Discurso y respuestas a las preguntas de los medios ofrecidos por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, durante la rueda de prensa conjunta con la Ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Elizabeth Truss, celebrada al término de las negociaciones, Moscú, 10 de febrero de 2022
Señoras y señores, buenas tardes,
Hemos sostenido la primera fase de nuestras negociaciones, la principal. Las relaciones entre Rusia y el Reino Unido, por decirlo suavemente, dejan que desear mucho. Probablemente, estén en su punto más bajo en muchos años. No es por culpa nuestra. No voy a entrar en detalles al respecto. Sólo quisiera decir que estamos a favor de normalizar las relaciones, de mejorarlas y de que vuelvan al cauce de un desarrollo constructivo. Por supuesto que eso es posible únicamente sobre la base de los principios de igualdad, respeto de los intereses de cada uno y toma en consideración de estos intereses. La selectividad, la imposición de cualesquiera condiciones, los ultimatums, las amenazas son un camino a ninguna parte. Las relaciones han de ser una calle de doble sentido.
Un buen ejemplo de lo que se consigue si se actúa partiendo de los intereses nacionales, de la necesidad de que ambas partes obtengan un valor agregado de los contactos, son los indicadores estables del intercambio comercial que entre enero y noviembre del año pasado se mantuvieron en el nivel de los 12 meses de 2020 superando los 24.000 millones de dólares. Los círculos empresariales de Rusia y el Reino Unido continúan una cooperación recíproca práctica buscando vías para hacer más inversiones mutuamente beneficiosas de fondos y recursos. Reanudar lo antes posible las actividades del Comité Intergubernamental para el Comercio y las Inversiones y el Diálogo Energético de alto nivel ayudaría a consolidar esta tendencia y sería un apoyo para nuestros círculos empresariales. Rusia está lista para retomar su labor.
Otro buen ejemplo es la dinámica de los intercambios culturales y humanitarios que se nutren de unas tradiciones positivas de larga data. En 2019-2020 se llevaron a cabo con éxito las actividades del Año Dual de Música Rusia-Reino Unido. Para 2022-2023 se está preparando la realización del Año del Conocimiento. Apoyamos tales contactos entre representantes de la sociedad civil de nuestros países.
Pero todo eso todavía no lo hemos discutido hoy. Espero que podamos hablar de los asuntos bilaterales durante el desayuno de trabajo. No lo discutimos, entre otras cosas, porque pedimos a la Sra. Ministra que expusiera aquellos temas prioritarios que prefiriera tratar. La Sra. Ministra mencionó Ucrania, Bielorrusia, China e Irán. Explicamos en detalle la situación de la implementación de los Acuerdos de Minsk que no sólo no se cumplen por Kiev sino que son rechazados abiertamente por los representantes del régimen ucraniano. Informamos de nuestros pasos para convencer a los que tienen influencia sobre el régimen de Kiev, de que obliguen a Vladímir Zelenski y su Gobierno a cumplir con los compromisos plasmados en los Acuerdos de Minsk y avalados por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. No coincidimos en la interpretación de los Acuerdos de Minsk, aunque no veo cómo es posible interpretarlos de una forma distinta a como están puestos negro sobre blanco. También informamos de nuestras relaciones con la República de Bielorrusia, en particular de los preparativos y la realización de los ejercicios que arrancan estos días y causan preocupación a Londres y a Occidente. La ubicación del despliegue de tropas rusas en nuestro propio territorio genera una alarma incomprensible y fuertes emociones a nuestros colegas británicos y representantes de otros países occidentales. Por petición de la Sra. Ministra, también informé de nuestras relaciones con la República Popular China, incluidas las negociaciones más recientes que se llevaron a cabo en Pekín entre el Presidente Vladímir Putin y el Presidente Xi Jinping. Le expliqué que estamos construyendo nuestras relaciones con China tanto a través de canales bilaterales como en el marco de estructuras regionales y multilaterales, pero siempre sobre la base del respeto mutuo, el balance de intereses, la igualdad, sin ningún enfoque que se base en la lógica de dirigente y dirigido que vemos en la Alianza Atlántica.
En cuanto al tema iraní, compartimos la opinión de que hay posibilidades de reanudar en el futuro inmediato el cumplimiento pleno del Plan de Acción Integral Conjunto, pero aún queda mucho camino por recorrer.
