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Entrevista ofrecida por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, a las emisoras de radio SPUTNIK, Eco de Moscú, Govorit Moskva y Komsomolskaya Pravda, Moscú, 28 de enero de 2022

 

Pregunta: ¿Va a estallar una guerra? Les remitimos nuestras propuestas, hemos recibido su respuesta. La respuesta no nos satisface, lo que había que demostrar. Antes decíamos y por boca de diversas personas dábamos a entender ser que si su respuesta no nos satisface, nos reservamos el derecho a responder y defender nuestros intereses recurriendo a métodos más rígidos. ¿Podría aclarar qué  es lo que se tiene en cuenta, qué vamos a hacer? ¿No será que prohibamos los McDonald's al fin y al cabo? Se me permite, voy a citar a mis suscriptores que plantean esta pregunta de la siguiente forma: “¿Cuándo asestaremos un golpe contra Washington?”, “¿Va a estallar una guerra?”, “¿Cuánto tiempo vamos a estar autocomplaciéndonos?”

Respuesta: Si esto depende de la Federación de Rusia, la guerra no va a estallar. No queremos guerras, pero tampoco permitiremos pisotear burdamente nuestros intereses, desestimarlos. No puedo afirmar que las negociaciones estén concluidas. Como saben, EEUU y la OTAN estudiaron nuestras propuestas durante más de un mes, propuestas sumamente sencillas contenidas en los proyecto de tratado con Washington y de acuerdo con la Alianza del Atlántico del Norte. Recibimos las respuestas tan solo anteayer. Están al estilo occidental. En muchos aspectos enmarañan la situación pero contienen elementos racionales en relación con cuestiones secundarias. Por ejemplo, los misiles de alcance medio y más corto a los que atribuimos bastante importancia en determinadas etapas. Cuando EEUU desnaturalizó el Tratado INF, le instamos a que fuese razonable. El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, remitió mensaje a todos los miembros de la OSCE proponiendo adherirse a nuestra moratoria unilateral y conciliar las medidas de verificación. La propuesta fue desestimada.

Ahora está incluido en las propuestas de ellos. De igual manera fueron desatendidas nuestras propuestas adelantadas por el Estado Mayor General de las FF.AA. de la Federación de Rusia y relativas a alejar las maniobras de las fronteras de ambas partes, a coordinar la distancia mínima de acercamiento entre los buques y aviones de guerra, varias otras medidas de confianza, deconflicting y distensión. Todo esto estuvo rechazándose durante los últimos dos o tres años. Ahora proponen discutirlo. O sea, los elementos constructivos contenidos en estas propuestas de hecho están copiados de las iniciativas rusas promovidas últimamente. Al menos esto, por decirlo así.  Repito, para nosotros lo fundamental es llegar a acuerdo sobre las cuestiones conceptuales que subyacen a la seguridad europea.

En 2010, en Astaná, y antes en 1999, en Estambul, los presidentes o jefes de gobierno de los países de la OSCE estamparon sus firmas al pie de los documentos que estipulaban los principios interrelacionados  de seguridad indivisible. Occidente extrae de este paquete de compromisos un solo eslogan: todo país tiene derecho a elegir a aliados y alianzas militares. Pero el documento firmado por los occidentales especifica que este derecho está sujeto a la condición y al compromiso a no fortalecer su seguridad a costa de la de otros.

En sus letanías sobre la intangibilidad de la política de las puertas abiertas de la OTAN y el sagrado derecho de Ucrania de decidir su ingreso en la Alianza, premeditada y explícitamente elude hasta menciones de la segunda parte de los compromisos. Más aún, cuando Josep Borrell, Antony Blinken  y muchos otros colegas nuestros plantean la necesidad de atenerse a los principios conciliados en el contexto de la arquitectura de seguridad en el Euroatlántico, ninguno de ellos menciona ni la declaración de Estambul ni la de Astaná. Mencionan el Acta Final de Helsinki y la Carta de Paris para la Nueva Europa de 1990 que no contienen el compromiso a no fortalecer su propia seguridad a costa de la de otros. Rusia insistió en incluir este compromiso en los documentos posteriores.

Tal como he advertido, hoy remitiré a todos mis homólogos las solicitudes oficiales proponiendo explicar cómo planean cumplir en la tesitura histórica actual los compromisos que sus países asumieron en la cumbre. Son cuestiones de principio. Antes de discutir algunos aspectos prácticos de la seguridad europea, quisiéramos ver a qué ardides recurra Occidente esta vez para salir del apuro. Espero que respondan honestamente qué es lo que tienen en cuenta cuando cumplen estos acuerdos en un plano unilateral, ventajoso exclusivamente para ellos, omitiendo plenamente, vuelvo a recalcarlo, que el derecho a las alianzas está directamente condicionado por la inadmisibilidad de reforzar la seguridad de unos Estados a costa de la de otros. Vamos a ver lo que nos respondan.

Pregunta: Si ofrecen la respuesta de la que hablan muchos expertos, con toda seguridad no podrá satisfacernos. ¿No llevará ello a la rotura de relaciones? Todo lo que estamos escuchando últimamente de la parte estadounidense, es que están dispuestos a introducir sanciones contra los altos cargos de nuestro país, incluso contra usted...

Respuesta: ¿Quiere decir que no soy digno de ello?

Pregunta: Nuca ha pasado en la Historia que se hablara de sanciones contra un Ministro de Asuntos Exteriores o un Presidente. Es algo que está fuera del entendimiento ya. Veamos lo que ocurre en estas condiciones con nuestros diplomáticos. El Embajador de Rusia en EEUU, Anatoli Antónov, casi dice ayer que podrían romperse las relaciones diplomáticas. Señaló que nuestros diplomáticos eran simplemente expulsados, a pesar de presentarlo de una manera ligeramente distinta. ¿Qué hacemos en esta situación? ¿Qué acabará ocurriendo?

Respuesta: Tiene múltiples facetas su pregunta. Empezaré por lo principal: por lo que haremos, si los países Occidentales no obedecen a la razón. Ya lo ha comentado el Presidente de Rusia. En caso de que resulten infructuosos nuestros intentos de que se acuerden unas garantías de seguridad en Europa aceptadas por todos, tomaremos medidas a modo de respuesta. Dijo, en concreto, que podrían ser muy variadas. Tomará la decisión en base a las propuestas que les sean formuladas por los militares rusos. Lógicamente, otras entidades también participarán en su elaboración.

En estos momentos se están llevando a cabo labores interministeriales en las respuestas recibidas de EEUU y de la OTAN. Sus contenidos son conocidos casi por todos. Acabo de mencionar varios aspectos, puede añadir que, en comparación con lo que nos envió la OTAN, la respuesta de Washington por poco podría servir como modelo del lenguaje diplomático. La OTAN envió una respuesta tan rebosante de ideología y exclusividad de la Alianza, de su misión especial, de su destino que he sentido algo de  vergüenza ajena.

En cuanto a las amenazas de la introducción de sanciones, se hizo llegar a la parte estadounidense, también durante los contactos a nivel de Presidentes que el paquete de medidas que contempla la completa desconexión de los sistemas económicos y financieras controlados por Occidente equivaldría a la rotura de relaciones. Se lo dijimos directamente y creo que lo entienden de sobra. No creo que sea de interés de alguien que ocurra.

En cuanto a su comportamiento con respecto a los diplomáticos rusos, le diré que hace algunos años, en diciembre de 2019, para ser más exactos, estuve en Washington y de pasada, como despidiéndose ya, el entonces Subsecretario de Estado señaló al Viceministro de Exteriores ruso que la parte estadounidense estaba pensando en las maneras bilaterales de optimizar el funcionamiento de las misiones diplomáticas, porque los diplomáticos estadounidenses trabajan en el exterior durante el plazo de 3 años, tras lo cual eran enviados a otro país o volvían a Washington al aparato central. Es por ello, porque decidieron que a los diplomáticos rusos debe aplicarse el mismo principio. A nuestra de pregunta de por qué todo era anunciado de aquella forma, como en voz baja, solo a nosotros y de si se contemplaba la aplicación de las mismas medidas a los diplomáticos de otros Estados, se nos dijo que no. Ningún otro país era contemplado como objeto de este “experimento”, solo la Federación de Rusia. Y entramos en un nuevo bucle de enfrentamiento diplomático. Nosotros dijimos que nos parecía muy bien que existiera esta práctica, pero que nosotros teníamos la costumbre de no contratar en EEUU a empleados locales para el servicio de las Embajadas. En caso de EEUU había contratadas cerca de 400 personas, ciudadanos rusos y de los países de la CEI.

