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Discurso y respuestas a preguntas ofrecidas por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ante los estudiantes y el personal docente de la Universidad Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO) con motivo del inicio del año académico, Moscú, 1 de septiembre de 2020

Estimado señor Torkunov,

Estimado señor Yakovenko,

Según la tradición, nos encontramos aquí cada 1 de septiembre. Damos inicio a un nuevo año académico. Naturalmente, felicitamos especialmente a los estudiantes de primer año quienes ingresaron en la Universidad tras pasar una competición muy seria, de que el rector Anatoli Torkunov acaba de decir. La Universidad MGIMO confirma su reputación anualmente. La competición aquí es la más seria en Rusia y la calidad de los que engrosan las filas de los estudiantes siempre suscitan un gran respeto y admiración.

Este año, a pesar del coronavirus, la campaña de admisión pasó bien. Observamos cómo todos los procedimientos necesarios se realizaron online y en otros formatos. Anatoli Torkunov acaba de mencionar los resultados que impresionan.

Hace varios días, Anatoli Torkunov celebró su nuevo aniversario. Fue especialmente agradable que aquel día se dijera mucho sobre las tradiciones de la MGIMO, nuestra historia, las personas que trabajan y estudian aquí. Por eso no es necesario hablar mucho sobre nuestra Universidad. Quisiera felicitar de nuevo a Anatoli Torkunov por su aniversario magnífico. Como se sabe, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, promulgó un Decreto de condecoración al rector de la MGIMO, Anatoli Torkunov, con la Orden "al Mérito por la Patria" de segundo grado. Creo que en esto se manifiesta simbólicamente no sólo el reconocimiento de sus méritos personales sino los méritos en lo que se refiere a la actividad de la Universidad.

Anatoli Torkunov dijo que lo más importante para la Universidad es tal empleador como la MAE de Rusia. Mientras, en cuanto a los datos estadísticos, sólo una pequeña parte de los graduados llega a trabajar al MAE de Rusia anualmente. Esta parte puede incluir decenas de personas, a veces esta cifra se aproxima a centenas de personas. Muchas más personas van a trabajar a otras entidades: departamentos gubernamentales, el sector de negocios, el periodismo. La educación es rica y ofrece la posibilidad de elegir una profesión que gusta. Diré de nuevo que la calidad de esta educación garantiza que se podrá conseguir muchos éxitos en cualquier actividad elegida.

Como se sabe, nosotros elegimos la diplomacia en el período cuando fue más fácil elegir. Creo que hubo menos tentaciones en comparación con el número de facultades que funcionan en la MGIMO actualmente. Tuvimos cuatro facultades. Elegimos la diplomacia, por eso hablo anualmente sobre la diplomacia aquí. En vista de que ingresasteis en la Universidad de relaciones internacionales, no quiero contar mucho sobre la situación en el mundo. Si estáis aquí, entonces seguís esta situación, os interesáis por ésta.

Diré en breve que no es el primer año cuando la situación en el mundo se caracteriza por la transición a un orden más democrático y justo, orden multilateral que tendrá que tener en cuenta en mayor medida los cambios pasados en el mundo en las últimas décadas. Estos cambios consisten, ante todo, en que todos los problemas se hacen transfronterizos y afectan a todos los países de forma igual. Los problemas se hacen tales que ningún país es capaz de evitarlos. El coronavirus lo confirma, entre otras cosas, sin hablar del terrorismo internacional, el tráfico de drogas, otras formas del crimen organizado, los problemas climáticos, etc.

Otro problema que afrontamos hoy es la falta de deseo de muchos países, ante todo, varios Estados occidentales encabezados por EEUU de reconocer la realidad objetiva de la formación en nuestro mundo de un nuevo sistema de relaciones, cuando aparecieron nuevos centros de la fuerza. China y la India: es suficiente mencionar estos dos países como locomotoras del crecimiento económico. Y la región de Asia Pacífico, en general, es el que crece más rápidamente. Tras la aparición del poder económico, llega el poder financiero y naturalmente la influencia política. Los intentos de desestimar esta realidad, impedir a que se formen tales relaciones que respeten plenamente estos nuevos avances de muchos países del mundo son poco perspicaces y peligrosos, creo yo. ¿Qué pasa? Nuestros colegas occidentales que durante casi 500 años dieron tono en los asuntos internacionales, controlaron la economía a través de las colonias conquistadas garantizando una vida rica y un funcionamiento lujoso de sus élites debido a la exportación de los recursos naturales de las colonias. Naturalmente, mucho sucedió durante estos 500 años. Hasta después de que el sistema colonial se destruyó, las relaciones entre el "maestro" y el "alumno", el "dueño" y el "asistente" influyeron sobre la mentalidad de los políticos occidentales. Ellos hasta hoy renuncian a reconocer que es necesario tratar con los demás conforme al principio de igualdad, reconocer la realidad multipolar y policéntrica. Ya no tratan de recurrir a los mecanismos de dominio económico creados por ellos para mantener su posición dominante sino usan métodos arbitrarios: sanciones, una intervención directa y muchos otros métodos que observamos casi diariamente aplicarse en relación con muchos Estados.

Donde no se logra obligar a obedecer a un país u otro, se crea lo que se llama un "espacio de caos" que preferirían ver como un caos controlado. La vida muestra que es imposible controlar el caos. Esto se inició ya en 1999, en la antigua Yugoslavia, posteriormente esto se realizó en Irak, Libia, Siria y otros países de Oriente Próximo. Todos saben un ejemplo triste de lo que se realizó en Ucrania. Ahora nuestros vecinos bielorrusos viven tiempos difíciles. Expresamos claramente nuestra postura. El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, dijo abiertamente de eso. Vamos a guiarnos por el Derecho Internacional, los compromisos que existen entre la Federación de Rusia y la República de Bielorrusia. Naturalmente, quisiéramos que los bielorrusos tuviesen la posibilidad de resolver sus problemas sin una injerencia externa.

