la República de Cuba
Entrevista concedida por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a los medios latinoamericanos y a la cadena Russia Today, Moscú, 23 de julio de 2019
Pregunta: Señor Ministro, muchas gracias por esta posibilidad de entrevistarle. Durante largos años fue considerada un país cerrado que, sin embargo se abría para Rusia y lo sigue haciendo, como no lo hace para nadie más. La cadena Russia Today está disponible en español y es de libre acceso en muchos países latinoamericanos, pero no en el país amigo, Cuba. ¿Es importante para Rusia la presencia mediática en la isla? ¿Qué se podría hacer en este sentido?
Respuesta: No calificaría a Cuba como un país cerrado. Desde hace tiempo y hasta hoy los europeos y los canadienses disfrutaron de vacaciones en Cuba. Los estadounidenses la visitaban con sumo gusto en vacaciones, hasta que se introdujeron estas prohibiciones completamente infundadas. Los ciudadanos de Rusia también lo hacían.
En cuanto a los procesos que se están operando en Cuba, consideramos que son reformas relevantes. Ha entrado en vigor la nueva Constitución, son llevadas a cabo reformas en las esferas de la economía, aumenta el sector privado, ha aparecido Internet móvil.
Que yo sepa, hay un representante de Russia Today en La Habana. Es posible que no haya allí emisión diaria, pero una vez a la semana se emiten telediarios y documentales. Me parece que el propio canal debería llegar a un acuerdo directo con nuestros amigos cubanos.
Estoy convencido de que, cuanto más acceso a información de calidad, la que se mantenga lejos de las noticias falsas que abundan ahora en el espacio mediático, tengan, más interés sentirá el pueblo y una visión más clara de los procesos que se operan en el mundo tendrá. Creo que cuanto más presencia en los más variados países del mundo tengan los medios rusos, sobre todo en Cuba, un país amigo, más útil será su actividad para el fomento de nuestras relaciones.
Pregunta: ¿Qué opina del embargo que mantiene EEUU con respecto a Cuba? Empezó a usarse con mayor frecuencia el Apartado III de la Ley Hems-Burton que castiga a Cuba tiene un carácter extraterritorial y entra en contradicción con las normas del derecho internacional.
Respuesta: Es un comportamiento completamente inadmisible. Estas sanciones llevan casi 60 años en vigor. Hay períodos cuando se vuelven algo menos estrictas, pero más tarde se recupera su carácter implacable.
La aplicación del Apartado III de la Ley Helms-Burton por EEUU volvió a demostrar a todos que Washington pasa por alto el derecho internacional e intenta aplicar de manera extraterritorial su propia legislación a otros países. Es triste y carente de toda perspectiva, en mi opinión.
La mayoría aplastante, más de 190 Estados, votan todos los años a favor de la Resolución que exige levantar el embargo comercial introducido contra Cuba. EEUU, a solas o en compañía de dos o tres aliados más cercanos vota contra dicho documento.
Me gustaría volver a subrayar que en mi opinión, es una política carente de toda perspectiva. Estoy convencido de que en algún momento Washington se dé cuenta de que lo conduce a un atolladero, porque se vería claramente beneficiado, si tratara a otros Estados con paridad. Ningún país del mundo apoya esta política.
Pregunta: ¿Se mantendrá en Cuba el diálogo acerca de la situación en Venezuela y las vías del arreglo de la crisis? Dijo el Presidente de Ecuador, Lenín Moreno, que unos 500.000 venezolanos emigraron a su país.
Respuesta: Sabemos que los habitantes de Venezuela emigraron a otros países, además de Ecuador.
Nunca hemos interrumpido el diálogo sobre la situación en Venezuela. Mantenemos un intenso contacto con todos los representantes del panorama político venezolano, el Gobierno, la oposición, representantes de Juan Guaidó. Les explicamos que los intentos de solucionar los problemas internos, provocando la intervención desde fuera, son inadmisibles. En estos momentos Washington no deja de formular amenazas, señalando que “se están barajando todas las posibilidades”.
Me parece que la situación en Venezuela está mejorando. En un principio hubo varias iniciativas: el llamado Grupo de contacto internacional promovido por la Unión Europea fue formado en base al siguiente ultimatum que exigía la celebración urgente de las elecciones presidenciales para la solución de la crisis. El “Mecanismo de Montevideo” compuesto por Bolivia, México, Uruguay y la Comunidad del Caribe (CARICOM) se pronunciaba por el inicio del diálogo entre el Gobierno y la oposición, para que el acuerdo se alcanzara sin ningún tipo de condición previa.
