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Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 22 de febrero de 2023

338-22-02-2023

Participación de Serguéi Lavrov en la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del G20

 

El 1 y 2 de marzo, en Nueva Delhi, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, participará en la reunión de jefes de los departamentos diplomáticos del G20.

Consideramos esta plataforma como un foro clave de la gestión global. La relevancia del diálogo político dentro del G20 ha aumentado significativamente en el contexto de la confrontación progresiva en las relaciones internacionales, riesgos crecientes para la economía global, prácticamente burlas por parte de los regímenes políticos occidentales.

En el curso del acontecimiento, celebrado bajo la consigna unificador de la Presidencia india de la comunidad planetaria y su futuro, se planea abordar el fortalecimiento de las capacidades y la reforma de las instituciones internacionales, el reforzamiento de las posiciones de los Estados en desarrollo en el proceso de toma de decisiones conjuntas. Además, se hará hincapié en temas de la seguridad energética y alimenticia, la lucha contra el terrorismo.

El marco conceptual de las próximas discusiones establecido por los indios responde a la lógica de formación del sistema económico mundial policéntrico. Rusia tiene en mente enfatizar el establecimiento de una cooperación internacional igual y mutuamente respetuosa, confirmar el papel central de la ONU y el Derecho Internacional, volver a prestar atención a la destructividad de las sanciones ilegítimas, la competencia injusta, el proteccionismo y, en consecuencia, la pertinencia de la resistencia colectiva a la dominación occidental y las prácticas neocoloniales. Se espera un intenso horario de reuniones bilaterales de Serguéi Lavrov. Al margen de la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores se preparan contactos del Ministro con sus homólogas de otros países, en particular, Brasil, la RPC y, claro, el anfitrión, la India.

 

Crisis en Ucrania 

 

Hace exactamente 9 años (en la noche del 21 al 22 de febrero), en Kiev se dio un golpe de Estado anticonstitucional protagonizado por Occidente. Nacionalistas radicales que no disimularon su rusofobia y agresivos planes antirrusos llegaron al poder en el país. El sangriento golpe de Estado se convirtió en una línea divisoria y dio inicio a la tragedia de Ucrania desarrollándose ante nuestros ojos. No se puede caracterizar todo lo que posteriormente sucedió en Ucrania de ninguna otra manera que un caos político, nihilismo jurídico y desenfreno del ultranacionalismo y nacismo.

Se habría podido evitar estos acontecimientos, si hubiera sido cumplido el acuerdo del 21 de febrero de 2014 entre el Presidente Yanukóvich y los líderes de la oposición. En nuestra página web hemos publicado el texto de ese acuerdo. Fue firmado bajo la mediación de Alemania, Francia y Polonia, y distribuido como un documento oficial en la OSCE y otras organizaciones.

Los “ganadores” de Maidán apenas firmaron este documento y lo pisotearon en seguida, lo tiraron a la basura como innecesario y lo olvidaron. Al recordarles del documento, ni siquiera lo comentaban y pasaban a otros temas en seguida. ¿Qué se debe comentar al respecto? Es otra falsificación y fraude que cometieron. Y es que la implementación del acuerdo les habría podido dar una posibilidad de salir pacíficamente de la crisis política interna. En vez de establecer un gobierno de unidad nacional y sostener nuevas elecciones, los opositores prefirieron el camino de la confrontación y violencia, convirtiéndose en participantes del golpe de Estado, mostrando su naturaleza y la esencia del pedido pagado generosamente (materialmente y con vidas de los ucranianos) por los regímenes occidentales. Todo eso sucedía con la aprobación tácita de los garantes del acuerdo europeos que no se molestaron en llamar al orden a los “revolucionarios” sumergidos en mentiras (en realidad, los golpistas), e instigados por los emisarios estadounidenses que repartían galletas en Maidán, constataron el “cambio del poder”. Eco tuvo lugar en el contexto de las conversaciones predilectas sobre la democracia y la ilegalidad. La ley fundamental – la constitución – no puede ser puesta en práctica, se mata si no se implementa lo mencionado. A pesar de estas tesis, no notaron que en 2014 cambiaron el poder por sus mismas manos de una manera absolutamente ilegítima. En consecuencia, los esfuerzos de paz falsos de Occidente resultaron para Ucrania en repercusiones graves que sabemos bien.