Observamos que muchos Estados occidentales, tanto los vecinos como los países allende el océano (me refiero a EEUU y Canadá), caen en la tentación de imponer unas posturas respecto a la superación de la situación actual en Bielorrusia. El Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, reacciona a estas posturas. Consideramos que no es necesario imponer con insistencia unos servicios de mediación. El Presidente de Bielorrusia propuso llevar a cabo una reforma constitucional. Según nuestra estimación, es la forma en que se podría organizar un diálogo con la sociedad civil y que debería hacer posible discutir todas las cuestiones que preocupan a una u otra parte de los ciudadanos de Bielorrusia. Podré comentar adicionalmente este tema más tarde, cuando vamos a comunicarnos en forma interactiva si tenéis preguntas. Ahora quisiera finalizar mi discurso con que nosotros nos pronunciamos por un orden mundial más democráticos y justo, una estricta observancia de la Carta de la ONU y en contra de los intentos de sustituir el Derecho Internacional por unas reglas en las que debe basarse el orden mundial. Es una nueva idea de los países occidentales que inventaron el término "orden basado en reglas". Las reglas cambian en vista de que necesitan nuestros colegas occidentales en uno u otro caso. Se crean las coaliciones de países con la mentalidad similar, ante todo, de los países occidentales que eligen "manualmente" a sus socios de otras regiones que obedecen a nuestros colegas occidentales. En su círculo llegan a un acuerdo de crear "una asociación contra la impunidad en el ámbito de uso de armas químicas" o "una asociación para garantizar la seguridad cibernética" y "para castigar a los que se insertan en el espacio cibernético con unos objetivos indecorosos", o "una asociación para proteger los derechos humanos". Esto no se hace de forma universal sino en un círculo estrecho de los que no van a discutir con los promotores occidentales de estas iniciativas. Posteriormente, una regla que se crea en torno a uno u otro tema se declara como universal y se exige que todos la observe. Y se imponen sanciones contra los que no observan los postulados formados en un círculo estrecho. Lamentablemente, la Unión Europea elige con cada vez más frecuencia la presión sancionatoria siguiendo EEUU. En la UE se tomó la decisión de diseñar mecanismos de sanciones para castigar por la intervención en el espacio cibernético con objetivos criminales (según creen), en relación con los derechos humanos y otros asuntos. Estas sanciones son arbitrarias de conformidad con el Derecho Internacional, igual que son arbitrarias cualesquiera sanciones unilaterales. Se observa esta tendencia. "Nosotros –  Occidente, la UE, la OTAN – sabemos cómo es necesario vivir en esta Tierra". Todos los demás tienen que prestar oído a esto.

Mirad qué declaraciones sobre la situación en Bielorrusia hacen el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, los representantes de la UE, los líderes occidentales que encabezan la OSCE. Los sermones que se pronuncian con un tono que ni siquiera deja lugar a dudas de que todos tengan que percibirlo como guía para acción. Esto proviene de la ausencia de habilidades diplomáticas elementales, no es ético no sólo desde el punto de vista diplomático sino del universal. Lo vemos y tomamos nota de eso.

Por ejemplo, nuestros colegas franceses y alemanes anunciaron el año pasado que crean una asociación por el multilateralismo. El multilateralismo es un buen tema. Siempre nos pronunciamos por resolver problemas en conjunto a diferencia de las posturas unilaterales. ¿Por qué los que se pronuncian por el multilateralismo promueven esta iniciativa fuera de la ONU que es una organización multilateral y universal? No está claro. Ni siquiera intentaron. A propósito, en el marco de la ONU, Rusia  junto con un grupo numeroso de nuestros vecinos y los países de Asia, África, América Latina promueve una asociación por los principios de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas. Creo que es un movimiento que es necesario para mostrar su fidelidad a los principios del multilateralismo.

Criticando lo que vemos en las acciones de nuestros socios occidentales, varios otros países en relación con los asuntos que preferiríamos resolver a tenor del Derecho Internacional, buscando un equilibrio de intereses, a diferencia de la presión unilateral, no nos restringimos con la crítica. Promovemos una agenda positiva que consiste, como ya he dicho, en la necesidad de regresar a los orígenes: respetar los principios de la Carta de la ONU, recordar que la ONU se formó hace 75 años en las ruinas de la Segunda Guerra Mundial, se formó gracias a la Victoria en la Gran Guerra Patria y en la Segunda Guerra Mundial, gracias a la Victoria que consiguieron los países de diferentes sistemas sociales, políticos e ideológicos. Los aliados en aquella guerra se unieron para conseguir la Victoria sobre un enemigo común. Se elevaron por encima de las discrepancias que les dividieron en los años antes de la Segunda Guerra Mundial. Se dijo de eso en reiteradas ocasiones. Creo que la actual situación en el mundo no es tan sangrienta como la que hubo durante la Segunda Guerra Mundial, mientras hay mucho más riesgos y no son menos serios. He mencionado el terrorismo, el narcotráfico que lleva anualmente un gran número de vidas. No olvidemos de riesgos de proliferación de las armas de destrucción masiva. Ahora EEUU casi destruyó todo el sistema de disuasión en el ámbito de control de armas, Adopta doctrinas que de hecho reducen el umbral de empleo de armas nucleares. Además, los grupos terroristas y otros grupos criminales intentan obtener acceso a las tecnologías nucleares y las tecnologías de la creación y el empleo de otras armas de destrucción masiva (químicas o biológicas). Creo que sería criminal para nosotros aislarnos en "pisos nacionales", "dar portazos", declarar que "no vamos a comunicarnos con un país hasta que cumpla con las condiciones de un ultimátum". Lo observamos.

Mirad qué problemas existen hoy no sólo en las relaciones entre Rusia y EEUU sino también en las relaciones entre EEUU y China.

Nos pronunciamos por buscar fórmulas de compromiso, un equilibrio de intereses. Las organizaciones en que participa Rusia (la CEI, la OTSC, la UEEA, BRICS, la OCS) están orientadas a buscar un consenso. El reconocimiento de las nuevas realidades lo confirmó la creación del Grupo de los Veinte en que están representados los países de BRICS, el llamado G7 y varios otros Estados principales de las regiones en vías de desarrollo. En el G20 continúa una actividad importante. De hecho, es hoy el único foro fuera de la ONU en que están representadas todas las principales economías sin excepción que se guían por un objetivo común: llegar a un acuerdo. Muchos otros foros en el marco de que actúan nuestros socios occidentales carecen esta lógica.

Promovemos una agenda que tiene que ayudar a superar los problemas que quedan en los asuntos internacionales a través de la cooperación. Esta cooperación sólo puede ser equitativa, basada en el respeto mutuo de las preocupaciones, orientada a la elaboración del equilibrio de intereses. Hemos formado nuestra postura respecto al avance hacia la armonía en los asuntos internacionales. En cuanto a los problemas económicos, estamos convencidos (y esto está reflejado en la iniciativa del Presidente de Rusia, Vladímir Putin) de que es necesario avanzar hacia la formación de una Gran Asociación Euroasiática que sería abierta para la cooperación económica y humanitaria de todos los países de Eurasia, incluidos los miembros de la UEEA, la OCS, la Unión Europea, la ASEAN. Tenemos un gran continente común con grandes riquezas y sería poco perspicaz no aprovechar esta ventaja dada por el Dios. Es un objetivo a largo plazo. Es un proceso que aceptarán todos los países de nuestro continente, estoy convencido de esto.

