République arabe syrienne
Discurso y respuestas a preguntas ofrecidas por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, durante la Conferencia “Mediterráneo: diálogo de Roma”, Roma, 1º de diciembre de 2017
Estoy encantado de estar aquí por tercera vez. Gracias por la invitación. Si mis comentarios son útiles, creo que es en nuestro interés común. Creo que los ponentes anteriores han esbozado los problemas que afronta hoy la región de Oriente Próximo y el Mediterráneo: el flujo de inmigrantes y una oleada del terrorismo que hay que superar. Nos aproximamos a este objetivo en Siria, pero esto no quiere decir que se pondrá fin al terrorismo en toda la región y fuera de ésta. Todos tenemos que luchar contra tales amenazas y desafíos como el tráfico ilícito de armas, un desplazamiento libre de combatientes terroristas a través de Libia y varios otros Estados a la región del Sahel. Tenemos que reaccionar a estos desafíos sin olvidar cómo se inició todo eso.
Todos estos problemas de la región, este caos, como han caracterizado ustedes la situación en esta región, son resultados de la injerencia externa, los intentos de realizar cambios geopolíticos bajo el lema de la lucha contra los dictadores. Se derribó a Saddam Hussein y ven ustedes qué pasa en Irak. Los que mataron (no se puede caracterizarlo de otro modo) a Muamar Gadafi violaron burdamente la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el establecimiento de una zona de exclusión aérea. Se derrocó este régimen autoritario también. ¿Y qué pasó con Libia? Ahora ya se oye hablar que es casi imposible restablecer la institucionalidad en este país.
Hay que entender que cuando hablamos sobre tales problemas como la inmigración, el tráfico ilícito de armas, el terrorismo, tenemos que evitar errores del pasado, es decir, impedir a todos que cometen tales errores: destruir a los países para alcanzar objetivos dudosos, imponer sus valores, su estilo de vida a los pueblos que tienen su propia cultura, sus tradiciones. Creo que es irresponsable. No queremos que otra región se convierta en una cristalería donde toda la vajilla es rota.
Finalizaré mi discurso en esto y escucharé con mucho gusto sus comentarios. Estoy seguro de que los ponentes anteriores ya han descrito sus enfoques hacia el desarrollo de los acontecimientos y no quiero repetirme. Vamos a comunicarnos de modo interactivo.
Pregunta: Gracias, señor Ministro, por aceptar la posibilidad de organizar nuestra discusión de tal modo que podamos intercambiar opiniones. Como ha dicho usted, se han pronunciado aquí varios discursos y los ponentes han contado qué pasa hoy en Oriente Próximo manifestando cada uno su enfoque al respecto. En su discurso introductorio, usted ha dado a entender donde, según Usted, hay que buscar los orígenes de problemas que afrontamos. Si me permite, quisiera hacer un paso para adelante en nuestra discusión. Usted ha dado a entender que los orígenes...
Respuesta: No he dado a entenderlo, los he nombrado abiertamente.
Pregunta: Usted ha manifestado claramente su postura al respecto. ¿Podría pedirle ahora decir cómo Rusia ve el futuro de Oriente Próximo? ¿Qué quieren conseguir ustedes?
Respuesta: Queremos ver en Oriente Próximo la paz, la estabilidad, las condiciones para el desarrollo, la apertura al mundo externo. Además, queremos que continúe la tradición multisecular de conformidad con la que varios grupos étnicos y confesionales conviven. Es muy importante para nosotros el destino de los cristianos en Oriente Próximo. Creo que este grupo ha sufrido más que todos durante la crisis actual. Quisiéramos naturalmente que todos los países de Oriente Próximo, incluido Irak, Siria, Libia y los demás, decidan de modo independiente cómo vivir. Está claro que es necesario arreglar el problema palestino a tenor de todas las resoluciones aprobadas hace mucho, de conformidad con el acuerdo directo entre los israelíes y los palestinos sobre la creación de un Estado palestino viable garantizando la seguridad de todos los países de la región, incluido Israel. Así es una imagen general de Oriente Próximo que quisiéramos ver.