Finalmente, tras varios intentos fallidos de provocar una nueva revolución de colores, la situación se transformó en el proceso conocido como el proceso de diálogo en Oslo encaminado a lograr acuerdos y fórmulas de compromiso entre el Gobierno y la oposición. Es decir, se está imponiendo el sentido común. Dados los comentarios positivos del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y de los representantes de la oposición con respecto a la marcha del proceso de las negociaciones, espero que se alcance un acuerdo que satisfaga a todas las partes y respete, en primer lugar, los intereses del pueblo venezolano.
Pregunta: El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en la Cumbre de los G-20 celebrada en Osaka manifestó después de reunirse con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, que no le gustaría entrar en debates con su homólogo ruso sobre el tema de Venezuela, porque, en su opinión, las decisiones sobre el futuro del mundo eran tomadas por las potencias nucleares, por lo cual no discutiría con una de ellas. ¿En qué medida afecta la situación en Venezuela las relaciones de Rusia con los países de la región? ¿Cómo podría repercutir la postura antagónica de Brasil con respecto a Venezuela en la interacción en el marco de los BRICS?
Respuesta: No creo que sea una postura antagónica. No creo que el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se haya referido precisamente a que todos los problemas en el mundo se solucionaban únicamente por las potencias nucleares. No es exactamente así y la situación en torno a Venezuela es el mejor ejemplo.
Si todo fuera solucionado por las potencias nucleares, EEUU habría logrado hace tiempo el derrocamiento del Presidente y Gobierno legítimos de Venezuela. La situación es mucho más complicada. Muchos países de la región quieren evitar la opción bélica, incluso aquellos que exigen un derrocamiento urgente del Presidente Maduro. El derecho internacional se está aplicando y es apoyado por la mayoría de los países de la región. Estoy convencido de que Brasil está entre ellos. No cabe la duda de que los brasileños no quieren una guerra que estalle por Venezuela, aunque su postura sea bastante tajante con respecto a las actuales autoridades del país.
En cuanto a los BRICS, el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, enseguida después de su elección manifestó que su país continuaría con la participación en los BRICS. En estos momentos Brasil está preparando la Cumbre que se celebrará en otoño y en uno días se celebrará en Rio de Janeiro una reunión ministerial. Abordaremos los problemas que han de encontrar solución en el marco de los preparativos para la Cumbre. Brasil ha mostrado una postura muy activa durante su presidencia: se celebran decenas de eventos, también a nivel ministerial. No tengo motivos para suponer que Brasil revise sus posturas de principio con respecto a su participación en los BRICS, la necesidad de desarrollar dicho organismo de acuerdo con las realidades de un mundo multipolar. Dichas realidades no sólo se manifiestan en formato de los BRICS, sino también en formato de los G-20 que durante años representa el mecanismo clave para la solución de problemas económicos y financieros. Los países occidentales ya no son capaces de solucionar ningún problema económico ni financiero global a solas, sin los BRICS y otros países que tienen posturas afines con la nuestra e interaccionan con nosotros en el marco de BRICS plus. Aquello que intentan hacer nuestros interlocutores estadounidenses, aplicando sus sanciones unilaterales a todos los miembros del diálogo internacional y buscando beneficio propio y momentáneo, no puede durar mucho tiempo. Les puede salir el tiro por la culata, porque las posiciones del dólar y la confianza que se tiene en dicha moneda se vieron minadas.
Si la principal economía del mundo abusa de su posición e intenta castigar a los demás para alcanzar de manera desleal ventajas competitivas afectará finalmente a los propios estadounidenses.
Pregunta: Rusia defiende un mundo justo y multipolar, lo que entra en contradicción con la política de EEUU busca establecer la hegemonía mundial, siendo los ejemplos los casos de Cuba, Venezuela, Siria. ¿Qué puede hacer Rusia en esta situación?
Respuesta: Lo acabamos de comentar. El mundo es polifacético y cada vez hay más nuevos ejemplos de desarrollo. China y la India crecen de una manera muy acelerada desde el punto de vista económico, creando nuevos centros de influencia económica y financiera que generan la influencia política. Sería poco perspicaz y carente de perspectivas pasar por alto esta tendencia. Es verdad que en base a sanciones unilaterales, ultimatums, aplicación extraterritorial de sus propias leyes injustas se puede conseguir un cierto beneficio que durará un par de años. Sin embargo, no cabe la menor duda de que a largo plazo Washington se verá obligado a aceptar que el desarrollo económico del mundo precisa de acuerdos, soluciones justas y observancia de las normas que han de ser iguales para todos. Estoy convencido de que los BRICS y los G-20 propician el desarrollo de dicha tendencia histórica y estamos “en el lado correcto” de la Historia, como suelen decir nuestros interlocutores estadounidenses. Pero ellos mismos no están en estos momentos en el lado correcto.
