Hemos tomado nota de la nueva declaración hecha por el jefe del Servicio de Prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, Hikmet Hajiyev, sobre la sentencia judicial de poner fin a la actividad del Congreso Panruso-Azerí debido a las numerosas violaciones de la legislación federal por esta organización no gubernamental de Rusia, como se sabe.

Ya hemos dado las explicaciones detalladas al respecto. Mientras, Hikmet Hajiyev sigue promoviendo la idea extraña de que la sentencia de las autoridades judiciales de Rusia contra la organización no gubernamental de Rusia no sólo es un “paso inamistoso” en relación con Azerbaiyán, sino hasta puede complicar de algún modo la misión mediadora de Rusia en el arreglo en Alto Karabaj. Esto nos suscita una creciente perplejidad.

A juzgar por todo, sería necesario repetir la información siguiente:

Rusia es un Estado democrático plurinacional donde los derechos de cada ciudadano se respetan y se protegen independientemente de su nacionalidad. Tenemos todas las condiciones para la creación y la actividad sin restricciones de las organizaciones etnoculturales la mayoría de las que observan las leyes de Rusia de buena fe. Los intereses de los ciudadanos de Rusia de nacionalidad azerí los representan con éxito más de 260 organizaciones no gubernamentales, incluidas cuatro entidades a nivel federal.

En Rusia aprecian la asociación estratégica con Azerbaiyán el rumbo hacia la profundización de la que se ha aprobado y confirmado en reiteradas ocasiones por los líderes de ambos Estados, Vladímir Putin e Ilham Aliyev. Nuestros países tienen amplias perspectivas de la cooperación bilateral e internacional. ¿Vale la pena oscurecerlas con varios problemas inventados?