Seguramente siguió aquel debate, se nos empezó a incriminar que los dejaríamos sin recursos humanos. Fueron ellos quienes nos impusieron un esquema, según el que podían hacer lo que quisieran, lo que les pareciera correcto. Y empezamos a hacer lo mismo. Fue un nuevo bucle de la crisis que se desató al final del mandato de Barack Obama quien, al marcharse, demostró su verdadero carácter. Tres semanas antes de que abandonara el puesto, le decidió “dejar las cosas difíciles” a Donald Trump y no quitó cinco inmuebles catalogados como propiedad diplomática y expulsó a decenas de diplomáticos que se vieron obligados a hacer, junto con sus familias, las maletas en el plazo de tres días. Fue como empezó todo.

Lo comentamos con Antony Blinken en Ginebra, concluyendo nuestra conversación sobre las garantías de la seguridad en Europa, señalando que había que normalizar la situación de alguna manera. Nuestra propuesta consiste en que empecemos desde el inicio, considerando anulada, seamos sinceros, y poco honesta la jugada del Premio Nobel Barack Obama y las consecuencias que aquella tuvo. Veamos lo que nos dicen. La parte estadounidense está regateando en estos momentos de la siguiente manera: señalan que un Embajador de EEUU debe tener a 12 personas de servicio que deberían ser extraídas de las cuotas negociadas para ambas partes. Les explicamos que la cuota acordada es de 455, tanto para nosotros como para ellos. Por nuestra parte es un nada despreciable gesto de buena voluntad. Esta cifra no solo incluye al personal de las misiones diplomáticas, Embajadas y dos Consulados Generales, sino también a la plantilla de nuestra Representación ante la ONU que incluye a 150 personas. Y eso que no tiene nada que ver con las relaciones bilaterales ni equilibrios en ninguna esfera. Insisto en que es un gesto de buena voluntad por nuestra parte. Les avisamos, sin embargo, de que, si se seguía con el ultraje, es que no puede catalogar de otra manera sus declaraciones sobre la imperante necesidad de que aprobemos el número de guardaespaldas del Embajador estadounidense, porque si no, el Embajador de Rusia Anatoli Antónov, habrá de abandonar el país, contábamos con recursos para nivelar nuestra presencia diplomática en su país.

Pregunta: Conoce de sobra que suelo basar mis preguntas en las preguntas que nos hacen nuestros oyentes. Puesto que estamos abordando las relaciones entre Rusia y EEUU, un oyente, señor Michael McFaul de California, catedrático de la Universidad de Stanford, le envía su pregunta. ¿Por qué Rusia ni siquiera ha intentado recibir la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU para el hipotético uso de la fuerza en Ucrania? ¿Acaso Moscú no cree más en el Consejo de la Seguridad de las Naciones Unidas? ¿Por qué no ha reconocido Rusia todavía a las Repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk, si corren el mismo peligro que Osetia y Abjasia en 2008?

Respuestas: A decir verdad, no son unas preguntas bien formuladas, por ejemplo, la del Consejo de Seguridad. ¿Lo he oído correctamente? ¿Es por qué Rusia no se ha dirigido, así, en pasado, al Consejo de Seguridad de la ONU para la aprobación del uso de la fuerza, en caso de ser necesario? Ni siquiera voy a explicar la falta de sentido de esta frase. La palabra “si” no forma parte de la actuación práctica de los diplomáticos de ningún país.

En cuanto al reconocimiento, creo que el señor McFaul, además de aportar enormemente a la destrucción de todo lo constructivo que había en las relaciones bilaterales, simplemente no ha tenido tiempo para estudiar los Acuerdos de Minsk acordados en febrero de 2015. Y se habla allí del mantenimiento de la unidad y la integridad territorial de Ucrania. Algunos meses antes de la reunión celebrada en Minsk, las repúblicas de Donetsk y Lugansk ya habían proclamado su independencia. Alemania y Francia que junto con nosotros y con los ucranianos estuvieron acordando el texto de los Acuerdos, junto con Piotr Poroshenko, nos pidieron encarecidamente que les persuadiéramos a los líderes de ambas repúblicas que se encontraban también en la capital bielorrusa que firmaran el documento en cuestión. De esta forma serían modificados los resultados del referéndum celebrado en Donbás y hechos públicos en primavera de 2014. El señor McFaul con toda seguridad debería estudiar la Historia moderna de la región en cuestión. El reconocimiento debe considerarse únicamente como parte de nuestra política encaminada a obligar a los países occidentales a cumplir los Acuerdos de Minsk. Entonces todo estará bien, tal y como lo prevé este documentos aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Pregunta: Creo que mucha gente que leyó el documento que enviamos a la parte estadounidense quedó estupefacta. Daba la sensación, a mí también, la verdad que Rusia ya había ganado una guerra y EEUU la había perdido. Me refiero lo radical que eran las propuestas: que la OTAN retrocediera a las fronteras que tenía en 1997, etc. ¿La pregunta es, ¿qué ha sido eso? Es completamente evidente que, sin tener motivos de peso, Washington nunca regresará al estado de las cosas de 1997 ni se retirará de los países donde se ha instalado con mucha seguridad y comodidad. Estoy convencido de que lo ha contemplado usted. ¿Qué factores ha contemplado y qué reacciones esperaba a esta carta? Es que se les proponía retirarse, sin perder el tiempo, y ofrecernos una respuesta con rapidez.

Hemos estado calculando y es el cuarto equipo de Washington con el cual está trabajando usted, empezando por George Bush hijo. Durante su mandato se le nombró a usted Ministro de Asuntos Exteriores. ¿Existen algunas diferencias de principio entre las Administraciones? ¿Y el papel de la personalidad en Historia, existe eso o es algo que no tiene ninguna importancia? ¿Con quién se sintió más cómodo trabajando y con quién, menos? ¿Y qué dice del equipo actual, en comparación con los anteriores?

Respuesta: Nuestras propuestas que se entregaron el pasado 15 de diciembre de 2021 a la parte estadounidense y a la OTAN pueden parecer una exageración solo si el experto que los esté evaluando parte de que “Washington ya se ha hecho con todo lo que nos rodea y venimos nosotros y nos ponemos nerviosos. Es mejor que nos conformemos con lo que hay y nos contentemos con lo mínimo”.

Queremos que se trabaje con honestidad con nosotros. He citado los compromisos que fueron asumidos al más alto nivel en el marco de la OSCE. Me gustaría subrayar que fueron firmados por los Presidentes, también de EEUU, y que señalaban que nadie reforzaría su seguridad a costa de la seguridad de otros. Washington insiste en que el derecho a elegir alianzas es sagrado. Y nosotros replicamos que sí lo es, pero en el caso de no empeorar la situación con la seguridad de cualquier otro país. Ellos los suscribieron en su momento.

Ahora, al intentar presentar nuestras propuestas como un ultimátum, hacemos recordar dicha circunstancia y seguiremos insistiendo en que dejen de evitar ofrecer explicaciones y nos expongan honestamente cómo interpretan los compromisos asumidos por su Presidente. Si lo firmó, teniendo en mente que Rusia nunca podría lograr lo que se promete es estos documentos, hace falta que lo reconozcan. Será una nueva confesión después de que nos replicaran que no se habían referido en 1990 a ello, de que lo habían dicho de prisa y corriendo, puesto que había problemas más importantes que resolver. Es la explicación que nos ofrecieron.

