the Republic of Latvia
Entrevista concedida por el Primer Viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Vladímir Titov, al diario letón en idioma ruso Segodnya y publicada el 15 de noviembre de 2017
Pregunta: ¿Cómo valora el estado actual de las relaciones entre Rusia y Letonia y, más ampliamente, entre Rusia y la UE? ¿Hay una dinámica positiva? ¿Cuál es la posición de Rusia respecto a la construcción de las relaciones con Letonia y los países bálticos en general?
Respuesta: Tenemos que constatar que el estado de las relaciones ruso-letonas está lejos de ser el óptimo y no es normal para dos países vecinos.
Son muchos los factores a los que se debe esta situación, como la persistente retórica inamistosa de las autoridades letonas contra Rusia, o acciones concretas de Riga que complican el diálogo. Es difícil tener aspiraciones optimistas en un ambiente tan tóxico. Las sanciones impuestas por Occidente contra nuestro país que Letonia apoya activamente también tienden a frenar la cooperación entre nuestros países.
Pero incluso en estas circunstancias se dan algunos avances positivos. Concluyó la labor de la Comisión Conjunta ruso-letona para la Demarcación, y en agosto pasado se celebró la VII reunión de la Comisión Intergubernamental. Se mantienen los contactos interdepartamentales, la cooperación transfronteriza y regional, incluyendo entre las capitales de ambos países.
En general tenemos siempre las puertas abiertas para reanudar en toda su plenitud las relaciones con los países bálticos. No pensamos mendigar la amistad, pero sí estamos dispuestos a avanzar juntos ampliando la interacción en todos los ámbitos de las relaciones bilaterales, en la medida en que los socios bálticos se muestren dispuestos a hacerlo.
En lo que respecta a las relaciones con la Unión Europea, por un lado la posición de Bruselas es la que marca la pauta para todos los países miembros, pero por otro ésta con frecuencia es determinada por la minoría de los países rusófobos según el principio del mínimo común denominador del consenso. El diálogo con Bruselas está en marcha a distintos niveles, incluyendo sobre los problemas internacionales, pero podría ser más eficiente. Partimos de que el estancamiento en nuestras relaciones no responde al interés ni de la Unión Europea ni de Rusia. En Europa, según observamos, se acumula el cansancio de esta situación. Esperemos que una visión realista del valor de la cooperación en el espacio entre Lisboa y Vladivostok se sobreponga a los intentos de demonizar a Rusia.
Pregunta: De cara a las futuras elecciones al Parlamento de Letonia se han movilizado especialmente las fuerzas ultranacionalistas que exigen suprimir la enseñanza en las lenguas de las minorías étnicas. A esta campaña contra las minorías étnicas se ha sumado también el ministro de Educación de Letonia que ha puesto en marcha una nueva "reforma" que prevé que la enseñanza en los cursos superiores de los colegios rusos se imparta sólo en letón. ¿Cuál podría ser la respuesta de Rusia ante estos intentos de suprimir la enseñanza en las lenguas minoritarias?
Respuesta: Planes de este tipo, indudablemente, no se pueden considerar más que una nueva fase de la política realizada metódicamente para excluir la lengua rusa de distintos ámbitos de la vida de su país plurinacional.
Nos consta que no todas las fuerzas políticas en Letonia apoyan tales medidas. El presidente Raimonds Vejonis dijo que en estos momentos el sistema educativo nacional simplemente no está preparado para las transformaciones sugeridas. Las decisiones sobre asuntos tan sensibles no se deben tomar sin tener en cuenta la opinión de la cuantiosa población rusohablante. Esperamos que el Parlamento letón no haga caso omiso a la petición en favor de preservar en el país la enseñanza bilingüe.
Pregunta: ¿Cómo se ve desde Moscú la situación de los derechos de los compatriotas rusos en Letonia? ¿Esta situación mejora, empeora o sigue sin cambios?
Respuesta: Lamentablemente, la situación no mejora. Aunque en los últimos 15 años se han aprobado más de 50 recomendaciones de las principales organizaciones internacionales, incluidas la ONU y la OSCE, para facilitar los trámites de naturalización, conceder a los "no ciudadanos" el derecho de voto y respetar el conjunto de los intereses lingüísticos de las minorías étnicas, la situación de los compatriotas sigue sin mejorar. La Unión Europea se desmarca pudorosamente del tema alegando que son problemas que se pueden solucionar en el marco de la legislación nacional, algo que no ocurre precisamente.