En el contexto de la cuestión ucraniana, la Sra. Ministra abordó el tema relacionado con las iniciativas de la Federación de Rusia que fueron presentadas a mediados del pasado diciembre y que se refieren a las garantías de seguridad en Europa. Explicamos nuestros enfoques sobre el trabajo pendiente, en primer término con los Estados Unidos de América. Expresamos interés en recibir respuesta específica, y no evasivas, a nuestra petición de aclarar cómo los colegas occidentales interpretan los compromisos que fueron aprobados al más alto nivel en el marco de la OSCE y que prevén entre otras cosas que es inaceptable reforzar la seguridad de nadie a costa de debilitar la seguridad de otros. El Presidente Vladímir Putin explicó en detalle nuestros enfoques sobre este problema, en particular durante la rueda de prensa al término de las negociaciones con el Presidente Emmanuel Macron. El Presidente expresó nuestro convencimiento de que la ampliación de la OTAN sería una grave violación de los compromisos asumidos por los líderes de todos los países de la OSCE en las cumbres de Estambul y Astaná, y sugirió una búsqueda conjunta de enfoques mutuamente aceptables para garantizar la seguridad de Ucrania, los países europeos y la Federación de Rusia. No puedo decir que en este tema se vislumbren puntos en común entre nosotros, pero espero que las negociaciones de hoy permitan a nuestros colegas británicos comprender mejor la importancia que tiene toda esta problemática para la Federación de Rusia.
Espero que durante el desayuno de trabajo también podamos hablar de nuestra interacción en el Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia y el Reino Unido son miembros permanentes del máximo órgano de la Organización de Naciones Unidas, y como tales tenemos la responsabilidad especial de tomar medidas para garantizar la seguridad y la estabilidad internacional. Espero que dediquemos más atención a estas tareas cuando hablemos de temas internacionales que nos permiten aunar esfuerzos de forma constructiva, en lugar de buscar problemas que se exageran artificialmente y después pasan a dominar nuestro diálogo en detrimento de los objetivos que debemos conseguir en interés de la paz y la estabilidad en el mundo.
Pregunta (para la Sra. Truss; traducida del inglés): Hace unos días, Usted dijo en las redes sociales que las acciones de Rusia muestran que sus declaraciones de no tener planes de invadir Ucrania son falsas. Tras las negociaciones de hoy, ¿sigue usted pensando que Rusia tiene planes de invadir Ucrania?
Respuesta (después de la Sra. Truss): Lo hemos explicado hoy en detalle. Me decepciona que haya sido una especie de conversación de “un mudo y un sordo”. Parece que nos escucharan, pero no nos oían. Y es que nuestras explicaciones de lo más detalladas han “caído” en un “terreno” sin preparar. Es parecido a cuando dicen que Rusia está esperando a que la tierra se congele y se vuelva dura como una piedra para que los tanques crucen al territorio ucraniano. El mismo “terreno” lo han tenido hoy los colegas británicos. Los numerosos hechos que citamos, rebotaron tras caer en ese “terreno”. Reiteramos las pormenorizadas explicaciones del Presidente de Rusia, Vladímir Putin, y de otros representantes nuestros, pero me percaté de que nuestros colegas o no las conocen o bien las pasan por alto completamente.
Usted citó las palabras de la Sra. Ministra de que las declaraciones de Rusia de no tener planes de atacar a Ucrania son falsas. Estas declaraciones no solo las hace el Gobierno ruso, sino también el Pentágono, según he leído recientemente. Son gente seria, vigilan todo lo está pasando desde los satélites. Y eso está pasando, subrayo, en territorio ruso. El ministro de Defensa de Ucrania, Alexéi Réznikov, hace declaraciones por el estilo. El Presidente Vladímir Zelenski pide evitar pánico. Por lo visto, nuestros colegas occidentales sólo necesitan a Zelenski como una herramienta para sacar de quicio a Rusia. A nadie le interesa lo que piensa él ni las consecuencias negativas que sufren la economía y las arcas públicas ucranianas por culpa de toda esa histeria. Las inversiones huyen de Ucrania por culpa de todos los sollozos y lamentos. El personal de las embajadas está siendo evacuado, los anglosajones son invitados a abandonar Ucrania lo antes posible. Eso nos da que pensar: ¿y si son precisamente los anglosajones los que están tramando algo, puesto que evacuan a su personal? Hemos visto lo que están haciendo y tal vez también recomendemos al personal no esencial de nuestras oficinas diplomáticas que se vayan a casa por un tiempo. No sé qué es lo que tienen en mente nuestros colegas anglosajones. Es triste.