Nuestras tropas están desplegadas en nuestro propio territorio. Washington tiene la intención de abordar en el marco del Consejo de Seguridad de la ONU del que se acordó el señor McFaul qué es lo que estamos haciendo con respecto a Ucrania y por qué no nos dedicamos a la distensión. Y lo dice el representante de un país que tiene establecidas bases militares por todo el mundo, que tiene rodeadas con ellas a Rusia y a la CEI, que hace no se sabe qué en Iraq, adonde nadie le ha invitado, que hace muchas más cosas. Si los estadounidenses desean abordar el tema del despliegue de las tropas, hay mucho de que hablar. Nuestras Fuerzas Armadas no se encuentran en ningún país a donde no se les hubiera invitado y cumplimos, en plena correspondencia con el Derecho Internacional, los compromisos logrado con el país en cuyo territorio tenemos desplegado el contingente. Avivando con histerismos el tema de la escalada en Ucrania y exigiendo la distensión, tanto Josep Borrell, como Antony Blinken repiten, como si fuera una muletilla, esperar que Rusia elija “el camino de la diplomacia”. Le cojo la palabra. Llevamos largas décadas que siguieron a la desintegración de la URSS eligiendo el camino de la diplomacia. Y esta actitud ofreció unos resultados muy significativos, como por ejemplo, los ya mencionados Acuerdos de Estambul y de Astaná que rezan lo siguiente: nadie reforzará su seguridad a costa de la seguridad de otros. Este acuerdo, esta declaración es el máximo resultado de la diplomacia. Es una fórmula de compromiso, consenso, acuerdo, lo llamemos como lo llamemos. Si están por la diplomacia, que cumplan primero aquello que acordaron. No me gustaría pasar a evaluaciones personales de nuestros interlocutores. Hay mucho de qué hablar. Nuestro principio es trabajar con todos y lo hacemos. Puedo decir que he tenido relaciones normales con todos mis homólogos. Siempre hemos podido hablar con sinceridad,  incluso sobre temas que provocaban serias discrepancias a nivel interestatal.

Pregunta: Usted es diplomático y nunca lo formularía como lo voy a hacer yo ahora. Pero soy periodista y me lo puedo permitir.

Respuesta: En cierta ocasión he formulado cosas precisamente no como un diplomático.

Pregunta: Cierto. Pero no lo hace ante los micrófonos ni durante las entrevistas. Somos nosotros los que estamos al acecho de usted para después plasmar sus brillantes dichos en camisetas.

Rusia acaba de acudir al rescate de Kazajstán, y ahora tal vez tenga que salvar la situación entre Tayikistán y Kirguizistán. Hace poco salvó la paz en Karabaj y en general en Armenia. No paramos de salvar a nuestros vecinos. ¿Y qué es lo que tenemos a cambio?

Los colegas del director Vladímir Sungorkin, que ahora mismo nos acompaña desde los estudios de Komsomolskaya Pravda, han llevado a cabo una gran investigación y publicado un extraordinario artículo sobre cómo son presentadas Rusia, la Unión Soviética y el imperio zarista en los libros de texto y las escuelas de esos vecinos nuestros, incluidos aquellos a los que hemos salvado. Una lectura apasionante. Si no lo ha visto, se sorprenderá. Kasim-Yomart Tokáyev da el parte a nuestro Presidente de que la lengua rusa arrasa en las escuelas kazajas, y no solo en las escuelas. Según nuestras informaciones, no es del todo cierto, por no decir que no es cierto en absoluto. En cuanto a los rusos en esos países, tenemos muchas, muchísimas denuncias de discriminación. No me refiero en concreto a Kazajstán, sino al credo de nuestros vecinos. Hemos oído muchas veces que la Cancillería está en contra de simplificar los trámites de nacionalidad para los rusos en esos países. Sé a ciencia cierta que no es así. Usted y yo hemos hablado de ello, conozco su opinión, sé que está a favor. Es más, usted ha participado activamente en la simplificación de la última ley. ¿Podría explicarnos con más detalle hasta cuándo vamos a tolerar tal actitud para con los nuestros? ¿Cuándo empezaremos a repatriar a esa gente, como lo han hecho según el principio étnico los griegos, alemanes, judíos y muchos más? ¿Cómo vamos a defender los derechos de aquellos rusos que se quedaron allí no por voluntad propia sino como resultado del colapso del país que ellos no deseaban?

Respuesta: Son muchas preguntas en una. En lo referente a las relaciones con nuestros vecinos, los aliados de la OTSC y socios de la Comunidad de Estados Independientes, el problema sí existe y nadie lo oculta. En gran parte se debe a que los nuevos países independientes que surgieron de la Unión Soviética y que antes habían formado parte del Imperio Ruso, por primera vez en un largo período histórico tuvieron la oportunidad y posibilidad de crear su propio Estado nacional (lo que se subraya). El afán por consolidar lo antes posible su identidad nacional a veces va acompañado de excesos, algo que nadie negará. Siempre suele ocurrir con la caída de grandes imperios.

Heredera del Imperio Ruso, la Unión Soviética fue de hecho una entidad imperial, aunque más flexible y humanizada en comparación con los imperios británico, francés y otros.

En la actual etapa histórica son inevitables los excesos que usted menciona, pero queremos evitarlos y ponerles fin. Hay que hacerlo por todos los medios, incluyendo el llamado “poder blando” al que necesitamos destinar muchos más recursos que los que se destinan ahora. Nuestro ministerio puja activamente por la aprobación de decisiones correspondientes del Gobierno y la sistematización de las actuaciones del Estado en esta materia. Pero aún estamos lejos del nivel que han alcanzado los países occidentales en este ámbito. Además del “poder blando”, además de la diplomacia y el planteamiento de estos temas en los contactos con nuestros aliados y socios, también está, por supuesto, la reciprocidad condicionada por la necesidad de tomar en consideración una u otra actitud hacia los problemas que nos preocupan, a la hora de analizar los asuntos que le interesan a nuestros socios respecto a la Federación de Rusia. Son asuntos como la inmigración laboral o la asistencia económica, entre muchos otros. Nuestros sistemas económicos están interconectados. La Unión Económica Euroasiática impone condiciones, la parte leonina de las cuales las va a cumplir la Federación de Rusia, al igual que muchas más cosas. 

No veo contradicción alguna con desarrollar relaciones muy estrechas de amistad, de aliados y también personales con las élites de los países vecinos. Esta situación tiene que ver con la catástrofe geopolítica que supuso la desaparición, la desintegración de la Unión Soviética cuando, según dijo el Presidente de Rusia Vladímir Putin, 25 millones de personas se vieron de la noche a la mañana en el extranjero, fuera de su país. No había fronteras, nadie sabía cómo establecer los contactos, tarea que requería de un esfuerzo titánico. Ahora la situación se ha normalizado más o menos, está claro quién es responsable de qué. Eso ya es un gran logro. Pero los problemas que Usted ha mencionado –la suerte de los compatriotas           – deben solucionarse sobre una base de reciprocidad.

Destacaré un par de cosas. Una es que debemos debatir más activa y abiertamente, en el marco de la CEI, los problemas de los derechos humanos, en particular desde la óptica de la pertenencia étnica –los rusos en Kazajstán, los kazajos en Rusia, los azerbaiyanos en Armenia y viceversa (aunque allí quedan muy pocos)–. Hemos conseguido un acuerdo de nuestros socios de la CEI sobre lo siguiente. Aún cuando se estaba creando la Comunidad, en su Carta se plasmó que los órganos de la CEI incluirían una Comisión de Derechos Humanos, pero de algún modo no se dio abasto para ponerla en marcha. Al principio se pensaba que era así de simple: que Occidente viera que también nos ocupábamos de los derechos humanos. Pero en los últimos años insistimos en que se materializara esta cláusula de la Carta. Hay un acuerdo general para iniciar la labor de esta comisión y entendimiento de que nos dedicaremos a cuestiones de los derechos humanos sobre todo en la CEI, para que seamos nosotros, los países de la CEI, quienes emitan juicios sobre la situación de los derechos humanos en los Estados de la comunidad, y no las instituciones occidentales o instituciones como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que hace años que dejó de ser capaz de apoyarse en los principios de la justicia y cada vez más politiza sus dictámenes.