Los trágicos sucesos ocurridos en Kiev entre finales de 2013 y principios de 2014 siguen siendo un misterio de los siete sellos. Durante todo este tiempo, las autoridades han intentado ocultar la verdad. Todavía no hay resultados de la investigación sobre el tiroteo masivo de personas en el centro de la capital ucraniana. Se ha declarado la muerte de personas con armas de fuego, ¿y luego qué? Igual que ahora pasa con los Nord Streams, o sea, ninguna investigación. Creo que todo el mundo recuerda cómo todo Occidente y el público "ilustrado" de Ucrania y Europa dijeron que los culpables eran los que iniciaron el tiroteo. ¿Y quién lo hizo? Los disparos rebotaron muchos años después. Entonces, ¿quién tiene la culpa?

El caso de los francotiradores de Kiev sigue sin resolverse. Han salido a la luz los escandalosos detalles de la falsificación de las listas de víctimas de Maidán, los héroes de la Centuria Celestial. Resultó que entre ellos había personas que murieron no por heridas de bala sufridas durante los disturbios, sino por problemas de salud y ni siquiera en Kiev. Este fue un pilar de la propaganda del régimen de Kiev y de Occidente. Durante ocho años se produjeron películas, vídeos y carteles de la Centuria Celestial. Las actuales autoridades ucranianas construyen sin pudor su nueva historia sobre mentiras y falsificaciones. Una nueva normalidad que en realidad es una anormalidad.

Es simbólico que el 20 de febrero, en vísperas del aniversario del Maidán, uno de los directores del sangriento golpe de Estado de 2014 visitara Kiev. Se trata del ahora Presidente Biden, entonces Vicepresidente estadounidense. Las razones son numerosas. Los expertos estadounidenses hablan del lanzamiento de la campaña electoral, ya que pronto será el momento de entrar en el ciclo electoral. Dado que en los últimos años han sacudido el tema de Ucrania y Rusia hasta límites insospechados, este es el tema por el que debemos empezar. Los forenses y psicólogos dicen que un criminal siempre vuelve a la escena de su crimen. Lo hacen ambos Rodión Raskólnikov en la obra de Fyódor Dostoyevski y Joe Biden en Ucrania.

La visita del líder estadounidense fue una obra dramatúrgica. La Casa Blanca intentó mostrar al mundo que creía en el éxito del régimen de Zelenski y que tenía intención de ayudarle "hasta un final victorioso" (lo que en la jerga de la Casa Blanca significaba "hasta el último ucraniano"). En realidad parecía una producción de una fiesta de chiquillos, condenada al fracaso. Incluso hicieron sonar una sirena antiaérea para añadir dramatismo al momento. Esto ya les había ocurrido a los apoderados de Estados Unidos. Saakashvili cayó al suelo ante las cámaras, gritando histéricamente que llovería del cielo. Cada vez el mismo escenario. Entonces caía al suelo, pero en este caso el efecto debía conseguirse encendiendo la sirena. Es cierto que a los locales se les dijo de antemano que no le prestaran atención porque no había una amenaza real. Ya sabemos cómo ocurre: avisan de forma "amistosa" de que viene Biden, encenderán la sirena, pero no pasa nada, uno puede ocuparse de sus asuntos, ya que eso forma parte del espectáculo. Por cierto, el Presidente estadounidense, en medio de una retórica atronadora de que tienen el control total de la situación, están a punto de ganar, etc., no se atrevió a ir a Kiev sin avisar a Rusia y pedirnos que observáramos sus condiciones de seguridad. Esto nos lleva a la cuestión de quién sí que controla la situación y quién no.

Si Washington quería mostrar a sus aliados de la OTAN otro ejemplo de cómo apoyar a Kiev, no lo consiguió. El nuevo paquete anunciado de asistencia militar a las Fuerzas Armadas ucranianas, por valor de 460 millones de dólares, era más que modesto en comparación con los tramos anteriores. No hay dramaturgia que valga. El dinero entra a raudales, pero el flujo no es infinito.