Hemos explicado hoy de la forma más minuciosa que las fuerzas armadas rusas (que la Sra. Ministra mencionó como un motivo de preocupación en Londres) se encuentran en su territorio nacional. A diferencia de los cientos y miles de militares británicos desplegados en los países del Báltico. El primer ministro Boris Johnson dijo que hay que enviarlos también a Rumanía y Bulgaria. La respuesta fue que si Rusia está en su territorio, ellos también lo están ya que son todos miembros de la OTAN.
La totalidad de la conversación de hoy ha estado marcada por ese “OTAN-centrismo”. Me ha sido útil comprender lo adoctrinado que es el enfoque de nuestros colegas a la hora de examinar los problemas de la seguridad en el continente europeo, lo egoísta que es su forma de tratar, desde una posición del “OTAN-centrismo”, las preocupaciones legítimas de Rusia en el ámbito de su propia seguridad, y lo selectivamente que interpretan los compromisos en materia de indivisibilidad de la seguridad que asumieron en el marco de la OSCE. Hay todo un paquete recogido en un potente párrafo. Se reconoce el derecho de cada Estado a elegir uniones y alianzas. Al mismo tiempo, se destaca la obligación de todos los países de no reforzar su seguridad a costa de vulnerar la seguridad de otros. Se resalta el respeto a la política de neutralidad y la inadmisibilidad de situaciones en las que el espacio de la OSCE esté dominado por algún país, grupo de Estados u organización, la inadmisibilidad de zonas de influencia en el espacio europeo. Hemos citado numerosos ejemplos de cómo tales zonas de influencia son establecidas arbitrariamente por la OTAN y la Unión Europea. La UE dice que “los rusos no tienen nada que hacer” en los Balcanes (al igual que en África), mientras que EEUU incluso designa un embajador en misión especial que se encargará de la reforma de la legislación electoral en Bosnia y Herzegovina. ¿No es acaso una zona de influencia, una pretensión de EEUU de dirigir todos los procesos en los Balcanes? Creo que es obvio.
Hemos contestado a las preguntas de la Sra. Truss sobre qué estamos haciendo con Bielorrusia, qué planes tenemos. Todo eso parece un enfoque unilateral basado en una seguridad inquebrantable de que Occidente tiene derecho a exigirnos garantías en una situación donde nadie nos promete garantía alguna. Este debate muy sintomático se irá reproduciendo, lamentablemente, en las respuestas a nuestro requerimiento sobre cómo entiende Occidente el principio de indivisibilidad de la seguridad. Las esperamos de todos los países del espacio de la OSCE. Según me consta, en lugar de una respuesta honesta por parte de cada país, la Unión Europea quiere hacer un documento colectivo en el que los matices de las posiciones nacionales quedarán nivelados. Estoy convencido de que en este caso nos será imposible dialogar. Iremos pensando en cómo salir de esta situación.
Pregunta (traducida del inglés): Oímos hablar constantemente de la “diplomacia coercitiva”. ¿Funciona para usted este tipo de diplomacia? ¿Podemos esperar que se usen tales herramientas? ¿Cómo actuará Rusia a partir de ahora?
Respuesta: Está hablando Usted de que Rusia pretende usar la “diplomacia coercitiva” que combina demandas políticas y amenazas físicas (si le he entendido bien). No deseamos forzar a nadie a que haga nada. Es Occidente que nos está acusando de que, al exigir el cumplimiento de las decisiones de las cumbres de la OSCE, supuestamente forzamos a alguien a que haga algo. Estamos totalmente a favor de la diplomacia.
Los colegas occidentales parecen haber aprendido todos de golpe el término de “desescalada”. Digan lo que digan sobre Rusia, siempre exigen “desescalada”. El otro argumento es que “esperan” que Moscú opte por la diplomacia. Hemos optado por la diplomacia a lo largo de todos estos años, y queremos seguir apostando por ella. La Carta de Estambul sobre la Seguridad Europea de 1999 y la Declaración de Astaná de 2010 son frutos de la diplomacia, y además del más alto nivel.
