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Intervención del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en la 17ª sesión del Consejo de Ministros de la OSCE, Atenas, 1 de diciembre de 2009

1831-01-12-2009

Estimado señor Presidente,

Señoras y señores,

Estimados colegas,

Ha pasado menos de medio año desde nuestro encuentro anterior, también en Grecia. Recordaré que nuestros antecesores se reunían en la OSCE dos veces al año tan sólo dos veces: en 1991 y 1992, cuando Europa vivía un período de cambios.

Y es simbólico, por lo visto, ha llegado la hora de cambios en Europa.

Hay que dar pasos resueltos para superar las líneas divisorias que se mantienen en la Región Euroatlántica y formar espacios comunes reales en los diversos campos. Dicho en otras palabras, hay realizar finalmente el proyecto de la Gran Europa unida que parecía tan cercana inmediatamente después de la caída del Muro de Berlín hace 20 años. Y si no lo hemos hecho hasta la fecha, nos queda culpar únicamente la viabilidad de los prejuicios y la inercia al nivel de pensamiento y política, cuando, si citamos a Alejandro Pushkin, la "costumbre a cambio de la felicidad".

Hoy quisiera llamar la atención a la dimensión político-militar. Es objetivamente básica para todo lo demás. Y a la vez nuestra cooperación en este tramo ha comenzado a rezagares de la colaboración en otras dimensiones de la seguridad. Justamente en este sentido se ha manifestado sobre todo la viabilidad de la herencia del pasado.

En junio del año pasado Dmitri Medvédev, Presidente de Rusia, propuso redactar el Tratado de la seguridad Europea que es capaz de resolver este problema al nivel de "reglas del juego" y mecanismos de su aplicación. Esta iniciativa que concierne a la seguridad "rígida" tiene el carácter unificador y está encaminada a conjugar el potencial de los Estados y de los organismos internacionales para crear el espacio de seguridad igual, realmente indivisible para todos los estados de la Región Euroatlántica. Estamos reconocidos a Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán que apoyaron resueltamente esa iniciativa en la Declaración Conjunta, con Rusia, hecha el 18 de noviembre del año en curso.

Expresamos nuestro reconocimiento también a otros países, politólogos y expertos que participaron con interés en numerosas discusiones dedicadas a la iniciativa rusa que se celebraron en el último año en diversos foros gubernamentales y no gubernamentales.

Basándonos en los resultados de esas discusiones hemos redactado el proyecto de Tratado de la Seguridad Europea que el Presidente Dmitri Medvédev ha enviado a los mandatarios de los Estados en el espacio euroatlántico y a los jefes ejecutivos de los organismos que actúan aquí. Confiamos en que nuestros socios, tras estudiar el proyecto, nos comunicarán su reacción relativa a la esencia del Tratado propuesto.

La necesidad de cambios cardinales en el campo político-militar también se manifiesta en las relaciones ruso-estadounidenses. Nuestros países trabajan activamente para redactar el nuevo Tratado AOE que preverá una reducción sin precedentes de los armamentos estratégicos y debe reflejar el nivel de confianza mutua cualitativamente nuevo.

El entendimiento de los cambios también se siente en la OSCE.

Rendimos homenaje a la presidencia griega por la intuición política y la perspicacia debido al inicio de las Discusiones de Corfú. Su resultado fundamental hoy día consiste en que revelaron la insatisfacción común del estado de cosas en la Región Euroatlántica que ya no puede encubrirse con fórmulas habituales y cómodas que enaltecen los "logros" de la OSCE. Por supuesto, se requerirán esfuerzos y voluntad para traducir esta nueva comprensión al lenguaje de acciones concretas. Sólo nos encontramos al principio del camino. Parece que es irracional anticipar el resultado final del Proceso de Corfú o meterlo en el marco formal desde el punto de vista de la estructuración y el temario. El Proceso de Corfú es valioso por su capacidad de generar una visión objetiva de cosas. Confiamos en que mañana aprobaremos la Declaración de Corfú; las discusiones libres ayudarán inspirar una vida nueva en el trabajo de los órganos titulares de la OSCE, hallar las vías para aumentar la eficacia y capacidad de nuestra Organización y eliminar los serios defectos en la aplicación del criterio universal haciéndolo equilibrado. Estamos convencidos de que la lógica del Proceso de Corfú comprende el objetivo de consumar la estructuración funcional de la OSCE comenzando por la aprobación de su Carta.

A examen del CMAE están presentadas varias iniciativas importantes cuya coautora es Rusia. Damos especial importancia a la aprobación de la Declaración Ministerial dedicada al 65º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Debemos recordar las lecciones de aquella tragedia sin admitir que se abandone los principios de la estructura posbélica del mundo y de Europa refrendados en la Carta de la a ONU y el Acta Final de Helsinki.

También creemos que es necesario iniciar el proceso de modernización del Documento de Viena sobre las medidas de confianza y seguridad en materia militar que desde el principio fue ideado como un instrumento "vivo" pero no se ha renovado desde 1999. Hemos propuesto realizar asimismo un examen profundizado de los demás instrumentos de la OSCE con fones de determinar cómo se adapta a la realidad, y redactar el nuevo Programa de Acciones en materia de medidas de confianza y control de armamentos. Lo dicho se refiere en plena medida al Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa. Lamentamos que durante los últimos dos años no nos dedicábamos a la búsqueda de la salida de la crisis. Hasta la fecha no tenemos respuesta a nuestras proposiciones del 5 de mayo de este año sobre los pasos a dar basándose en el proyecto ruso-estadounidense de "solución en paquete". Llamamos otra vez a que los socios pasen a trabajar intensamente para restablecer la viabilidad del TFACE utilizando todos los canales, incluido el Grupo Consultivo Conjunto en Viena.