Se mantiene grave el problema de la no ciudadanía masiva. Los intentos aislados de arreglar la situación son claramente insuficientes para erradicar este fenómeno, que constituye una aberración histórica y es inaceptable para toda democracia contemporánea. Quisiéramos llamar a las autoridades de Letonia a que den pasos reales para resolver los problemas en esta materia conforme a las múltiples recomendaciones de las organizaciones internacionales competentes en lugar de intentar hacer ver que los mismos no existen.
Causó indignación en Rusia la aprobación en segunda lectura por la Dieta de Letonia de un proyecto de ley que concede el estatus de participante en la Segunda Guerra Mundial indistintamente de contra quién se combatiese –la Alemania nazi y sus aliados o la URSS–. Este plan cínico es contrario a la resolución del Tribunal de Núremberg y conduce a la división de la sociedad.
Es vergonzoso que los activistas de la comunidad rusohablante estén sometidos a una presión continua de las autoridades. Buscamos proteger los derechos e intereses legítimos de nuestros compatriotas y pretendemos que se les trate como ciudadanos de pleno derecho y residentes del país y no como unos agentes de influencia.
Pregunta: Riga acusa a Rusia de librar una "guerra híbrida", una "guerra informativa", se oyen hasta acusaciones de ciberataques. También hubo unas duras acusaciones contra Rusia en el contexto de las recientes maniobras Zapad 2017. ¿Cómo lo comentaría usted?
Respuesta: La imaginación, como quien dice, no tiene límites. Acusar a Rusia de ciberataques se ha vuelto una verdadera fobia. Al mismo tiempo, nadie jamás ha podido presentar prueba alguna. Nosotros hemos dicho más de una vez que estamos dispuestos a discutir en estrecho contacto con nuestros socios extranjeros las cuestiones más candentes en relación con la seguridad informática internacional. No parece que se nos corresponda en esta actitud. Por lo visto, es cómodo meterles miedo a sus propios ciudadanos con esos cuentos de terror y a la vez achacar a ello el aumento drástico del malestar ciudadano y las adversidades que han afectado a Europa.
En cuanto a las maniobras Zapad 2017, se realizaron de manera transparente y en estricta conformidad con las normas internacionales, circunstancia que reconocieron muchos de nuestros socios. Al mismo tiempo, se omite que los ejercicios Zapad 2017 fueron precedidos por las maniobras Aurora de los países de la OTAN, Suecia y Finlandia, de una envergadura sin precedentes y con un guión provocativo respecto a Rusia.
Pregunta: ¿Está usted de acuerdo con que entre Rusia y Occidente se libra una verdadera guerra fría y que la situación sólo empeora?
Respuesta: Las relaciones entre Rusia y Occidente no atraviesan su mejor momento. En lugar de un diálogo constructivo para debatir los problemas pendientes, los socios occidentales, lamentablemente, han elegido otro camino, al optar por la ampliación de la infraestructura de la OTAN y la "contención" de Rusia. Se está implantando la "axioma" de que los países fuera de la OTAN y la UE deben elegir del lado de quién se ponen, de Occidente o de Rusia. Es precisamente ahí donde radican los problemas sistémicos que hoy día afectan las relaciones entre Rusia y Occidente.
Deteriorar la situación sería destructivo para ambas partes. Parece que nuestros socios lo empiezan a entender, y es por eso que se están recuperando algunos formatos de diálogo como las reuniones del Consejo Rusia-OTAN. Es crucial que nuestros colegas tomen conciencia de la apremiante necesidad de un diálogo serio sobre cómo vamos a construir nuestro futuro común. Y no se trata sólo de los asuntos de la seguridad. Seguimos pensando que para hacer nuestro continente más atractivo y competitivo, sería útil crear un espacio económico y humanitario común desde el Atlántico hasta el Pacífico, de modo que la recién formada Unión Económica Euroasiática se convierta en un eslabón de integración entre Europa y la región de Asia-Pacífico.