Intervención del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en la 16Є reunión del CMAE de la OSCE, Helsinki, 5 de diciembre de 2008
Estimado señor Presidente,
Permítanme adherirme a las palabras de gratitud dirigidas al Presidente Efectivo de la OSCE , Ministro de Asuntos Exteriores de Finlandia, señor Alexander Stubb, y su equipo de colaboradores de la Secretaría de la OSCE en relación con la buena organización de nuestra reunión ministerial y los esfuerzos continuos que ellos hacían aspirando a aprovechar más plenamente el sólido potencial colocado en nuestra Organización por los fundadores.
Creo que no haré un descubrimiento si hago constar que la OSCE en los últimos años se ha parado en una encrucijada. La elección de la dirección determinará el destino de la Organización: será, en definitiva, necesaria o no. Hay quienes quieren conservar todo tal como era en los años 90. Dicho en otras palabras, un grupo de países que se presentaban como los más civilizados, determina y controla los parámetros del movimiento para los demás. Por eso exigen conservar, como cierto "estándar de oro", todas las instituciones y mecanismos de la Organización. Entretanto, la historia demuestra que si esos estándares no responden a los objetivos de la época, la maestra de la vida, como los griegos antiguos llamaban la historia, los envía, en el mejor de los casos, al archivo o al museo. Y no es cuestión de los deseos o la voluntad de alguien; es un proceso objetivo.
Para nosotros es obvio que la actual OSCE no cumple con su destinación principal: garantizar una seguridad igual e indivisible para todos. Si a comienzos de los años 90 la Organización era capaz de detener las guerras, actualmente no es capaz de prevenirlas. El uso no sancionado de la fuerza, violando patentemente los principios básicos del Acta Final de Helsinki, ya no desconcierta a muchas personas. Recordemos el año 1999 y los bombardeos de Yugoslavia durante 78 días o el ataque militar a Osetia del Sur. Lamentablemente, la OSCE no supo evaluar debidamente lo uno y lo otro, evaluar basándose en los hechos y los compromisos de los Estados miembros.
Suscitan asimismo dudas otras actividades. Preguntemos por qué muchos países que reciben las misiones de la OSCE quieren librarse de las mismas. La respuesta es evidente: la presencia de las misiones se percibe como manifestación de la desigualdad de derechos. Lo mismo se refiere a la actividad de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) para efectuar el seguimiento de las elecciones. Y la igualdad de derechos de los Estados es el principio básico de Helsinki.
Hay que eliminar esas contradicciones indignantes a al espíritu y la letra de Helsinki, hay que eliminar las líneas divisorias visibles e invisibles. Tanto más en la situación cuando se requiere aunar los esfuerzos de todos los Estados para buscar respuestas a los retos de la globalización.
La Federación de Rusia está en contra del ocaso de la OSCE. Proponemos saturar su agenda con temas unificadores y dirigidos al futuro que tengan un significado clave para el bienestar actual y futuro de los Estados miembros de la Organización y sus ciudadanos. Es justamente de tal carácter nuestra propuesta de incorporar la OSCE en la realización de la iniciativa del Presidente Dmitri Medvédev de la concertación del Tratado de la Seguridad Europea (TSE) jurídicamente obligatorio que permita crear un espacio común de la seguridad colectiva para todos los Estados del Euroatlántico.
Dediqué a este tema mi intervención de ayer en la reunión de los jefes de las delegaciones. El texto está divulgado. No voy a repetir. Estoy reconocido a todos los colegas por el interés manifestado a esa iniciativa nuestra. Sólo destacaré otro aspecto del "valor agregado" de nuestra propuesta. Es que la situación en el Euroatlántico ejerce tradicionalmente gran influencia sobre la situación en otras regiones del mundo. La concertación del Tratado de la Seguridad Europea tendrá un significado positivo también para los Estados situados al margen de la zona euroatlántica. Estoy seguro que la puesta de la causa de la estabilidad en una base más sólida en nuestra región permitirá evitar la aparición de las ideas de que podemos ser una amenaza para los socios externos. Además, les daremos un buen ejemplo nuevo de la estructuración civilizada de las relaciones interestatales en una región vasta y diversa.
