Die UNO
Discurso del viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Guennadi Gatílov, con motivo de la aprobación de la Resolución 2268 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria, Nueva York, 26 de febrero de 2016
Acabamos de dar otro importante paso colectivo hacia alcanzar un arreglo político del conflicto en Siria. El Consejo de Seguridad de la ONU, con la resolución recién aprobada, legitima la Declaración conjunta de la Federación de Rusia y los Estados Unidos de América, copresidentes del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, sobre el cese de las hostilidades en el país árabe, bajo las condiciones que constituyen parte integrante de la Declaración. Este documento y la resolución aprobada, cuyo coautora es Rusia, deberán implementarse estrictamente y sin condiciones previas. El proceso de implementación deberá estar bajo un control seguro. Es importante que la resolución haya sido aprobada casi en el mismo momento que está entrando en vigor en Siria el régimen del alto el fuego. Varios grupos armados ya se manifestaron dispuestos a cumplir sus requisitos.
La Declaración conjunta de Rusia y EEUU confirma que el cese de hostilidades no se extiende al Estado Islámico (Daesh en árabe, proscrito en Rusia), Jabhat al-Nusra y otras organizaciones terroristas calificadas como tales por el Consejo de Seguridad de la ONU. La lucha contra ellas continuará. Partimos de que la estabilización a largo plazo en Siria es imposible sin que se elimine la amenaza terrorista. Para conseguir este objetivo es imprescindible poner fin a los intentos de utilizar a los terroristas como peones de ajedrez en dudosos juegos geopolíticos. Todas las vías de abastecimiento de los mismos deberán ser cortadas. Hace falta levantar en las fronteras sirias unas barreras insuperables para los flujos ilegales de capital y recursos que alimentan el crimen. Urge detener los atentados persistentes contra la soberanía y la integridad territorial de Siria desde el exterior.
Las acciones conjuntas acordadas con la parte estadounidense están destinadas a contribuir a llevar la dilatada crisis siria hasta un punto de inflexión. Nos hemos hecho con una oportunidad real de parar la violencia, elevar a un nuevo nivel la lucha colectiva contra el terrorismo, mejorar la grave situación humanitaria en el país.
Es sumamente importante que estemos diseñando las nuevas condiciones para el desarrollo del proceso político, bajo la égida de la ONU, que será protagonizado por las partes enfrentadas en Siria. Denerán tener en el un lugar digno los sirios que permanecieron en el país durante el prolongado conflicto, la población kurda, que constituye una fuerza clave para resistir al terrorismo, y los representantes de todos los demás grupos étnicos, confesionales y políticos de Siria.
Estamos conscientes de que este proceso será complicado debido a la gravedad y la antigüedad del conflicto y a raíz de los intentos de frenar la incipiente dinámica positiva. No obstante, conviene reanudar cuanto antes las negociaciones entre las partes enfrentadas en Siria y avanzar de forma consecuente en todas las cuestiones del orden del día. Esto, lo deja absolutamente claro la resolución recién aprobada. En este sentido confiamos en que el acompañamiento del proceso, por parte de la ONU, sea imparcial y objetivo, que la labor del enviado especial del secretario general de la ONU para Siria, Staffan de Mistura sea constructiva. Al mismo tiempo, es necesario mantenerse firmemente fieles a todas las disposiciones de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad y otros documentos fundamentales, sin arrancar de ellos párrafos sueltos en función de la coyuntura cambiante y las prioridades egoístas de cualesquiera que sean agrupaciones opositoras.
Cualquier acción capaz de conducir al fracaso del proceso político por presentar condiciones previas, deberá ser atajada.
No podemos permitir a los radicales dejarnos llevar de la rienda, tenemos que inclinarles hacia el diálogo. Al mismo tiempo, habrá que poner fin a la práctica nociva de apoyar desde el exterior a los grupos armados, que socava el proceso político y amenaza el cumplimiento del régimen del alto el fuego.
Señor presidente,
Confiamos en que las partes enfrentadas en Siria, los Estados de la región y toda la comunidad internacional darán pruebas de la mayor responsabilidad al cumplir los compromisos de implementar la totalidad de las decisiones relativas al arreglo político sirio. Debemos conceder la primacía a los intereses del pueblo de Siria. Sería imperdonable despreciar una oportunidad histórica como ésta.
Rusia se mantiene firme en su defensa del arreglo político en Siria. Conseguimos, en un esfuerzo colectivo, poner en marcha en proceso de Viena y crear el Grupo Internacional de Apoyo a Siria, participamos en la elaboración de las decisiones fundamentales en el Consejo de Seguridad de la ONU. Creemos que los cimientos de una cooperación constructiva, que se están echando también hoy, son imprescindibles para avanzar con éxito camino hacia una solución pacífica. En un contexto más amplio, es preciso elaborar una estrategia global de estabilización política y recuperación social y económica en Oriente Próximo y África del Norte. La respuesta a los retos con los que se están enfrentando estas regiones sólo podrá ser colectiva. Las propuestas de la Federación de Rusia de articular un amplio sistema de cooperación en este ámbito siguen vigentes.