En un futuro previsible, consideramos importante que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU realicen su responsabilidad de conformidad con la Carta de la ONU y celebren una cumbre en que se podría abordar las posibilidades de mejorar drásticamente la situación en el ámbito de seguridad a escala global, implementado los poderes de estos cinco países estipulados en la Carta de la ONU. Todos los cinco países reaccionaron positivamente a esta iniciativa del Presidente de Rusia, Vladímir Putin. Espero que tal cumbre se celebre en cuanto la situación epidemiológica con el coronavirus lo permita. Naturalmente, este evento tiene que celebrarse de forma presencial.

Pasemos a la comunicación interactiva.

Pregunta: Usted ha abordado hoy muchos temas, incluida la importancia de solución colectiva de problemas, teniendo en cuenta que pasan a ser transfronterizos. A veces guardan relación no simplemente con algunos asuntos allende el océano sino con nuestros socios de la CEI. En reiteradas ocasiones se subrayó, también por el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin,  que precisamente la CEI es el derrotero prioritario de nuestra política exterior. ¿Cómo podría Rusia a arreglar la crisis de Alto Karabaj entre la República de Armenia y la República de Azerbaiyán?

Respuesta: Rusia participa en los esfuerzos internacionales con vistas a crear condiciones para arreglar diversas crisis y conflictos, incluido el arreglo en Alto Karabaj, para lo cual en su tiempo había sido instituido el Grupo de Minsk de la OSCE. Actualmente, son copresidente de este Grupo Rusia, EEUU y Francia. Lo integran también varios otros países, entre ellos Bielorrusia, Alemania, Italia, Suecia, Finlandia y Turquía. Por decisión de este Grupo, sus copresidentes – Rusia, Francia y EEUU – están investidos de competencias para desarrollar una labor cotidiana encaminada a crear un ambiente propicio para que las partes lleguen ellas mismas a acuerdos aceptables para todos.

Quiero enfatizar que no nos ocupamos de diseñar para resolver el problema. Vamos creando condiciones para que las mismas partes del conflicto puedan llegar a un acuerdo. Los últimos 18 años, las partes redactaron los primeros documentos de este tipo. Se lograron apreciables adelantos. Los documentos recogen los principios que reflejan las cláusulas de la Carta de la ONU y del Acta Final de Helsinki de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa, así como los parámetros concretos a conciliar para llevar el arreglo a vías de hecho. No voy a entrar en detalles ahora.

Últimamente, se han producido varios incidentes, también en la zona de Alto Karabaj, y en julio pasado, en la frontera entre Azerbaiyán y Armenia. Desde luego, dichos incidentes han exacerbado fuertemente la tirantez y no han desempeñado un papel positivo para que los copresidentes generen un ambiente apropiado.

Durante esta crisis he hablado por teléfono con mis homólogos armenio y azerbaiyano. La semana pasada, el recién nombrado ministro de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán ha visitado nuestro país. He vuelto a hablar por teléfono con el ministro de Asuntos Exteriores de Armenia. Tenemos la impresión de que ambas partes están interesadas en que ahora la situación se normalice y que se reanuden los encuentros que organizan los emisarios de los copresidentes (Rusia, Francia, EEUU) al visitar Bakú y Ereván, luego comparten sus valoraciones y preparan las reuniones de los cancilleres de Armenia y Azerbaiyán en las que también participan. En determinadas etapas, cuando surge la esperanza de que se produzcan cambios positivos concretos, se preparan las cumbres de Armenia y Azerbaiyán.

Rusia es uno de los más activos participantes en este proceso, porque, aparte de la troika de los copresidentes, promovemos nuestros esfuerzos mediadores para propiciar el diálogo entre las partes. En varias ocasiones invitamos a nuestro país a los ministros de Exteriores de Armenia y Azerbaiyán. También se sostuvieron encuentros entre los Presidentes de Rusia, Armenia y Azerbaiyán.

Esta labor es nuestro aporte a los esfuerzos comunes de los copresidentes. Jamás contraponemos nuestros pasos bilaterales a los esfuerzos de la troika integrada por Rusia, EEUU y Francia. Cuando convocamos encuentros tripartitos (Rusia, Azerbaiyán y Armenia), siempre invitamos a los copresidentes para que dispongan de toda la información necesaria al término de los mismos.

Nuestra postura se apoya en el paquete de documentos redactados a lo largo de casi 18 años. Existen los denominados Principios de Madrid, las versiones actualizadas de los documentos aprobados por las partes en calidad de referentes para la futura labor. Dichos documentos están depositados en la Secretaría de la OSCE.

Dado que se ha producido cierto estancamiento, se oyen voces proponiendo renunciar a estos documentos, hacer borrón y cuenta nueva o poner en marcha un plan B. Creemos que sería un craso error. Estamos convencidos de que los documentos redactados durante estos años deben seguir siendo el norte de nuestros ulteriores esfuerzos.

No voy a detallar los acuerdos preliminares, es un asunto bastante confidencial. Pero puedo aseverar que estipulan soluciones que permitirán garantizar justicia tanto para los representantes armenios como para los azerbaiyanos.

Pregunta: Hace poco, el Congreso de EEUU aprobó varias sanciones adicionales contra los buques y compañías que participan en el tendido de Nord Stream 2. ¿Quiere comentar la legalidad de estas sanciones? ¿Significan que EEUU perdió el interés hacia el fomento de la asociación transatlántica o son un gesto de amistad hacia la Unión Europea?

Respuesta: En mi discurso introductorio me he referido al tema de sanciones unilaterales. Cualesquiera sanciones unilaterales son ilegítimas. Son legítimas sólo las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Lo demás son intentos de socavar el Derecho Internacional, los principios de la Carta de la ONU que suponen la necesidad de un trabajo colectivo para resolver cualesquiera problemas.

En el caso de Nord Stream 2 presenciamos los manifiestos métodos de competencia desleal. Los estadounidenses plantean explícitamente que Nord Stream 2 ha de ser cesado por alterar la seguridad energética de Europa. Para preservar esta seguridad Europa debe adquirir gas natural licuado a EEUU que es mucho más caro que el que sea suministrado al continente europeo por el nuevo gasoducto.

Semejantes declaraciones son arrogantes, porque evidencian una plena falta de respeto de EEUU a sus aliados. Alemania y varios países de la Unión Europea ya reaccionaron a ello. Estos días, la Canciller de Alemania, Ángela Merkel, al usar de la palabra tras una reunión del Consejo Europeo, confirmó que Nord Stream 2 es un proyecto meramente comercial y no puede ser moneda de cambio en los juegos políticos. Compartimos esta postura. Por lo que se refiere a las relaciones en el seno de la comunidad euroatlántica y la apreciación de las intenciones de EEUU respecto a esta comunidad, es algo que concierne a los países situados a ambos lados del Atlántico. No voy a comentar los asuntos euroatlánticos para que no me acuses de entrometerme en esta situación. No lo quiero.