Otro tema que Usted ha mencionado son los compatriotas que quieren regresar a su país de origen. Algunos lo tienen que hacer sin falta, por sus padres, amigos, familia, negocios, trabajo. Pero nos interesa a todos los países de la CEI que todos los ciudadanos de los nuevos Estados independientes sigan allí donde nacieron y donde están integrados. Por supuesto que eso requiere que se elimine toda forma de discriminación. Para mí lo ideal sería que los rusos vivieran en paz y prosperidad tanto en Kazajstán como en el resto de las repúblicas de la antigua Unión Soviética. Y a los que quieran mudarse hay que ofrecerles condiciones de lo más favorables para ello. Aquí es donde confluyen los intereses y las posturas de numerosos organismos desde el punto de vista de la preparación de decisiones correspondientes en Rusia.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia defiende la máxima liberalización en esta materia. En los últimos años, con nuestra participación, con la participación de la Cancillería y otros organismos, se aprobó una serie de enmiendas a la Ley Federal de Nacionalidad adoptada en 2002. Estas enmiendas buscaban eliminar algunas barreras burocráticas para el solicitante del pasaporte ruso, como el requisito de renunciar (en el momento de presentar la solicitud) a la nacionalidad anterior y la necesidad de acreditar fuentes de subsistencia. Al mismo tiempo, se anuló el requisito de tramitar el permiso de residencia  temporal para los que nacieron en la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR) y para los hijos y padres de ciudadanos de Rusia, que desde el principio pueden solicitar el permiso de residencia. En cuanto lo obtengan (es un procedimiento acelerado), podrán solicitar la nacionalidad.

Hace un mes, el 29 de diciembre de 2021, el Presidente de Rusia remitió a la Asamblea Federal la nueva versión de la Ley de Nacionalidad. Habíamos trabajado en este documento junto con otros organismos relacionados con esta materia. El proyecto de ley amplía significativamente la lista de supuestos de preferencia para la concesión de la nacionalidad. Eso tanto se aplica a los casos en que los propios solicitantes o sus parientes por línea recta hayan nacido o residido en la RSFSR, como supone una mayor simplificación de los trámites de adquisición de la nacionalidad para extranjeros y apátridas de habla y cultura rusas capaces de integrarse con éxito en la sociedad rusa. Aunque sea un criterio subjetivo, creo que es muy importante incluirlo. Entre estas personas se encuentran en particular familiares de ciudadanos de Rusia, extranjeros y apátridas licenciados con matrícula de honor por nuestras universidades, y miembros del Programa Estatal de Asistencia a la Repatriación Voluntaria a la Federación de Rusia de Compatriotas Residentes en el Extranjero, los cuales han aumentado en más de 60.000 en el último año a pesar de la pandemia.

El año pasado los programas regionales superaron los 80 (eso junto con el programa federal), en particular en las regiones del Lejano Oriente y Transbaikalia que consideramos como destino preferente para los que deseen trasladarse a la Federación de Rusia. He mencionado las principales facilidades que se aprobaron. Debo admitir que queríamos más. Creo que tener origen, padres o familiares  no solo en la RSFSR, sino también en otras repúblicas de la Unión Soviética debería ser importante para beneficiarse de las condiciones preferenciales en la adquisición de la nacionalidad. 

Tenemos pendientes de estudio una serie de asuntos que nos gustaría solucionar lo antes posible. El trabajo no ha terminado. Ahora hemos “capitalizado” aquello que acordamos en esta etapa. El Presidente de Rusia aprobó el consenso logrado. Seguiremos trabajando para mejorar y simplificar aún más los requisitos para la adquisición de la nacionalidad. Máxime cuando por iniciativa del Presidente Vladímir Putin, nuestra principal fuerza política –el partido Rusia Unida– creó una comisión para la cooperación internacional y la asistencia a compatriotas en el extranjero, lo que no solo implica ayudar a los compatriotas a que vengan a Rusia, sino en el sentido en que usted y yo discutimos su primera pregunta, a que se sientan lo más a gusto posible en sus países de residencia actual.

Hace un par de días Komsomolskaya Pravda publicó un artículo sobre los libros de texto de historia que salen a la luz en las repúblicas de la antigua Unión Soviética. No voy a comentar lo que dicen en los libros de texto los estonios, los ucranianos, los lituanos y los letones. Pero en lo que se refiere a los países de la CEI, en los últimos años hemos llamado la atención más de una vez a que no se debe dar cancha a los nacionalistas escarbando en los episodios difíciles de nuestra historia común que, a fin de cuentas, ayudó a todos los pueblos que han habitado y habitan en este enorme espacio geopolítico a establecer sus Estados y a poner los cimientos de los mismos. Si bien es perfectamente comprensible la aspiración a autoafirmarse de los nuevos Estados independientes que he mencionado antes, habría que evitar valoraciones exageradas que clara y tal vez intencionadamente les hacen el juego a los radicales y ultranacionalistas.

Por nuestra iniciativa, el año pasado en el marco de la Comunidad de Estados Independientes se firmó la decisión de crear una Asociación (Comisión) Internacional de Historiadores y Archivistas de los países miembros de la CEI, uno de los cuyos principales ámbitos de trabajo será debatir cuestiones de la historia común buscando un análisis constructivo de todas esas cuestiones. No creo que se preparen libros de texto únicos pero sí se elaborarán guías metodológicas que recojan un punto de vista común y la pluralidad de los puntos de vista. Tenemos una comisión de historiadores con Alemania, Polonia, Lituania que publica documentos conjuntos. Estoy seguro de que un mecanismo similar en el marco de la Comunidad trabajará de forma mucho más constructiva, dada nuestra cercanía en numerosas organizaciones –la OTSC, la UEE, la CEI y la OCS–.

Pregunta: Quiero volver a las relaciones con los estadounidenses. Usted acaba de decir que el trabajo con ellos continuará. Próximamente habrá una reunión con Antony Blinken. Pero ya mismo, tras recibirse su respuesta, numerosos expertos, o más bien casi todos, dicen que es poco probable que los estadounidenses y la OTAN cambien de postura precisamente sobre lo principal. Ellos dicen que “la pelota está en el campo de Rusia” y que “estamos preparados para cualquier escenario”. Según usted, nuestro Presidente dijo que Rusia tomará medidas de respuesta y que estas medidas se están preparando. La Cancillería también participará en ello. Quisiera una pequeña pista sobre en qué dirección va a trabajar la Cancillería para pasarles esa “pelota”. ¿Será América Latina –Cuba, Venezuela, Nicaragua–? ¿O tal vez sea la región europea –Serbia–? ¿Podría usted darnos una pista sobre cómo Rusia debe responder para que esa gente realmente se pare a pensar, use la sesera e intente ofrecernos otras respuestas a nuestras preguntas principales y no secundarias?

Respuesta: Si se empeñan en no cambiar de postura, nosotros tampoco cambiaremos de postura. Solo que su postura se fundamenta en argumentos falsos, en una clara tergiversación de los hechos. Nuestra postura se basa en lo que todos firmaron. No veo aquí posibilidad alguna de compromiso. De lo contrario, ¿qué tendríamos que acordar si ellos sabotean y tergiversan abiertamente las decisiones anteriores? Para nosotros va a ser una prueba clave.

En cuanto a la “pelota”, jugamos a juegos distintos. Ellos tal vez jueguen al   béisbol y nosotros puede que al chizhik o al laptá (juegos tradicionales rusos). Lo que importa es no intentar sacudirse la responsabilidad, que es precisamente lo que están haciendo ahora nuestros socios estadounidenses y el resto de la OTAN. No podrán escabullirse de responder a la pregunta de por qué no están cumpliendo con aquello que firmaron sus presidentes, la inadmisibilidad de reforzar su seguridad a costa de la de otros.

En lo que respecta a nuestros vínculos con los países de América Latina, con Serbia, Irán, China, con muchos otros Estados que guardan la compostura en el escenario internacional, sin intentar imponerle nada a nadie de forma unilateral, y siempre están listos para buscar acuerdos mutuamente aceptables sobre cualquier problema. Estas relaciones no están sujetas a ningún tipo de coyuntura, son ricas y abarcan contactos en materia económica, humanitaria, de educación y de deportes, al igual que la cooperación militar y técnica militar en plena consonancia con las normas del derecho internacional. Les aseguro que independientemente de cómo evolucionen las cosas en materia de seguridad europea, iremos ampliando progresivamente estas relaciones.