Ahora nos dicen que acordaron lo de que nadie debe reforzar su seguridad a expensas de la de otros, pero que eso, dicen, es solo para que puedan defender hoy el derecho de todo país a elegir alianzas. Nos han engañado más de una vez (después de la reunificación de Alemania, tal como lo explicó en detalle el Presidente de Rusia, Vladímir Putin). Ahora intentan engañarnos con los compromisos sobre la indivisibilidad de la seguridad que entre todos acordamos y saludamos de la forma más intensa en el marco de la OSCE.
He aquí un ejemplo. Existe un paquete acordado del que “se extrae” solo el derecho a elegir alianzas. El compromiso de no vulnerar la seguridad del otro se ignora. De la misma manera, el enfoque selectivo domina la posición de Occidente respecto a los Acuerdos de Minsk, sin hablar ya de la posición de Kiev. Los Acuerdos de Minsk prevén la solución de los problemas de seguridad, el alto el fuego, una amnistía, el estatus especial de Donbás, una reforma constitucional en el contexto de la descentralización y la celebración de elecciones bajo los auspicios de la OSCE y en coordinación con Donetsk y Lugansk. Una vez cumplido todo eso, se restablecería el control de las autoridades ucranianas sobre la totalidad de la frontera. Pero sólo lo último “se extrae” de este paquete.
Cuando mencioné hoy el tema, la Sra. Ministra dijo que habría que ver la secuencia de los pasos. Eso quiere decir que sólo se prende cumplir la cláusula sobre la recuperación del control de las fronteras que le interesa al régimen de Kiev. Esta cláusula de los Acuerdos de Minsk avalados por el Consejo de Seguridad de la ONU está condicionada por todo lo demás. Pero Kiev no quiere cumplir todo lo demás y lo dice públicamente. Es lo mismo que ocurre con los compromisos sobre la indivisibilidad de la seguridad: se acuerda algo para tranquilizarlos a los demás y después se extrae lo que le conviene mejor a uno y se rechaza el resto como algo inventado artificialmente. Tal enfoque no va a funcionar.
No queremos amenazarle a nadie. Miren nuestras declaraciones públicas. En ningún momento hemos expresado amenazas. Somos nosotros a los que amenazan. En particular, en la reciente comparecencia de la Sra. Ministra ante la Cámara de los Comunes. En la reunión hemos escuchado lo mismo que suena ante los micrófonos por boca de los representantes oficiales del Gobierno británico, que si no cesamos la presunta agresión, nos vamos a enfrentar a unas consecuencias gravísimas que lamentaremos. Pero, ¿qué agresión? ¿Cuándo ha empezado? ¿Contra quién? ¿Acaso nos han oído decir algo semejante alguna vez? Estoy seguro de que no podrá citar ningún ejemplo.
Nosotros queremos, subrayo, que el espíritu de consenso, de búsqueda del balance de intereses, de cooperación, de respeto mutuo e igualdad que permitió aprobar los documentos claves al más alto nivel en el marco de la OSCE, nos ayude ahora a poner en práctica estos acuerdos ya plasmados sobre el papel. Estamos listos para tal cooperación.
Pregunta (traducida del inglés): ¿Ha recibido alguna concesión o garantía por parte de la Ministra de Exteriores del Reino Unido respecto a la mayor preocupación de Rusia sobre la ampliación de la OTAN?
Respuesta: La exigencia de retirar tropas rusas del territorio de Rusia se ha mantenido sin cambio alguno en respuesta a nuestros argumentos. No hemos oído ningún otro tono. Cuando menos es de lamentar. Cuando usted cita al Presidente Emmanuel Macron quien confirmó que el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, le dijo que no tenemos planes de invadir ningún país, la Sra. Truss lo comenta exigiendo que las palabras se acompañen de hechos. Una conversación interesante. Hacía tiempo que no tomaba parte en una negociación diplomática que pudiera trasmitirse en directo, porque no hemos escuchado nada secreto ni confidencial, aparte de lo que ya se dice con regularidad desde las altas tribunas de Londres.
En cuanto a lo dicho y lo hecho. Siempre estamos a favor de que lo hecho se ajuste a lo dicho. En este sentido, llamo la atención sobre los datos numerosos y muy detallados recogidos en las entrevistas concedidas por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, por la cúpula de nuestro Ministerio, y difundidas en todo el mundo, que confirman que se nos hicieron promesas intensas y convincentes de que la OTAN no se ampliaría hacia el este, para después llevar a cabo cinco olas de ampliación. Y siendo una alianza defensiva, tal como lo acaba de confirmar la Sra. Ministra, la Organización se ha acercado a nuestras fronteras. Una alianza defensiva era comprensible mientras existía el Pacto de Varsovia y mientras había un Muro de Berlín físico y otro imaginario, más extenso. Era una línea de defensa y todos lo comprendían. Ahora no existe ni el Pacto de Varsovia ni el Muro de Berlín, pero la OTAN decide ella misma cada vez dónde pasará esa línea en la que la alianza desempeñe sus funciones “defensivas”.