Pregunta: Quisiera preguntarle sobre la situación existente hoy en la República de Bielorrusia. ¿Cómo podría resolverse el conflicto? ¿Qué postura debe adoptar Rusia? ¿Qué medidas deben emprenderse para estabilizar la situación en un Estado tan importante para Rusia como la vecina República de Bielorrusia?

Respuesta: Ya he hablado de esto en mi discurso introductorio. En reiteradas ocasiones se refirió a esto el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, también en la entrevista concedida hoy a la cadena Rossiya-1. Nuestra postura es muy simple y precisa. Estamos convencidos de que el pueblo bielorruso dispone de todas las posibilidades para resolver este problema por cuenta propia. Existen temas que han de ser discutidos, es evidente.

En el mundo moderno, consideramos inadmisibles los intentos de erigirse en jueces, pronunciar fallos y ejecutarlos mediante sanciones y otras amenazas, tal como pretenden hacerlo nuestros colegas occidentales. Lamentablemente, muestran semejantes hábitos algunos países de la UE, incluidos los vecinos de Bielorrusia que se empeñan en obligar a todos los miembros de la UE a adoptar una rígida postura contra Alexander Lukashenko. Sabemos que no es de agrado a los países que se consideran la “vieja Europa” y comprenden la necesidad de actuar de una manera equilibrada, que no aceptan una burda y manifiesta injerencia en los asuntos internos de cualquier Estado. Por ejemplo, igual como los estadounidenses, polacos, lituanos y otros representantes de los países bálticos, que los dirigentes de la  República de Bielorrusia acepten la mediación de la OSCE.

He conversado con el Presidente en ejercicio de la OSCE, el Primer Ministro de Albania, Edi Rama, con la Ministra de Asuntos Exteriores de Suecia (Suecia será el próximo Presidente rotatoria de la OSCE), quienes querían organizar este proceso. Nos telefonearon, intentando, a través de nosotros, persuadir a los dirigentes bielorrusos a aceptar esta mediación. Nosotros preguntamos por qué la OSCE no envió a sus observadores a los comicios en la República de Bielorrusia, aunque recibió la pertinente invitación. Nos dijeron que la invitación llegó tarde. En realidad, llegó un mes antes de los comicios. La OSCE nunca había especificado que los observadores debían ser invitados a las elecciones con más de un mes de antelación. La única obligación consiste en invitar a los observadores internacionales. Y para cursar esta invitación, existen las leyes nacionales y su propia visión de la situación. Y Bielorrusia lo hizo. Todos estos infundios sobre la necesidad de invitar con dos meses de antelación se contienen en los manuales elaborados por la propia OSCE en persona de su Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH). Si miramos la plantilla de esta Oficina, veremos que el 99% son ciudadanos de la UE y países de la OTAN. Junto con nuestros socios de la CEI, desde 2007, venimos proponiendo hacer de la OSCE una organización normal en que rijan criterios claros para todos los tipos de actividades, incluyendo los criterios de referencia a la hora de organizar la observación durante las elecciones. Los países occidentales se niegan rotundamente siquiera a discutir estas cuestiones. También propusimos discutir, conciliar y aprobar la carta de la OSCE, porque esta organización hasta ahora carece de su carta.

Todo el patetismo de nuestros socios occidentales que defienden la OSCE en su estado actual, se reduce a que su carácter amorfo y ambigua flexibilidad constituyen el patrón de oro y merecen toda clase de apoyo. Veo una sola explicación de esto: esta organización “amorfa”, sin reglas precisas, es más fácil de manipular, de aprovechar. Máxime que la OSCE desea (o el Occidente la obliga a asumir este papel) ser el principal mediador, mientras ella misma atraviesa una profunda crisis: carece de secretario general, de dirigentes de los institutos para los derechos humanos, las minorías étnicas y los medios. Todos estos dirigentes dimitieron, porque el intento  de prolongar sus atribuciones (de los cuatro juntos) tropezó con las objeciones de varios países. Lo único importante que tiene la OSCE es el consenso. Los cuatro representantes aprobados para los tres años anteriores, provenían de los países occidentales. En reiteradas ocasiones intentamos promover siquiera para uno de los cuatro cargos a un ciudadano/ciudadana de los países de la CEI, pero no lo conseguimos.

En la OSCE hay dirigentes en funciones de la Secretaría General, de los institutos para los derechos humanos, los medios y las minorías étnicas. Estas funciones las cumple una persona de nivel inferior en la jerarquía. Y las cuatro son de los países occidentales. Una situación análoga se observa en toda la Secretaría. No quiero acusar infundadamente a nadie. Muchos países miembros de la OSCE quieren verla equilibrada y neutral, pero les ponen trabas, y la OSCE, lamentablemente, es, en lo fundamental, utilizada por la minoría agresiva para ajustar las cuentas políticas.

Teniendo en cuenta la situación en que nos hemos visto todos  (problemas con la cúpula directiva de la organización y su actitud hacia Bielorrusia) a la hora de iniciar los preparativos para la próxima sesión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la OSCE a celebrarse a comienzos de diciembre en la capital de Albania, Tirana, exigiremos unas discusiones concretas y profesionales sobre la reforma de esta organización, algo anquilosada ya.

Volviendo al tema de Bielorrusia. Igual como el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, he mencionado que el Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aun antes de las elecciones, había planteado la necesidad de la reforma constitucional. Hace poco, Alexander Lukashenko afirmó que la reforma debía ser despersonificada e implicar la estabilidad del sistema político de la República de Bielorrusia, indistintamente de la persona. Dijo estar dispuesto  a iniciar ya ahora el diseño de las propuestas relacionadas con la reforma. Considero acertado que en esta labor participen los representantes de la sociedad civil. Si quieren salir de esta crisis como un país reforzado y no atizar las contradicciones, deben mostrarse interesados en ello. Pero vemos los intentos de desestabilizar la situación. Nadie ni siquiera pretende disimularlo. Nuestros vecinos lituanos ya han excedido todos los límites de la decencia al promover sus exigencias. Tenemos razones para suponer que junto con Svetlana Tijanóvskaya recurren a métodos nada democráticos, al no respetar la soberanía de la República de Bielorrusia.

Pregunta: ¿Qué piensa sobre el futuro del programa nuclear iraní. ¿Existe hoy una posibilidad de mantener el PAIC en un marco aceptable para todos los Estados partes? ¿Cree usted que EEUU e Irán podrían reanudar un diálogo constructivo para arreglar las reclamaciones mutuas?

Respuesta: La situación en torno al Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) sobre el programa nuclear iraní es tensa. Esto se debe al hecho que, hace unos dos años, al firmar el respectivo decreto por el Presidente Donald Trump, EEUU abandonó oficialmente un acuerdo conseguido en 2015 al término de las negociaciones que duraron más de 10 años y aprobado unánimemente por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, cobrando de esa manera la fuerza de instrumento del Derecho Internacional que impuso el compromiso de observar estrictamente las decisiones conseguidas por los negociadores por parte de Occidente, Rusia, China e Irán, no sólo a las partes del PAIC sino también a otros Estados miembros de la ONU.

