Entrevista del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia S.V.Lavrov a la revista “Mezhdunarodnaya zhizn” Diplomacia de Rusia y retos del siglo XXI
Pregunta: Serguéi Víktorovich, ¿qué tendencias positivas y negativas ve en la política mundial de hoy? ¿Hacia dónde pueden llevar?
S.V.Lavrov: Existen varios parámetros básicos para evaluar la situación internacional actual, con los cuales en general están de acuerdo todos aquellos quienes tienen la intención de encontrar una comprensión seria de las tendencias del desarrollo mundial. En primer lugar, se trata de que hoy estamos viviendo un complicado período de transición, que escencialmente puede significar otro cambio de las épocas históricas. Esta tesis ha sido señalada por el Presidente V.V.Putin en su discurso en el consejo de embajadores y representantes permanentes de la Federación de Rusia celebrada este julio. Actualmente tienen lugar unas grandes transformaciones del escenario internacional que se acompaña por las turbulencias en el área de economía, política y en general en las relaciones internacionales.
En segundo lugar, los procesos históricos continúan cogiendo velocidad. Lo vemos en la acelaración de los movimientos de profundidad, como se diría – movimientos tectónicos, en la redistribución de potencias e influencias a nivel global, en los acontecimientos impetuosos en la región del Próximo Oriente y en el Norte de África, en una serie de otras regiones del mundo.
En tercer lugar, ya es evidente, que en el siglo XXI todas las relaciones internacionales tienen tendencia al establecimiento de un sistema policéntrico. Eso significa que el destino del mundo no podrá determinarse por un solo estado por más potente que sea, ni tampoco por los bloque políticos opuestos, como sucedía en la época de la "guerra fría", ni siquiera por un círculo estrecho de los países "elegidos" y los centros de influencia mundial. Se trata de construir un sistema democrático y estable, y en caso ideal - un sistema autoregulable de relaciones internacionales.
Respecto a cómo se puede calificar una tendencia como positiva y la otra como negativa, pienso que en un principio la evaluación unívoca de las tendencias del desarrollo mundial en categorías "blanco-negro" es una tarea ingrata. Al mismo tiempo con bastante seguridad se puede afirmar que en el mundo moderno que se está convirtiendo en el global, las respuestas a los retos comunes se encontrarán en el camino de una verdadera cooperación, basada en los principios de igualdad y respeto mutuo, tomando en cuenta los intereses y preocupaciones de cada uno. La comprensión de esta realidad y las acciones prácticas siguiendo esta base, probablemente son una de las tendencias más positivas de la actualidad. Porque todos los miembros responsables de la comunidad internacional tienen los mismos propósitos, relacionados con la creación de las condiciones para el desarrollo equilibrado social-económico, para la consolidación de paz y seguridad internacional, regulación de las situaciones de crisis, promoción de la amplia cooperación internacional. Los ejemplos que confirmen esta postura son numerosos: es la actividad de tales formatos como "G-20", "G-8", BRICS, OCS, en general, la consolidación del papel de las estructuras de red en la política mundial – claro está, con el papel central de coordinación de la Organización de Naciones Unidas. Son acciones conjuntas de reacción a las múltiples amenazas, incluído el peligro de proliferación de armas de destrucción masiva, terrorismo, piratería, y muchas otras.
Respectivamente las manifestaciones negativas en las relaciones internacionales de hoy, al revés, están relacionadas con las reincidencias de acciones unilaterales, intentos de imponer a otros su escala de valores, conseguir, aunque sea bajo nobles lemas, los privilegios políticos para sí. Éstas están se deben al incremento de xenofobia, intolerancia, cualquier forma de discriminación, nihilismo legislativo. Todo ello puede provocar la caída hacia el caos y la pérdida del control de los asuntos internacionales.
En lo que a Rusia respecta, la filosofía del trabajo conjunto constructivo es la base de toda la política exterior de nuestro país. Estamos dispuestos a seguir adelante con el desarrollo de la cooperación profunda, multilateral, a largo plazo con todos los que muestren una predisposición similar hacia ello. Y, desde luego, seguiremos aportando al análisis de los procesos que acontecen en el mundo, incluso en el marco del trabajo de cumplimiento del cometido del Presidente de Federación de Rusia sobre la preparación hasta finales del año en curso de la nueva redacción del Concepto de la política exterior. De acuerdo con las misiones que han sido encomendadas por el Presidente a la diplomacia rusa, ejerceremos más influencia en la situación, sobre todo en los casos que afecten directamente los intereses de Rusia, y estaremos preparados para cualquier tipo del desarrollo de las circunstancias.
Pregunta: Serguéi Víktorovich, ¿cuál es su evaluación de la situación de relaciones internacionales modernas en las condiciones de la "paz de post Yalta"? La impresión es que la Organización de Naciones Unidas, constituida tras la segunda guerra mundial, y el recubrimiento internacional legislativo de las relaciones interestatales están sufriendo fuertes ataques. ¿Es eso la prueba del cambio a otro formato de relaciones internacionales?
S.V.Lavrov: Si bajo los conceptos de la paz de Yalta y el orden existente mundial se entiende la ONU, no veo alternativas viables capaces de sustituir esta estructura. Los Estatutos de la ONU es un documento único, que se creó en la onda de la victoria en la segunda guerra mundial por los estados ganadores. Recoge principios iniciales, que en nuestros días también conservan su actualidad.
Se trata de la igualdad soberana de los estados, principio de supremacía del derecho en las relaciones internacionales, que se basa en los principios de la no intervención en los asuntos internos, respeto a la soberanía e integridad territorial de cualquier estado y los métodos colectivos de aprobación de las decisiones.