Continuaremos trabajando para redactar el Tratado de la Seguridad Europea teniendo en cuenta las proposiciones que se oyeron ayer de las formas en que la OSCE podría aportar a este trabajo.
El restablecimiento de la viabilidad del régimen europeo de control de los armamentos convencionales es parte integrante de nuestras propuestas sobre el contenido del Tratado. Estamos convencidos de que los acuerdos pertinentes de conformidad con la realidad cambiada responderían a los intereses de todos los Estados de l OSCE creando una base para el debido nivel de predecibilidad, confianza y seguridad en el Continente. Estamos por devolver a los instrumentos del control de los armamentos su destinación inicial: "más seguridad con recursos menores". En cambio, si se examinan bajo la óptica de las ventajas unilaterales y la solución de los problemas que no tienen nada que ver con el control de los armamentos, será inevitable la sucesiva erosión de los regímenes existentes.
Si hablamos de la TFACE, el proyecto de "solución de paquete" sobre la base de las llamadas acciones paralelas para sacar el Tratado de una crisis profunda de momento se parece al plan de acciones rusas detalladas a cambio de las promesas, bastante amorfas, de parte de la OTAN. Es necesario eliminar este desequilibrio saturando todos los elementos del "paquete" con un contenido concreto que no admite interpretaciones diferentes.
Rusia parte de que la salvación del régimen del TFACE a través de la rehabilitación del Convenio de la Adaptación del Tratado y la toma de otras medidas para aumentar su viabilidad no puede ser la prerrogativa excepcional de Moscú y Washington. Otros Estados partes también deben tener la posibilidad de hacer su aporte. Saludamos las ideas expresadas al respecto por Alemania.
Una parte importante de los esfuerzos para consolidar el componente político-militar de la seguridad en Europa es la actividad del Foro de la Seguridad de la OSCE.
Entre los logros del Foro figuran el diálogo que se intensificó bastante. Tuvieron lugar discusiones intensas pero útiles sobre la situación en Transcaucasia, sobre todo debido a la agresión de Georgia contra Osetia del Sur. Levantamos que nuestra proposición de convocar el Consejo Rusia–OTAN para discutir la situación hecha en el apogeo de la guerra desatada por Georgia fue bloqueada, en rigor, por una sola delegación.
Rusia durante los últimos dos o tres años planteaba el tema de lo peligroso que es suministrar armamentos pesados a Georgia y llamaba la atención de los socios a que esos suministros contradicen los compromisos asumidos por los Estados en el marco de la OSCE. Ahora, tras la lección de agosto muy dura, en algunos países de la OSCE se oyen de nuevo las voces a favor de una ayuda militar masiva a Georgia y el rápido restablecimiento de su potencial militar. Volvemos a llamar a que todos consideren seriamente nuestras prevenciones y respeten estrictamente los compromisos fijados en los documentos pertinentes de la OSCE. Continuaremos planteando esos temas, incluso en el Foro de la Seguridad.
Consideramos que hay que propagar la práctica de las discusiones abiertas a un círculo más amplio de problemas, tanto locales como paneuropeos.
Para que el Foro pueda hacer el aporte que corresponde a su destinación a la consolidación de la seguridad europea es preciso analizar imparcialmente las normas vigentes y los documentos para determinar si corresponden a la realidad. Se requieren asimismo las nuevas medidas de confianza en el ámbito político-militar: Rusia ha presentado al Foro sus propuestas respectivas.
Esperamos que la decisión que tomaos hoy, orientada a intensificar las actividades del Foro, contribuya a al avance en esta dirección.
Rusia es partidaria de activar el formato de la OSCE para contrarrestar un desafío común para todos nosotros, tal como el terrorismo internacional. Justamente en nuestra Organización a la colaboración entre el Estado y el negocio se añadió el segmento de la sociedad cívica. Junto con varios socios dimos inicio para incorporar en la agenda política de la OSCE los temas de la lucha contra la amenaza de drogas. Las decisiones que tomamos en esta reunión deben permitir continuar trabajando más eficazmente en esos temas también el año que viene.