Los medios de comunicación ucranianos informaron de que el asesor de seguridad nacional del Presidente estadounidense, John Sullivan, que le acompañaba, exigió al jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andréi Yermak, que llevara a cabo una contraofensiva exitosa en el sur y alcanzara las fronteras de Crimea en los próximos seis meses. Así es, para Sullivan allí no hay personas. Los ciudadanos de Ucrania nunca han sido personas para Estados Unidos. No estoy segura de que haya al menos alguien a quien puedan equiparar a ellos mismos, tan excepcionales. Si no, Washington no suministrará a Kiev aviones de combate y misiles de largo alcance. ¿Y si dentro de seis meses no queda nadie en Ucrania que pueda mantenerlos? ¿Qué hará Sullivan? No le pregunto qué dirá mirando a los ojos de Zelenski (a juzgar por lo que pasa en ellos, es peligroso). ¿Quién va a utilizar los cazas y el equipo?

En general, la interacción de Biden con Zelenski demostró a los ciudadanos ucranianos (aunque ya hubo un ejemplo de ello cuando Biden, como Vicepresidente, vino y dirigió su gobierno) quién gobierna Ucrania en realidad y quién es su verdadero maestro. Cabe destacar que los estadounidenses ni siquiera mencionaron el deseo de una solución política a la crisis. Todo esto demuestra la intención irresponsable y aventurera de Estados Unidos de escalar la situación en el enfrentamiento con Rusia. Es un crimen por parte de la Casa Blanca.

El 19 de febrero, Zelenski intervino por videoconferencia en la Conferencia de Seguridad de Múnich. No dijo nada nuevo, lo mismo que en San Remo y otros lugares de canto y baile. Las habituales acusaciones contra Rusia, llamamientos a los manipuladores occidentales para obtener nuevas porciones de ayuda militar, demagogia sobre la inminente "victoria" de Kiev y la "inevitabilidad" de su ingreso en la UE y la OTAN.

Observamos que en su farragoso monólogo Vladímir Zelenski utilizó comparaciones bíblicas. Ya no prestamos atención a gran parte de lo que dice, pero a veces hay perlas. En primer lugar, acusó a Silvio Berlusconi que dirigió Italia durante muchos años (con éxito, a diferencia de Vladímir Zelenski) de no haber sido nunca bombardeado. Se trata de Silvio Berlusconi que de niño de seis años se escapó de casa con sus padres mientras eran bombardeados por las tropas aliadas.

Hay algo más que no puede dejar de asombrar. La ilógica es algo incoherente, erróneo, una línea de pensamiento equivocada debido a la falta de hechos, a que no se tienen en cuenta las circunstancias. En este caso no se trata de ilógica, ni de absurdo, sino de una especie de misticismo. Vladímir Zelenski comparó a Rusia con Goliat y a Ucrania y Occidente con David derrotando a un oponente más fuerte. Sí, existe esa historia bíblica. Pero hay un pequeño matiz que le da la vuelta a todo y lo explica, mostrando la salvajada de lo que dice Zelenski.

Según el Antiguo Testamento, David derrotó a Goliat gracias a su profunda fe en Dios. Vladímir Zelenski es un total impío. Ha reprimido a la Iglesia Ortodoxa canónica de su país, ha fomentado un cisma religioso y se ha burlado de los sentimientos de los creyentes que pedían clemencia para sus santuarios. Hablo de sentimientos, pero también existen los derechos de los creyentes. Hace tiempo que no se les respeta. Tal vez se trate de su actitud personal hacia una religión ajena y la ortodoxia. Supongamos que profesa el judaísmo (hemos oído hablar mucho de esa parte de su vida). Entonces debería haber recordado los Diez Mandamientos del Antiguo Testamento y la Torá, dos de los cuales son más relevantes que nunca para el régimen de Kiev y para Vladímir Zelenski personalmente: no matarás y no hurtarás. Esto es exactamente lo que el régimen lleva años haciendo, pasando mandamientos de matar más y hurtar más como un testigo. Se ha convertido en su oficio, lo único que han aprendido y enseñan a los demás. No tienen conciencia y es inútil buscarla. Antes de citar textos sagrados para millones, cientos de millones e incluso miles de millones de personas, valdría la pena al menos repasar la literatura de referencia y centrarse en lo que hay que decir de las cosas que entienden millones de personas en nuestro planeta.