Con otras palabras los Estatutos de la ONU "están programados" como un regulador del mundo multipolar que en las condiciones actuales puede garantizar la estabilidad del orden mundial moderno.
El período de la "guerra fría" cuando se estaba formando la bipolaridad y el equilibrio internacional que se producía por la dura oposición entre dos super estados - EE.UU. y URSS - y dos bloques políticos militares - OTAN y Pacto de Varsovia - resultó ser una anomalía respecto a los principios recogidos en los Estatutos de la ONU.
Tras haberse terrotado el sistema bipolar todos se convencieron de que era imposible la existencia del mundo unipolar, ya que ningún estado, incluídos los EE.UU. puede ocuparse solo de los asuntos del escenario internacional. Con la aparición de los centros de crecimiento económico, de potencia financiera, y, como consecuencia, de influencia política, todos se convencieron también de que el nuevo orden mundial debe ser policéntrico.
Es un procedimiento bastante largo y estamos en pleno proceso. La conformación de tales estructuras nuevas como, por ejemplo, "G-20", aumento del papel de BRICS y OCS en la solución de los problemas internacionales, consolidación de las tendencias de integración en la América del Sur, Asia y África son demostraciones del proceso de constitución del orden mundial policéntrico. Existe la base legal para su funcionamiento, no hace falta inventarla. Son Estatutos de la ONU, que se diseñaron para ser el regulador de los procesos multilaterales de cooperación.
Hemos superado el período de la "guerra fría". Así ha dispuesto la historia: ha desaparecido la URSS y el Pacto de Varsovia, han surgido nuevos estados grandes e influyentes, cuya opinión se debería tomarse en cuenta.
Los críticos occidentales de nuestra postura dicen que el Consejo de Seguridad de la ONU ha resultado "paralizado" porque Rusia y China han vetado los proyectos de las resoluciones dirigidas a derrocar el régimen de Siria. Esta visión está lejos de la realidad. Hemos vetado la resolución, dirigida al cambio de régimen, y los Estatutos de la ONU no permiten la injerencia foránea para cambiar regímenes existentes y exige respeto a la soberanía e integridad territorial del estado. Así, Rusia y China han protegido los Estatutos de la ONU al votar en contra de los proyectos de resolución respecto a Siria.
Además el derecho de veto es una parte inseparable del mecanismo de aprobación de las decisiones que han firmado todos los estados miembros de la ONU. Ellos no sólo han firmado los Estatutos y los principios del derecho de veto, sino han ratificado este documento. El derecho de veto no se pensó para dar preferencias a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Su naturaleza fue determinada por los padres-fundadores de la Organización y se arraiga en la profunda comprensión del hecho indiscutible de que si las decisiones que afectan a los destinos del mundo se aprueban sin tomar en cuenta la opinión de los estados influyentes, tales decisiones no serán viables.
Recuerden que la Liga de las Naciones se desintegró precisamente por ignorar los intereses de los estados más importantes. Al crear la ONU precisamente EE.UU. insitían en incluir el derecho de veto en los Estatutos de la ONU para no repetir la triste experiencia de la Liga de las Naciones.
Por lo tanto la base legal para el desarrollo de las relaciones internacionales en las condiciones de la actualidad existe. Es perfectamente aplicable y ha demostrado su universalidad. Estamos ante la posibilidad única de desarrollar las relaciones internacionales y crear un nuevo orden mundial apoyado en las bases que fueron aprobadas por todos los estados al haber aprobado y ratificado los Estatutos de la ONU.
Pregunta: Llega a su fin el primer término de la presidencia de Barack Obama. En sus comienzos los estadounidenses propusieron la política de "reinicio" en las relaciones con Rusia. ¿Cuáles son, según su punto de vista, las conclusiones de este período de relaciones ruso-estadounidenses?
S.V.Lavrov: Cuando el Presidente B.Obama y su equipo hace unos años expresaron su disposición de ponerse en serio a renovar las relaciones bilaterales y regularizar los problemas acumulados, percibimos esta señal como positiva. Con eso nos dieron a entender que la resolución productiva de las tareas que están ante nuestras paísas es posible sólo basándose en los principios de respeto mutuo, tomando en cuenta de verdad los intereses de las partes, honestidad y predictibilidad.
La dirección de cooperación tomada entonces ha demostrado ser viable. Gracias a los esfuerzos conjuntos ha sido posible mejorar el ambiente del diálogo y ampliar su cobertura. En una serie de campos se han conseguido resultados prácticos importantes – en la economía, en el afianzamiento de la estabilidad estratégica, en el desarrollo de los vínculos humanitarios. Quiero mencionar tales pilares señalados de los últimos años, como es el Tratado de START, incorporación de Rusia en la OMC, trabajo de la comisión Presidencial ruso-estadounidense, simplificación de régimen de visados.
Por delante nos espera un repleto orden del día, cuyo acento principal es la aplicación de nueva dinámica cualitativa de la cooperación en el área comercial, económica e inversionista. Mientras más profundas y cualitativas sean nuestros vínculos de negocios, más fuerte será "la red de seguro", que protege las relaciones ruso-estadounidenses de oscilaciones de la conyutura política. Una gran atención se prestará también a la creación de las condiciones, que favorezcan los intercambios humanitarios, educativos, científicos y culturales.
