Comentario ofrecido por la portavoz del MAE de Rusia, María Zajárova en relación con la labor en el proyecto ruso de resolución del CS de la ONU sobre la investigación de la subversión en los gasoductos Nord Stream

En Nueva York continúa la labor en el proyecto ruso de resolución del CS de la ONU que estipula la constitución por el Secretario General de la ONU de una comisión internacional independiente encargada de investigar las circunstancias de las explosiones en los gasoductos Nord Stream. La delegación rusa ha celebrado cuatro rondas de negociaciones procurando redactar un texto aceptable para todos los miembros del Consejo de Seguridad. Continuaremos buscando una fórmula de compromiso tan necesaria, dada la importancia de establecer a los autores intelectuales y ejecutores del atentado terrorista.

En este contexto, hemos tomado nota de una noticia reciente, según la cual, en el curso de la inspección de una de la bifurcaciones del gasoducto realizada por el consorcio Nord Stream AG en la zona económica exclusiva de Dinamarca con la autorización de las autoridades de este país, a una distancia de 30 kilómetros del lugar de explosión, fue descubierto un “objeto” que no pertenece a la estructura del Nord Stream, pero sí que puede ser componente de un artefacto explosivo.

La semana pasada, fue citado al MAE de Rusia el Embajador de Dinamarca que en aquel entonces manifestó no tener conocimiento de este hecho. Durante la cita de hoy, el diplomático expresó que se están adoptando todas las medidas para estudiar la situación teniendo en cuenta los “aspectos de seguridad y economía”, limitándose en realidad a palabras comunes.

El “objeto” descubierto durante la mencionada inspección vuelve a resaltar la imperiosa necesidad de que el CS adopte la resolución sobre la constitución por el Secretario General de la ONU de una comisión ad hoc para esclarecer todas las circunstancias de la subversión y evitar que algo semejante se repita en el futuro.

La evasión de una labor constructiva en el proyecto de resolución por parte del Occidente colectivo, dada su renuencia a aceptar que Rusia participe en la investigación, sería un testimonio de trabas premeditadas al establecimiento de la verdad.