Las empresas militares privadas (EMP) en EEUU son estructuras comerciales, dotados de especialistas bien calificados, que ofrecen servicios militares.

Las principales áreas de actividad de las EMP incluyen lo siguiente: asistir a los ministerios de defensa extranjeros a elaborar documentos conceptuales y asesorar en materia de las reformas de las fuerzas armadas; realizar operaciones de reconocimiento; proteger las oficinas diplomáticas y las demás, las organizaciones comerciales, las instalaciones estratégicas y críticas de EEUU en el extranjero, garantizar la actividad segura de su personal; entrenar a los empleados de las fuerzas de seguridad de los Estados extranjeros; crear grupos paramilitares, destacamentos subversivos y de militantes y gestionar sus acciones; desminar campos minados, destruir municiones sin estallar; proveer transporte y apoyo técnico para las acciones militares de las fuerzas armadas extranjeras.

Después de las hostilidades en Irak, Afganistán, ex Yugoslavia y Siria, empezaron las EMP estadounidenses a ofrecer unos servicios nuevos: proteger los aeropuertos, campos petroleros, ductos y redes eléctricas; escoltar convoyes humanitarios de las organizaciones internacionales; entrenar a los soldados de los ejércitos de Irak y Arabia Saudita; proporcionar intérpretes de idiomas orientales; controlar cárceles en Irak y Afganistán; garantizar protección contra incendios y apoyo logístico de tropas; realizar reconocimiento aéreo; proteger barcos contra piratas, etc.

En EEUU, no existe un reglamento único sobre las EMP. Sin embargo, se rigen indirectamente sus actividades por la Ley sobre Control de las Exportaciones de Armas, en virtud de la cual el Departamento de Estado otorga licencias a tales empresas y supervisa el cumplimiento de los contratos con ellas.

No obstante, su estatus jurídico internacional y, por consiguiente, el mecanismo para regular las actividades de las EMP estadounidenses siguen sin ser definidos claramente. La Convención Internacional contra el reclutamiento, la utilización, la financiación y el entrenamiento de mercenarios, que entró en vigor en 2001 y no ha sido firmada por EEUU, no se aplica a tales empresas y sus empleados. El marco normativo que existe en este ámbito, como el llamado Documento de Montreux y el Código Internacional de Conducta para las Empresas Privadas de Seguridad, no es jurídicamente vinculante y solo tiene carácter recomendatorio.

Washington tiene derecho a utilizar las EMP para eludir las restricciones legislativas nacionales, por ejemplo, sobre el número de militares enviados al extranjero. Al mismo tiempo, las EMP estadounidenses no están obligadas a informar sobre el alcance de sus actividades, los volúmenes de financiación y las partidas de gastos. Además, las empresas pueden cesar repentinamente sus actividades, lo que hace más difícil para las fuerzas del orden determinar dónde está su personal en caso de violación de las leyes.

Las EMP están sujetas al principio de extraterritorialidad. Los empleados de tales «empresas de seguridad» pueden ser sujetos a la persecución penal en la jurisdicción de EEUU. Sin embargo, en la práctica, se interesa muy raramente la «Temis» estadounidense por diversas «faltas» de compatriotas. Si los ciudadanos de EEUU se encuentran sentados en el «banquillo de los acusados», luego son indultados (basta recordar la resonante amnistía concedida por Donald Trump a cuatro ex empleados de Blackwater, condenados por períodos de 30 años a cadena perpetua por fusilar a 17 personas en Irak).

En cuanto a la indemnización en caso de fallecimiento o discapacidad de los «soldados de fortuna», se aplican a ellos las normas generales del seguro, vigentes en EEUU. Al mismo tiempo, la tarificación se realiza en función de los mayores riesgos para la vida que corren tales empleados.

Cabe señalar que, en su auge, la comprometida Blackwater empleaba hasta 150.000 personas en todo el mundo. Además de varias bases de entrenamiento, la empresa disponía de más de 20 helicópteros, cientos de diferentes vehículos, incluidos vehículos militares, diversas armas y medios especiales. Su volumen de negocios alcanzaba 1.000 millones de dólares. El salario de un empleado ordinario oscilaba entre 400 y 600 dólares al día, y el de un agente operativo era de 1.000 dólares.