En su época este documento se caracterizó como un éxito sin precedente, inclusive en el ámbito de fortalecimiento del régimen de no proliferación de las armas nucleares, así como en el área política y militar, como el paso más importante dirigido a crear el sistema de seguridad en la región del golfo Pérsico. Todos los comentaristas que sabían la situación lo elogiaron como un gran éxito. Cuando EEUU con la administración de Donald Trump dijo que este acuerdo era el peor en la historia y lo abandonó lo pusieron en riesgo. Muchos dudaron de que pudiese mantenerse. Para mantenerlo se necesitó la voluntad política de las partes restantes. Se trata de Rusia, China, Irán y tres países europeos: Alemania, Francia y Gran Bretaña. Todos estos países confirmaron su interés en mantener el acuerdo, pero el problema consistía en que, al renunciar a sus compromisos, EEUU reanudó las sanciones unilaterales contra Irán, inclusive abusando su posición en el sistema monetario global, empezó a interceptar cualesquiera intentos de realizar cobros y pagos en dólares para que alguien más comerciase o llevase a cabo una actividad inversionista con Irán. Hubo que aplicar muchos esfuerzos.

Pasados unos dos meses después de que EEUU tomó esta decisión, nos reunimos en Viena con los europeos, iraníes y chinos. Prometieron inventar un mecanismo que no dependería del dólar y permitiría realizar cobros y pagos a todos los países que deseaban comerciar y mantener la cooperación económica con Irán. Este mecanismo se llama INSTEX. No se creó tan rápidamente como nos prometieron: tan sólo a finales del año pasado. Hasta hoy se realizó sólo una transacción con el uso de este mecanismo. Naturalmente, es muy poco para llevar a cabo un comercio normal con Irán.

Resulta que EEUU renunció a este plan de acción. No sólo dijo que reanudarían las sanciones unilaterales estadounidenses sino prohibieron a todos los demás a comerciar con Irán. Hasta hay ejemplos cuando varios aliados de EEUU le pidieron de una forma humillante hacer excepción de esta prohibición para poder comerciar con Irán, recibir de este país el petróleo, etc., a pesar de la arbitraria aplicación extraterritorial de las restricciones estadounidenses. Creo que es inconcebible, fue imposible imaginarlo hace varios años.

Hace varios días, ya estando fuera de este programa y tras perder todos sus derechos (si renunció a cumplir sus compromisos), EEUU intentó hacer aprobar en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que estableciese un embargo de armas que prohibiese el suministro de cualesquiera armamentos a Irán y de Irán, a pesar de que las respectivas disposiciones de la resolución actual expiran a mediados de octubre. Trató de convencer a todos nosotros que si no garantizamos el mantenimiento de las restricciones para el comercio de armas con Irán, Teherán desestabilizará aún más Oriente Próximo, la región del golfo Pérsico, etc. Fue arbitrario. Esta resolución reunió dos votos de los 15. Todos los demás votaron en contra o se abstuvieron.

Ahora EEUU quiere usar un instrumento jurídico sofisticado previsto en el PAIC y aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Gracias a este instrumento, se puede reanudar las sanciones colectivas impuestas en el marco de la ONU y levantadas a principios de 2016, tras la aprobación del PAIC. Fue asimismo un intento con medios inapropiados. A pesar de la existencia de un mecanismo previsto para poder reanudar las sanciones de la ONU, primero, este mecanismo se preparó sólo para el caso de que Irán no cumpliese con sus compromisos (y los iraníes los cumplen), segundo, EEUU perdió todos sus derechos al renunciar a sus compromisos. Como se sabe, no solo en relación con Irán sino también con Venezuela, interceptan buques, intentan organizar un bloqueo marítimo. Sabemos que el símbolo del Partido Republicano es el elefante, pero el mundo no es una cacharrería.

Pregunta: Quisiera agradecerle por su discurso y la posibilidad de hacerle directamente las preguntas que nos interesan. En febrero del año en curso, Gran Bretaña dejó de formar parte de la Unión Europea. ¿Qué relaciones se establecerán entre Rusia y Gran Bretaña, en vista de que el pasado 1 de agosto, Rusia abrió sus fronteras para tres Estados, incluida Gran Bretaña?

Respuesta: No hay que ver motivos políticos, preferencias políticas en el hecho que abrimos las fronteras para Gran Bretaña y varios otros países. Estas decisiones dependen exclusivamente de las valoraciones que hacen nuestras autoridades sanitarias y epidemiológicas y las toma el Centro Coordinador dependiente del Gobierno.

Las relaciones entre Inglaterra y Rusia datan de siglos. Nunca fueron simples, a pesar de los vínculos familiares que se establecían periódicamente entre las monarquías. Actualmente son lejos de ser satisfactorias, son aún peores que en los años cuando las relaciones se desarrollaron lentamente. Ahora son muy negativas a causa de las acciones de nuestros colegas británicos.

Todo empezó con el fallecimiento de Alexander Litvinenko en 2007. Posteriormente fueron los Skripal, luego los británicos comentaron enérgicamente otras acciones antirrusas (por ejemplo, el siniestro de un Boeing de Malaysia Airlines en Donbás). Se introdujeron matices británicos: supuestamente nos injerimos en el referéndum sobre el Brexit, luego dijeron que no nos injerimos en este evento, pero "seguramente nos injerimos en el referéndum sobre la independencia de Escocia", ahora "vamos a injerirnos de nuevo en los asuntos del Reino Unido". Da lástima oírlo.

No hemos intentado nunca complicar artificialmente nuestras relaciones complicadas sin esto. He mencionado sólo varios casos inventados por la parte británica sin algunas pruebas.

Ahora nos exigen que los médicos de Omsk hagan inmediatamente sus conclusiones para que llevemos a cabo una investigación en relación con que Alexéi Navalni entró en coma. ¿Recordáis que estuvo un poco más de 24 horas en Omsk? Y todos nuestros colegas occidentales suscitaron ruido por qué no hay alguna información. Ya está en Alemania desde hace más de una semana. Los médicos alemanes no dan alguna información tampoco. Entonces, ¿es necesario más tiempo? Mientras, nadie les exige algo, no les critica por "intentar ocultar la verdad".

Nos acusan de no investigar la situación. No es verdad. A partir del día cuando esto sucedió, nuestro Ministerio del Interior inició las diligencias preprocesales. Y la investigación puede abrirse cuando se establezca qué pasó, lo que no está claro todavía. Los médicos alemanes no pueden entregarnos la respectiva información. Nuestra Fiscalía General solicitó a sus colegas de Alemania activar los mecanismos del Tratado de Asistencia Jurídica Mutua.

