Соединенные Штаты Америки (США)
Intervención del Delegado de MAE de Rusia para los Asuntos de Derechos Humanos, Democracia y Supremacía del Derecho K.K.Dolgov en el proceso de las audiencias parlamentarias en la Duma Estatal de la Asamblea Federal de la Federación de Rusia del tema “Sobre los problemas del cumplimiento de los derechos humanos por los Estados Unidos de América” 22 de octubre de 2012
Estimado Alexey Konstantinovich,
Estimados diputados y participantes de las audiencias,
Serguei Alekseevich ha explicado con detalles la importancia de las audiencias de hoy. A pesar de la aspiración tradicional de Washington de jugar el papel del líder global en el asunto de la defensa de los derechos humanos y los valores democráticos, la situación en esta esfera en los mismos EE.UU. sigue siendo desafortunada. Lo certifica el Informe que preparó y les ha presentado el MAE de Rusia sobre la situación respecto al afianzamiento de los derechos humanos en los Estados Unidos de América.
En este documento, basado en los hechos comprobados de las fuentes autorizadas internacionales y nacionales, se recoge una amplia información sobre los hechos de los problemas múltiples, incluso sistemáticos, a los que se enfrenta la sociedad americana en la esfera del cumplimiento de los derechos humanos.
Entre los retos más graves que se presentan ante los EE.UU. está la creciente desigualdad social, discriminación según el indicio racial, ético y religioso, práctica de la prisión con plazos indefinidos de los presos sin que se les presentan las acusaciones, discrecionalidad de la justicia, cárceles que funcionan fuera del ámbito legal, utilización de torturas, intervención de las administraciones estatales en el proceso judicial, problemas del sistema penitenciario, detrimento de la libertad de expresión, censura en el internet, corrupción prácticamente legalizada, limitación de los derechos electorales de los ciudadanos, intolerancia según el indicio de raza y nacionalidad, infracción de los derechos de los menores, aplicación extraterritorial de la legislación americana que provoca las infracciones de los derechos humanos en otros países, secuestros, seguimiento de los disidentes, utilización de la fuerza desproporcionada en contra de los manifestantes pacíficos, utilización de la pena de muerte respecto a los menores y los discapacitados mentales.
Pararé a explicar con detalles algunos momentos.
Como ya se ha señalado, los EE.UU. no participan de la manera plenipotente en una serie de los acuerdos básicos internacionales en el área de la defensa de los derechos humanos, que prevén los mecanismos de control. En el informe del MAE de Rusia se expone un amplio listado de los documentos a los que deberían unirse los EE.UU. Además, aun asumiendo las responsabilidades internacionales en la esfera de los derechos humanos, Washington con frecuencia condiciona su cumplimiento con una multitud de excepciones. Desde el punto de vista de la universalidad del concepto internacional de los derechos humanos esto es inadmisible.
En EE.UU. se muestra una tendencia peligrosa del refuerzo de las posturas racistas y xenófobas. Los organismos del orden público americanos fijan el constante crecimiento de número de las agrupaciones extremistas y los crímenes cometidos a razón de la intolerancia racial, religiosa y nacional.
Los mismos empleados de los organismos americanos del orden público con cierta regularidad resultan implicados en la actividad criminal. Así, según los datos de las organizaciones no gubernamentales americanas, aproximadamente un policía de cien está implicado en los abusos criminales. Ya son habituales las comunicaciones de los abusos sexuales, acciones pervertidas, violaciones por parte de los policías, incluso respecto a los menores. Hay casos cuando las acciones ilegales de los policías provocaban el fallecimiento. Sólo alrededor del 30 por ciento de los policías al final son sentenciados por las acciones cometidas. Se presentan múltiples reclamaciones por parte de los participantes de los movimientos de protesta contra la desigualdad social referentes a la utilización de la fuerza por parte de los policías.
Se observa la situación desfavorable en la esfera de migración. Cada año en EE.UU. se ven detrás de las rejas cerca de 400 mil migrantes y víctimas de trata de personas. Actualmente de los padres de 4,5 millones de los niños americanos, uno, por los menos, se encuentra en EE.UU. con el estatus ilegal. Hay casos de coacción a los migrantes para que trabajen 16-24 horas diarias. Además, se convierten en las víctimas del abuso sexual.
Una de las esferas problemáticas es el afianzamiento de los derechos sociales de los ciudadanos de EE.UU. En el país hay 12,8 millones de desempleados, 40 millones de personas no disponen del seguro médico, 14,5 de las familias pasan hambre. Atrae la atención el bajo nivel de la calidad de vida de la población autóctona, existen unos claros indicios de la segregación económica. A pesar de las declaraciones proclamadas, entre los países desarrollados EE.UU. poseen el sistema más flojo de la defensa de los derechos de los trabajadores, incluso respecto a la actividad de los sindicatos y conclusión de los convenios colectivos.