He mencionado hoy que Jens Stoltenberg ha dicho muchas veces que la OTAN debe tener una responsabilidad especial de garantizar la seguridad en la región del Indo-Pacífico y en particular en el mar de la China Meridional. Si la OTAN llega a trazar allí otra línea de defensa suya, ¿usted también insistiría en que se trata del derecho de todos los países a desplazarse adónde lo quiera la OTAN? Es un juego peligroso. Seguimos oyendo todos esos “mantras” sobre el carácter defensivo de la Alianza del Atlántico Norte, a pesar de que hemos hecho memoria muchas veces a nuestros colegas de la OTAN de cómo bombardearon Yugoslavia e Irak, bajo un pretexto que Tony Blair reconoció posteriormente que fue falso y erróneo. Hay muchos ejemplos de cómo funciona esa alianza defensiva. Londres y otras capitales occidentales nos reprochan interferir en todas partes. Hoy se ha mencionado de nuevo una presunta ciberguerra. Hay especulaciones, incluso desde medios que se consideran prestigiosos, sobre una “operación” que supuestamente estamos preparando para invadir Kiev y las demás ciudades ucranianas, o sobre los preparativos de un “golpe de Estado” para instaurar un “régimen títere” en la capital ucraniana. Una vez más, son conjeturas al estilo de “highly likely”. Hoy he llamado la atención de Elizabeth Truss de que lo “highly likely” se queda “highly likely”. No se ha aportado ningún hecho respecto a las acusaciones vertidas contra Rusia de envenenar a Alexander Litvinenko en 2007. Tampoco se ha aportado hecho alguno sobre el caso de los Skripal, que ni siquiera sabemos dónde están. Su hija es nacional rusa. No sólo que no nos dan acceso, tampoco dicen nada. De la misma manera, no se ha presentado ningún hecho sobre Alexéi Navalny. En esta campaña difamatoria desplegada contra Rusia, el Reino Unido lidera.
Hemos insistido hoy en que nuestro trabajo debe respaldarse con hechos, ya que de lo contrario sería pura propaganda. Desafortunadamente, no hemos oído ningún hecho. Es más, tampoco hemos visto reacción alguna a nuestras declaraciones sobre la necesidad de fundamentar de algún modo las acusaciones contra Rusia. La Sra. Ministra mencionó el Memorándum de Budapest. Lamento que lo haga por segunda vez en esta sala, pese a las explicaciones pormenorizadas al respecto que le dimos durante las negociaciones. El Memorándum de Budapest suscrito entre Rusia, el Reino Unido y EEUU, ofrecía garantías de seguridad a Ucrania como un Estado no nuclear, que son garantías de seguridad estándar para cualquier país no nuclear. Ese memorándum no obligaba ni a Rusia, ni al Reino Unido, ni a EEUU a reconocer el golpe de Estado anticonstitucional que fue perpetrado por los neonazis y ultrarradicales en febrero de 2014. El Memorándum de Budapest se acompañaba de una Declaración que, además de esa troika –Rusia, EEUU y el Reino Unido–, firmaron también Ucrania y Francia. La Declaración exige a todos los firmantes, Ucrania incluida, que eviten toda violación de los principios fundamentales de la OSCE, incluido (se destacó especialmente) el principio de respeto a los derechos de las minorías étnicas. Ucrania lo pisoteó todo.
Nadie podrá obligarnos jamás a reconocer, en violación de todos los compromisos internacionales de Rusia, los regímenes inconstitucionales y, sobre todo, a justificar las acciones de estos regímenes que discriminan a la población de habla rusa y a los representantes de otras minorías étnicas, lo que ocurre a diario, incluyendo en la actividad legislativa del régimen ucraniano con el apoyo activo del Presidente Vladímir Zelenski.