Pregunta: Usted acaba de hablar sobre el embargo impuesto a Cuba y la falta de perspectivas de esta política. Hace varios días, el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, planteó que no se decretarían sanciones contra Georgia. ¿No cree que sería un fehaciente ejemplo para EEUU para que este país cambie de actitud con respecto al embargo?
Respuesta: Nunca hemos procurado empeorar nuestras relaciones con Georgia. Fue justamente la dirigencia georgiana, bajo la presidencia de Mijaíl Saakashvili, la que se empeñaba en entorpecer nuestra cooperación económica. Luego, las razona económicas se impusieron y quienes en Georgia producen bienes materiales, recuerdan perfectamente cuán estrechas eran nuestros vínculos comerciales e inversionistas. Ahora el comercio se ha reanudado. No creo que esto afecte a alguien.
El problema estriba en que nuestros colegas occidentales, ante todo EEUU, se emplean a fondo para “desgajar” a nuestros vecinos de la Federación de Rusia. Recuerden, cuando en 2008 al Presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, se le “cruzaron los cables” y él, a despecho de múltiples advertencias, incluidas las hechas por el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, decidió emplear la fuerza para resolver todos sus problemas primero en Osetia del Sur y luego en Abjasia. A la sazón, decenas de instructores estadounidenses adiestraban a los comandos y militares georgianos. Las órdenes de atacar a Osetia del Sur son criminales de por sí. Todos se dan cuenta de esto. Saakashvili arremetió contra sus propios ciudadanos, los efectivos del contingente de paz, entre los que había militares rusos. Por encomienda de la Unión Europea, la comisión encabezada por Heidi Tagliavini investigó los sucesos y sacó la conclusión inequívoca de que el promotor de las hostilidades fue Saakashvili. Repito que no mantenemos ninguna actitud negativa ni preconcebida hacia el pueblo georgiano. Todo lo contrario, convivimos durante siglos, respetando la cultura y las costumbres de cada uno. Me cuesta adivinar si EEUU saca algunas conclusiones de la decisión de no decretar sanciones contra Georgia tomada por el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin. EEUU es un país peculiar, tiene sus propias tradiciones, por regla general, jingoístas. Lo digo con pesar, pues estoy convencido de que si EEUU practicara una política de relaciones equitativas, de respeto mutuo, con todos sus socios – sean Rusia, China, la Unión Europea o cualquier otro país -, los problemas en el mundo se resolverían con mayor eficacia y seguridad. Dialogamos con Washington, procurando explicar nuestra visión de los sucesos internacionales. La más reciente reunión entre el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, y el Presidente de EEUU, Donald Trump, en Osaka, demostró que el Presidente de EEUU desearía buscar soluciones mutuamente aceptables. A ver cómo se plasmaría esto en hechos reales a nivel de ejecutores concretos.
Pregunta: Usted tiene previsto visitar Cuba. Rusia y Cuba fomentan las relaciones estratégicas. ¿Qué temas va a discutir con los máximos dignatarios de este país?
Respuesta: Siempre voy a Cuba con mucho gusto. Estoy convencido de que también esta vez sostendremos negociaciones útiles, discutiremos todo el entramado de nuestras relaciones que son muy densas en contenido y multifacéticas. Abarcan la economía, la cultura, las Humanidades, la coordinación de la política exterior. Una de las cuestiones centrales será la relativa a la promoción, en la tesitura actual, de los principios de la justicia y del Derecho Internacional. Debido a la situación surgida en torno a Venezuela, en Nueva York se formó un grupo de trabajo no oficial en apoyo a los principios de la Carta de la ONU, integrado por Cuba, Rusia y varios otros países. Hace poco, en la Oficina de las Naciones Unidas en Viena, en el marco de nuestra labor conjunta de defensa de los principios del Derecho Internacional se celebró un seminario sobre el problema de sanciones unilaterales. Cuba, Venezuela, Rusia, China y muchos otros países tomaron parte activa en este evento. Cuanto más frecuentemente hagamos patente nuestra postura de principios sobre todos los problemas de la vida internacional, tanto más exitosa será nuestra labor conjunta.