¿Por qué he recordado de eso? Porque he empezado a decir de las "espinas" que nuestros colegas británicos clavaron conscientemente en el cuerpo de nuestras relaciones: Alexander Litvinenko, los Skripal. En ambos casos nadie presentó algunas pruebas a alguien. Cuando nos exigen investigar de forma plena y objetiva la situación con un hombre que está en el exterior hace mucho, si parten de sus criterios, no será una plena investigación. Nadie presentó hechos concretos en relación con Alexander Litvinenko o los Skripal. En relación con el caso de los Skripal, los británicos simplemente obligaron a todos los miembros de la UE a expulsar a los diplomáticos rusos (la mayoría lo aceptó, pero varios países resistieron). Sabemos seguramente que, cuando estas solicitudes se enviaron febrilmente a las capitales europeas, muchos europeos preguntaron a los británicos si podían presentarles las pruebas de que Rusia lo había hecho. Los británicos dijeron que las pruebas se presentarían más tarde. No es una broma, es un hecho. Ahora, pasado un año y medio, cuando pregunto a mis colegas europeos si los británicos les entregaron las pruebas, dicen bajando los ojos que no. Y no las entregarán, estoy casi seguro de esto.

Nuestras relaciones con Gran Bretaña son complicadas, aunque no veo motivos para su complicación, especialmente la artificial. Nuestros vínculos culturales, humanitarios, educativos, científicos se desarrollan rápidamente. Hay los respectivos organismos en que interaccionan los representantes de nuestras sociedades civiles. El sector de negocios se desarrolla rápidamente. El sector de negocios británico está interesado en nuestro mercado, actúa aquí, hace inversiones, inclusive en la construcción de la infraestructura deportiva, etc. En la primera mitad de 2020 el comercio creció más que un 50% en comparación con el mismo período del año pasado y ya supera 10.000 millones de dólares. No es un récord, sino una tendencia sostenible. Si las autoridades británicas continúan aplicando una política en relación con Rusia para conseguir los resultados que interesan al sector de negocios y la sociedad civil de Gran Bretaña creo que podremos actuar de forma más eficaz, para el bien de ambos países.

Pregunta: La crisis siria sigue sin encontrar solución desde 2011. Se hicieron múltiples intentos de arreglar la situación en el país: se celebraron negociaciones de líderes de determinados países. ¿Qué opina de los resultados de las patrullas conjuntas formadas por militares rusos y turcos?

Respuesta: Los resultados no son nada despreciables. No es éxito total, pero se observa un cierto progreso. Recordemos que las patrullas recorren la provincia de Idlib, con respecto a la cual existe un paquete de acuerdos ruso-turcos. El documento principal, el Memorándum, fue firmado en Sochi en 2019 y más tarde fue completado por un par de Protocolos.

La esencia de los acuerdos alcanzados por los Presidentes de Rusia y Turquía, Vladímir Putin, y Recep Tayyip Erdogan, consiste en que en Idlib sea creada una “zona de seguridad”, en el marco de la cual todos los grupos terroristas sean catalogados como tales para que no se mezclen con la oposición de ánimos patrióticos que también está armada, pero no cometió atentados terroristas y está dispuesta a participar en las decisiones sobre el futuro del país. Fue el compromiso que asumió Turquía y le queda por diversificar entre la oposición que coopera con la parte turca y los terroristas. Me gustaría señalar que percibimos estos esfuerzos de la parte turca. Los terroristas, sin embargo, están intentando oponer resistencia: atacan a tiros las posiciones del Ejército sirio supuestamente desde la zona de seguridad, en numerosas ocasiones se intentó hacer provocaciones armadas, también con uso de DRONes de ataque, como por ejemplo, atacar la base aérea rusa de Khmeimim.

Estos días expertos rusos y turcos están celebrando en Moscú una nueva ronda de consultas. Entre los temas abordados figura también Siria y la cooperación en el arreglo libio. Las patrullas que menciona están llamadas a arrebatarles a los terroristas el espacio vital y la libertad de acción en la zona de Idlib. Pasa por allí la carretera M4 que, en función de un nuevo Protocolo firmado por los Presidentes de Rusia y Turquía, es necesario liberar para garantizar su funcionamiento normal para circulación de cargas civiles, para el Ejército sirio y para la policía militar rusa. Las patrullas no avanzaban de una manera muy rápida a lo largo de dicha carretera, pero en cada sesión se añadían varios kilómetros. Hace poco fue cubierto todo el largo de la carretera. En Idlib quedan muchas cosas por hacer todavía, pero percibimos determinado progreso. Lo más importante es que no haya incidentes violentos ni derramamiento de sangre. Sí que tienen lugar ciertos episodios, pero son manejados de manera satisfactoria por los militares sirios y turcos.

Pregunta: La pandemia del coronavirus COVID19 ha provocado cambios en todas las esferas de la vida social. ¿Cómo cambiará el sistema de relaciones internacionales?

Respuesta: El sistema de las relaciones internacionales forma parte de la vida de la sociedad. De modo que en la misma medida en que las tecnologías de la información penetran en la vida de la Humanidad, refuerzan su papel en la esfera de las relaciones internacionales.

Habría que mencionar una limitación muy importante. No todos los aspectos relacionados con dicho campo pueden abordarse por Internet, incluso si las negociaciones están protegidas contra las escuchas y la conexión no autorizada a los pertinentes canales. El factor de la seguridad tecnológica no tiene importancia primordial. La cuestión es que acuerdos serios relativos a los problemas más acuciantes no pueden alcanzarse en línea. Serían necesarios el contacto personal, las sensaciones de los interlocutores, el entendimiento de que uno puede convencer a la otra parte de tener razón y, por supuesto, la disposición de encontrar en sus palabras algo que a uno le convenza. Es un proceso que a mi modo de ver nunca podrá pasar por completo al mundo de la tecnología, puesto que nada puede reemplazar los contactos personales. Al mismo tiempo, existe una serie de eventos que tienen carácter más protocolario como, por ejemplo la reunión de Ministros de los países integrantes de alguna organización. A menudo en el marco de la misma los expertos han elaborado ya los documentos necesarios y los Ministros deben pronunciar sus discursos y aprobar las pertinentes Resoluciones. En caso no veo ningún problema con el uso de Internet. Hemos celebrado por videoconferencia la reunión de los Ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la OCS. Esta semana se reunirán los Ministros de Asuntos Exteriores de los G-20, organismo presidido en estos momentos por Arabia Saudí. El país en cuestión se encargará de organizar el evento. Me gustaría insistir en que son más bien motivos protocolarios. En negociaciones de verdad, como por ejemplo las que tratan el tema del problema nuclear iraní, nunca se habría alcanzado un acuerdo, de no haberse celebrado numerosas reuniones personales, también a puerta cerrada, de carácter privado y confidencial entre los representantes de EEUU y de Irán.

