Comentario de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, sobre la muerte del corresponsal de guerra Vladlén Tatarski en una explosión
El 2 de abril, el corresponsal de guerra, Maxim Yúrievich Fomín, conocido como Vladlén Tatarski, murió como consecuencia de una explosión en San Petersburgo. Las autoridades policiales darán una calificación jurídica a lo ocurrido. Nosotros daremos una calificación moral.
Los periodistas rusos están constantemente amenazados por las represalias del régimen de Kiev y sus autores intelectuales, que cada vez se hacen más efectivas. Se les acosa, se les estigmatiza en sentido literal con etiquetas especiales en las plataformas digitales de los monopolios estadounidenses de Internet y con una "caza de brujas" en los medios de comunicación occidentales. Todo ello está sucediendo con el desprecio tácito de las estructuras internacionales especializadas, lo que ya no puede interpretarse como un espíritu de conciliación, si no una complicidad.
Ni un solo caso de muerte violenta de un periodista ruso, que el régimen de Kiev y sus matones han saludado como un éxito, ha sido investigado por los países occidentales, las organizaciones internacionales o las comunidades profesionales extranjeras, ni siquiera se ha mostrado la más elemental compasión humana.
Hasta hace poco, Occidente luchaba contra el extremismo y el terrorismo, marchando unido por París en defensa de los periodistas que han sido blanco de atentados terroristas. Hoy, la falta de reacción en la Casa Blanca, Downing Street, el Palacio del Elíseo, etc., dada su supuesta preocupación por el bienestar de los periodistas y la libertad periodística, habla por sí misma. Es sorprendente la reacción de Kiev, donde los beneficiarios de las subvenciones occidentales muestran un indisimulado regocijo por lo sucedido.
Es gracias a los reporteros de guerra rusos que el mundo ve imágenes veraces y oportunas, y se entera de lo que está ocurriendo en Ucrania. Ellos son los que defienden la verdad, de la que la corriente dominante mundial ya ha abusado. La actividad profesional de Vladlén Tatarski y su servicio a la Patria eran odiadas por el régimen de Kiev. Era un peligro para ellos, pero llegó valientemente hasta el final, cumpliendo con su deber. Expresamos nuestras sinceras condolencias a su familia y amigos.