Respuestas del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a las preguntas de la agencia de noticias “Interfax”, Moscú, 10 de abril de 2014
Pregunta: Las relaciones ruso-estadounidenses no están pasando por su mejor momento. EE.UU. ha aminorado el trabajo de la Comisión Presidencial y la cooperación en el ámbito de los servicios de inteligencia. ¿Cómo entiende usted que se desarrollará la situación en adelante? ¿Existe la posibilidad de revertir la tendencia negativa?
Serguéi Lavrov: Si eso dependiera de nosotros y nuestros socios estadounidenses, guiándose por el pragmatismo habitual que caracteriza la política exterior de EE.UU en otros temas también, aceptaran la realidad tal y como es –a la luz de la libre voluntad del pueblo de Crimea, no pasaría nada en absoluto.
Si hablamos de cómo está reaccionando en realidad la Administración de EE.UU., yo diría que lo que hay es confusión y, si me permite decirlo, un deseo de venganza, es decir, una reacción que no se deriva de un profundo análisis de la realidad. Tal vez lo que tenemos sea un reflejo que tiene que ver más bien con el deseo de ciertas fuerzas políticas de EE.UU. de influir en la Administración para despejar cualquier atisbo de duda en cuanto al incuestionable liderazgo de EE.UU. en el mundo, fiel a la idea, incluso al concepto, de que no puede haber en ninguna parte nada que no encaje en los planes de Washington. Una enorme cantidad de hechos indican que los que dentro del Congreso toman una posición claramente anti-rusa persiguen el principal objetivo de minar la posición del Presidente de EE.UU., Barack Obama, personalmente y se preparan para las siguientes elecciones presidenciales. Nosotros observamos todo esto, nos lo tomamos con filosofía y no reaccionamos con ningún ataque de nervios. Soy de la opinión de que el tiempo todo lo pone en su lugar.
Todo el mundo conoce las sanciones que han impuesto a personas físicas rusas y al Banco de Rusia por parte de sus estructuras afiliadas. Paralelamente, a diferentes niveles van introduciendo poco a poco ciertas restricciones en los contactos entre diplomáticos y representantes de departamentos que se dedican a luchar contra el terrorismo y el narcotráfico. Se ha llegado incluso a hacer declaraciones en torno al espacio. Muchas otras áreas están sujetas a escondidas a las restricciones anunciadas. En mi opinión, es un síntoma de que prevalece sobre la sensatez un resentimiento falsamente entendido.
Pregunta: El general Philip M. Breedlove de las fuerzas aéreas de EE.UU. ha anunciado hoy la posibilidad de enviar tropas a los países de la Alianza del este de Europa en conexión con la crisis de Ucrania. Ya están hablando de que tal vez se revise el Acta Fundacional y se renuncie al compromiso de no ubicar de manera permanente tropas en el territorio de los nuevos países de la Alianza.
Serguéi Lavrov: Sabe, se parece a esa especie de pánico que tratan de incitar artificialmente esos mismos países de la Europa oriental que desde el primer momento en que ingresaron en la OTAN mostraban recelos ante imaginarias amenazas provenientes de Rusia. A pesar de que los grandes de la OTAN nos aseguraban que, en cuanto los acogieran en la Alianza, se tranquilizarían, no fue así, y con el evidente estimulo de Washington empezaron a hacer lo imposible para llevar la batuta en esta organización y valerse de la regla de la solidaridad y el consenso de la Alianza Atlántico Norte y la Unión Europea para mantener a la OTAN, en lo que se refiere a sus relaciones con Rusia, en la posición del mínimo común denominador. Dicho mínimo común denominador a menudo ha ido a parar a la tendencia anti-rusa. Es una pena. Al igual que ahora, bajo su presión, la OTAN se ve obligada a revisar la cuestión del despliegue de efectivos y medios en los territorios próximos a Rusia, contraviniendo el Acta Fundacional y los principios de la Declaración de Roma. Si, para satisfacer unos miedos totalmente infundados y las fobias y ambiciones de una minoría de sus países miembros, quieren renunciar a estos documentos, está claro qué fines persigue el procedimiento.
En sus declaraciones públicas, la OTAN se aleja tanto de la realidad y de los intereses legítimos y profundos de las naciones que pertenecen a los Estados de la OTAN, que para mí es realmente increíble. Dar al traste con los cimientos de estabilidad en Europa que se crearon tras la desaparición de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia, que nos ha ayudado hasta hace poco a cooperar de forma eficaz en Afganistán, la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la piratería y que, además, nos ha brindado la oportunidad de colaborar en muchas otras direcciones, no significa otra cosa que, para la OTAN, la ruso-fobia (en este caso impuesta por una minoría, estoy seguro) es más importante que resolver los problemas de los que depende la seguridad de la región euroatlántica y todo el mundo.