Subrayaré que la respuesta que hemos recibido, la estamos estudiando ahora. Ya hemos compartido las primeras valoraciones. Esa respuesta no nos puede satisfacer en absoluto en cuanto al problema principal: Occidente no está cumpliendo sus compromisos en materia de indivisibilidad de la seguridad e ignora nuestros intereses, a pesar de que están expuestos de forma bien clara y comprensible.

En cuanto a los asuntos secundarios, les chocó que presentáramos tales documentos y lo hiciéramos públicamente. Les ayudó a cambiar su actitud negativa respecto a nuestras propuestas anteriores, incluyendo en materia de misiles de alcance medio y más corto y para diseñar medidas de distensión durante los ejercicios. Quiere decir que Occidente entiende solo este lenguaje y que hay que seguir hablándole de la manera en que lo hicimos al plantear nuestras iniciativas. Ahora nos vamos a centrar en conseguir sus explicaciones. Occidente está faltando a sus compromisos del mismo modo que no cumplió en su momento el compromiso de no ampliar la OTAN. Pero entonces (según nos lo explica ahora) eran compromisos verbales. Ahora están los escritos. Que nos contesten por escrito a nuestras demandas escritas. Que expliquen cómo están cumpliendo los compromisos escritos de sus presidentes.

Pregunta: Cuando toca defender a los periodistas rusos afectados por algunas restricciones en EEUU o Alemania, como en este caso conocido de RT, la Cancillería intercede y los defiende con vehemencia, tanto públicamente como a través de gestiones, es decir no solo a nivel de María Zajárova, sino a nivel de embajador, viceministro o ministro. Cuando se trata de países con lo que tenemos relaciones más estrechas, su ministerio actúa con bastante discreción. Basta con recordar el caso de los periodistas de Komsomolskaya Pravda y el final de la oficina de Komsomolskaya Pravda que está prácticamente cerrada y con el director encarcelado.

Les voy a recordar los asesinatos de periodistas. Mientras que ante la muerte de nuestros periodistas en Ucrania la Cancillería actuaba con mucha contundencia y pasión, cuando mataron a nuestros periodistas en la República Centroafricana, la Cancillería guardó silencio.

He ahí una pregunta de nuestro oyente Dmitri Murátov de Moscú, premio Nobel y director de Novaya Gazeta: sin que haya habido nuevas diligencias judiciales y policiales, el flamante embajador de Rusia en la República Centroafricana dijo que los asesinos de los periodistas rusos son el grupo 3R. La Cancillería lo sabe y las familias de las víctimas no lo saben. Su ropa, una prueba material, fue quemada, no hay diligencias judiciales, la Cancillería no hace declaraciones respecto al Gobierno de la RCA. ¿Tal vez el ministerio debería tomar cartas en el asunto tanto respecto al Gobierno bielorruso como respecto al Gobierno centroafricano?

Respuesta: Tiene razón al decir que siempre debemos defender los derechos de nuestros ciudadanos, no solo de los periodistas, los derechos de cualquier ciudadano, de los que sólo en EEUU tenemos más de una decena secuestrados. También debemos defender a los periodistas cuando hay motivos manifiestos para ello.

Expresamos nuestra preocupación por lo que estaba sucediendo en torno a la corresponsalía de Komsomólskaya Pravda. Hablamos con Vladímir Sungorkin de esto. Según tengo entendido, se trata de ciudadanos de Bielorrusia, de un ciudadano concreto de Bielorrusia. Es una historia ligeramente diferente. Cualquier país que permita la doble ciudadanía, si algo sucede en su territorio, se guía por sus propias leyes. No quiero entrar en detalles, hay cuestiones que requieren silencio. Hemos hecho mucho para asegurarnos de que las autoridades bielorrusas muestren comprensión en esta situación. Tienen una determinada postura y no quiero discutirla. Están dispuestos a reabrir la corresponsalía, pero con los empleados que sean ciudadanos de la Federación de Rusia.

También podemos analizar cómo se trata a los periodistas rusos y cómo se dictan las condiciones de su trabajo en Occidente. Creo, que el requisito de que en los medios de Rusia trabajen ciudadanos rusos y que los ciudadanos bielorrusos no se contraten para ellos, no es nada escandaloso. Estamos a favor de que en todas partes, sea en Bielorrusia o en cualquier otro país de la CEI, los derechos de los periodistas se respeten sin excepciones. En el caso de que estos derechos se violen abiertamente, seguiremos levantando estas preguntas.

En cuanto a la República Centroafricana, estamos dispuestos a transmitir toda información que recibimos a las familias de los periodistas fallecidos. En cuanto a los culpables, la investigación, como saben, está a cargo de las autoridades de la República Centroafricana. No quiero justificar a estos asesinos. Pero quiero decir que no hay que olvidar que los periodistas deben tomar medidas de precaución. Si ellos, al dirigirse a un país donde había un conflicto armado interno, una amenaza terrorista, al menos hubieran informado al Ministerio de Asuntos Exteriores y a nuestra Embajada, las posibilidades de que esta tragedia no hubiera ocurrido habrían sido ligeramente más altas. Además, fueron allí, de hecho, como turistas, sin declarar el propósito de su visita. Repito otra vez, esto no es una excusa, pero crea riesgos de seguridad adicionales en casos parecidos.

Por lo tanto, llamo la atención a todos: defendemos la idea de que los periodistas trabajen en todo el mundo y en puntos calientes. Me quito el sombrero y me inclino ante todos aquellos que, con chalecos antibalas y cascos, hacen su reportajes, como, por ejemplo, sus colegas en el este de Ucrania. Una vez más pregunto a aquellos que puedan tener alguna influencia en el periodismo y los medios occidentales. ¿Por qué en Donbás, del lado de la línea de contacto controlada por Kíev, los periodistas aparecen esporádicamente, una vez cada seis meses, en el mejor de los casos, haciendo, además, reportajes fragmentarios? Sería muy interesante saberlo. En el lado derecho de la línea de contacto nuestros periodistas muestran los resultados de las atrocidades cometidas por las Fuerzas Armadas de Ucrania, que bombardean jardines de infancia, centros de salud, barrios residenciales asesinando a civiles. ¿Y por qué no nos muestran cómo se ven los barrios residenciales en el otro lado? Según la OSCE, los civiles y el sector civil del lado controlado por los voluntarios de Donbás sufren cinco veces más. Eso dice algo.

Volviendo a la República Centroafricana. Hemos vuelto a solicitar la información al gobierno de la RCA, en cuanto aparecieron datos sobre el grupo 3R. Llevaremos esta investigación hasta el final en la medida que podamos, porque es el gobierno de la RCA que se dedica a ello. Permítanme enfatizar nuevamente: queremos conseguir la verdad. Se lo pido encarecidamente a nuestros colegas y amigos periodistas, cuando visitan puntos peligrosos (si no confían en nosotros como ministerio, no puedo obligarles), pero por su propia seguridad, háganoslo saber. Esto ayudará.

Pregunta: Muchas gracias por su apoyo en el caso de Guennadi Mozheiko. Gracias a Alexéi Venedíktov por hacerlo público. Guennadi Mozheiko lleva en prisión 4 meses, y ni siquiera ha habido un solo interrogatorio con él. Está encarcelado todo este tiempo. Me he dirigido al presidente de Bielorrusia, Аlexandr Lukashenko, pero no ha habido respuesta.

Como bien ha señalado usted, no se trata sólo de periodistas. Hoy, según la Embajada rusa en Bielorrusia, allí están entre rejas 457 ciudadanos rusos. Y son sólo datos de la Embajada. Sospecho que esta cifra esté incompleta. Ayer, esta lista se completó con una persona más: la ciudadana rusa Vera Tsvikévich. Fue detenida por una única “infracción”: durante las manifestaciones, vestida con un hermoso vestido rojo, se hizo una selfie una patrulla. Por esto fue encarcelada. Al juzgar por los precedentes, estará en prisión durante dos años. Hay que hacer algo.