El papel de la OSCE puede ser útil en el establecimiento de la colaboración en el marco de la segunda "cesta" económica y ecológica. Debemos ser realistas, no debemos intentar encomendar a nuestra Organización los objetivos que no puede alcanzar ni organizar competiciones con las estructuras similares. Todas las propuestas para incorporar a la agenda de la OSCE de tales temas nuevos deben considerarse desde el punto de vista de la presencia del "valor agregado" y el potencial de expertos.
Los compromisos asumidos en el marco de la OSCE en materia de protección de los derechos humanos tienen gran importancia. Se refieren a todos los Estados partes en igual medida. Consideramos que son importantes las cuestiones relativas a la protección de los derechos de las minorías étnicas, la promoción de la tolerancia, sobre todo en las relaciones interétnicas, y la no-admisión de la heroización del nazismo y las tentativas relacionadas con ello de revisar la historia de Europa.
Quisiera llamar la atención a una cuestión humanitaria urgente. Los directivos georgianos ya desde hace mucho cortaron la provisión de gas natural a Osetia del Sur. En la víspera del invierno es difícil calificarlo de otro modo que no sea la manifestación de la crueldad. Suponemos que la dirección de la OSCE y sus instituciones debe tomar medias urgentes para prevenir la catástrofe humanitaria que puede suceder debido a tales acciones de Tbilisi.
Estamos profundamente convencidos de que la eficacia de l OSCE es afectada por la in conclusión de su institucionalización. Suponemos que es importante emprender finalmente la conciliación de los Estatutos de la OSCE, divulgar sus reglas y procedimientos al funcionamiento de las estructuras ejecutivas (las instituciones y oficinas de campo), ordenar de modo civilizado la organización del seguimiento de las elecciones y la participación de las organizaciones no gubernamentales en las reuniones de la OSCE. Es necesario evaluar la eficacia de la actividad de sus presencias de campo sobre la base del análisis del cumplimiento de las disposiciones del punto 41 de la Carta de la Seguridad Europea y revisar las Disposiciones y Reglas del Personal de la OSCE en lo que respecta al nombramiento de los jefes de las oficinas de campo para que el procedimiento pertinente sea más transparente y responda a la opción del Estado receptor.
Todo ello permitiría consolidar la supremacía del derecho en las actividades de nuestra Organización, su naturaleza interestatal y de hecho garantizar la igualdad de todos los Estados partes.
Los recientes sucesos obligan asimismo a mirar más atentamente la circulación de la información dentro de la OSCE y la presencia ciertos "filtros" que la hacen asequible únicamente para una parte de los Estados partes. Nos preocupan los comunicados de los mass media de que en la víspera del ataque contra Osetia del Sur los observadores de la OSCE informaban de los preparativos de Tbilisi, pero por alguna causa sus informes no fueron presentados a todos los miembros de la Organización. Es absolutamente inaceptable. Confiamos en que la investigación interna pertinente sea llevada a cabo.
Señor Presidente,
En el mandato de la OSCE figura el objetivo del arreglo de los conflictos regionales. Es obvio que sus soluciones felices pueden contribuir realmente a la consolidación de la seguridad en el espacio euroatlántico. Pero también aquí deben hacer estándares únicos: proponemos insertar su lista en el Tratado de la Seguridad Europea. Saludamos el progreso en el arreglo de Nagorni Karabaj tras el encuentro en Moscú de los Presidentes de Armenia y Azerbaiján con la participación del Presidente de Rusia. Es buen real el asimismo progreso en el arreglo del Territorio del Dniéster. Es clave el consentimiento de las partes en conflicto o, y hay que estimularlo. Ello se refiere también al eventual funcionamiento sucesivo de la Oficina de la OSCE en Georgia y a la presencia de los observadores de la OSCE en otras zonas del Cáucaso del Sur.
5 de diciembre de 2008