Paquete de los acuerdos de Estambul
Hemos prestado atención a otra nota de prensa redactada por la Secretaria de la ONU en relación con la iniciativa del mar Negro previendo la exportación de alimentos ucranianos que distorsiona de nuevo los datos y hechos. En este sentido, tenemos que esclarecer la situación real referente tanto al cumplimiento de la iniciativa del mar Negro como el Memorando entre Rusia y la ONU sobre la normalización de las exportaciones agrícolas nacionales. Según se sabe, estos documentos son partes interconectadas de un solo paquete propuesto por el Secretario General de la ONU, António Guterres.
El comunicado de prensa ofrecido por la ONU emana de la falta de inspecciones en el marco del Centro de Coordinación Conjunta en Estambul observada por primera vez desde que se promvió la iniciativa. Cabe destacar que el bloqueo continuo por Kiev de suministros de amoniaco igualmente estipulados en los acuerdos, ni la falta de cualquier progreso en la implementación del Memorando entre Rusia y la ONU nunca ha causado una reacción pública de la Secretaria de la ONU.
En cuanto a las inspecciones. En las aguas territoriales de Türkiye, 28 barcos cargados de más de un millón de toneladas de alimentos están esperando actualmente una validación. Sin embargo, los funcionarios de la ONU en el Centro de Coordinación Conjunta responsables por la elaboración del plan de inspección se negaron a elaborar este calendario, tratando de secundar las demandas de los ucranianos relacionadas con el registro de buques en la iniciativa.
Por su parte, se produjo una situación aún más complicada en torno al registro de los buques de carga seca. Inicialmente los ucranianos acumulaban los buques en las aguas turcas con fines mezquinos, sin tener en cuenta el orden de su introducción en la iniciativa establecido por las reglas del procedimiento, ni los requerimientos referentes a la inspección. Mientras tanto, acusaban a Rusia de que provocaba embotellamientos y concentrar deliberadamente los buques. Luego las autoridades de los puertos ucranianos entendieron que podían sacar provecho también priorizando a los buques el orden de entrada y empezaron a aceptar sobornos de los propietarios de buques por el registro acelerado. Incluso los medios ucranianos cubrieron ampliamente este tema de corrupción.
En estas condiciones, así como a la luz de un considerable incremento de suministros a los países ricos (más del 40% fue destinado solo a la UE) y la disminución del porcentaje de los países necesitados (hasta el 2,6%), lo que contradice los objetivos humanitarios de la iniciativa principalmente declarados, la delegación rusa propuso incluir en el registro ucraniano los buques que traen alimentos a los países africanos y/o llevan esperando en la fila a partir de enero. Sin embargo, la propuesta provocó una oposición enérgica de los ucranianos que no quisieron perder la fuente de ingresos ilícitos extra y que el pasado 5 de abril anularon todas las solicitudes (lo que la nota de prensa de la ONU no tomó en cuenta). De esta manera, debido a las acciones de los mismos ucranianos y la ONU, se han estancado los registros y las inspecciones de buques.
En general, destacamos que, pese a todas las declaraciones grandilocuentes sobre la seguridad alimenticia global y la ayuda a los países necesitados, la iniciativa del mar Negro ha garantizado y sigue garantizando exclusivamente las exportaciones comerciales de Kiev en interés de países occidentales. El porcentaje de los lotes humanitarios en el marco del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (543.928 toneladas) parece ridículo ante el volumen general de 27.700 millones de los alimentos exportados. Sin embargo, Kiev trata de utilizar incluso estos suministros con fines políticos para promover su campaña humanitaria falsa ‘Granos de Ucrania’ (Grain from Ukraine).
Además, a los de la ONU les gusta referirse a los índices de la FAO, señalando la reducción de precios mundiales de alimentos (de verdad, no del 20,5%, sino del 18,6% desde marzo de 2022). Al mismo tiempo, omiten que los precios, particularmente los de trigo, siguen siendo elevados e inaccesibles para muchos consumidores. Una de las causas es que el 70% de las exportaciones ucranianas consiste del maíz y otras culturas forrajeras.
Igualmente callan el hecho de que la normalización de los suministros de granos rusos (el 70% corresponde al trigo), así como fertilizantes garantizando las futuras cosechas, hayan contribuido a la resolución de este problema. No obstante, incluso la donación de nuestros abonos enfrenta muchos obstáculos y demoras. Por ahora, sigue siendo el único lote a enviar él destinado a Malawi (20.000 toneladas de 262.000 toneladas bloqueadas en los puertos de Letonia, Estonia, Bélgica y los Países Bajos).
Los obstáculos a las exportaciones agropecuarias nacionales habrían sido eliminados en el marco de la implementación del Memorando firmado entre Rusia y la ONU, el que los funcionarios de la ONU ni siquiera mencionaron esta vez. Tal omisión muestra claramente no solamente la actitud de la Secretaria de la ONU hacia el paquete propuesto por António Guterres, sino también la falta de cualesquier resultados prácticos del Memorando.
En este sentido, confirmamos nuestra postura implicando que no se puede hablar sobre la futura prórroga de la iniciativa del mar Negro después del 18 de mayo, salvo que no progrese la resolución de los cinco problemas sistémicos (la reconexión de Rosseljozbank (el Banco Agrícola de Rusia) al sistema SWIFT, el restablecimiento de suministros de maquinaria agrícola, piezas de repuesto y mantenimiento rutinario, la cancelación de las restricciones del seguro y reaseguro más la eliminación de la prohibición relativa al acceso a puertos, la recuperación de la tubería de amoniaco Togliatti-Odesa, el levantamiento del bloqueo de activos y cuentas extranjeros de empresas rusas relacionadas con producción y transporte de alimentos y fertilizantes).