Республика Сербия
Comentario ofrecido por la portavoz del MAE de Rusia, María Zajárova, en relación con el acrecido terrorismo antiserbio en Kosovo
En el trasfondo de la indignación falsa de Occidente por la conducta de las instituciones provisionales del gobierno autónomo en Pristina, el “primer ministro” de Kosovo, Albin Kurti, manifiesta su incapacidad de tomar siquiera una pausa teatral en la violencia que se ejerce constantemente contra la población serbia nativa. Obviamente, es inútil acordar algo con las “autoridades” del territorio, ya que cualesquiera iniciativas pacíficas a primera vista resultan ser en realidad unas noticias falsas.
El mismo día, el 13 de junio, apenas presentó a los occidentales su denominado “plan para relajar la tirantez”, Kurti organizó otra incursión de un comando albanokosovar en Mitrovica Norte, mostrando claramente su visión de la “desescalada”. Los uniformados actuaron como una unidad punitiva: desplazándose en vehículos blindados y equipados, irrumpieron en una calle concurrida, apuntaron sus armas a transeúntes inocentes, intimidaron y amenazaron. Fue detenido con una crueldad ostensible el serbio Milun Milenkovic declarado infundadamente el líder de algún “grupo criminal”, el organizador de los ataques contra la “policía” local y los militares de la OTAN.
Al pasar un día, un grupo subversivo albanokosovar armado hasta los dientes fue trasladado a la parte central de Serbia por vía administrativa. Solo gracias a una rápida intervención de los servicios competentes, se logró detener a esos matones. La investigación está en marcha.
La táctica de los radicales albanokosovares no cambia. Primero, provocan a los serbios, les fuerzan a defenderse para después acusarles de que exacerban la tensión, incluirlos en la lista de “terroristas” que, según dice el mismo Kurti, merecen ser deportados o metidos en cárcel.
Mientras tanto, los patrocinadores del “proyecto Kosovo” representados por EEUU y la UE no son capaces o simplemente no quieren domar a los extremistas de Pristina, obligarlos a retirar a la “policía” y los “alcaldes” ficticios de los edificios administrativos en el norte del territorio.
No se menciona la institución de la Comunidad de los Municipios Serbios, el compromiso firmado por la Unión Europea todavía en 2013. Eso es lo que valen las cacareadas garantías occidentales.
Se requieren medidas urgentes y decisivas para devolver Pristina a un diálogo normal con Belgrado basado en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 1244. El tiempo no corre en favor de la paz y estabilidad en la región.
La demora y falta de voluntad en los asuntos de Kosovo pueden conllevar un empeoramiento de las amenazas anteriores. En particular, Albin Kurti reanudó su retórica sobre la gran Albania: uno de estos días declaró que recuerda sobre la “importancia de unir” a todos los albaneses, y el objetivo clave del partido que encabeza está dictado por “el proyecto inacabado de la Liga de Prizren”. De esta manera, se cuestiona la integridad territorial de Grecia, Macedonia del Norte, Serbia y Montenegro. Tales planes prevén que sus regiones pobladas por los albaneses serán separadas y posteriormente pasarán a formar un todo único. Es una señal sumamente alarmante que expone los verdaderos designios de Pristina, su genuina actitud hacia la seguridad y la inviolabilidad de las fronteras en los Balcanes.