El golpe de Estado orquestado por Occidente en Kiev en 2014 y los sucesos del Maidán que lo acompañaron provocaron un auge de movimientos neonazis en Ucrania. Por desgracia, hay personas y países que prefieren hacer la vista gorda, fingir que no pasa nada y seguir desarrollando vínculos con la Ucrania “amistosa”. Instamos a los partidarios de este planteamiento a que analicen la situación con objetividad. Después de todo, cada día el mundo ve más y más pruebas de la peligrosa propagación del nazismo en Ucrania.

Hay teoría y hay práctica y pruebas que confirman las tesis de las que hablamos. El 14 de febrero, Vladímir Zelenski (burlándose de todo el mundo, principalmente del sentido común) dio a una de las brigadas de las Fuerzas Armadas de Ucrania el nombre de Edelweiss. Estoy seguro de que para muchos jóvenes el 14 de febrero significa regalos y flores. ¿Qué hay de malo? No habría nada de malo, pero se hizo por analogía con la unidad nazi de la época de Adolf Hitler. Las formaciones armadas ucranianas utilizan ampliamente los galones nazi y pintan signos nazi en los vehículos blindados. Hay numerosos vídeos en Internet y en las redes sociales que muestran a artilleros ucranianos utilizando el saludo nazi ante la cámara cada vez que se efectúa un disparo. Sin embargo, la Europa “civilizada”, que ha vivido la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, no quiere ver el nazismo ucraniano. ¿Quizá porque allí también se despiertan colaboradores y seguidores ideológicos del Tercer Reich?

En Ucrania sigue en marcha una movilización total que semeja más bien una persecución de personas. Abundan en Internet imágenes y noticias de cómo la gente es capturada en las calles, como animales abandonados. El régimen kievita trata a las personas como si fueran animales. En los mercados, estaciones de trenes, centros comerciales, bares, restaurantes e incluso en los entierros son tendidas trampas en las que caen los ciudadanos del país. Las autoridades kievitas, presas de la corrupción, para satisfacer sus pasiones que les tienen dominadas y en intereses de sus patronos occidentales, tratan a los ciudadanos ucranianos, como si fueran material desechable.

Tampoco aminora su marcha la introducción de nuevas sanciones antirrusas por el régimen kievita. Esta vez se ha convertido en su blanco nuestro sector financiero. El pasado 19 de febrero, Vladímir Zelenski firmó un Decreto sobre medidas limitadoras por el plazo de 10 años contra 333 personas físicas. Se encuentran entre las mismas expertos en finanzas y gerentes de los bancos rusos y de la Bolsa de Moscú. Anteriormente, en la “lista negra” redactada en Ucrania fueron incluidas personalidades del mundo de la cultura, el arte, el espectáculo rusos, así como periodistas, científicos, activistas sociales. Las restricciones han afectado también a los jerarcas de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Con dichas medidas el régimen kievita busca ejercer presión en diferentes capas de nuestra sociedad y desestabilizar la situación dentro del país.

Es un acto de deshumanización en pleno centro de Europa que es llevado a cabo bajo la vigilancia de la misma y con la presión y violencia por parte de EEUU. Todos estos planes están condenados al fracaso. Ciudadanos rusos tienen muy claro, con quiénes nos las tenemos que ver en Ucrania y no permitirán que la peste neonazi penetre en nuestra casa ni exista este foco nazi cerca de nuestras fronteras. A veces se dice que “ha habido algunos casos en algunas partes”. Casos los puede haber por todas partes. El mundo no es perfecto, por así decirlo, y el ser humano es débil. La cuestión es cuál es la actitud del Estado, de la sociedad y de las pertinentes ramas del poder.

Si no es ofrecida una reacción inmediata que descarta toda posibilidad de legalizar, glorificar o siquiera considerarlo algo admisible, la causa está perdida. En caso de haber reacción instantánea, seguida por condena pública y pertinente actuación a nivel legislativo, el caso puede considerarse aislado y la reacción por parte de todos los elementos del Estado, sana.