Si hablamos de Bielorrusia, debemos tratarnos de manera un poco diferente. Formamos el Estado de la Unión. Hoy en día las condiciones de trabajo de nuestros periodistas en Bielorrusia son peores y más duras que en Georgia, en Estados Unidos o en Israel, y así sucesivamente. Se habla mucho del Estado de la Unión, de la necesidad de sincronizar las legislaciones. ¿Qué nos espera en este sentido? ¿Existe alguna posibilidad de que nos convirtamos en un Estado de la Unión real?

Respuesta: En cuanto al Estado de la Unión, Usted sabrá que hay 28 programas aprobados al respecto el otoño pasado...

Pregunta: No están publicados, lo que es curioso.

Respuesta: Son documentos marcos. No contienen secretos. Prevén el trabajo que ya se ha iniciado para dotar cada uno de los 28 programas con soluciones jurídicas concretas de acción directa en la economía, las finanzas, el transporte, las comunicaciones, etc. Este es un paso importante hacia la consolidación de la llamada base material económica. Como decidieron los presidentes, este trabajo debe estar terminado en los próximos dos o tres años. Este es un avance hacia el Estado de la Unión que tendrá poderes mucho más significativos.

Ayer despedimos para Bielorrusia al nuevo embajador Borís Grizlov. Yo le había entregado credenciales, firmadas por el presidente de Rusia. El Embajador de Bielorrusia ante la Federación de Rusia, Vladímir Semashko, también estuvo presente en esta ceremonia. Le recordé de este aspecto de nuestro trabajo como la igualación de los derechos de nuestros ciudadanos. Ya se ha hecho mucho. Creo que el 95% de los derechos ya están equiparados, pero en algunas áreas todavía hay problemas que deben resolverse lo antes posible. En particular, las condiciones para la prestación de servicios médicos, las condiciones de alojamiento hotelero a los ciudadanos que viajen por motivos personales. Todo esto es muy importante para la vida cotidiana.

Pero la pregunta que ha hecho Usted, no tiene nada que ver con cómo será al final el Estado de la Unión. Por unificada que sea la legislación penal, habrá casos de ciudadanos rusos arrestados en Bielorrusia y de los bielorrusos arrestados en Rusia. Nuestra Embajada monitorea regularmente cómo se desarrollan los procesos relacionados con los ciudadanos rusos arrestados. Se mantiene un diálogo entre los organismos encargados de hacer cumplir la ley y entre las oficinas de las Fiscalías Generales. No he oído hablar de Vera Tsvikévich. ¿Está en el periódico de hoy?

Pregunta: No. Este es el periódico del año pasado, 2020.

Respuesta: ¿Y por qué ha dicho que solo ayer ella fue agregada a esta lista?

Pregunta: Fue detenida ayer. El periódico es viejo, pero la detuvieron ayer.

Respuesta: ¿Es ella una colaboradora de Komsomólskaya Pravda?

Pregunta: No, ella simplemente es una ciudadana rusa. Dije que casi 500 ciudadanos rusos están arrestados en Bielorrusia.

Respuesta: 457. Entonces ella será la 458. Nos ocuparemos de su caso, como lo hacemos en cualquier otro país. Hay cuestiones que requieren una estrecha cooperación de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. No quiero hablar de eso públicamente ahora, pero tales problemas existen. Es importante que se resuelvan de manera aliada, fraterna. Continuaremos insistiendo en aplicar esta línea.

Pregunta: No tengo una pregunta, sino una solicitud urgente sobre el destino del canal RT alemán. En ningún país del mundo (ni en EEUU, ni en el Reino Unido) nos hemos encontrado con una presión tan intransigente y sin precedentes, ni con una prohibición real del trabajo, como en la RFA. Esto se tapa por declaraciones hipócritas de los líderes de Alemania de varios niveles. Afirman, además, que el cierre del canal alemán en YouTube no es culpa de ellos. Cuando nos convertimos en el canal en inglés con mayor audiencia en la historia de YouTube entre todos los canales televisivos del mundo, no se atrevieron a cerrarnos. Los alemanes sí, se atrevieron. Presionaron a Luxemburgo para que no nos dieran licencia, aunque prácticamente todo estaba acordado. Como resultado, la licencia nos la dieron en Serbia. Los alemanes presionaron a los reguladores europeos: y no podemos transmitir ni con esta licencia. El colosal trabajo de cientos de personas que "construyeron" el canal durante la pandemia, prepararon transmisiones en directo, ganaron la audiencia – todo en balde. La audiencia fue arrojada por la borda. Lo que les mostramos a los alemanes nosotros, nadie más les muestra.

Lo único que puede influenciar en ellos (como fue en el caso del Reino Unido), son las medidas recíprocas, cuyo uso usted conoce mejor que nosotros. Deutsche Welle ni siquiera está declarado agente extranjero. Aunque este estatus en Rusia no implica lo mismo que en EEUU (artículo penal). Aquí es sólo una etiqueta y una razón para escandalizarse, nada más. Los agentes extranjeros toman entrevistas, son invitados a las ruedas de prensa del presidente ruso Vladímir Putin. Ni hablar de cerrar Deutsche Welle aquí, como ellos nos cerraron allá. En igual situación están otros medios alemanes. Ayúdenos, por favor.

Respuesta: No necesito que me convenzan. Precisamente ayer, una vez más, la Embajada de Rusia en Berlín exigió una explicación. Estamos procediendo según el protocolo. Allí no se ocupa de ello una agencia federal, sino el regulador de los Estados federales alemanes Berlín-Brandeburgo. Los abogados de la Embajada analizaron los precedentes. Por ejemplo, la corporación Axel Springer había enfrentado una situación similar, pero en su caso el permiso se emitió rápidamente.

Lo principal aquí es que los alemanes están tratando de poner sus reglamentos internos, que supuestamente no permiten el registro de canales estatales, por encima de sus obligaciones internacionales en virtud del Convenio Europeo sobre Televisión Transfronteriza. Según nuestros datos, sus reguladores hacen todo lo posible para justificar la prioridad de su legislación nacional. Esto no vale para nada. Será lo mismo que con la expansión de la OTAN: les gusta, pero no harán lo que prometieron en otros lugares. Los alemanes saben que seguirán medidas recíprocas (a nuestro juicio, medidas de respuesta). Cuando el Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, estuvo aquí de visita, toqué este tema. Creo que ella y su delegación lo escucharon bien. Tendré contacto telefónico con ella hoy. Seguramente se lo recordaré.

Pregunta: En EEUU está cobrando fuerza un gran escándalo: la CNN ha publicado un reportaje en el cual los periodistas, citando sus fuentes, contaron sobre una conversación telefónica mantenida por el Presidente Joe Biden y su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski, en la cual el mandatario estadounidense supuestamente estaba gritando al Presidente ucraniano, intentando explicarle a voz en cuello que, si no cambiaba su postura con respecto a Donbás, Kiev sería ocupada, saqueada, etc. La CNN hizo público este reportaje y lo quitó más tarde. Sin embargo, el escándalo no amaina. Se hacen preguntas a los Presidentes Biden y Zelenski. En dicha conversación el Presidente de EEUU supuestamente le exige al Presidente de Ucrania que le dé con urgencia solución al problema de Donbás.

Si Kiev realmente decide introducir cambios en la Constitución y concederle un estatus especial a Donbás, ¿podría influir esta circunstancia en nuestra política con respecto a Ucrania? Porque en términos generales, no podemos fiarnos de estos señores. A día de hoy, allí se encuentran unos 720.000 ciudadanos nuestros y en el futuro esta cifra podría crecer aún más. Sabemos, con qué les amenaza la tramitación del pasaporte ruso. ¿Nos estamos preparando a este desarrollo de los acontecimientos? ¿Tenemos pensada alguna forma de diseñar  nuestra política con respecto a las Repúblicas populares de Donetsk y Lugansk?

