United States of America
Comentario ofrecido por la portavoz del MAE de Rusia, María Zajárova, con motivo de la preocupación expresada por varios países occidentales respecto a la cooperación ruso-bielorrusa en el ámbito nuclear
Una reacción inadecuada de varias capitales occidentales a las decisiones concernientes a nuestra cooperación con Bielorrusia en el ámbito nuclear no puede por menos de causar extrañeza. Al parecer, la preocupación expresada en este contexto por los países occidentales, está dirigida a una audiencia desinformada que ignora los multianuales ejercicios de los autonombrados mentores occidentales en esta materia.
Los hechos irrefutables evidencian que fueron justamente los países de la OTAN los que diseñaron la concepción de la denominada compartición nuclear de la OTAN y vienen aplicándola a lo largo de varias décadas. Dicha concepción se focaliza en las armas nucleares estadounidenses desplegadas en Bélgica, Alemania, los Países Bajos y Türkiye, mientras los militares de estos países aprenden sostenida e intensamente a manejar armas nucleares y a emplearlas en condiciones de combate.
No es ningún secreto la modernización de las bombas nucleares estadounidenses y sus vectores que se realiza a gran escala en el marco de la compartición nuclear de la OTAN, a resultas de la cual este arsenal se elevaría a un nivel cualitativamente nuevo. El manifiesto carácter antirruso de los correspondientes programas militares de EEUU y la OTAN ni siquiera se pretende ocultar.
Es del dominio público que estos años últimos, Washington bajó de nivel en su doctrina militar el umbral de empleo de las armas nucleares, poniendo énfasis en los “escenarios limitados” de su empleo.
Destacamos con preocupación que últimamente se adelantan los llamamientos a ampliar la geografía de almacenamiento de las bombas nucleares de aviación estadounidenses acercando la correspondiente infraestructura a las fronteras del Estado de Unión Rusia-Bielorrusia.
Durante todos estos años, Rusia dio muestras de máxima moderación. Acorde con los esfuerzos emprendidos por nosotros en los años 90 con miras a retirar todas las armas nucleares de las ex repúblicas soviéticas al territorio ruso sin desplegarlas, planteamos consecuentemente la necesidad de repatriar a EEUU todas sus armas nucleares y dejar de atraer a otros países a las prácticas de su empleo. Estas propuestas eran rechazadas de plano o se les hacía caso omiso.
En el contexto de la total guerra híbrida desatada por Occidente contra Rusia y la intención de infligirnos una “derrota estratégica” anunciada por EEUU y la OTAN, sería ingenuo suponer que no adoptemos las pertinentes contramedidas técnico-militares en este ámbito. Nos reservábamos y seguimos reservándonos el derecho a los indispensable dar pasos adicionales para garantizar la seguridad de Rusia y sus aliados.
Esta tarea seguirá cumpliéndose también en adelante. Procede señalar que, a diferencia de la OTAN que representa un conglomerado de países subordinados a EEUU, en nuestro caso se trata del Estado de Unión que oficialmente tiene una doctrina militar común. Por lo tanto, se trata de medidas emprendidas por el Estado de Unión en su territorio nacional común con vistas a garantizar la seguridad. Todas las decisiones indispensables están adoptadas y serán implementadas rigurosamente.