplimiento de estos acuerdos. En general, están cumpliéndose bien. Existen varios asuntos que requieren una atención adicional, hemos abordado este tema. Se trata de nuestra cooperación económica, proyectos que se discuten entre las respectivas empresas y entidades de Rusia y Congo.