Claro está, los problemas no son pocos también. Uno de los más importantes en la lista de discrepancias sigue siendo el problema de la defensa antimisiles y su gravedad no puede menospreciarse. Es evidente que las correspondientes decisiones se toman por los Estados Unidos y después de ellos por la Alianza Noratlántica sin contar con los intereses de Rusia. Para nosotros lo más importante es que los medios antimisiles creados por EE.UU. no desacrediten nuestro arsenal de contención y no desequilibren la balanza de fuerzas que estaba formándose durante decenas de años. Es necesario determinar unos claros marcos legales de cooperación respecto a la defensa antimisiles incluída la elaboración de las garantías de obligación jurídicas para no poder utilizar los medios creados por EE.UU. contra Rusia y nuestras fuerzas nucleares (como, en realidad, contra cualquier país en Europa Atlántica) y de coordenación de los criterios militares-técnicos que permitan controlar el cumplimiento de tales garantías. Es comprensible que la resolución de estos problemas y de muchas otras cuestiones sin regularizar se postpone para después del maratón electoral de EE.UU.
Independientemene de sus resultados estamos dispuestos a desarrollar el diálogo político con EE.UU. aplicando aquel grado de intensidad que están dispuestos a asumir nuestros colegas estadounidenses. Esperemos de que se apoye en los principios de igualdad, no injerencia en los asuntos internos, rechazo a los intentos de imponer ideas unilaterales aplicadas al desarrollo interno de cada uno de los países y cooperación en el escenario global.
Pregunta: Muchos expertos señalan con gran preocupación la disminución del papel del derecho internacional en la vida moderna internacional. La política real de una serie de países simplemente no cabe en sus marcos. ¿Está Usted de acuerdo con estas evaluaciones? ¿Cómo evalúa en general la práctica de aplicación de las normas del derecho internacional en las condiciones modernas? ¿Se podría reforzar de alguna manera su papel?
S.V.Lavrov: Sabe, me cuesta aceptar estas evaluaciones tan pesimistas. Aunque entiendo a los expertos que los afirman. Los intentos de desacreditar los principios fundamentales de los Estatutos de la ONU, incluído el respeto hacia la soberanía e integridad territorial de los estados, acciones de evasión del derecho internacional y formatos fijados de aprobación de las desiciones, que estamos observando últimamente, provocan consecuencias negativas graves y provocan el aumento de la inestabilidad en las relaciones internacionales.
Pero no hay que bajarse hacia un exesivo alarmismo, hay que apoyarse en las evaluaciones reales de los acontecimientos que están sucediendo. Este enfoque nos permitirá mantenerse en la cresta de los cambios que se están produciendo en los asuntos internacionales.
El punto de vista referente a la disminución del nivel del derecho internacional "se ha empadronado" en la comunidad internacional de expertos en primer lugar gracias a las conocidas acciones OTAN que hacían caso omiso o infringían las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Considerémoslo en esencia.
Los bombardeos de Yugoslavia en 1999 se produjeron sin el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, sin embargo después sus impulsores empezaron a buscar la legitimidad retroactivamente. Se adoptó la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 1255, en la que se constató la necisidad de resolver el problema de Kosovo respetando la soberanía de Serbia y Montenegro. La situación parecía volver al campo de legitimidad, pero esta importantísima resolución fue infringida cuando Occidente reconoció la declaración unilateral realizada por Pristina sobre la independencia de Kosovo.
Recordando la guerra de Irak, en este caso los líderes de la OTAN intentaban obtener la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, aunque, como todos sabemos ahora, bajo el pretexto artificial. Cuando no lo consiguieron, procedieron a las acciones militares sin la aprobación necesaria. Sin embargo pronto EE.UU. empezó a insistir solicitando al Consejo de Seguridad de la ONU el apoyo para convocar la conferencia sobre la reconciliación nacional en Irak. La realidad objetiva exigía este paso, y la OTAN se vio obligada a volver a los mecanismos internacionales de legislación.
En Libia la OTAN ya no se atrevía a actuar sin disponer del mandato del Consejo de Seguridad, y en la alianza comprendían muy bien que las decisiones unilaterales de sus miembros no serían aceptados por la comunidad mundial. El mandato fue obtenido. Otra cosa que abusaron gravemente de él, pero esto es un tema aparte, sobre el cual la dirección de Rusia se pronunció en detalles en repetidas ocasiones. El proceso de post conflicto en Libia al principio lo intentaron llevar fuera de los marcos de la ONU, pero éste pronto volvió a la Organización. Presten atención a que en el Concepto Estratégico de la OTAN se indica directamente, que los países miembros de la alianza tomarían en todas las partes las medidas para mantener la paz y la seguridad, respetanto con eso el derecho internacional. En relación a los abusos en la interpretación de las resoluciones, tomaremos todas las medidas posibles para que en adelante no haya ninguna ambigüedad en los mandatos del Consejo de Seguridad.
Otro punto más. Entre los ideólogos occidentales anda la opinión que en vez del mandato de la ONU ahora se puede aplicar los principios de "intervención humanitaria". Sin embargo los mismos ideólogos han admitido su incoherencia al derecho internacional. Ha surgido el concepto de "responsabilidad por la protección". Pero en el documento definitivo de la Cumbre de 2005 que "dio la vida" a este concepto, directamente se establece que su componente de fuerza puede ser aplicado sólo disponiendo de la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.
Así, los Estatutos de la ONU siguen siendo la base de relaciones internacionales, a pesar de los intentos de aflojar este sistema, siguiendo el principio de "allá van leyes donde quieren reyes".