Pregunta: ¿Cómo se puede pasar de la situación actual a la imagen descrita por usted?
Respuesta: Al inicio, es necesario superar las consecuencias de una injerencia irresponsable y cruel, ante todo, en Irak bajo un pretexto inventado (ya lo saben todos), posteriormente en Libia. Como ya he dicho, en Libia se violó burdamente el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU que preveía el establecimiento de la zona de exclusión aérea. Luego se emprendió un intento de hacer lo mismo en Siria. Así las cosas, es necesario ahora superar las consecuencias de esta política irresponsable e inaceptable.
En lo que se refiere a Siria, necesitamos avanzar hacia un diálogo inclusivo entre todos los sirios. Se podría decir lo mismo sobre Libia e Irak. Me parece que el diálogo inclusivo es necesario en cada país si queremos encontrar una solución política.
En lo que se refiere a la inmigración, hace varios días, en Abiyán se celebró una cumbre de los países de la Unión Europea y la Unión Africana. Vamos a esperar y veremos si lograrán promover algunas ideas que sean eficaces y útiles desde el punto de visto práctico.
Me he reunido hoy con el Primer Ministro de Italia, Paolo Gentiloni, y el Ministro italiano de Asuntos Exteriores, Angelino Alfano. Hemos manifestado nuestro apoyo al intento de Italia que el año que viene asumirá la presidencia de turno en la OSCE a incluir en la agenda el tema de inmigración y presentarlo como una de las prioritarias. La parte italiana nos ha explicado en detalle su enfoque al respecto y apoyamos esta propuesta.
Naturalmente, no se debe olvidar sobre el restablecimiento del patrimonio cultural. Lo que hacen hoy los combatientes del Frente al Nusra en Siria e Irak destruyendo templos e iglesias es un golpe contra toda la civilización mundial. Por eso proponemos ahora que la UNESCO intensifique su actividad y empiece a restablecer a Alepo. En particular, se trata de la Mezquita de los Omeyas que fue destruida casi por completo.
Además, es necesario aplicar más esfuerzos en el ámbito de ayuda humanitaria. Esto se refiere, ante todo, a Siria y Yemen. Es muy importante.
Al final, no se puede olvidar del futuro. Hay que restablecer la economía de los países destruidos a raíz de la guerra, o más bien, guerras. Creo que no es oportuno vincular los programas humanitarios de restablecimiento del sector económico y social de estos países con las exigencias de derrocar el régimen, como proponen algunos en relación con Siria. Es lo que hay que hacer hoy.
Además, es necesario mencionar el desminado. Es otro problema, un objetivo, que tenemos que aspirar a conseguir. Hay mucho trabajo en Siria y otros países. Tenemos que avanzar en todas estas direcciones observando el compromiso que asumimos todos: respetar la soberanía, la integridad territorial, la unidad, el carácter multiconfesional de estos países. No hay otro camino. Si permitimos que Siria se desintegre (a lo que no opondrían varios actores externos, creo yo), esto tendrá unas consecuencias muy negativas para toda la región.
Pregunta: Señor Ministro, a juzgar por los resultados de la cumbre de Sochi, Rusia está dispuesta a asumir el liderazgo en el arreglo del conflicto sirio. Al mismo tiempo da la sensación que actualmente es la única potencia que está en contacto con todos los principales actores en la región. ¿Por qué no hace Rusia el proceso de paz más estructurado asumiendo, por ejemplo, la función de mediador entre algunos países de la región, digamos Irán y Arabia Saudí, que están confrontados en esta cuestión? Es esta situación Moscú podría contribuir a elaborar algún acuerdo colectivo sobre el asunto. ¿Rusia no considera necesario permanecer en la región para supervisar la implementación de las disposiciones de este acuerdo e impedir el regreso del EI? Porque es este caso todo se volverá a desmoronar.