Hemos visto, en Ucrania y en ciertos países de la UE y la OTAN, cómo manifestaciones aisladas se convertían en focos, para unirse luego en una “llama”, con el silencio sepulcral de las autoridades, como telón de fondo. Cualquier intento de la sociedad de manifestar que era inadmisible, eran abortados, empezando la persecución de quienes intentaban decir que las manifestaciones del neonazismo eran inaceptables. Eso es terrible y tiene los correspondientes resultados.

Ha vuelto a brillar con sus declaraciones el tristemente famoso Secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Alexei Danílov. En una entrevista concedida al diario británico The Sun, señaló que “en los próximos 12 meses Rusia será inevitablemente desmembrada” y “la guerra acabará con el desfile de los tanques ucranianos en la Plaza Roja”. ¿Por qué es monstruoso? No porque sea una tontería monumental, a algo que ocurre con frecuencia con el régimen kievita, hay mucha gente insana por allí. Es monstruoso, porque fue así, como formuló su objetivo Hitler en junio de 1941, la idea del desfile de sus tropas, sus tanques, sus vehículos por la Plaza Roja. Todos saben cómo acabó la historia en mayo de 1945. Y aparte no siquiera hay tanquistas ucranianos. Los gauleiters kievitas suplican que se les manden los Leopards e intentan que se aprenda a manejarlos. El Occidente colectivo, 9 años después del golpe de Estado orquestado por ellos y perpetrado en Kiev continúan con su política de destrucción de Ucrania, sin ocultar ya su objetivo real: luchar contra Rusia y lograr asestarle la famosa ya “derrota estratégica”.

A los países occidentales no les importa que esta política criminal cause numerosas víctimas no solo entre los militares, sino también entre los civiles ucranianos.

Lo comentó todo ayer el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin. Hoy ha precisado los detalles, pronunciando su discurso en el estadio Luzhniki durante el concierto dedicado al Día del Defensor de la Patria.

 

Reunión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a las explosiones en los gasoductos Nord Stream 

 

Una postura parecida de los países occidentales han podido ver la víspera de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia presentó su Resolución simplemente para una puesta en común y el posterior trabajo. El documento no fue sometido a votación. Este paso fue aplaudido por la parte china. Y a los países occidentales, como suele ocurrir, les dio un ataque de histerismo.

El problema consistía en que costaba reaccionar de manera negativa a las ideas expresadas en la Resolución, puesto que exhortaba a llevar a cabo una investigación internacional de los atentados perpetrados en los gasoductos Nord Stream1 y Nord Stream2 bajo el control o con la participación del Secretario General de la ONU. En esta idea no hay nada que pueda ser criticado. Les costó mucho, intentaron inventarse algún tipo de argumentos, pero es que no los hay.

Ha tenido lugar una explosión premeditada en una instalación de infraestructura civil que formaba parte del sistema de la seguridad energética global. Este accidente, fruto de acciones delictivas, no pudo haber sido cometido por particulares ni por grupos extremistas que estuvieran fuera del control de un Estado. Causó además un daño colosal al medio ambiente. Es precisamente la agenda ecológica que tanto le preocupa al Occidente.

Y, al fin y al cabo, estamos hablando de un atentado. Recordemos lo sensibles que se muestran los países occidentales con cualquier atentado a la libertad, la legalidad y la democracia. El terrorismo y la democracia son en un principio fenómenos incompatibles. Seguramente ni tendría que mencionar los valores liberales. Como resultado de este atentado a la infraestructura civil que de manera automática causó daño a las economías de muchos países del mundo fue cuestionada la seguridad energética y la seguridad en general. En estas circunstancias, los liberales deberían haberse vuelto histéricos y exigido que se iniciara con urgencia una investigación internacional.

Entonces, ¿qué es lo que está mal con el llamamiento de llevar a cabo una investigación internacional hecho por la Federación de Rusia durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU? ¿O es que somos el país incorrecto? No es eso, es que simplemente están intentado confundirle al mundo.

 


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