Ahora un poco sobre el refuerzo del papel del derecho internacional. El establecimiento consecutivo de la supremacía del derecho en los asuntos internacionales es una de las prioridades claves de nuestra diplomacia. Simultáneamente tiene lugar el proceso del desarrollo y la modernización de algunas de las normas jurídicas. Por ejemplo, se ha iniciado el trabajo para mejorar la cooperación en la cuestión de oposición a la piratería, en particular, la creación del mecanismo internacional para poder encausar a los piratas.
Por otra parte no olvidemos de que las bases del derecho internacional, tales como las prerrogativas estatuarias del Consejo de Seguridad de la ONU, procedimiento de adopción de resoluciones por este organismo o, por ejemplo, los principios de la Convención de la ONU respecto a derecho marítimo, se han formado siendo resultado de compaginación de los complejos y entrelazados intereses de los estados. Por eso es preciso protejerlas de los intentos de su destrucción poco perspicaces, tener el enfoque máximamente equilibrado hacia todo el conjunto de los correspondientes retos, teniendo la plena conciencia de la gran responsabilidad que esto implica.
Pregunta: Últimamente se habla de que la Organización de Naciones Unidas necesitaría unas reformas. Algunas personalidades políticas extranjeras hasta hacen alusiones a que la ONU es "una institución de la época pasada", y en las condiciones modernas ésta no es capaz de reaccionar con eficacia a los retos del tiempo. ¿Cómo evaluaría estas declaraciones? ¿Cómo ve el papel y el lugar de la ONU en los asuntos internacionales?
S.V.Lavrov: En las conversaciones sobre la reforma de la ONU no hay nada nuevo. La organización mundial a lo largo de su historia de más de medio siglo siempre estaba al frente de la política mundial y el discutso politológico, y en general estaba a la altura de las realidades de una época concreta gracias a su capacidad de la rápida adaptación a ellas.
Parafraseando la célebre frase de W.Churchill sobre la democracia, puedo decir que la ONU no es perfecta pero es lo mejor que pudo inventar la humanidad. Recordemos que el mismo nacimiento de la Organización fue posible gracias al compromiso alcanzado por los líderes de la Uninión Soviética, EE.UU. y Gran Bretaña, cuya confianza y comprensión mutua surgieron en el proceso de la lucha contra el nacismo.
En la segunda mitad del siglo XX el paisaje geopolítico estaba en proceso de cambio dinámico – basta con recordar, por ejemplo, los procesos tempestuosos de la decolonización, - pero la ONU gracias a la voluntad política de los estados que la componían en cada tramo histórico demostraba ser bastante eficaz. Actualmente la Organización Mundial sigue siendo el foro universal intergubernamental con la legitimidad reconocida, donde los estados están en la búsqueda conjunta de las soluciones de los más graves problemas, que afectan a todos sin excepción alguna. La cooperación de los estados en la ONU contribuye al mantenimiento de la paz mediante la consolidación de las relaciones de cooperación, la ampliación del orden del día unificante y el establecimiento de la supremacía del derecho.
En realidad la reforma de la ONU ya está en marcha – se constituyen nuevas instituciones, se perfecciona el orden del día, la actividad pacificadora se hace más efectiva. Es importante que la reforma no pierda el vínculo con la realidad, no se convierta en el objetivo por si misma, y lo escencial – que no sea el simple pretexto para la destrucción irreflexiva de los pilares del sistema de relaciones internacionales, cuya piedra base de cimentación son los Estatutos de la ONU. En las condiciones de la reconstrucción drástica del sistema de control global para conseguir el modelo policéntrico más equilibrado y justo la revisión de sus disposiiones claves sin duda afectará a la seguridad global.
En el etapa contemporanea en la plataforma de la ONU tienen más demanda que nunca los esfuerzos conjuntos para el desarme, lucha antiterrorista, contra el crimen y narcotráfico, pasos colectivos para sanear el espacio común informático. Requieren una resolución rápida las cuestiones de inadmisión de los desajustes en el desarrollo social y económico de los países y las regiones, de la consolidación de la seguridad energética, alimenticia y ecológica. La lista de las "zonas problemáticas" desgraciadamente se está ampliando contínuamente, y el objetivo de la ONU es una atenta reacción a las amenazas que surgen, inadmisión de división y bandazos en sus filas. Es de máxima importancia respetar el principio de los Estatutos sobre la unión de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad como la condición clave de la adopción de las resoluciones sobre la aplicación de medidas de fuerza.
Cada vez se hace más actual el papel de la ONU en la prevención y la regularización de conflictos, en la reconstrucción post conflicto. Sin embargo la eficacia de la ONU aquí depende directamente de la buena fe de los estados miembros en el cumplimiento de los principios estatuarios fundamentales – respeto a la soberanía e integridad territorial de los países, la no intervención en sus asuntos internos, regularización pacífica de las divergencias. Ya he hablado sobre ello. Respecto a eso, una gran preocupación provocan los llamamientos de apostar por los métodos de fuerza unilaterales, hasta evadiendo el Consejo de Seguridad de la ONU.
Claro esta, ningún razonable político ni experto en las relaciones internacionales se pondrá a "desechar" la Organización Mundial. Estas declaraciones provocativas y sin fundamento tienen un único objetivo – desatar las manos a los que querrían hacer la política mundial aplicando sus propios moldes, sin tomar en consideración la opinión de los socios en las relaciones internacionales. Es por eso por lo que el trabajo tranquilo y coordinado de la ONU siendo ésta la mayor plataforma del diálogo es una "vacuna" contra el "virus de anarquía" en las relaciones internacionales.