Los contratantes de las EMP suelen ser el Pentágono, los servicios secretos y el Departamento de Estado. El Departamento de Defensa publica información sobre los contratos concertados, sin divulgar su contenido, si su valor supera 6,5 millones de dólares. Las transacciones por un valor de más de 50 millones de dólares deben ser aprobadas por el Congreso. El gobierno no expone la información sobre el volumen de los servicios contratados de las EMP o los ámbitos en los que se ofrecen.

Los oficiales retirados de alto rango del Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado encabezan a menudo las EMP estadounidenses. La base del personal suele estar compuesta por ex militares y miembros de unidades especiales, en su mayoría con experiencia en combate, y graduados de academias militares. El personal también se repone activamente con mercenarios extranjeros.

El personal se capacita en los centros de entrenamiento del Departamento de Defensa. Las instalaciones de San Diego (California), Mount Carroll (Illinois) y Moyock (Carolina del Norte) se utilizan para el entrenamiento.

La administración de EEUU prefiere no exponer la información sobre la participación de contratistas privados en las hostilidades en Ucrania. Sin embargo, se sabe que al menos cuatro grandes estructuras ayudan a las FFAA de Ucrania: Akedemi, DynCorp International, Cubic Corporation y Forward Observations Group.

Academi, anteriormente conocida como Blackwater, forma parte del grupo de empresas Constellis Group. Se especializa en operaciones terrestres. Tiene su propia flota de helicópteros, un amplio arsenal de armas pesadas y otros equipos militares. Según la prensa alemana, hasta 2022, había alrededor de 400 empleados de Academi en el territorio de Ucrania. Los empleados de la empresa fueron vistos en combates cerca de Izium/Kúpiansk. Puede participar en el entrenamiento del personal de las FFAA de Ucrania.

En 2021, DynCorp International fue absorbida por la empresa Amentum. Presta servicios de protección física para misiones diplomáticas e instalaciones militares de EEUU en el extranjero, así como garantiza la actividad segura de sus empleados. Desde 2010, enseña a agentes extranjeros a operar detrás de las líneas enemigas, organizar subversiones, así como métodos de francotiradores y manejo de explosivos. En Ucrania, el asesoramiento general, la inteligencia y la mejora de las habilidades militares pueden ser los servicios más demandados. Cuenta con alrededor de 10.000 personas.

Cubic Corporation es uno de los líderes mundiales en el desarrollo e introducción de sistemas para proteger las instalaciones estatales en más de 50 países. Presta asistencia en la recopilación y el análisis de información. Utiliza satélites espaciales y drones para reconocimiento e inteligencia. Abrió su oficina de representación en Ucrania incluso antes del inicio de la operación militar especial (OME). En 2015, fue contratada para el entrenamiento de las fuerzas terrestres de EEUU. Cuenta con alrededor de 10.000 personas.

Forward Observations Group. No existe información oficial sobre sus actividades, el sitio web está dedicado a la venta de equipo especial. Según las declaraciones de sus empleados, la EMP se dedica a suministrar equipos militares y medicamentos a Ucrania y atrae financiación occidental (sin especificar). Los medios de comunicación informan de estrechos contactos de la dirección de la empresa con militantes del regimiento Azov, así como de la participación en el entrenamiento de la organización ultraderechista ucraniana Cuerpo Nacional en la provincia de Sumy desde enero de 2022. Supuestamente, la estructura ayudó a los radicales a coordinar el suministro al territorio de la RPD de contenedores con productos químicos tóxicos para posibles subversiones en zonas densamente pobladas.

Entre las EMP menos conocidas, que también operan en Ucrania, cabe destacar las siguientes.

