United States of America
Comentarios del portavoz oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexánder Lukashévich, en relación con la suspensión del vuelo de observación de EE.UU. sobre territorio ruso
La suspensión por Rusia del vuelo de observación de EE.UU sobre territorio ruso previsto para los días 14-16 de abril, enmarcado en el Tratado de Cielos Abiertos, ha provocado especulaciones en los medios de comunicación estadounidenses. Recordando las "filtraciones de información" de círculos oficiales, algunos comentaristas afirman que esta decisión puede basarse en los supuestos preparativos para realizar alguna acción en Ucrania, y en que no queremos permitir que EE.UU. contemple estos preparativos. Y así intentan culparnos de violar el Tratado: digamos que las misiones de observación solo se pueden suspender por razones de seguridad del vuelo, por ejemplo, si las condiciones meteorológicas son malas. Pero el tiempo en aquellos días fue bueno, y en general no hubo ningún problema de seguridad con el vuelo.
No cuesta ningún esfuerzo refutar esa supuesta argumentación. En primer lugar, queremos recordar que, de acuerdo con el punto 2 de la sección I del Artículo VIII del Tratado de Cielos Abiertos, "la parte observada tienen derecho a impedir un vuelo de observación antes de su inicio en el caso en que la parte observadora no llegue al punto de entrada en un plazo de 24 horas después del tiempo estimado de llegada..., siempre que no haya otro acuerdo entre los Estados miembros interesados". Esto es importante, porque el 14 de abril la misión conjunta de Estados Unidos y la República Checa no pudo llegar al punto de entrada de Kubinka a la hora prevista (16.00 hora de Moscú). A petición de Estados Unidos, se permitió a la misión aplazar la llegada 24 horas, pero los estadounidenses y checos no se presentaron en Kubinka dentro del nuevo plazo. Cuando a continuación pidieron un nuevo aplazamiento, nosotros, con toda la razón, respondimos negativamente, considerando, en particular, que Rusia ya había tenido determinados costes mientras esperaba al avión de observación estadounidense. Estos costes, ante todo, se deben a la participación de nuestras fuerzas y medios para garantizar que la misión se lleve a cabo.
En la práctica de la realización de este Tratado ha habido muy pocos casos, cuando los Estados miembros se han reunido en situaciones complicadas.
No tenemos nada que ocultar: hoy comienza un nueva misión de dos de los países mencionados en territorio de la Federación de Rusia. Si todo sucede según lo previsto, nuestros colegas estadounidenses y checos tendrán bastantes oportunidades de convencerse de que no hay ninguna concentración de fuerzas rusas en la frontera con Ucrania.
Pero surge una pregunta: ¿no es esto contrario a las manifestaciones de reunión conciliadoras por parte de EE.UU.? Por desgracia, hay que constatar que Estados Unidos - –el único de los miembros del Tratado– lleva mucho tiempo mostrando una postura nada constructiva con respecto al examen de un aparato ruso digital de observación, impulsando unos requisitos que no están previstos en el Tratado.
Con todo, quiero creer que el cumplimiento de este Tratado quedará al margen de los efectos negativos de las consideraciones coyunturales, y que sus miembros se comprometerán estrictamente a cumplir sus obligaciones.
21 de abril de 2014