Восточная Республика Уругвай
Entrevista del Embajador de Rusia en Uruguay Nikolay Sofinskiy para Sputnik Mundo dedicada al Día de la Diplomacia, 7 de febrero de 2020
¿Por qué se celebra en esta fecha el Día de los Diplomáticos?
La fecha se remonta a los tiempos de la formación del estado ruso, uno de cuyos primeros pasos de política exterior fue el envío de una misión diplomática rusa a Constantinopla en el año 838 y la apertura de una embajada rusa en el Reino de los francos en 839.
El tratado sellado en 860 con el Imperio Bizantino "Sobre la paz y el amor" se considera el acta de reconocimiento de la antigua Rusia como sujeto de relaciones internacionales. La fecha del 10 de febrero señala la primera vez que se menciona el Departamento de Embajadas, el precursor de la Cancillería de Rusia, creado por Iván IV de Rusia llamado Iván el Terrible en 1549.
Desde entonces la diplomacia rusa ha acumulado gran experiencia en la resolución de las cuestiones más complejas del desarrollo mundial, nivelación de contradicciones internacionales agudas, elaboración de mecanismos regulatorios globales y regionales, al servicio de los intereses de la paz y cooperación entre pueblos.
Las palabras del canciller del Imperio Ruso Alexander Gorchakov son una especie de credo, que reflejan la quintaesencia de la diplomacia rusa: "No existen intereses tan diversos que no se puedan conciliar, trabajando celosamente en el espíritu de la justicia y la moderación".
¿Cómo ve el rol de la diplomacia rusa en el mundo actual?
El mundo actual está atravesando cambios profundos y se hace más complejo y multidimensional. Se está formando un nuevo sistema policéntrico. Los problemas aumentan. Hay claros indicios de controversias entre civilizaciones y naciones, crecen las turbulencias en determinadas regiones del mundo y persisten los intentos de solucionar los problemas aplicando fuerza.
Una vez más, como ha pasado en diversas ocasiones, se hace necesario conservar la paz y la estabilidad global, lo cual se dificulta por el estrechamiento constante de las vías de interacción entre las principales potencias.
Se ven amenazados los instrumentos jurídicos internacionales esenciales para garantizar la estabilidad estratégica, así como el sistema del control de armas.
Se abandona el principio de resolución de discrepancias mediante un diálogo pragmático y equitativo para favorecer las aspiraciones de algunos de los actores de las relaciones internacionales de imponer su voluntad mediante presión abierta, de reemplazar las normas universales internacionales establecidas por reglas coyunturales y artificiales.
A nivel regional se manifiestan riesgos cada vez más explosivos, que tienen gran posibilidad de provocar escenarios violentos. No disminuye la vigencia de la necesidad de combatir los nuevos retos, incluyendo el terrorismo, el narcotráfico, el crimen organizado, la seguridad informática y la ciberdelincuencia y el cambio climático.
En estas condiciones crece significativamente la responsabilidad de cada Estado por la suerte del planeta. Esto aumenta el rol de la diplomacia, así como de quienes eligieron esta profesión.
En tales circunstancias Rusia pone como objetivo a su servicio diplomático la tarea de movilizar a la sociedad mundial para luchar de manera eficaz por un futuro en paz y la organización de una cooperación abarcativa para resolver juntos los problemas globales.
¿Cómo valora el papel de América Latina y de Uruguay en este escenario?
Consideramos que América Latina y el Caribe tienen un papel clave en este proceso como un factor que ejerce una influencia importante sobre los procesos globales. Anotamos con satisfacción la receptividad de los socios latinoamericanos a las iniciativas rusas en materia de política exterior, destacando el desarrollo general progresivo de nuestra interacción.
Valoramos la cooperación y asociación establecidas en 162 años de relaciones diplomáticas entre Rusia y Uruguay. Los enfoques de nuestros países hacia los problemas de actualidad son similares y en muchos casos coinciden. Se basan en el respeto del derecho internacional, el balance de intereses, la primacía de la ONU y de su Consejo de Seguridad en la formación de mecanismos para garantizar el orden mundial.
Nuestras relaciones bilaterales siempre se destacaron por confianza, comprensión mutua, actitud atenta a las preocupaciones de cada uno. Esperamos que mantengan la continuidad constructiva con el Gobierno entrante y se desarrollen aún más de forma pragmática en las esferas económica, comercial, de inversiones y cultural. La diplomacia rusa está plenamente enfocada a esto. Esperamos lo mismo de la parte uruguaya.