En estos momentos estaríamos dispuestos a mantener un diálogo directo entre EEUU e Irán, de crear condiciones propicias para tal diálogo, en caso de mostrarse interesadas las dos partes. Siempre es mejor exponer las pretensiones que tienen las partes y escuchar la respuesta a las mismas.

Pregunta: Se sabe que en la arena internacional, también durante los pleitos, la parte rusa no siempre sale ganando, por desgracia. Así, por ejemplo, hace poco el Tribunal sueco declinó el recurso presentado por la empresa PAO Gazprom contra la sentencia dictada por la Corte Internacional de Arbitraje de Estocolmo que obligaba a Gazprom a pagar a Naftogaz Ucrania unos 2.500 millones de dólares. ¿Podría deberse este fracaso, a su modo de ver, a algún error de los juristas rusos? ¿Qué competencias y rasgos debería tener un buen experto en Derecho Internacional?

Respuesta: Creo que no tengo derecho a describir las cualidades de un buen experto en Derecho Internacional. Se hablará de ello en su facultad, debéis creer a vuestros profesores. Aquí hay muchos expertos que conocen a la perfección las sentencias dictadas por cortes de arbitraje. Muchas son dictadas por la Corte de Estocolmo o por las Cortes nacionales de los países de la Unión Europea, sobre todo, las relativas a Nord Stream2. El primer tramo fue reconocido como una excepción del tercer paquete, mientras que el segundo tramo no fue reconocido como tal. Está apelando la propia empresa Nord Stream2. PAO Gazprom también expone su postura en público. Espero que sea en realidad una querella en el marco de las relaciones corporativas. No nos gustaría que en cualquier proceso de arbitraje, sea el de Estocolmo o cualquier otro, estuvieran presentes elementos del juego político. El Derecho Internacional no tolera ser politizado.

Pregunta: ¿Cree que la correlación de las fuerzas que presenciamos actualmente en la arena internacional ya se ha visto antes? ¿Con qué época podría comparar la situación geopolítica de estos momentos?

Respuesta: No me gustaría colocarnos en la Edad de Piedra. Sin embargo, a veces parece que no existen ningunas normas o que hay potencias que se plantean pasar por alto cada una de las mismas. Apenas se podría trazar paralelos absolutos entre nuestro presente y alguna época pasada. Hubo relaciones de aliados durante la Segunda Guerra Mundial, estuvo el Concierto de Europa del siglo XIX, eran pruebas de que los líderes de aquellas épocas tenían claras las ventajas que supone unir los esfuerzos. Lo único es que se solía unir en contra de alguien, una coalición, un enemigo común, pero es general era el avance más considerable de la Humanidad. Actualmente también tenemos muchos enemigos comunes, contra los cuales deberíamos unirnos. De modo que, si aplicáramos el molde “La Humanidad contra un enemigo común” sin más, la Segunda Guerra Mundial sí que reuniría los requisitos.

En estos momentos nos falta intensidad en el entendimiento de las amenazas, a las que tenemos que enfrentarnos. De ahí esta “postura relajada” y las tentaciones que observamos en algunos interlocutores nuestros. Es posible que sean secuelas genéticas de la época colonial: incluso en una situación en la que sería mejor para todos unirse, se busca marginar a alguien, de beneficiarse en exclusiva, de hacer de mentores, todo en vez de trabajar de manera conjunta. He mencionado el doble rasero, es decir, a nosotros se nos exige algo, mientras que los casos de los Skripal y Alexander Litvinenko tienen estatus de información clasificada. Nadie informa de nada. Este patetismo no impide que se nos dirija en cada ocasión que las élites políticas occidentales puedan aprovechar para su beneficio.

Creo que se acabará imponiendo el entendimiento de que la unión de los esfuerzos no tiene alternativa. Siguen presentes la Gran Asociación Euroasiática y la necesidad de arreglar las relaciones entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, responsables por mantener la estabilidad internacional en todas sus manifestaciones. A ello viene orientada la iniciativa formulada por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin.

La etapa que estamos atravesando en estos momentos, es decir, la formación de un mundo multipolar, es una etapa de gran relevancia histórica que durará más de una década. Se habrán dado cuenta de la resistencia que es opuesta al creciente liderazgo de China, como lo denominan los propios chinos, “se miden las fuerzas” en la lucha por la India, son inventados nuevos conceptos como “la región de Indo-Pacífico”, aunque ha existido desde siempre la expresión región de Asia-Pacífico que suponía formas de trabajo inclusivas y colectivas. Nada de eso, ahora es promovido el concepto de “la región de Indo-Pacífico”, para formar un club de acceso restringido y “desplazar” a China y a Rusia también. Son implantados criterios negativos como base de la formación de ciertas coaliciones. Estoy convencido de que todo pasará, puesto que de entrada no pueden resultar fructuosas tales posturas. Lo único es que podrían provocar unos conflictos todavía más violentos que los existentes. En el mundo ya hay bastantes crisis que necesitan arreglo: Oriente Próximo, golfo Pérsico, Afganistán. Recordemos la hipótesis: será que alguien necesite mantener esta situación de “caos controlado”, para poder dirigir los procesos. De momento no vemos que esta política abra ante el mundo unas perspectivas prometedoras. Nos gustaría obrar con honestidad, en base a la paridad, para poder hablar y llegar a fórmulas de compromiso.

Pregunta: Nací en Sterlitamak, en la República de Bashkortostán. Sé que usted visitó nuestra tierra y descendió el río Bélaya. Mi pregunta es sobre un tema cotidiano, para aligerar el ambiente. Los medios informan cómo se mueve usted por el mundo y debe de estar estresado por ello. ¿Pasa, en cambio, tiempo con la familia? ¿Recuerda la última vez cuando tuvo una comida familiar?

Respuesta: Cuando ha dicho que sabe sobre mis viajes por el río Bélaya y quiere hace una pregunta cotidiana, por poco me asusto.

No dispongo de mucho tiempo para esto con amigos y familiares pero cada reunión es por ello más apreciable.

Pregunta: Si tuviera la posibilidad de elegir ahora otra profesión, ¿qué elegiría?

Respuesta: Esto no tiene sentido. Al terminar el colegio, quería entrar en la Universidad de Ingeniería y Física, pero supe que los exámenes para la Universidad de Relaciones Internacionales se convocaban un mes antes, decidí intentar, porque no perdía nada. Desde entonces nunca me he arrepentido de mi elección. Y no le aconsejo a nadie hacerlo.