Pregunta: Las perspectivas de la Unión Aduanera y la Zona de Comercio Libre de los países de la CEI cada vez son más positivas. Hace poco el Presidente de Ucrania Viktor Yanukovich aprobó la resolución sobre la adhesión de su país a la Zona de Comercio Libre. ¿Díganos por favor, cómo ve las relaciones entre Rusia y los países de la CEI respecto al nuevo Concepto de la política exterior de la Federación de Rusia que se está diseñando ahora?
S.V.Lavrov: Ya he tocado el tema de la preparación de la nueva redacción del Concepto de la política exterior de la Federación de Rusia. Contamos con que será un documento de gran capacidad y rico en contenido, que refleje el amplio abanico de los objetivos para promocionar las prioridades claves de la actividad internacional del estado, que se recogen en el Decreto del Presidente V.V.Putin "Sobre las medidas de ejecución del curso de la política exterior de la Federación de Rusia" del 7 de mayo de este año.
Interviniendo en el consejo de los embajadores y representantes permanentes rusos, V.V.Putin ha subrayado la necesidad de fortalecer el trabajo en su línea principal - en las relaciones con los estados de la CEI, incluídos nuestros socios de integración más próximos - participantes de la "troyka" de Rusia, Bielorrusia y Kazajstán, que fundaron la Unión Aduanera y están trabajando sobre el formato del la Comunidad Económica Euroasiática.
La intensificación de la interacción bilateral y la profundización de los procesos de integración en el territorio de la Comunidad es el curso que cuenta con la perspectiva estratégica y refleja las tendencias objetivas de la época de la globalización, incluída la consolidación del papel de uniones regionales. Ha sido y sigue siendo la prioridad incondicional de la política exterior de Rusia.
Últimamente la integración del territorio de la CEI ha cogido una velocidad impresionante. Estamos estudiando su promoción como uno de los más importanes factores para asegurar la estabilidad y el crecimiento económico a escala global.
Nuestros esfuerzos de integración toman una especial importancia en el contexto de los riesgos que se mantienen y que son originados por las manifestaciones de la crisis de la eurozona, problemas en los mercados de EE.UU., China y otros países. El trabajo que está realizando respecto a la eliminación de las barreras en el comercio mútuo, afianzamiento de la circulación libre de mercancías, servicios, capital y mano de obra es una herramienta eficaz de la oposición a la crisis mundial.
Lo principal es que este trabajo proporciona un beneficio económico real, que percibe la población de los países miembros de las uniones de integración. Este rendimiento práctico se manifiesta no sólo en las cifras del crecimiento de PIB y comercio mútuo, aunque son considerables también. Por ejemplo, desde que comenzó el trabajo íntegro de la Unión Aduanera, el intercambio comercial entre Rusia, Bielorrusia y Kazajstán ha aumentado casi en 40%. El resultado directo del funcionamiento de la Unión Aduanera es la creación de nuevos puestos de trabajo, bajada de impuestos, mejoría en las condiciones para desarrollar el negocio, incluso pequeño y mediano, desarrollo del clima de inversiones en nuestros países. Desde el 1 de febrero de este año ha empezado a trabajar la Comisión Económica Euroasiática – órganismo supranacional único permanente de la Unión Aduanera y la Comunidad Económica Euroasiática, que poco a poco irá asumiento nuevas competencias.
Los objetivos y las perspectivas del funcionamiento de la "troyka" están recogidos en la Declaración sobre la Integración Económica Euroasiática, aprobada en la Cumbre del Consejo Supremo Económico Euroasiático el 18 de noviembre de 2011. De acuerdo con esta "hoja de rutas" sus resultados serán llegar antes del 1 de enero a la creación de la Comunidad Económica Euroasiática, formada por tres estados. Lo evualuamos como la prioridad incondicional de nuestro trabajo en el territorio de la CEI y el objetivo clave de nuestra política exterior.
Desde el 20 de septiembre de este año para Rusia, Bielorrusia y Ucrania entrará en vigor el nuevo Convenio de la zona de comercio libre en el marco de la CEI. Estamos seguros de que con su puesta en marcha nuestras relaciones económicas con los estados de la Comunidad recibirán un impulso adicional. Esperamos tener una buena dinámica con Ucrania, que es el socio comercial de Rusia más grande entre los estados de la CEI.
Celebraríamos la adhesión al Convenio de aquellos países de la CEI que por unas u otras razones todavía no lo han hecho. Como es sabido, en conversaciones sobre ello están Azerbaijan, Turkmenistán y Uzbekistán.
Asi, en el territorio de la CEI se están produciendo procesos de integración, distintos según su profundidad y velocidad. Cada uno de los estados está en su derecho de elegir su propio camino, dependiendo de sus intereses. Aquí el papel clave lo tendrán aquellas potenciales preferencias que ofrezca la participación en una u otra unión de integración.
En particular, en aplicación a Ucrania puedo hacer referencia a los resultados del estudio realizado por los expertos ucranianos junto con el Banco Euroasiático de Desarrollo. Se trata de que la integración de Ucrania en la Comunidad Económica Euroasiática podría aumentar su PIB anual en 6-7%.
Pregunta: El nudo de Siria es uno de los casos más alarmántes en la política mundial de hoy. Usted está constantemente en las conversaciones acerca de este tema con los dirigentes de diferentes países. ¿Qué impresión tiene sobre sus maneras de afrontar la regulariación de esta crisi? ¿Están ellos preparados para llegar al compromiso si las posiciones de algunos son tan inconcilables que todavía tiene que pasar el tiempo para que la paz llegue a Siria? Por ejemplo, las declaraciones de la Secretaria de Estado Hillary Clinton en Turquía hasta pueden enterrar el proceso de negociaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU. ¿Qué salida ve de esta complicada situación?