Respuesta: Primero, no aspiramos a ostentar liderazgo para causar impresión. Nuestras Fuerzas Armadas se encuentran en Siria por petición oficial del gobierno legítimo del país miembro de la ONU. En septiembre de 2015 el Gobierno de Siria dirigió a Rusia la petición de ayuda para impedir el avance del Estado Islámico. En aquel momento el EI se acercó a Damasco teniendo bajo control la mayor parte del territorio sirio. Jabhat al-Nusra también ocupó determinadas zonas.
Creo que conseguimos unos resultados muy serios. El EI está prácticamente derrotado. Continúa la operación en la orilla oriental de Éufrates. Tenemos que concentrarnos en el apoyo de los que están luchando con los terroristas en Siria, que es, en primer lugar, el Ejército sirio. Esto es lo que estamos haciendo junto con nuestros socios iraníes que también se encuentran en Siria por la invitación del gobierno legítimo. Hay los que combaten el terrorismo pero se presentaron en Siria sin invitación. Esto representa un problema. No obstante, conseguimos elaborar determinados acuerdos con Estados Unidos. Empezamos por lo que en inglés se llama deconflicting, es decir un acuerdo para evitar incidentes aéreos. Es un acuerdo sustancial. Nos gustaría que en el futuro EEUU cumpliera las aseveraciones tantas veces dadas púbicamente por el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, y muchos otros representantes oficiales en Washington. Aseveraron que Estados Unidos realizaba acciones de combate en Siria con el único objetivo de derrotar al EI. Ahora, sin embargo, dicen otras cosas. Dicen que tal vez tengan que quedarse en Siria un par de años más para asegurarse de que el EI no regresará. Nosotros creemos que cuando acabe la guerra contra el EI todos los contingentes extranjeros que se encuentran en Siria sin la invitación del gobierno legítimo del país miembro de la ONU y sin el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU (que no confirió tal mandato) serán obligados a abandonar el país.
En cuanto al liderazgo que usted menciona. Cuando enviamos las unidades de nuestra Fuerza Aeroespacial a Siria para ayudar a las autoridades de este país a luchar contra los terroristas estábamos respaldando por todos los medios el proceso de paz de Ginebra que se desarrollaba bajo la égida de la ONU. Como seguramente recordará usted, John Kerry y yo, conforme los encargos recibidos de los presidentes Vladimir Putin y Barack Obama, en septiembre de 2016 preparamos un paquete de documentos que abordaba ya no sólo la necesidad de evitar conflictos sino la de coordinar nuestras acciones, incluidos los ataques aéreos de la aviación rusa y estadounidense contra los terroristas. En resumen, significa que nadie tiene derecho a atacar antes de que la otra parte confirme que el objetivo seleccionado realmente son los terroristas. Para que este documento empezara a funcionar hacía falta hacer sólo una cosa – que EEUU cumpliera su promesa de separar los grupos opositores con los que colaboraban de Jabhat al-Nusra. No había problema con la separación del EI porque se posicionaba de forma aislada. Mientras Jabhat al-Nusra se mezclaba constantemente con otras agrupaciones, absorbía nuevas unidades o las expulsaba. Nos dimos cuenta hace mucho (al menos hace tres años, desde que EEUU formaron la coalición e invadieron el espacio aéreo sirio) que los estadounidenses tratan a Jabhat al-Nusra con indulgencia. Bombardeaban al EI, aunque no con la intensidad que habríamos deseado, pero a Jabhat al-Nusra casi nunca.
Lógicamente, en nuestras discusiones con los estadounidenses planteamos esta cuestión en numerosas ocasiones. Lo negaban todo pero persistía la sospecha de que querían reservar a Jabhat al-Nusra por si acaso, para un plan B, por si hacía falta usarla en contra del régimen. Ahora ya no es así y confío que nuestros permanentes contactos con los militares estadounidenses hayan contribuido a elaborar una correcta estrategia antiterrorista en Siria.