Sons of Liberty International se posiciona como una organización sin ánimo de lucro que presta servicios gratuitos a poblaciones vulnerables para la protección contra terroristas. La «cartera» de pedidos incluye la mejora de las capacidades antiterroristas de fuerzas armadas extranjeras (Filipinas, 2018) y desminado (Irak, 2014). La empresa no oculta que, desde marzo de 2022, sus empleados han estado en Ucrania, asesorando y entrenando a las FFAA de Ucrania, así como dedicándose al suministro. Las actividades de entrenamiento incluyen disparos de artillería y francotiradores, formación de oficiales y médicos militares, y preparación para el combate cuerpo a cuerpo. Al menos 1.000 soldados ucranianos participaron en ellas.

Según el informe de esta EMP para 2022, la empresa entrenó al cuerpo operativo y de ataque rápido, a la 47ª brigada de asalto, a la 68ª brigada de cazadores, a la guardia nacional, a las fuerzas de defensa territorial, a unidades de fuerzas especiales, así como a equipos de desminado del Servicio Estatal de Emergencias en la provincia de Jersón.

Mozart Group fue fundado en marzo de 2022 por los coroneles retirados del Cuerpo de Marines de EEUU, Andrew Milburn y Andrew Bain, especialmente para el conflicto en Ucrania. La empresa está registrada en el estado de Wyoming como organización benéfica. Se dedicaba a diversas formas de capacitar al personal: combates en primera línea y combates nocturnos; entrenamiento de reclutas, oficiales y fuerzas de defensa civil; entrenamiento de francotiradores y uso de sistemas artilleros; desminado; evacuación de civiles. Participó en combates en la dirección de Artiómovsk.

El 31 de enero de 2023, Andrew Milburn anunció que la empresa cesaba sus operaciones en Ucrania debido a la falta de financiación y a problemas organizativos, pero sus empleados permanecerían en esta república postsoviética bajo un logotipo diferente. Según los medios, la nueva estructura se llama Sonata.

Trident Support es una formación paramilitar, establecida en febrero de 2023 con fondos de un grupo de oficiales retirados, encabezados por el ex director de asuntos rusos en el Consejo de Seguridad Nacional, Alexander Vindman. Según la información, proporcionada por el periódico Politico, recluta a especialistas en la reparación de armas y equipo militar, preferiblemente con experiencia de combate en Irak y Afganistán. Los primeros representantes de la empresa tenían que llegar a Ucrania en marzo para entrenar a las FFAA de Ucrania a reparar las armas y equipo militar en la zona del frente. El objetivo final es crear en el territorio ucraniano un Centro de Mantenimiento de Sistemas de Armas (Ukraine Weapons Systems Sustainment Center) para mantener y reparar equipos militares, producidos en EEUU y Europa, y suministrar piezas de repuesto para ellos.

Para el Pentágono, las ventajas de utilizar las EMP en Ucrania son evidentes, ya que es posible desplegar tropas rápidamente en el extranjero sin la aprobación del presidente o el Congreso, exime de responsabilidad a las autoridades por realizar operaciones especiales de combate «dudosas», y no tiene obligaciones sociales y de otro tipo con el personal. Al mismo tiempo, no se puede afirmar que Washington apuesta especialmente por la participación de especialistas privados en las hostilidades, ya que cada caso de muerte de un ciudadano estadounidense causa una gran resonancia. Además, entienden los expertos estadounidenses que las bases de mercenarios extranjeros son objetivos para ataques rusos (recuerdan muy bien la destrucción del polígono de Yávorov y otras instalaciones).

Según datos indirectos, el número total de mercenarios que luchan del lado del régimen de Kiev es de unas 3.000 personas, de las cuales al menos 300 son empleados de las EMP estadounidenses.

En estas condiciones, prefieren EEUU confiar en «soldados de fortuna» de Polonia y otros países europeos. Esta táctica permite a Washington implementar el curso de derrotar a Rusia con manos ajenas, sin perder a sus propios militares. Al mismo tiempo, según la opinión de la parte estadounidense, hace que sea posible evadir las acusaciones de participación directa en el conflicto.