S.V.Lavrov: Desde el mismo inicio de la crisis de Siria la Federación de Rusia constantemente hace declaraciones a favor de la elaboración de estrategias consolidadas y acciones de la comunidad para detener cualquier violencia por todas las partes de conflicto de Siria, para parar el sufrimiento de la población pacífica y crear las condiciones para arrancar el proceso político, que dirijan los propios sirios.
Para eso existe la base política y de dercho de la regularización, acumulada por la comunidad internacional. Se trata de las correspondientes resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, plan pacífico de seis puntos del ex enviado especial de la ONU/Liga Árabe sobre Siria K.Annan, que no pierde su actualidad hoy en día, y el comunicado definitivo del encuentro ministerial del "Grupo de Actuaciones" sobre Siria en Ginebra del 30 de junio.
Sin embargo, lamentablemente, en los últimos tiempos son cada vez más frecuentes las declaraciones de algunos socios occidentales donde quieren dar a entender que están dispuestos a buscar los métodos de solucionar la crisis en Siria fuera de los marcos del Consejo de Seguridad de la ONU. Espero que la declaración de la Secretaria de Estado de EE.UU. H.Clintos hecha el 11 agosto durante su visita a Turquía, al igual que otras declaraciones de este tipo, lleva el carácter un tanto emocional y es la manifestación de los complejos procesos de la política interna. Estoy seguro de que tales pasos como éste tendrían las más destructivas y peligrosas consecuencias tanto para Siria como para la región de Próximo Oriente, y en definitiva – para todo el orden legal moderno mundial.
Anteriormente algunos estados ya intentaban imponer al Consejo de Seguridad de la ONU sus posturas políticas, que descartaban de antemano los resultados del diálogo sirio y se orientaban al cambio del régimen sirio. Eso contradice a las prerrogativas del Consejo de Seguridad y los principios de los Estatutos de ONU de la no intervención en los asuntos internos de estados soberanos. En vez de arrancar el proceso de negociaciones como se dicta en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobadas por unanimidad, los oponentes externos del régimen sirio practicamente han tomado el rumbo para derrocar el régimen. No preven, por lo visto, modificar su postura, aunque precisamente en este enfoque inconciliabe, en la estimulación de la oposición radical están las causas de la continuación de la violencia y sufrimiento del pueblo sirio. No justificamos el régimen sirio, no lo absolvemos de la responsabilidad, pero para detener el derramamiento de sangre hace falta hacer que todos los que están luchando paren las acciones armadas y se sienten en la mesa de negiciaciones. Sobre ello se llegó al acuerdo en el encuentro de Ginebra del 30 de junio, pero luego EE.UU. rechazó aprobar estos acuerdos en el Consejo de Seguridad de la ONU.
De todo esto se deduce que el método de diplomacia política del desbloqueo de la situación siria no convence a algunos de nuestros socios. Ellos prácticamente conducen el asunto a la realización del "modelo libio", apoyando a una de las partes del conflicto y haciendo de esta manera que la oposición rechace cualquier perspectiva del diálogo pacífico con el gobierno actual de la RAS. Creo que es un camino que no lleva a ninguna parte. Nuestro punto de vista lo comparten muchos estados que están concientes del peligro del desarrollo de la situación siguiendo este guion. Lo digo porque últimamente el asunto sirio ocupa uno de los puestos centrales en todas las reuniones internacionales.
La salida de la situación que se presenta sólo hay una – "abalanzarse" sobre todas las partes involucradas en la la lucha para obligarles a sentarse en la mesa de negociaciones para determinar los futuros parámetros de su estado. Todavía hay tiempo para ello. Rusia está preparada para este trabajo.
Pregunta: Otro asunto preocupante es la "intervención humanitaria". ¿Cuál es su evaluación de este término en sí, que ha aparecido hace poco, y también la de los intentos de algunos estados de solucionar con su ayuda determinados problemas en el mundo?
S.V.Lavrov: La intervención humanitaria es un término que contradice a los Estatutos de la ONU. Existe el derecho internacional humanitario que supone un determinado modo de actuación en las situaciones de conflictos armados, recoge normas de tratamiento a los prisioneros, normas del envío de la aydua humanitaria, etc. El término de "ayuda humanitaria" ya no se utiliza por ser "autocomprometedor", y se declina a especular con otro término – "responsabilidad por la protección".
En la Cumbre de 2005 fue organizada una discusión especial, y el documento final de la cumbre contiene un apartado donde se explica que la "responsabilidad por la protección" significa muchas cosas, incluído el envío de la ayuda humanitaria, protección de la propiedad de la población, etc. Al mismo tiempo el documento no dice nada sobre poder utilizar este término para justificar la intervención foránea en los asuntos internos de otro estado.
Repito, sólo las resoluciones, aprobadas basándose en los Estatutos de la ONU, pueden ser legítimas.
Claro, nosotros no podemos garantizar que no se vuelva a producirse la violación grave del derecho internacional, que tuvo lugar cuando bajo un pretexto artificial bombardeaban Yugoslavia y empezaron la guerra en Irak. Los bombardeos de Yugoslavia empezaron cuando en 1999 el dirigente estadounidense de la misión de OSCE declaró que en la aldea Racak "tuvo lugar la masacre". Allí fueron encontrados tres decenas de ciudadanos albaneses muertos. Y sólo después cuando hicieron la correspondiente investigación, resultaron ser los combatientes y no la población pacífica, y no fueron fusilados a quemarropa, como afirmaba el representante de OSCE, sino resultaron muertos en un combate. Lo demostraron todas las pruebas balísticas y patalogoanátomas. No es casualidad que el informe que preparaban los patalogoanátomos finlandeses por encargo de la Unión Europa de inmediato fue escondido "bajo la alfombra" y no se enseñó a nadie.