Puestos a hablar de Ucrania, hoy le he recordado a la Sra. Truss que tanto Vladímir Zelenski como sus ministros y el jefe del Consejo de Defensa y Seguridad, declaran en público que no van a cumplir los Acuerdos de Minsk. El Ministro de Asuntos Exteriores, Dmitri Kuleba, dijo abiertamente que no habrá ningún diálogo directo con Donetsk y Lugansk, porque los Acuerdos de Minsk no estipulan tal diálogo. Es claramente un alumno de Joseph Goebbels e incluso supera las artes del responsable de la propaganda del Tercer Reich, porque dice mentiras con descaro, rechaza lo que fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU y está escrito negro sobre blanco, y no se preocupa en absoluto de que Londres, París, Berlín o Washington puedan llamarle la atención. Una situación bastante cómoda para los demagogos que ahora defienden su causa intentando reescribir los Acuerdos de Minsk. Lamentablemente, eso tampoco lo han oído nuestros interlocutores de hoy, aunque hemos abordado el tema en detalle.
Pregunta (traducida del inglés): Hay una tensión excepcional entre países, y la desescalada ayudaría a enfriar la situación. Sería muy normal que las tropas regresasen a sus bases, por ejemplo, después de los ejercicios en Bielorrusia. ¿Pero están ustedes preparados para hacer algún gesto significativo para la desescalada y para enfriar un poco esta situación?
Respuesta: Tras los ejercicios militares, las tropas regresan a los cuarteles, es así como suele ocurrir. En lo que respecta a la duración de los ejercicios, es un derecho soberano de cada Gobierno en cuestión. A diferencia de las tropas rusas que se entrenan en su territorio y después regresan a los cuarteles, las tropas que el Reino Unido, Estados Unidos o Canadá tienen desplegadas muy lejos de su territorio, son enviadas a los países del Báltico, a los países costeros del mar Negro, esas tropas y su armamento, por lo general, nunca vuelven a su casa. También lo hemos abordado hoy, pero Elizabeth Truss nos ha explicado con bastante claridad que eso no nos concierne. En cambio, las tropas rusas en territorio ruso sí son la mayor preocupación de Londres y el eslogan de la desescalada que usted ha repetido correctamente. Es un factor de unidad para el conjunto de la comunidad occidental. Usted aplica esa misma lógica que las élites políticas de Occidente llevan meses metiéndole en la cabeza. Me preguntó si Rusia está lista para hacer algún gesto significativo para una distensión de la situación. Pero me tiene que demostrar primero que somos nosotros los que tensamos la situación, la estamos escalando y hacemos algo que no concierna a nuestra soberanía y al derecho soberano de actuar en nuestro propio territorio.
Les dejo a nuestros socios occidentales que valoren ellos mismos la veracidad de sus afirmaciones sobre la supuesta presencia de tropas y armas pesadas rusas en Ucrania. Son todo conjeturas al estilo de “highly likely”. Ya he citado varios ejemplos de las mismas acusaciones: Alexander Litvinenko, los Skripal, Alexéi Navalny. No sólo que no nos han presentado hechos ni una sola vez, sino que, cuando les recordamos una y otra vez que no hay tales hechos, hacen oídos sordos a todos estos comentarios. No nos quieren oír porque, por lo visto, tenemos menos derechos o derechos menos importantes en el escenario internacional que los que el Reino Unido cree que tiene. Usted dijo que en Bielorrusia también se están llevando a cabo ejercicios, mientras que la Sra. Ministra dijo que lo más importante para ella es evitar una guerra en Ucrania. Es por eso que está aquí.
Puedo prever el desenlace de todo este drama que Occidente está montando e incluso intenta hacer de él una tragedia, aunque todo parece más bien una comedia. Dentro de algún tiempo, los países occidentales se enterarán de que los ejercicios de Rusia y Bielorrusia han terminado y nuestras tropas han regresado al territorio ruso. Se armará un enorme vocerío tratando de demostrar que ha sido Occidente el que ha logrado que Rusia hiciera la desescalada. Aunque en realidad será vender humo. Todo el mundo lo sabe muy bien, ya se ha dicho que una vez concluidas las maniobras, las tropas rusas siempre regresan a su territorio. He leído en algún medio canadiense que el tema de Ucrania es “una muleta para los índices de popularidad de los políticos occidentales que están cayendo”. Una metáfora interesante.
Espero que, a la hora de abordar asuntos serios relacionados con la seguridad europea, con la seguridad de todos los países miembros de la OTAN sin excepción, así como de Ucrania y Rusia, nos comportemos como adultos y evitemos hacer una propaganda descarada en busca de nuevas aventuras electorales.