Discurso introductorio del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, durante las negociaciones con el ministro de Absorción y para Asuntos de Jerusalén, copresidente de la Comisión ruso-israelí para la cooperación comercial y económica, Zeev Elkin Moscú, 28 de octubre de 2015

Estimado señor ministro,

Amigos, colegas,

Nos es muy grato saludarles en Moscú. A partir del momento de su reciente nombramiento como ministro en el Gobierno de Israel, usted ha confirmado su rumbo dirigido a continuar contribuyendo activamente al desarrollo de las relaciones ruso-israelíes. Lo aplaudimos.

La celebración durante estos días de la nueva reunión de la Comisión intergubernamental para la cooperación comercial y económica encabezada por usted junto con el viceprimer ministro de Rusia, Arcadi Dvorkóvich, pone de relieve que nuestros ministerios y círculos empresariales están interesados en seguir incrementando la interacción. Estoy seguro de que los resultados serán excelentes, gracias a los esfuerzos enérgicos aplicados por usted y por Arcadi Dvorkóvich.

Apreciamos la posibilidad de discutir con usted el estado general en las que se encuentras nuestras relaciones bilaterales, la situación en la región, la crisis siria respecto a la que se emprenden hoy esfuerzos activos para iniciar el proceso político. Hacemos nuestro importante aporte para que los actores externos ayuden a impulsar este proceso en vez de frenarlo. Espero que logremos avances en este ámbito y que todos los que son capaces de influir en los éxitos en las operaciones terrestres en Siria aunen esfuerzos para actuar en armonía y con solidaridad, partiéndo, ante todo, de los intereses del pueblo sirio.

Está claro que la situación con el arreglo en Oriente Próximo, la agudización de la tensión en Jerusalén y en los lugares sagrados nos preocupa mucho, en vista de que nos pronunciamos consecutivamente por tal arreglo de las relaciones palestino-israelíes que asegure la creación del Estado Palestino y garantice la seguridad a Israel y el mantenimiento del estatus de los lugares sagrados que deben estar abiertos para los representantes de todas las religiones principales, cuya historia y raíces están vinculadas con Jerusalén.

Estaremos interesados en escuchar su opinión al respecto.