Pregunta: Las relaciones entre Rusia y América Latina pueden calificarse como la cooperación mutuamente beneficiosa y probada con el tiempo. Sabemos que América Latina está atravesando un momento complicado, tanto a raíz de la pandemia de COVID-19, como debido a los problemas económicos de Venezuela y Argentina. ¿Cómo ve usted el futuro de la cooperación entre Rusia y los países de América Latina? ¿Se planean algunos proyectos conjuntos?

Respuesta: Lo vemos como la cooperación con una región muy importante del mundo. Respetamos todos los países de América Latina y estamos dispuestos a cooperar con todos ellos independientemente del gobierno en el poder. Lamentablemente, a nuestros socios estadounidenses, por ejemplo, más que la cooperación con el país concreto, les importa que su gobierno sea leal a EEUU. Es incorrecto. Es un intento más de poner a los países soberanos ante la falsa elección: con EEUU o contra. De ahí la política tan agresiva con respecto a Venezuela, Cuba, Nicaragua. De ahí, lo sucedido en Bolivia. Por cierto, hace poco, Estonia, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, convocó la reunión extraoficial para discutir las protestas en Minsk y las acciones de los cuerpos de seguridad. Me acordé de Bolivia, cuando Evo Morales se vio presionado por las múltiples protestas y confrontaciones entre sus seguidores y la oposición. Allí la policía se comportó de manera distinta que en otros casos: hubo decenas de muertos. Nadie en el Consejo de Seguridad de la ONU movió un dedo. Simplemente porque legaban al poder los que eran leales a Washington. Nosotros tenemos otra filosofía. Por ejemplo, en Brasil antes estuvo el gobierno de Dilma Rousseff, ahora está el de Jair Bolsonaro, que tienen las ideas políticas diametralmente contraria. Nosotros desarrollamos la asociación estratégica con Brasil guiándonos por los enfoques pragmáticos y la necesidad de encontrar los intereses comunes, que son muchos. De la misma manera actuamos con respecto a cualquier otro país.

Además de las relaciones bilaterales con los países de América Latina y el Caribe, fomentamos los contactos estrechos con las asociaciones regionales y subregionales, en primer lugar, con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Comunidad del Caribe (CARICOM) y otras. En CARICOM y el Sistema de la Integración Centroamericana estamos recibiendo el estatus de observador. Es amplio e ámbito de nuestros esfuerzos conjuntos: altas tecnologías, cooperación técnico-militar, lucha contra el crimen organizado (formación de agentes de policía para los países de América Latina en los centros regionales creados expresamente en Perú y Nicaragua). Últimamente, se ha añadido la cooperación en materia de lucha contra la infección por coronavirus. Enviamos los sistemas de diagnóstico a muchos países de la región. Ahora estamos negociando con varios de ellos el suministro de la vacuna y los fármacos y rusos y de la fabricación conjunta de los mismos en estos países. Hablamos del mundo multipolar emergente y América Latina es uno de los pilares de este mundo que se está consolidando. Este pilar hará que el futuro orden mundial policéntrico sea mucho más estable.

Pregunta: La campaña electoral en EEUU está causando un gran alboroto. ¿Cómo podrían cambiar las relaciones entre Rusia y EEUU si se repite el guión ucraniano (aunque sea poco probable) y llega a la presidencia de EEUU Kanye West? ¿Cuál es su pronóstico?

Respuesta: Sabe usted, el rector de MGIMO, Anatoli Torkunov y yo, cuando teníamos su edad y acabábamos de entrar en esta universidad, empezamos a hacer historietas, en las que nos burlábamos de todos, incluidos los presidentes y los secretarios generales. Lo mismo pueden hacer ustedes con respecto a cualquier figura de EEUU. Espero que no les acusen de intervenir en las elecciones.

Pregunta: Hace poco, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunció su dimisión. ¿Cómo calificaría los ocho años de cooperación en las relaciones internacionales de Rusia y Japón desde que Shinzo Abe llegó a ser primer ministro? ¿Qué futuro ve de las relaciones entre la Federación de Rusia y Japón?

Respuesta: Las relaciones entre el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y las autoridades rusas, en primer lugar, el Presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, siempre han sido de camaradería y respeto mutuo y, obviamente, se han basado en la recíproca simpatía personal. Todo esto, el presidente ruso enfatizó en su mensaje al primer ministro nipón y en la conversación telefónica posterior, tras el anuncio de la dimisión de Shinzo Abe. El mandatario ruso confirmó que siempre estaría dispuesto a continuar su amistad con Shinzo Abe, y fue sincero.

En cuanto al futuro de las relaciones ruso-niponas, queremos que sean las más prósperas y estrechas y proponemos empezar por fomentar la interacción en todos los ámbitos sin excepción: economía, altas tecnologías, cultura, ciencia, educación, contactos humanos, medioambiente, proyectos conjuntos, inclusive en las islas Kuriles, y, desde luego, la estrecha cooperación y transparencia en materia de seguridad.

Esto supone no sólo el estudio de situaciones concretas en nuestra región en común, especialmente en el contexto de la alianza militar estadounidense-nipona, sino también la estrecha coordinación e interacción en las organizaciones internacionales. Es justo lo que acordaron el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, cuando plantearon el objetivo de fomentar las relaciones en todos los ámbitos de forma intensa y profunda al máximo, para alcanzar un nivel de vínculos que permita solucionar los problemas más complejos.

Lamentablemente, por ahora estamos muy lejos del ideal deseado en nuestras relaciones con Japón. Los japoneses se adhirieron a las sanciones, lo cual frena nuestra cooperación económica. Tokio mira a otros países occidentales, sobre todo, a EEUU, cuando se trata de producción conjunta en el ámbito de nanotecnologías u otras tecnologías punteras.

Japón casi siempre vota las resoluciones problemáticas en la ONU contra Rusia. Desde luego, nos gustaría entablar un diálogo profesional sobre los problemas de seguridad en la región, donde limitamos con las islas japonesas, y queremos comprender cómo interpreta Japón sus compromisos militares ante EEUU en la situación cuando EEUU ha declarado a Rusia su enemigo, oficialmente. En Tokio nos aseguran de que nunca harán nada contra Rusia con los estadounidenses pero, al mismo tiempo, están aliados con EEUU, que nos considera adversarios. Hay de qué hablar.

Al decirlo, vuelvo a confirmar que, independientemente de quién sea elegido como líder del partido gobernante y, en consecuencia, como primer ministro, estamos dispuestos a cooperar con nuestros vecinos japoneses al máximo en todos los ámbitos mencionados. Estamos avanzando, aunque más lentamente de lo deseado, pero avanzando en cuanto a las actividades económicas conjuntas en las islas Kuriles del sur. Son proyectos que benefician a los habitantes de las mismas y a las empresas involucradas. Así que estamos dispuestos a avanzar con pasos pequeños hacia el principal objetivo de elevar nuestras relaciones a un nivel más alto y positivo.

 

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