Cuando la administración de Barack Obama incumplió su promesa de separar la oposición «patriótica» de Jabhat al-Nusra comprendimos que era incapaz de llegar a un acuerdo sobre la cuestión siria. Entonces tuvimos que adoptar una táctica pragmática y lanzar el proceso de Astaná, junto con Irán y Turquía (y no son precisamente dos países ansiosos de colaborar entre ellos). Me parece que los resultados del proceso de Astaná, especialmente la creación de las zonas de distensión, una de las cuales fue establecida gracias a los esfuerzos conjuntos de Rusia, EEUU y Jordania, permitieron mejorar notablemente la situación en Siria. Todos están de acuerdo en ello. Eso sí, tenemos que estar alerta para que estas zona de distensión no se lleguen a usar para llevar a la desintegración de Siria. Desgraciadamente, EEUU crearon en Al Tanf, de forma unilateral, una zona de seguridad con un radio de 50 km. Consideramos que no existe ninguna necesidad de haberlo hecho. En el territorio de esta zona creada unilateralmente se ubica el campamento de refugiados de Rukban que es usado con regularidad por los restos de las unidades del EI que penetran en la zona desde fuera. Planteamos esta cuestión en nuestros contactos con Estados Unidos y espero que acepten nuestras conclusiones que transmitiremos a través de nuestros especialistas militares de que no hay necesidad de mantener esta zona, si es que no persiguen el objetivo de dividir Siria en varias partes creando en algunas de ellas los órganos de gobierno local leales para con EEUU y autónomos con respecto al gobierno central. Si EEUU no tiene estas intenciones creo que conseguiremos solucionar esta situación.
Por nuestra parte, al contrario, apoyamos los mecanismos de reconciliación nacional, fomentamos los estrechos contactos entre los órganos de gobierno local dentro de las zonas de distensión y el gobierno en Damasco. Prestamos ayuda humanitaria, etc.
Sólo cuando a finales de diciembre de 2016 fue lanzado el proceso de Astaná, en Moscú se celebró la reunión de los titulares de Exteriores y de Defensa de Rusia, Irán y Turquía y se anunció la creación de nuestro trío, nuestros amigos de la ONU empezaron a moverse. Hasta ese momento durante nueve meses en Ginebra no se había celebrado ningún encuentro. Así que en cierto sentido el proceso de Astaná estimuló a las Naciones Unidas para que intentase no quedarse atrás y pusiese manos a la obra.
Este año ha habido una pausa igual de prolongada mientras los colegas de Arabia Saudita intentaban reunir diferentes grupos opositores. Terminaron consiguiéndolo, de los que hoy hemos hablado con el ministro saudita de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Adel bin Ahmed al Jubeir. Pero mientras se celebraban estas negociaciones con diferentes grupos opositores el proceso de Ginebra se encontraba suspendido. Pero en cuanto tuvo lugar la reunión entre los presidentes de Rusia, Turquía e Irán (más bien, en cuanto se anunció tal reunión) mi buen amigo Staffan di Mistura en seguida dijo la fecha de reanudación del proceso de Ginebra.
Así que estas dos iniciativas se complementan. Sin duda alguna, como lo declaró en reiteradas ocasiones el presidente ruso, queremos que la solución de la cuestión siria se base en la resolución 2254. Este proceso deberá llevarse a cabo bajo la égida de la ONU, hace falta una nueva Constitución, unas elecciones presidenciales y parlamentarias bajo la observación de la ONU. Esta es nuestra postura.
Pregunta: Me gustaría que explicara con más detalle qué paso dará después de Sochi, a saber, ¿cómo planea involucrar a los países árabes que no estuvieron presentes en la reunión de Sochi en el arreglo definitivo del problema sirio?
Respuesta: En Sochi, nos reunimos los tres países participantes del proceso de Astaná. Fue en el marco de este proceso donde la oposición empezó a hablar directamente con el gobierno, algo que no había ocurrido antes. La oposición representada en el proceso de Astaná es aquella parte de la mismo que lucha contra las tropas gubernamentales. Antes de arrancar el mencionado proceso, en Ginebra, la oposición estaba representada, básicamente, por los emigrantes que residen en Estambul, Riad, Doha, París y Londres. Sin embargo, ahora la oposición armada participante del proceso de Astaná se vio incorporada en la delegación del encuentro en Ginebra que, como ya he dicho, formó con éxito Arabia Saudita.
