Saludamos las negociaciones sostenidas el pasado 12 de junio en Singapur entre el Presidente del Consejo de Estado de la RPDC, Kim Jong-un, y el Presidente de EEUU, Donald Trump. Partimos de que la normalización de las relaciones estadounidense-norcoreanas, la aspiración a la cual está reflejada en la declaración final conjunta de las partes, es parte inalienable del arreglo integral de los problemas, incluido el nuclear, que afronta la Península de Corea.

Valoramos positivamente la declaración hecha por el Presidente de EEUU al término de la cumbre sobre lo inoportunas que son las maniobras militares durante las negociaciones. Estamos convencidos de que el cese de las provocaciones es un paso indispensable para rebajar de nivel la tirantez en torno a la península, para crear allí un clima de confianza.

Por nuestra parte, seguiremos aplicando los esfuerzos con vistas a mantener el proceso político-diplomático en torno a la Península de Corea. En vista de que ya se están llevando a vías de hecho la primera y la segunda etapas de la Hoja de Ruta diseñada por Rusia y China, exhortamos a los socios a diseñar las modalidades de las consultas multilaterales cuyo objetivo final, a nuestro modo de ver, es la creación de un sólido mecanismo de paz y seguridad respetando los intereses legítimos de todos los Estados del Noreste de Asia.