Respuesta: Nunca hemos tenido otra postura que no sea la necesidad de cumplir los Acuerdos de Minsk en su totalidad y siguiendo la secuencia estipulada por dicho documento. Mis colegas y yo hemos señalado en público que durante la reunión del Presidentes de Rusia y EEUU celebrada en junio de 2021 en Ginebra, el Presidente Biden dijo por iniciativa propia que quería asistir al cumplimiento de los Acuerdos de Minsk, incluida la necesidad de concederle a Donbás el pertinente estatus de autonomía. Se usó precisamente esta palabra, de modo que el Presidente lo entiende todo. Sus palabras corresponden con los contenidos del mencionado documento que estipula de manera inequívoca el estatus especial de dichos territorios. Es evidente qué es lo que debe hacerse. El Secretario de Estado, Antony Blinken, me confirmó que su país quería asistir al cumplimiento de los Acuerdos de Minsk. Los Vicesecretarios de Estado señalaron que no querían formar parte del Cuarteto de Normandía, pero que tenían ganas de ayudar.

Si obligan a Kiev, porque aparte de ellos nadie podrá hacerlo, nos sentiremos satisfechos por este resultado. Sin embargo, de momento tal perspectiva no parece muy real. Hay un juego en marcha allí: se están suministrando las armas y a algunos les gustaría ver en ello un anzuelo para los que sean capaces de echarlo todo a perder y empezar descabelladamente un conflicto armado. Muchos deberían tenerlo presente. Parece que nadie realmente lo desea, pero hay un grupo reducido de personas que puede aprovecharse de la situación.

¿Y por qué únicamente los estadounidenses pueden obligar a las autoridades kievitas? Se reunieron en París los cuatro consejeros de los líderes del Cuarteto de Normandía. Rusia quedó representada por el Jefe del Despacho de la presidencia de Rusia, Dmitri Kózak. Se acordó un plazo adicional de dos semanas, para analizar de qué manera se podía avanzar hacia el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk.

Francia, Alemania y la UE dicen que Rusia es parte enfrentada en el conflicto. ¿De qué se puede hablar entonces? Manifiestan que tenemos que cumplir los Acuerdos de Minsk. El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su asesor Dmitri Kózak señalaron en más de una ocasión que nadie responde a la pregunta de qué cláusula en concreto tiene que cumplir Rusia. Se sobreentiende que todo depende de Rusia, es como si hiciéramos chasquear los dedos y todo se arreglara al instante.

Kiev se ha dado cuenta de que ni Berlín ni París obligarán a Ucrania a cumplir los Acuerdos de Minsk. Dijo Vladímir Zelenski en cierta ocasión que no le gustaba el documento en cuestión, pero que sin embargo era importante porque permitía mantener en vigor las sanciones introducidas por los países occidentales contra Rusia. Ya está. Puro cinismo. Ucrania se da perfecta cuenta de que ahora puede hacer cualquier cosa. Vladímir Zelenski y su régimen son usados, por Washington, en primer lugar, para avivar las tensiones, recurriendo a sus aliados rusófobos en Europa que les ayudan en la medida de lo posible. El principal objetivo de EEUU en este caso no tiene nada que ver con el futuro de Ucrania, lo importante es provocar tensiones en torno a la Federación de Rusia para zanjar el asunto y “encargarse de China”, tal y como indican los politólogos estadounidenses. No tengo ni idea de cómo piensan zanjar el asunto. Si hay entre ellos alguien avispado, ha de entender que es un atolladero.

Washington procedió a usar a Ucrania contra Rusia de una manera tan abierta y cínica que incluso las autoridades ucranianas se ven asustadas. Dice que no merece la pena llegar a tales alturas, proponen reducir la intensidad de las declaraciones que se hacen y preguntan para qué son evacuados los diplomáticos. ¿Quién están evacuando a los diplomáticos? Lo están haciendo EEUU y los anglosajones, es decir, Canadá y el Reino Unido. Parece ser que saben algo que otros desconocen. Nos lo vamos a pensar y posiblemente tomaremos medidas de prevención con respecto a nuestros diplomáticos. Ya veremos.

Ya he respondido a la pregunta de qué opinamos acerca de la idea de reconocer las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Mi respuesta es sencilla: es necesario conseguir que se cumplan los Acuerdos de Minsk. Numerosos “cazadores” están pendientes de la menor posibilidad de quitarle a Kiev la responsabilidad por llevar ocho años saboteando un documento aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Pregunta: Ha dicho que el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg ha perdido “la noción de la realidad”. Posiblemente viven ustedes en realidades diferentes. Hoy concederá una entrevista en directo a nuestra emisora ‘Eco de Moscú’. ¿Quiere saludarle o hacerle una pregunta?

Respuesta: Se lo merece.

Pregunta: He estudiado la lista de sanciones aprobada el año pasado por el Congreso y el Departamento del Tesoro de EEUU. La mayoría absoluta tienen que ver con Alexei Navalny y no con Ucrania. La OPAQ llevó a cabo en los laboratorios independientes en Alemania, Francia y Suecia un estudio y descubrió que había rastros de sustancia tóxica en su sangre. Parece evidente que fue envenenado. El MAE de Rusia solicitó ayuda, pero no se ha iniciado en Rusia una causa penal. Alemania respondió que entonces no habría ayuda. Rusia es país miembro de la OPAQ, Usted ha podido acceder al informe sobre el caso Navalny. ¿Seguimos cooperando en dicha materia? En cualquier organismo internacional europeo pertenecemos a la minoría, decimos que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas son rusófobos. ¿No será “la paja en el ojo ajeno”?

Respuesta: Me alejaré algo del tema: ayer estuve viendo Euronews, había un reportaje sobre el pueblo de Dvani en Georgia que se encuentra cerca de la frontera con Osetia del Sur, en el territorio que Georgia considera georgiano. Contaba el periodista que “se encontraba en el pueblo de Dvani en la línea de separación y tenía a sus espaldas la frontera administrativa que Rusia no dejaba de reforzar”. Una casa que pertenecía a un georgiano “había sido quemada durante la guerra”. Su nueva casa “estaba en zona de vigilancia de los militares rusos”. Un lugareño estaba contando que “estábamos secuestrando a gente de manera inexplicable”. El periodista georgiano enseñó cómo “llevaba varios años trabajando en los pueblos cercanos a la zona del conflicto” e indicó “Habían pasado 14 años después de la guerra que obligó a la gente a pasar penurias. Casi todos los días pierden sus tierras y parcelas en el bosque. Se producen secuestros, soldados rusos detienen a la gente”, etc. Después el presentador contó que “después de la desintegración de la URSS Georgia fue la primera de todas las antiguas repúblicas soviéticas en sufrir la escalada del separatismo y de los enfrentamientos armados, mientras que miles de refugiados no pueden regresar todavía a sus casas”.

Los que no se dijo, es qué “tipo” de separatismo apareció en Georgia todavía durante la época soviética. Zviyad Gamsajurdia cultivó ánimos chovinistas exigiendo que los abjasios se largaran o “se georgianizaran”. A los abjasios del sur ni los consideraba personas. Nadie lo cuenta. El reportaje continuó con una frase genial: “En 2008, al entrar el conflicto en la fase aguda Rusia apoyó a Osetia del Sur”. Estamos hablando de Euronews que se posiciona como la cadena más justa, modelo periodístico que presenta al público múltiples opiniones. Y, hablando de un conflicto fratricida, ni siquiera cuentan cómo ha empezado.

Con eso quiero decir lo siguiente. Me ha hecho una pregunta sobre la OPAQ, pero tampoco mencionó los puntos de referencia que merecen ser explicados. Presentado todo de esta forma, al señor McFaul y otro público no demasiado entendido en el tema les puede dar la sensación de que todo lo dicho es verdad. Dice que Rusia les pidió ayuda a los alemanes y que se nos dijo que para ello había que abrir una causa penal. ¿Eso, qué es exactamente? Los compromisos asumidos por Alemania en el marco del Convenio Europeo de Asistencia Judicial en Materia Penal no tienen nada que ver con la incoación o no incoación de una causa penal. Bajo la legislación rusa, una causa penal es incoada, al existir algunos hechos. Ello no impide la aplicación de dicho procedimiento en las relaciones entre Rusia y muchos otros países. Contamos con numerosos materiales y los enviamos por todo el mundo. Estoy convencido de que pueden acceder a los mismos los periodistas de la Radio ‘Eco de Moscú’  y de otros medios.