Pregunta: Últimamente, EEUU fomenta la cooperación militar con varios países, en particular, con Ecuador. Hace poco, el Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, hizo una visita a este país. Se anuncia la intención de incrementar el contingente militar estadounidenses junto a la República Islámica de Irán. ¿Cómo evalúa estos pasos?
Respuesta: El incremento de las capacidades militares nunca había contribuido a un desarrollo estable de una u otra región. Respecto a la situación en torno a Irán todo se ha dicho, no hay nada que añadir. En 2015, se llegó a un acuerdo que todos calificaban del avance más espectacular de la diplomacia moderna. Aquel acuerdo fue aprobado por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, de cumplimiento obligatorio para todos. Ahora EEUU decidió que el acuerdo no le conviene por haber sido logrado por la Administración anterior. En ello han influido los roces políticos internos y las discrepancias entre los demócratas y los republicanos. Pese al carácter vinculante de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, EEUU se negó categóricamente a cumplirla. Más aun, prohibió a los demás países cumplirla. Es una situación paradójica. No es un asunto para bromear, es una cosa bastante seria. Lamentablemente, en Washington no escasean las cabezas calenturientas deseosas de resolver el problema por vía militar. No hemos visto que el Presidente tiende a pensar de la misma manera. A mi modo de ver, no comparte estos criterios. Pero, lamentablemente, muchos políticos norteamericanos siguen abrigando tales designios. Creo que en tal caso, los acontecimientos podrían adquirir un cariz peligroso. Esta zona ya sufrió mucho de la política aventurera de Washington. Valgan como ejemplo Iraq, Libia. Luego, la así llamada coalición pretendió repetir en Siria lo que había sido perpetrado en Iraq y Libia. Afortunadamente, junto con nuestros colegas turquíes e iraníes hemos logrado impedirlo. Ahora estamos avanzando cada vez más eficazmente por la vía de arreglo político. Estoy convencido de que Irán es un país que debe ser parte de la solución del problema de la región y no ser presentado como el principal culpable de todo lo que allí ocurre. Desde ya hace más de 10 años venimos promoviendo la idea de que los países del golfo Pérsico, tanto los árabes como Irán, se pongan a acordar el proceso de fomento de la confianza, la transparencia en el ámbito militar con el respaldo de la Liga Árabe, La Organización para la Cooperación Islámica y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Creo que, a fin de cuentas, no podremos prescindir de ello. El empeño en presentar a Irán como culpable principal de cuanto ocurre en Siria, en las tierras palestinas, Yemen y los países colindantes genera confrontación. Tal política es incapaz de resolver problemas. Estoy convencido de que es preciso invitar a Irán a dialogar. Estamos hablando de ello con nuestros colegas estadounidenses e israelíes. También en adelante iremos defendiendo esta postura siempre con mayor eficacia, porque cada vez más países se dan cuenta de que semejantes agresivas aventuras militares conducen a un atolladero.
Pregunta: ¿Existe el peligro de expansión de EEUU en América Latina?
Respuesta: Hemos escuchado con extrañeza la declaración de cargos oficiales estadounidenses sobre la vigencia de la Doctrina Monroe. Cuando EEUU habló en todo agresivo sobre Venezuela, planteó que el asunto no se limitaría a Venezuela, que les tocaría el turno a Cuba y Nicaragua. Es una actitud sumamente arrogante. Es raro escucharlo en el mundo contemporáneo. La afirmación de que la Doctrina Monroe sigue viva la hizo el Asesor del Presidente de EEUU para la seguridad nacional, John Bolton. Estoy seguro de que esto no cubrirá de gloria a la política exterior estadounidense. No siquiera los países latinoamericanos que apoyaron a EEUU a favor del cambio del poder en Venezuela, jamás aceptarán la opción militar. Pero si algunos en Washington deciden emplear la fuerza, estoy seguro de que toda Latinoamérica se opondrá a esto. Ya desde hace mucho, los países del subcontinente llegaron a la conclusión de que es inadmisible cambiar el régimen por vía no constitucional. Es uno de los principios cardinales de la CELAC. Creo que los países latinoamericanos poseen el autoestima y el sentido de justicia, todo lo cual infunde la esperanza de que se encuentren soluciones pacíficas para salir de la crisis en Venezuela o en cualquier otra parte del mundo.