Suponemos que el anuncio emitido en EE.UU. y en Cuba en cuanto a la decisión y los pasos concretos emprendidos encaminados a normalizar el diálogo bilateral responde a los intereses de ambos países y la seguridad internacional en general. El hecho de que Washington deje de acusar sin fundamento a La Habana de apoyar el terrorismo, se restablezcan las relaciones diplomáticas, se eliminen, aunque sea de forma parcial, las limitaciones para el desplazamiento de ciudadanos estadounidenses a la isla y se produzca un intercambio de presos son medidas que se deberían haber adoptado hace tiempo.

Hemos exhortado insistentemente a EE.UU. para que siga esta senda dejando atrás los prejuicios ideológicos del siglo pasado. Constatamos con satisfacción que la eliminación de los obstáculos para realizar transferencias bancarias toman el cauce de la resolución "Sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba" que ha adoptado año tras año durante mucho tiempo la Asamblea General de la ONU con el activo apoyo de Rusia. Contamos con que el siguiente paso será la total retirada del embargo comercial estadounidense contra la isla, que está en vigor desde 1961.

Es significativo que el Presidente de EE.UU. haya reconocido la ineficacia de los prolongados intentos de "aislar" a Cuba. Sólo cabe esperar que en Washington se den cuenta enseguida de la falta de perspectivas que tiene ejercer una presión sancionadora similar a otros países.

17 de diciembre de 2014