Hasta estos momentos no se nos respondió quién había viajado en avión a por Alexéi Navalny ni por qué el avión que lo había transportado a Alemania se había encargado un día antes del incidente. ¿Por qué no hay respuestas a unas preguntas muy concretas que se plantearon en el Parlamento alemán: ¿cómo pudo ocurrir que el piloto que no quería que María Pévchij llevara la botella de agua a bordo finalmente accediera? Además hubo un sexto pasajero, todo eso se preguntó en el Bundestag. ¿Por qué no se puede hacerle las preguntas a María Pévchij? Los alemanes insisten en que ni estuvo en contacto con el bloguero ni lo visitó en la clínica. Ella escribe que sí lo visitó. La botella que trajo tampoco es enseñada a nadie. Nuestras solicitudes de estudiar juntos su contenido son rechazadas. Las aseveraciones de que en el organismo de Alexéi Navalny se habían descubierto sustancias tóxicas prohibidas empezaron a hacerse después de que en el hospital público Charité no se descubriera nada prohibido por la OPAQ. Todo “se descubrió” en el hospital Bundeswehr en tres días escasos. Anteriormente había ocurrido algo muy parecido con los Skripal. Insistimos en que no había que guiarse por el argumento de “highly likely”, es decir, “altamente probable”, sino por hechos concretos. Aducimos el hecho de que en los países occidentales, en EEUU hay casi 150 patentes para sustancias del tipo Novichok. En Europa también fue desarrollado. En aquellos momentos, Alemania, Francia y Suecia juraron no disponer de este tipo de tecnologías. SI no se dispone de tecnologías, no se puede descubrir en el plazo de tres días este tipo de sustancia en el organismo humano, lo sabe cualquier químico.

Primero los alemanes dijeron que no nos facilitarían los materiales, porque “era secreto militar”. Vaya argumento: se nos acusa de asesinar o atentar contra la vida de una persona y la información acaba siendo clasificada. Ellos por definición no deben contar con este tipo de tecnologías, si son miembros concienzudos de la OPAQ. Más tarde empezaron a decir que nos los podrían facilitar, pero que Alexéi Navalny se lo prohibía. Al mismo tiempo, el abogado del bloguero le echó en culpa al portavoz del Presidente de Rusia, Dmitri Peskov, haber acusado a Navalny de estar cooperando con la CIA y les exigió pruebas. ¿Qué pruebas? Si fue visitado en el hospital por personal del servicio de inteligencia estadounidense, algo de lo que habló Dmitri Peskov. Exigimos pruebas que confirmen las acusaciones de atentar contra la vida de Navalny formuladas contra Rusia y se nos responde que él no lo desea. Solicitamos los resultados en la OPAQ, se nos contesta que únicamente los pueden facilitar con el visto bueno de Berlín. Es un círculo vicioso. Lean con detenimiento el informe de la OPAQ. Indica que se descubrieron ciertas sustancias de composición idéntica con ciertas otras incluidas en la lista de sustancias prohibidas por la OPAQ. Del Novichok no se dice ni una palabra. Ni los alemanes ni los franceses ni los suecos nos facilitaron la fórmula. “Es un secreto”, nos respondieron. Y precisamente por la fórmula se puede saber, si es una prueba o un engaño y una mentira.

De momento me inclino a pensar que los países occidentales no tienen motivos algunos para acusarnos. Todo es una provocación. He mencionado ya el día en que se había encargado un avión especial para transportar a Alexéi Navalny desde Omsk. De acuerdo con el informe de la OPAQ, los alemanes un día antes de que ocurriera, se dirigieron a La Haya solicitando asistencia en la instrucción de la causa. Más tarde, empezaron a decir que se trataba de una errata y que todo había ocurrido antes. Hay muchos detalles interesantes. A principios de septiembre de 2020, los alemanes se dirigieron a la OPAQ y el personal de la Secretaría de dicho organismo nos lo ocultó durante algunos días. Nos confesaron más tarde que las parte alemana se lo había pedido. ¿Nos le provoca sospechas toda esta historia? A mí sí y serias. Les invito  a todos los oyentes de la radio ‘Eco de Moscú’ y de otras emisoras a conocer el material que contiene una enorme cantidad de preguntas muy lógicas a las que los países occidentales no ofrecieron respuestas. Está disponible en la página web del MAE ruso.

Pregunta: La pregunta que más se hace ahora, ¿habrá guerra con Ucrania?

Respuesta: Hemos empezado hoy con este tema. Si es algo que depende de la Federación de Rusia, no habrá guerra. No descarto, sin embargo, que hay fuerzas interesadas en provocar las acciones bélicas.

De acuerdo con los datos de los países occidentales, a lo largo de la línea de separación hay cerca de 100.000 militares. El régimen kievita no tiene control alguno sobre la mayor parte de esta gente, puesto que son en su mayoría los antiguos miembros de la guerrilla, de unidades de defensa territorial y de resistencia popular. Se les están entregando lanzamisiles portátiles y los medios están difundiendo esta información. Se lanzan llamamientos de traer escopetas de caza, porque “no habrá lanzamisiles para todos”. Es psicosis militarista en toda regla. No puedo descartar que a alguien “se le vaya la cabeza”, como al combatiente que mató a sus cinco compañeros.

Preguenta: ¿Por qué no estamos en contacto con Vladímir Zelenski? Creció en la URSS, fue militante de las Juventudes Comunistas (Komsomol), trabajó mucho en la cadena Pervy Kanal...

Respuesta: También es pianista. El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha respondido ya a esta pregunta. Si el Presidente Zelenski quiere abordar la normalización de las relaciones bilaterales afectadas por los pasos unilaterales de su régimen correspondidos por Rusia, estamos abiertos al diálogo. Que venga a Moscú, a Sochi, a San Petersburgo, adonde se acuerde. Si quiere abordar el tema de Donbás que vaya al Grupo de Contacto que, por decisión del Cuarteto de Normandía se encarga del arreglo de los asuntos entre Kiev, Donetsk y Lugansk. Cuando anuncia que no piensa hablar con Rusia, es malo para la crisis interna en su país. Si tiene algo que decir sobre cómo reconstruir las relaciones estropeadas por culpa de Kiev, por el propio Zelenski y por su antecesor, estamos dispuestos a abordarlo. Lo dejó claro el Presidente ruso.

Pregunta: Nueva frasecita para una camiseta con su retrato, “Diríjase, por favor, al Grupo de Contacto”.

Pregunta: ¿También pensamos evacuar de Kiev a nuestro personal?

Respuesta: Hemos estado hablando de la psicosis provocada en Ucrania, en primer lugar por los anglosajones y algunos europeos. Parte de esta psicosis son las declaraciones histéricas de que todos deben irse de allí. A la gente que está en Ucrania por asuntos personales también se le exhorta a abandonar el territorio ucraniano. Los diplomáticos y sus familias son evacuados, el personal “auxiliar” es despedido.

No podemos pasarlo por alto ni hacernos de la vista gorda. Si hacen algo que ni siquiera los ucranianos les piden que hagan, ¿será que tienen pensado algo? Los británicos tienen extensas experiencias en esta esfera.

Pregunta: Esto ocurrió  después de que Usted le dijera algo durante el encuentro con el Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. ¿Qué fue lo que le dijo o mostró? Inmediatamente después de Ginebra él anunció que era necesario evacuar a los diplomáticos. Usted le dijo algo…

Respuesta:  En vano Usted cree que he perdido la capacidad de comprender lo que ocurre. Conversando a solas (espero que él no se ofenda) Blinken me dijo que en caso de ocurriera algo, allí estaban los estadounidenses. Era muy extraño para mí y así le dije.

Le asevero que discutimos exclusivamente las garantías de seguridad. Luego hablé con Blinken sobre la situación insostenible e inadmisible con nuestras misiones diplomáticas. Propuse lo que a fin de cuentas acordamos. Dentro de un par de semanas volverán a reunirse los expertos. Le aseguro que lanzamos ningunas amenazas, pero no podemos dejarlo todo sin ningún análisis. Analizamos lo que llevan implícitas las acciones anglosajonas.

 

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