En Astaná, además del gobierno sirio, las fuerzas de oposición y los tres países garantes – Rusia, Irán y Turquía – están presentes otros países en calidad de observadores, Estados Unidos y Jordania. Recibimos, con satisfacción, solicitudes de otros países que pretendían ser observadores. Pero, finalmente, decidimos que, como este proceso, en cualquier caso, está vinculado al proceso de Ginebra, será mejor mantenerlo «compacto». A propósito, en Ginebra, bajo la dirección de Rusia y EEUU, fue creado el Grupo Internacional de Apoyo de Siria (GIAS), en cuyas reuniones ministeriales hace un par de años se había elaborado la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU. El grupo dejó de convocar reuniones plenarias pero siguen funcionando dos grupos de trabajo, uno para el cese de hostilidades y el otro para cuestiones humanitarias. Estos grupos se reúnen semanalmente por eso la mayoría de los países (si no todos) interesados en el arreglo sirio participan en los encuentros de estos grupos de trabajo en Ginebra reuniéndose cada semana. No creo necesario crea nuevos mecanismos. Me parece que todos los que quieren hacer su aporte tienen la posibilidad de hacerlo.
Por nuestra parte, desearíamos contribuir al éxito del proceso de Ginebra mediante la celebración del Congreso de Diálogo Nacional Sirio. La Declaración aprobada en Sochi establece que los tres países miembros realizarán consultas y acordarán la lista de los participantes del Congreso. Pusimos al enviado especial del secretario general de la ONU para siria y a los representantes de las Naciones Unidas al tanto de nuestro trabajo. Tenemos previsto aprovechar el Congreso, cuyas fechas y listas de participantes están por acordar, para contribuir al proceso de Ginebra impulsando el proceso estable de reformas constitucionales y la preparación de las elecciones.
Pregunta: Me gustaría desarrollar un tema ya planteado aquí. No cabe la menor duda de que la crisis siria desató unos procesos que influyeron en todo Oriente Próximo. Irán se convirtió en un actor importante en la región. Hay tensión entre Irán y Arabia Saudí. Plantea preguntas la postura de Israel. Se han acumulado unas serias contradicciones en la región. ¿Cómo evaluaría estos procesos? ¿Cómo se podría arreglar estas contradicciones a largo plazo?
Respuesta: En reiteradas ocasiones hemos planteado la cuestión relativa a las contradicciones entre Arabia Saudí e Irán – tanto en las discusiones abiertas como en nuestros contactos bilaterales con cada uno de estos Estados. Les sugerimos la necesidad de entablar un diálogo directo entre ellos y estamos dispuestos a brindarles cualquier apoyo que haga falta. Lamentamos que se haya configurado esta situación, cuando las relaciones entre estos dos países influyentes simbolizan, se podría decir, la división que existe en el islam. Ya en 2004 el rey de Jordania Abdalá convocó un encuentro para declarar que todos los musulmanes debían considerarse hermanos unidos por la misma religión y la misma cultura. Entonces de aprobó la Declaración de Amán que no prosperó, desgraciadamente, Es posible que haga falta intentarlo de nuevo a través, por ejemplo, de la Organización para la Cooperación Islámica. Esto ya es asunto de nuestros amigos musulmanes.
Suena absolutamente irrealista cuando algunos dicen que hay que meter a Irán dentro de ciertos límites. Es imposible meter a países como Irán o Arabia Saudí dentro de los límites. Tienen sus intereses legales y si los promueven de forma legal habrá que aceptarlo y ayudar a limar las contradicciones entre os intereses de diferentes actores en la región. Ya he mencionado que uno de los problemas de la región es la cuestión palestina. No cabe duda de que al dar con la justa solución del problema palestino haríamos perder el estribo a los que reclutan terroristas entre la juventud. Los extremistas cuentan a los jóvenes muchachos y muchachas que la ONU se había burlado de los palestinos prometiéndoles hace 70 años un Estado propio. Este problema hace juego a los extremistas de la región proporcionando a los reclutadores un argumento adicional para atraer a nuevos miembros a sus filas.