Los defensores de derechos y los expertos juristas ya hace tiempo hablan de los graves defectos del sistema electoral americano. Así, la institución de los colegios electorales supone que los votos de la población de algunos estados tienen más peso que los de otros. De acuerdo con los cálculos más "optimistas", cerca de 6 millones de los estadounidenses están privados del derecho electoral por presentar antecedentes penales. Por ejemplo, entre los presos que se encuentran en los centros de la privación de libertad, tiene derecho a voto sólo los que se encuentran en dos estados - Maine y Vermont. Al mismo tiempo treinta estados están negando el derecho a voto a los que tienen la condena condicional, y los que están en libertad condicional no pueden votar en treinta cinco estados. En once estados están privados de los derechos electorales hasta los que hayan cumplido la totalidad de su condena. Así, en Alabama, Florida, Kentucky, Misisipi, Tennessee y Virginia no tiene acceso a las elecciones más de 7 % de la población adulta.
El 25 por ciento de los estadounidenses votarán en las futuras elecciones presidenciales mediante los dispositivos electrónicos para la lectura de los votos. En más de la mitad de los casos los votantes no sabrán qué aparato es el que habrá aceptado su voto. Además, según la mayoría de los expertos, los dispositivos electrónicos que se utiliza en los EE.UU. no tienen la protección necesaria contra las manipulaciones externas.
Hace tiempo que se observan las tendencias negativas en el área del afianzamiento de las libertades de los medios de comunicación. Las organizaciones internacionales de autoridad, que se ocupan de esta problemática, fijan que en 2012 la situación ha empeorado aun más. En particular, atraen la atención las medidas injustificadamente duras emprendidas por la policía americana contra los periodistas, que cubrían las manifestaciones de protesta, indeseables por la administración de EE.UU. La comunidad americana de los periodistas está preocupada por el endurecimiento de la legislación en el área de los medios de comunicación y detrimento de sus derechos. No son raros los casos cuando los periodistas de EE.UU. pierden el trabajo por sus opiniones "políticamente incorrectas".
A pesar de las sonadas declaraciones por la libertad del Internet y contra la censura del contenido de las web, la administración americana ejerce la presión sobre las compañías de internet. En el período desde el julio hasta el diciembre de 2011 las estructuras estatales enviaron a la compañía americana "Google" el doble de las solicitudes en comparación del período similar del año 2010 exigiendo eliminar el contenido de unos u otros sitios web. La cantidad de los correos electrónicos vigilados por los servicios especiales de EE.UU. en el período desde 2004 hasta 2007 aumentó en 3 mil por ciento.
La legislación actual de EE.UU. en realidad está permitiendo al servicio de inteligencia ejecutar la intercepción de todas las comunicaciones electrónicas de los extranjeros y los americanos sin la sentencia judicial. Durante el año 2011 los órganos del orden público americanos presentaron más de 1,3 millones de solicitudes de revelar la información sobre las llamadas telefónicas de la red móvil. Son especialmente vulnerables los derechos de los ciudadanos extranjeros que pueden convertirse en los objetos del seguimiento electrónico aun no teniendo razones para sospechar que estén implicados en la actividad criminal. Provoca una seria preocupación las declaraciones respecto al crecimiento en progresión geométrica de las bases de datos de la FBI con las muestras de ADN.
Es abrumadora la situación con la pena de muerte en los EE.UU. Sigue siendo permitida y se practica en 33 estados. Más de 3 mil presos, de los cuales 62 son mujeres están esperando la ejecución de la sentencia de muerte. Desde 1976 hasta 2005 en EE.UU. fueron ejecutados 22 menores. Según las evaluaciones de los defensores americanos de los derechos, de 5 a 10 por ciento de todos los condenados en EE.UU. a la pena capital sufren trastornos psíquicos graves. En los pronunciamientos la sentencia con la pena de muerte están fijados los indicios de la discriminación racial.
EE.UU. sigue siendo un país con la población carcelera más grande del mundo – detrás de las rejas se encuentran más de 2 millones de personas. Más de 60 por ciento de los presos americanos son los representantes de las menorías raciales y étnicas. Se observa el crecimiento estable de las personas con la cadena perpetua – sólo en 2008 fueron 140,6 mil personas. Con eso, de los 7 mil menores con condenas perpetuas 2,5 mil están privados del derecho a la amnistía.
