Al estudiar la instancia sobre el trabajo de las centrales de visados  rusos en España, tenemos que constatar que desgraciadamente su autor hace poco caso a los hechos.

Ante todo, quisieramos destacar que a pesar de lo que denuncia el autor de la instancia, la empresa que gestiona la central de visados no representa a las autoridades rusas sino es una empresa privada. Concretamente, en caso de las centrales de visados rusos en España, su empresa gestora no es rusa en que el autor insiste erróneamente sino la española.

A tenor con el contrato firmado con tal empresa, el Consulado recibe de la central de visados los documentos de solicitantes de visa ya preparados y toma la decisión al respecto en los plazos estipulados en la legislación de Rusia.

La toma de decisión de otorgar o negar visas, así como la formalización de visados para los ciudadanos extranjeros fuera de Rusia siempre es de incumbencia de las misiones diplomáticas rusas.

Además, destacamos que el número de visados otorgados por las misiones diplomáticas rusas en España en 2016 creció más que un 20% en comparación con los indicadores del año anterior, lo que evidentemente contradice a la otra declaración del autor sobre la presunta renuncia de los españoles a los viajes a Rusia.

El autor de la instancia tiene razón, al declarar que en que la actividad de la empresa española que gestiona las centrales de visado se reglamenta por la normas del Derecho español, incluida la legislación laboral. Es aún más sorprendente que la instancia está dirigida al Ministerio ruso de Asuntos Exteriores. El ministerio no tiene intenciones de cumplir las funciones de los organismos competentes de España. Por eso le recomendaríamos con insistencia al autor de la instancia que acusara al empleador de violar los derechos del empleado si dispone de pruebas suficientes y que se dirija directamente a los organismos de control españoles para arreglar la situación.