Por cierto, hablando de extremistas. Como ya he dicho, las causas de esta crisis, sus raíces están en los intentos de una injerencia externa indiscutiblemente probada (a diferencia de otras «injerencias»). Poco antes de abandonar la Casa Blanca la administración del presidente Barack Obama convocó en la sede de la ONU – no bajo la égida de la ONU sino físicamente en el territorio de la Organización – un encuentro al que invitaron a los que quisieron invitar. Durante el mismo declararon la necesidad de elaborar una nueva concepción de la lucha contra el extremismo violento.
Este es, de paso sea dicho, un episodio muy curioso. La Secretaría de la ONU, con el secretario general anterior, por iniciativa propia, sin que lo hubiera solicitado la Asamblea General u otros organismos, redactó un informe sobre la lucha contra el extremismo violento. Resumiendo, la idea estadounidense se reducía a lo siguiente: los dictadores y gobernadores autoritarios pierden la conexión con su pueblo, ignoran sus necesidades, por lo cual la población se convierte por eso en extremistas dispuestas a cometer cualquier acto de violencia. Por lo tanto, la comunidad internacional debe, saltándose a estos gobernadores, dirigirse directamente a los ciudadanos y explicarles cómo construir una democracia. Pero esto, como ustedes entenderán perfectamente, contradice a todos los principios establecidos por la Carta de la ONU. Hay que estar alerta porque semejante enfoque está destinado, de hecho, a justificar y legitimar la intervención en Irak, Libia, Siria y otros países. Por lo tanto, debemos de obrar con mucha cautela ante las discusiones como la referida que, repito, no se celebró bajo la égida de la ONU.
Pregunta: Mi pregunta es sobre el Acuerdo Nuclear Iraní del que fue usted un activo participante. ¿Cómo ve el futuro de este acuerdo? ¿Qué puede hacer Rusia para preservarlo?
Respuesta: El acuerdo, de momento, es vigente. Hace un par de días el director general de la OIEA, Yukiya Amano, confirmó que Irán cumple todos los requisitos del acuerdo sobre el programa nuclear iraní. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó unánimemente la resolución que confirma el acuerdo. Ahora este acuerdo es parte del derecho internacional. Esto es todo. ¿Para qué reparar lo que no está roto?
Pregunta: ¿Habrá más comentarios?
Pregunta: Si EEUU realmente lo desea…
Respuesta: Si EEUU realmente decide retirarse del acuerdo, no podremos hacer nada. Será un incumplimiento del compromiso asumido por Estados Unidos. Será, por cierto, el incumplimiento de las garantías concedidas por la administración anterior. La mayor parte sobre el acuerdo se desarrolló directamente entre Washington y Teherán, se celebró toda una serie de los encuentros fuera del Sexteto iraní. Los demás participantes del proceso nos alegrábamos mucho cuando EEUU e Irán alcanzaban un compromiso en alguno de los puntos del acuerdo. De modo que si EEUU sale ahora del acuerdo en cuestión socavará la confianza de otros países a los que hoy piden renunciar al programa nuclear, como es el caso de Corea del Norte. Hoy todos nosotros, incluido EEUU, exigimos a Corea del Norte que suspenda su programa nuclear y aborde cuestiones de seguridad y desnuclearización de la península de Corea. ¿Qué ejemplo le dará EEUU al dirigente norcoreano cuando salga del acuerdo iraní? El líder de Corea del Norte se preguntará porqué tiene que renunciar a su programa. Incluso si se consigue un acuerdo ahora nadie sabe lo que pasará cuando llegue el próximo presidente. Me consta que la mayoría de los analistas serios de EEUU, incluido un gran número de los representantes oficiales, están completamente conscientes de ello. Confío en que ninguna de las partes viole el acuerdo.