En algunos estados uno de cada 20 presos está en las condiciones del aislamiento extremos - en las celdas solitarias. En muchas otras cárceles no se cumplen hasta los mínimos estándares del internamiento de los presos. Son de carácter regular y masivo (hasta 2 millones de víctimas en el período desde 2003 hasta hoy) los abusos de los presos, incluso sexuales, por parte del personal de las prisiones.
Por supuesto, prestamos una atención prioritaria a las infracciones en EE.UU. de los derechos de los ciudadanos rusos, incluidos los prisioneros americanos ciudadanos rusos Viktor But y Konstantin Yaroshenko. Las sentencias de acusación respecto al uno y al otro son evidentemente fabricadas, no son objetivas y son políticamente motivadas. Con eso a nuestros ciudadanos los condenaron no por las acciones concretas, sino, desde el punto de vista de la "justicia" americana, por mala intención. Recordemos que la empresa-receptora de la entidad de seguridad de triste fama "Blackwater" reconoció de manera oficial los suministros ilegales de las armas a Irak, Afganistán y Sudán, y, sin embargo, por alguna razón, sigue fuera de los marcos del procesamiento judicial.
Seguimos intentando conseguir por todos los medios disponibles político-diplomáticos y legales la devolución de V.A.But y K.B.Yaroshenko a su patria. Tenemos una sólida intención de utilizar para ello todas las herramientas del derecho internacional y contamos con la reacción adecuada por parte de nuestros colegas americanos.
Partimos de hecho de que en Washington tomarán con responsabilidad los acuerdos vigentes ruso-americanos, tales como, por ejemplo, el Convenio Consular de 1964, donde de manera clara se establecen los algoritmos de la resolución de distintas situaciones problemáticas.
Otro ciudadano ruso más, Yuriy Mijel, condenado en 2007 a la pena de muerte, a lo largo de muchos años se encuentra en la celda solitaria sin ventanas, tiene prohibidos los paseos y la comunicación con otros presos. Insistiremos en conseguir de la parte americana el cumplimiento pertinente de los derechos legales y de los intereses de los ciudadanos rusos en las prisiones, el cumplimiento por parte de los EE.UU. de sus obligaciones internacionales asumidas.
Tenemos presentes las tristes consecuencias de la actividad democratizadora de EE.UU. en Afganistán e Irak.
Según los datos disponibles, para el agosto de 2012 el conflicto en Irak se llevó las vidas de hasta 117 mil ciudadanos civiles, de los cuales aproximadamente 15 mil fueron matados por las fuerzas de la coalición internacional encabezada por EE.UU. (con más frecuencia, como resultado de los ataques aéreos y la utilización de los vehículos aéreos no tripulados). En Afganistán desde el principio de la operación "Libertad Duradera" murieron 17 mil personas civiles. Continúa la práctica de la exterminación (y según la opinión de los defensores de los derechos - de las ejecuciones sin juicio) de las personas, sospechadas en el terrorismo con ayuda de los vehículos aéreos no tripulados. Como resultado de tales ataques "puntuales" en Pakistán murieron cerca de 900 personas pacíficas (de los cuales 175 son menores), en Yemen – 150 (una quinta parte son niños), en Somalia – alrededor de 60 personas civiles. Son constantes los casos de maltratos y actitud inhumana hacia las personas por parte de los militares americanos, fusilamientos de las mujeres embarazadas y niños, mutilaciones y desarticulación de los cuerpos de los matados. Lo que es característico es que sólo en los casos más escandalosos a los culpables se les exige la responsabilidad criminal.
Sigue sin resolverse el problema de las prisiones secretas de la CIA ubicadas en el territorio de Polonia, Afganistán, Irak, Tailandia, Marruecos, Yibuti, Rumanía y Lituania. Sus presos fueron víctimas de secuestros, y en las mismas prisiones se practicaba ampliamente la metodología de torturas. Estando junto a las autoridades de los EE.UU., las personas responsables de estos crímenes están todavía huyendo la responsabilidad y bloqueando las denuncias de los presos de las cárceles especiales.
La prisión especial de Guantánamo, a pesar de los múltiples llamamientos de los defensores de derechos, todavía está funcionando. Allí se encuentra decenas de presos, la mayoría de los cuales lleva años en la cárcel con la infracción del derecho internacional - con plazo indeterminado y sin presentar acusaciones. Las "justificaciones " de la culpa de los presos, presentadas por la administración de EE.UU., se consideran confiables, aun si estuvieran basados en los rumores y pruebas circunstanciales. La legislación aprobada hace poco en EE.UU. certifica la falta de la intención de la administración de EE.UU. de resolver este problema.
