Respuesta ofrecida por el Viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexander Grushkó, a la pregunta de los medios en relación con la situación en torno a la central nuclear de Zaporiyia
Pregunta: El pasado 30 de mayo, el Director General del OIEA, Rafael Grossi, pronunció una rueda informativa en el Consejo de Seguridad de la ONU acerca de la central nuclear de Zaporiyia. Ucrania se negó a secundar sus propuestas dirigidas a prevenir los ataques de Kiev contra la central nuclear. ¿Cómo podría Usted comentar esta situación? ¿Qué postura mantiene Rusia en relación con los cinco principios de la seguridad nuclear y la seguridad física nuclear proclamados por Grossi?
Respuesta: Damos las gracias a Rafael Grossi por la atención que presta a la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia que lleva mucho tiempo sometiéndose a los ataques y amenazas de ataques provenientes de Ucrania. Solo en este año Grossi visitó Rusia varias veces, incluso acudió a la central nuclear rusa en la provincia de Zaporiyia.
En cuanto a la reacción de Ucrania, cabe destacar que no fue una sorpresa para nosotros. Kiev bloqueó todas las iniciativas del Director General del OIEA encaminadas a consolidar la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia: primero, el proyecto de los acuerdos trilaterales, luego, el modelo de los acuerdos bilaterales Rusia-OIEA y Ucrania-OIEA corrieron la misma suerte. Los dirigentes kievitas igualmente contestaron con la negativa al jefe del Organismo que había sugerido que se estableciera una zona para la protección de la seguridad de funcionamiento y la seguridad física nuclear en la central. Dicha iniciativa, la cual Grossi anunció tras su visita a la central nuclear de Zaporiyia el 1 de septiembre de 2022, incluyó diversos elementos cruciales cuya implementación habría facilitado que los ucranianos dejaran de atacar la estación. El Director General del OIEA y la Secretaría del Organismo asistidos por Rusia cumplieron un gran trabajo en esta área, sin embargo, nunca se logró poner en práctica dicha iniciativa dado que Kiev no fue capaz de concertar acuerdos y no quiso asumir la responsabilidad de no bombardear la central nuclear de Zaporiyia.
Sin duda, se puede explicar la insistencia de Kiev, digna de mejor aplicación, en crear riesgos para el seguro funcionamiento de la central nuclear. Es que, tanto en esta cuestión como en muchas otras, Ucrania carece de la personalidad jurídica. Los altos cargos de este país cumplen rigurosamente con las exigencias de Washington y Londres que, en aras de intereses políticos, sacrifican con facilidad tanto las vidas humanas como la seguridad de instalaciones nucleares en el continente europeo. Por desgracia, los Gobiernos de muchos países occidentales les siguen el juego. Somos conscientes de que, mientras siga existiendo en Ucrania el régimen que tomó el poder tras un sangriento golpe de Estado en 2014, dicho régimen va a acatar escrupulosamente las órdenes de EEUU y Gran Bretaña.
En tales condiciones, vamos a tomar todas las medidas necesarias para reforzar la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia conforme con nuestra legislación nacional y los compromisos contraídos en el marco de los instrumentos jurídicos internacionales de referencia en los cuales participa nuestro país.
A la luz de las recomendaciones sobre el reforzamiento de la seguridad de la central nuclear, las cuales el Director General del OIEA mencionó en su declaración, seguiremos protegiendo la central de tal manera que Kiev y Occidente colectivo no puedan violarlas burda e irresponsablemente. Nunca hemos desplegado y no planeamos desplegar contingentes y vehículos militares diseñados para ofensivas en el territorio de la central nuclear de Zaporiyia. Allí se ubican solo las fuerzas necesarias para defender el área de los ataques ucranianos, así como liquidar sus posibles consecuencias.
En general, recalcamos que la rueda informativa de Grossi en el Consejo de Seguridad de la ONU forma la base para que la Secretaría del OIEA finalmente presente la información disponible sobre los ataques ucranianos contra la central nuclear, así como juzgue públicamente las acciones de Kiev tan imprudentes. Contamos con que las autoridades del Organismo muestren imparcialidad y objetividad de la organización en este asunto.