Pero en aquel momento cuando el ciudadano americano siendo la cabeza de la misión de OSCE declaró que en la aldea de Racak tuvo lugar una masacre, nadie pensó en comprender el asunto, sólo aprovecharon este pretexto y dijeron que "nuestro vaso de la paciencia está colmado y empezamos el bombardéo".
Lo mismo pasó también en Irak, cuando como pretexto se utilizó la afirmación de que los Estados Unidos saben a ciencia cierta que Irak posee armas de destrucción masiva. Es más, estas declaraciones se producían justo cuando las comisiones especiales de la ONU y OIEA, que estudiaban el programas, estaban cerca de sacar la conclusión sobre la ausencia de pruebas que permitieran hablar de la existencia de armas de destrucción masiva.
Así que nadie está a salvo de que las formulaciones difuminadas de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU puedan utilizarse para abusar del mandato, como sucedió en Libia. Entonces acordaron la necesidad de crear una "zona sin vuelos", nosotros estábamos a favor y la "zona sin vuelos" fue declarada. Pero los países de OTAN que se pusieron a llevar a cabo esta resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobrepasaron los marcos de actuaciones necesarias para apatrullar el espacio aéreo con el fin de no permitir los vuelos de la aviación militar del régimen libanés y empezaron a bombardear los objetivos terrestres y participar en la guerra civil tomando la parte de los rebeldes.
Estamos dispuestos a aceptar la resolución sobre Siria. Por alguna razón todos olvidan de que el Consejo de Seguridad de la ONU ya ha aprobado dos resoluciones sobre Siria, también fue acordado el comunicado del "Grupo de Actuaciones", que se reunió el 30 de junio de este año en Ginebra. Hemos propuesto aprobar el comunicado de Ginebra en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero los estadounidenses lo han rechazado por no contener amenazas, evaluaciones unilaterales y sanciones de aplicación al régimen. Allí se recogía el enfoque considerado y equilibrado con objetivo de parar el derramamiento de sangre en la RAS.
Podemos garantizar que nunca infringiremos nuestras obligaciones internacionales. Y los que ya llevan haciéndolo varios años ahora entienden que eso provoca cada vez más irritación en la comunidad mundial. Aunque ello no se manifiesta públicamente, la gran mayoría de los estados no quieren que esta tendencia continúe. Precisamente por eso algunos estados que quieren proceder a la intervención foránea armada en Siria aspiran a "colar" la resolución que contienga la referencia al capítulo VII de los Estatutos de la ONU donde se describen las acciones de imposición respecto a los "países infractores". Pero en este caso, repito, se trata de un conflicto interno, y no hay ninguna razón para intervenir en él tomando el lado de alguna de las partes. Hay que obligar a todas las partes efrentadas a parar urgentemente las acciones militares y sentarse en la mesa de negociaciones.
Estamos trabajando sobre ello con el gobierno sirio que asegura que con el alto de fuego simultáneo y controlado está dispuesto a negociarlo con otras partes del conflicto. Pero la oposión se niega categóricamente a hacerlo, exigiendo de Occidente y de otros países el envío de su contingente para derrocar el régimen en Damasco.
No se trata de que el orden mundial existente y los Estatutos de la ONU no pueden defender el mundo de los incidentes de este tipo, pero cada vez es menos "de moda" acudir a similares acciones. Y la reputación de los que lo aprovechan sufre de ello.
Pregunta: A muchos les interesa el desarrollo de BRICS. Hasta hay discusiones sobre si es una "plataforma de negociaciones" o la "organización mundial" de pleno valor. ¿Cómo evaluaría el lugar y el papel de BRICS hoy en día, y también los de sus participantes socios de Rusia en las cuestiones mundiales?
S.V.Lavrov: Hablando rigurosamente, esta asociación no es – por lo menos por ahora – la organización internacional en el sentido pleno de esta palabra.
Al mismo tiempo celebramos el crecimiento en persepectiva del componente institucional de BRICS, aunque no consideramos necesario forzar este proceso. Rusia, al igual que nuestros socios del "quintento" de BRISC, da una excepcional importantancia a ello, considerando la cooperación en su marco como uno de los ámbitos claves de la política exterior rusia. Nosotros abogamos por que esta asociación poco a poco adquiera el carácter de la cooperación multilateral estratética en una amplia serie de asuntos de la economía y la política mundial. Con eso experamos posicionar BRICS como un nuevo modelo de relaciones globales, que sobrepase los esquemas unidimensionales, como son "Norte – Sur" o "Este – Oeste".
En la cumbre de BRICS en Nueva Delhi (29 de marzo de este año) se aprobó la declaración definitiva compuesta de cinco decenas de puntos y un concreto plan de actuación, lo que demuestra el propósito de los participantes del "quinteto" a actuar juntos en adelante. Lo que se refiere a la aspiración de nuestros socios a mantener de momento el establecido desde el principio carácter informal de comunicación en el marco de BRICS, consideramos como bastante legítimas estas razones. El proceso de institualización no debe avanzar de otra manera que no sea su maduración natural, adecuándose al grado de preparación de sus participantes.