Es especialmente alarmante la situación con el cumplimiento en EE.UU. de los derechos de los menores. Cientos de miles de los niños en EE.UU. sufren maltratos que con frecuencia terminan por el fallecimiento. En 19 estados la legislación permite la práctica de los castigos físicos. Existen los centros educativos donde a los niños "curan" y "educan" con choque eléctrico, privación de la comida e inhalación forzosa de amoníaco.
Como ya han señalado P.A.Astajov y S.A.Riabkov, continúa siendo muy grave el problema de la violencia respecto a los niños adoptados de Rusia. Con eso es sorprendente la postura pasiva de las instituciones especializadas americanas. Está en los oídos de todos los casos escandalosos de ilegalidad, cuando los asesinos de nuestros niños fueron liberados directamente en la sala de la audiencia judicial.
Aparecen con regularidad nuevas informaciones sobre los abusos respecto a los menores rusos, adoptados en EE.UU. Así, Maksim Babaev sufrió abusos en la familia americana en Florida, y a Denis de 3 años de la región de Vorónezh le dejó su madre adoptiva en Massachusetts. En el caso de Maksim, sus padres adoptivos fueron detenidos el año pasado en el Condado de Brevard (estado de Florida) por la sospecha del abuso del niño, pero el juzgado no sólo no los encontró culpables, sino que el año pasado ha cerrado este caso.
Con eso hemos prestado atención a los comunicados de prensa sobre que el juzgado de la ciudad Dallas del estado Texas condenó a la vecina de esta ciudad E.Escalona a 99 años de prisión por el maltrato de su propia hija por el cual la niña necesitó los cuidados intensivos médicos. Esta sentencia demuestra que la justicia en EE.UU. puede ser dura al máximo en los casos de maltrato de menores. Por lo menos cuando se trata de los niños americanos. En este contexto es inexplicable la indulgencia que muestran los juzgados americanos respecto a los padres adoptivos de los niños rusos, imponiéndoles un castigo demasiado leve, que no se corresponde con la gravedad de los hechos cometidos.
Consideramos que en la justicia no puede haber doble moral. Esperamos que el sistema judicial de EE.UU. no vaya a dividir a los niños en los "suyos" y "ajenos", castigando con toda la dureza cualquier atentado a la vida y la salud de los pequeños ciudadanos rusos.
Nos dicen los colegas americanos que la situación de los niños adoptados "en general, es favorable", y los problemas, dicen, llevan un carácter ocasional. Este planteamiento de la cuestión es inadmisible. Aunque sea un caso es mucho.
Partimos del hecho de que los acuerdos ruso-americanos, en particular, el Tratado de Cooperación en la Esfera de la Adopción Internacional que entra en vigor, ofrece las herramientas necesarias para excluir los incidentes similares. Es importante que las autoridades de EE.UU. aseguren el cumplimiento exacto y completo del Tratado con el objetivo de garantizar de manera eficaz los derechos y los intereses de los niños adoptados rusos. Contamos con que la institución de política exterior americana activará sus esfuerzos para hacer efectivo este documento.
Los derechos humanos, junto con la seguridad y el desarrollo, es uno de los pilares del orden mundial contemporáneo. La Federación de Rusia apoya de manera consecuente tales principios como el diálogo igualitario, rechazo a la doble moral, igual atención a todas las categorías de los derechos humanos, mejora de la comprensión mutua entre civilizaciones, culturas y religiones basada en los valores comunes de los derechos humanos, tomando en consideración las particularidades únicas nacionales y regionales.
Volvemos a señalar que los intentos de dividir los estados en "malos" y "buenos", en "alumnos" y "examinadores" son peligrosos y nos llevan hacia atrás en su desarrollo. No nos proponemos a hacerlo. Esperamos de los socios su disposición para realizar un análisis sensato y objetivo del estado de la situación, el reconocimiento de los defectos existentes, y, lo más importante, la orientación para la cooperación para buscar realmente las soluciones y las salidas.
El informe, preparado por el MAE de Rusia, no es un medio para criticar por criticar. Confirmamos nuestro apoyo a la consolidación de las relaciones de la cooperación honesta y abierta. Estamos dispuestos para trabajar guiándonos por los principios de la supremacía de ley, igualdad y respeto mutuo.
Y por último. Los representantes americanos a veces nos dicen que reconocen los problemas con los derechos humanos en EE.UU. No está mal reconocerlos. Pero lo más importantes es emprender los pasos concretos para subsanar la situación, desarrollar la cooperación constructiva con otros países, despidiéndose de las tradiciones viciosas de ideología mentora.
Gracias por su atención.
23 de octubre de 2012