A la par con la creación de una red sólida de coordenadas político-militares, se requiere dar pasos resueltos en materia de prevención y arreglo de los conflictos. Rusia propone comenzar por acordar en la plataforma de la OSCE los principios únicos de arreglo de las crisis a seguir por todos los países y organismos internacionales que actúan en la Región Euroatlántica. Únicamente sobre esta base podremos sacar fuera de paréntesis de las "opciones aceptables" los escenarios de fuerza similares a la aventura de Tiflis en agosto del año pasado.

La OSCE debe aunar más resueltamente los esfuerzos en la lucha contra las amenazas y retos transnacionales, incluidos el terrorismo y la delincuencia organizada. Rusia y EE.UU. son coautores del proyecto de Resolución Ministerial sobre el particular.

La circulación ilícita de drogas amenaza cada vez más la seguridad del individuo, sociedad y Estado. Los informes anuales de la ONU publican estadísticas cada vez más deprimentes de la escala de la producción de opiatos afganos. De conformidad con la resolución del CMAE de la OSCE en Madrid nuestra Organización está llamada a aportar a la prestación de la asistencia a los socios afganos realizando proyectos, tales como el refuerzo de las fronteras de los países centroasiáticos con Afganistán y la formación de narcopolicías afganos sobre la base de los centros docentes de los países de la OSCE, Rusia inclusive. Señalaré especialmente el objetivo de cortar los suministros de precursores cuya gran parte llega a Afganistán desde Europa. Se requieren asimismo acciones decididas para combatir los estupefacientes artificiales que se producen y se consumen en la zona de la OSCE.

Rusia se pronuncia por fomentar la dimensión económica y ecológica de la actuación de la OSCE. Puede encontrar su nicho si conmensura sus planes con las posibilidades reales sin duplicar el trabajo de las instituciones pertinentes. Dicho en otras palabras, hace falta orientarse a resultados concretos que proporcionan un valor agregado, aunque sea modesto. A este respecto valoramos positivamente los resultados del Foro Económico de la OSCE dedicado al tema de migración. Respaldamos asimismo el temario de transporte del Foro Económico del año que viene, propuesto por Kazajistán.

La dimensión humana es parte integrante del concepto de la seguridad. Rusia se pronuncia por que la seguridad del individuo siga estando en el centro de la atención de parte de la OSCE. Pero estamos en contra de que esa dimensión de la OSCE como si se desarrollara en el vacío, sin considerar la actuación de otros organismos internacionales. Todos los países de la OSCE son miembros de la ONU y de su Consejo de derechos humanos; la mayoría absoluta de los participantes de la OSCE son miembros del Consejo de Europa donde rige un sistema ramificado de instrumentos legales internacionales con mecanismos precisos y reglas acordadas del control e informes. La OSCE no debe intentar sustituir todo. Sería mejor si prestara apoyo a los Estados en los sectores donde lo necesitan y piden asistencia. Justamente así deben estructurar su actuación las instituciones de la OSCE de acuerdo con las resoluciones tomadas anteriormente en materia de dimensión humana.

Otro aspecto importante: no se puede admitir un enfoque selectivo de esas decisiones. En la Carta de París para Nueva Europa cuyo 25º aniversario celebramos el año que viene están proclamadas la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de convicciones, la liberad de asociaciones, la libertad de expresión y la libertad de desplazamiento. Mientras que en lo que respecta a las primeras tres libertades, en la OSCE se trabaja y se sigue activamente, los compromisos relativos a la libertad de desplazamiento y la facilitación de los regímenes de visados no se cumplen. Recordaré que esos compromisos están fijados en el Acta Final de Helsinki (1975), el Documento de Viena (1989), el Documento de Copenhague (1990), la Carta de París (1990), el Documento de Budapest (1994) y el Concepto de Fronteras de la OSCE (2005). Lamentablemente, hay países que no facilitan los procedimientos de visados sino que los encrudecen. Y los derechos de visados a veces superan el salario mensual promedio en algunos países de la OSCE.

Es el régimen sin visados el que es capaz de garantizar aproximación a Gran Europa en que los naturales de nuestros países se sentirían europeos.

Rusia, junto con Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán, presentó el proyecto de resolución del CMAE de la libertad de desplazamiento. Proponemos reanimar el diálogo sobre el particular y encomendar a Oficina de Instituciones Democráticas y de Derechos Humanos realizar el seguimiento de la situación de visados en los países de la OSCE.

Finalmente, en las discusiones dedicadas a los derechos humanos importa tomar en consideración que éstas se basan en valores humanos tradicionales, la diversidad cultural y civilizacional que se debe respetar incondicionalmente.

El año que viene será significativo para la OSCE. Se celebrarán varios aniversarios históricos. Hace 65 años terminó la Segunda Guerra Mundial. Más de la mitad de sus víctimas (27 millones de personas) eran naturales de la Unión Soviética. Hace 65 años por primera, y espero que la última vez en la historia se hizo uso del arma atómica. Hace 35 años en Helsinki fue firmada el acta Final de la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Hace 20 años fue aprobada la Carta de París para Nueva Europa.

Deseamos que Kazajistán, en calidad de presidente de la OSCE en 2010, tenga éxitos. Estamos dispuestos a contribuir al trabajo productivo de la Organización en el período venidero. Apoyamos la iniciativa de Astana a convocar la Cumbre.

Concluyendo quiero volver a agradecer la residencia griega su hospitalidad al celebrar en su tierra de dos reuniones ministeriales de la OSCE y la iniciativa del Proceso de Corfú que consideramos muy prometedora.

1 de diciembre de 2009


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