Aquí ya tenemos conseguido mucho. Se ha consolidado la práctica de la celebración anual de las cumbres – la siguiente se prevé para el marzo del año que viene en la República de Sudáfrica. Siguiendo el ejemplo de G-8 y G-20 se ha creado el instituto de SHERP y SU-SHERP. Está funcionando el mecanismo de encuentros regulares de los ministros de asuntos exteriores y los jefes y representantes responsables de una serie de instituciones especializadas. Se ha iniciado la cooperación conjunta científica, ya se están realizando los proyectos en las áreas mediática y politológica, y en otras áreas, por ejemplo, en la de finanzas y bancaria, se ha desplegado la discusión sustancial sobre los métodos y las prioridades de la futura cooperación. En fin, el desarrollo es muy intenso.
Los intereses conjuntos a largo plazo favorecen el acercamiento objetivo de los participantes de BRICS. Estos son el propósito de reformar la anticuada arquitectura financiera y económica del mundo, la fidelidad a los principios y normas del derecho internacional, la no aceptación de la política de fuerza e imposición. Además, está presente la conexión de los problemas comunes de carácter económico y social, y en un cierto grado también la complementación recíproca de nuestras economías nacionales. Los socios de BRICS tienen acumulada una valiosa experiencia de coordinación de acciones en las plataformas internacionales, incluída la ONU, referentes a una serie de grandes problemas internacionales políticas. Consideramos que esta práctica debería continuar y desarrollarse.
Resumiendo, BRICS, que reune bajo sus "banderas" el 30% de la tierra, el 45% de la población del planeta y el 45% del PIB mundial, tiene un gran futuro.
Pregunta: A su punto de vista, ¿son la moral y la política, y precisando, la moral y la política exterior, dos categorías, que, en un principio, pueden coexistir? Parece, que en los últimos años la moral se ha convertido en una cierta rareza en la vida internacional. ¿Cómo lo ve Usted?
S.V.Lavrov: Estoy seguro de que la moral y la política exterior no sólo son conceptos compaginables, sino que van cogidos del brazo. Por lo menos, precisamente de esto partimos en nuestra actividad.
Hoy en día la cuestión de las referencias morales más que nunca es vigente en las relaciones internacionales. Al primer plano claramente salen los retos globales, que amenazan a la misma existencia de la humanidad. Dándose la circunstancia que, según muestran los acontecimientos de los últimas años, estas amenazas tienen la tendencia de intensificación y entrelazado y pueden pasar de una región a la otra. Respectivamente la vida insiste en dictar objetivamente la conformación del orden del día común en los asuntos mundiales. Pero la verdadera unión de los esfuerzos y la consolidación de la confianza apenas son posibles sin establecer la base de valores de las acciones conjuntos en el escenario internacional. En el sentido más amplio se puede decir que las perspectivas del desarrollo estable de nuestra civilización están relacionadas con el hecho de poder apoyarse en el fundamento espiritual y moral de las acciones solidarias de la comunidad mundial.
Es de extrema importancia que los problemas a los que se enfrenta el mundo moderno, se resuelvan a base de la justicia. En cuanto se pierde la moralidad, surge la injusticia, aparecen las ideas que no sólo no contribuyen a la solución del problemas, sino al revés, lo agravan más. La consolidación de la base moral de las relaciones internacionales la vemos como parte de la gran política.
Es evidente la necesidad de trabajar promocionando las normas morales y éticas de las relaciones internacionales que sean universales, aceptables para todo el mundo y su democratización paulatina, evitando los estereotipos ideológicos y "dobles estándares". Las principales religiones mundiales siempre tenían un denominador común de la moralidad, incluídos tales principios como la aspiración hacia la paz y la justicia, honestidad, misericordia, laboriosidad. Los elementos claves de los valores tradicionales - los conceptos de la dignidad, libertad y responsabilidad – se fijaron en la Declaración Mundial de Derechos Humanos de 1948 y el Convenio Europeo para la Protección de Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales de 1950.
El nuevo sistema internacional policéntrico, que se está formando, indispensablemente encarnará toda variedad y riqueza de la imagen de la cultura y la civilización mundial. Y es evidente que Europa tendrá difícil llegar a comprenderse con otras civilizaciones si se olvida de sus raíces cristianos y de las bases de su identidad.
Suponemos que en las condiciones actuales el acento debe recaer sobre el aprendizaje y el respeto más firmes de las normas morales reconocidas. La referencia en esta cuestión es la resolución del Consejo de la ONU sobre los derechos humanos "Promoción de los derechos humanos y las libertades fundamentales mediante un mejor entendimiento de los valores tradicionales de la humanidad". Hay que promocionar con energía y determinación el diálogo entre las religiones y las naciones, lo que está haciendo Rusia. La situación depende mucho del nivel de intensificación del potencial humanitario de la comunidad mundial, de elaboración del programa de actuación que fomente de manera universal el concepto de acercamiento de las culturas y los sistemas de valores apoyados en la base de la supervivencia, desarrollo estable y prosperidad de la humanidad.
Así que la conclución es evidente – la moral en el contexto de la evolución moderna es un concepto muy actual. Sin el reconocimiento de la "ley moral" suprema es difícil contar con el éxito de los esfuerzos para crear el sistema internacional estable, justo y democrático.
Está claro que desgraciadamente el factor de la fuerza armada sigue manteniendo su importancia y no podemos evitar tomarlo en cuenta, pero esta elección no es nuestra. Son oportunas las palabras de Alejandro Nevski (él sabía como conseguir grandes victorias luchando por la tierra rusa): "Dios no está en la fuerza sino en la verdad".
13 de septiembre de 2012